viernes, 29 de mayo de 2009

Entrevista a Jorge Fucile

"Uruguay está dando demasiada ventaja"

DESDE PORTUGAL, JORGE FUCILE ANALIZA EL PRESENTE FUTBOLÍSTICO Y ORGANIZATIVO DEL FÚTBOL NACIONAL. EL LATERAL DEL PORTO, ADEMÁS, RECONOCE: "CON LA SELECCIÓN, RINDO EXAMEN EN CADA PARTIDO".

"Cuando jugaba en Liverpool, la gente no me conocía. Es un equipo chico, al que muy pocos ven. Y ahora, aunque estoy en un grande de Europa, solamente se ve algún partido que otro… Entonces mi chance de mostrarme es con la Selección. Siento que cada vez que juego para Uruguay rindo examen ante los hinchas”. Jorge Fucile asume el desafío de revalidarse a sí mismo cada noventa minutos y también la responsabilidad que significa vestir la camiseta celeste. Es que, jugando en la ‘B’, se hizo más amigo de la búsqueda de soluciones que de la justificación fácil.
–¿Qué significa Liverpool para vos?
–Recuerdo mi infancia, lo que viví y la gente querida que dejé ahí. Debuté a los 17 años y de la mano de Julio Ribas ascendimos a Primera División. Pasé de un juego aguerrido a otro con más espacios. Era más difícil jugar en la ‘B’ que en la ‘A’. Peleamos el título, pero no se dio. Ojalá que pronto el club tenga una alegría en Primera.
Fucile debutó en la Selección ante Rumania, el 24 de mayo de 2006. Desde entonces es habitual encontrarlo en las convocatorias de Oscar Tabárez. “El debut fue muy especial. Gracias a Dios, lo viví sin presiones. Me caracterizo por ser tranquilo, sólo tuve los nervios normales”, recuerda.
–Y enseguida llegó la Copa América. ¿Qué sentimiento te surge cuando la recordás?
–Primero, satisfacción por haber sido elegido mejor lateral izquierdo. Y también un sabor amargo por la semifinal contra Brasil. Si ganábamos nos tocaba la final, nada menos que contra Argentina. Pero, globalmente, la Copa fue algo hermoso.


–Siempre existe un doble camino: aferrarse a la garra o exigir jugar bien. ¿Qué postura tenés con respecto a eso?

–Material tenemos, pero Uruguay está en una transición. Los jugadores necesitan consejos para que el recambio funcione: el que va a la Selección tiene que dejar todo y no meter la pata. Es cierto, a veces jugamos contra Selecciones menores, como Georgia, y nos manejan la pelota; pero en general ellos son locales y hay días... no sé como decirlo... hay días en los que el otro equipo se levanta mejor. Son circunstancias. A nosotros nos pasó contra Brasil y les quitamos la pelota. No se trata sólo de garra o no.
–También podés hablar de lo organizativo. ¿Hay tanta diferencia entre el fútbol uruguayo y el portugués?
–Sí, sí, mucha. Uruguay está dando demasiada ventaja. Lastimosamente es así: el malestar económico nos perjudica. Si estuviéramos mejor, el fútbol uruguayo sería más competitivo, Nacional y Peñarol ganarían la Copa Libertadores... También hay incapacidad en algunos dirigentes, pero eso ya queda en la consciencia de ellos, ¿no? Hasta que se cambie la cabecita, hasta que haya una mudanza de ideas, va a ser muy difícil un cambio rotundo. Pero hay gente trabajando para mejorar. La mutual de jugadores, por ejemplo, es muy competente. Ellos son la esperanza para un cambio.
–En Portugal no sólo difrutás la prolijidad de la organización: ganaste la liga en tu primera temporada...
–Es algo que te completa como jugador y como persona. Además, Porto venía de ser campeón en la temporada 2005/06 y pocos equipos repiten el título. Tuve la posibilidad de jugar y de adaptarme, me siento cómodo.
–Siempre habías jugado por derecha, pero últimamente fuiste lateral izquierdo en Porto y en la Selección. ¿Jugás con naturalidad o hacés un esfuerzo?
–Desde chico practiqué en los dos puestos y me adapto bien. Jugando por izquierda tengo mucho que mejorar, pero haber sido elegido el mejor en la Copa me sorprendió y, a la vez, me dio tranquilidad.
–Porto empieza una temporada con tres objetivos: la liga, la Taça de Portugal y la Liga de Campeones. ¿Tienen prioridades?
–Lo importante sería pelear la Champions League, es un torneo en el que enfrentás a los mejores de Europa. Pero, mientras se pueda, pelearemos por los tres.

2 goles. Son los que anotó en Liverpool: ambos en el Clausura 2006.
9 partidos. Los que jugó en la Selección de Uruguay. 4 fueron en la Copa América 2007.
26 partidos. Los que suma en Porto. Marcó un gol en la Superliga.

TAMBIÉN DIJO...
* "Mi gol más importante en Liverpool fue a River. Nos jugábamos la entrada a la Liguilla, teníamos que ganar o ganar y lo marqué sobre la hora".
* "En las Eliminatorias queremos jugar bien y clasificar, pero, si no se puede jugar bien, Uruguay tiene que hacer respetar su historia y clasificar".

PUBLICADO EN FOX SPORTS (URUGUAY) Nº17, SEPTIEMBRE DE 2007

jueves, 28 de mayo de 2009

Entrevista a Pablo Cuevas

"Quiero dejar bien parado a Uruguay"

PABLO CUEVAS VIVE UN AÑO MAGNÍFICO, SE ACERCA AL TOP 100 Y SE ANIMA A IZAR LA BANDERA: "ME GUSTARÍA SER EL JUGADOR QUE LE MARQUE EL CAMINO A NUESTRO PAÍS". SE ENTUSIASMA CON LA COPA DAVIS, PERO ANALIZA LA CRISIS.

Por Pablo Scoccia y Martín Estévez


Uzbekistán es un país sin tradición y muy débil tenísticamente. Uzbekistán tiene apenas 10 tenistas en el Ranking ATP. Uruguay, 6. Al mejor ubicado de ellos, Pablo Cuevas, no lo asombra el dato. “No sé cómo están las escuelas de tenis en Uruguay, pero creo que no hay muchos chicos que jueguen, ni apoyo de la Asociación para que puedan hacerlo. Faltan sponsors. Por ahí llegan a los 16 años y dejan por no tener apoyo económico. Viajar no es fácil...”.
A los 21 años, está viviendo una gran temporada. Avanzó más de cien puestos en el ranking y el sueño de jugar torneos ATP y ser Top 100 está a la vuelta de la almohada. “Empecé a los 8 años en el club Remeros. De chico jugaba a todo, y a los 12 me decidí por el tenis. Viajé a los Sudamericanos Juveniles y a los 16 me fui a jugar a Europa. En el Mundial salimos terceros, y entonces empecé a jugar Futures” (el nivel más bajo en torneos que otorgan puntos para el ranking).
–Y en 2003 ganaste tu primer punto...
–Fue algo muy especial. Lo sumé en Uruguay, y a partir de eso gané confianza.
–Hubo un curioso momento clave para vos: la gira que hiciste por... Rumania.
–¡Sí...! A esa gira llegué por casualidad, en 2005. Tenía que viajar para jugar Futures, que, generalmente, se juegan tres en un país y tres en otro. En Rumania, en cambio, había una gira de 18 semanas seguidas en un polvo de ladrillo similar al que utilizamos acá y, al no ser un país grande, no había que viajar más de 500 kilómetros. Fue mi despegue y pude meterme entre los mejores 600.
–Ganaste buenos partidos (a Spadea, Pashanski, Devilder) y dos Challengers. ¿Qué te falta para dar el salto definitivo?
–Madurar, no tanto dentro de la cancha, sino mentalmente. Me falta un ‘click’ que me permita crecer y tener mayor consistencia. En parte lo conseguí durante los últimos meses. Antes tenía semanas muy buenas y otras terribles. Gané partidos importantes, pero también perdí otros que no puedo perder, contra jugadores que estaban abajo del puesto 500. Ésa es la irregularidad que sufro, pero ya no la puedo permitir: tengo que consolidarme entre los cien mejores.
Uno de sus entrenadores, Oscar ‘Oky’ Rodríguez, tiene confianza en Pablo: “Su potencial es enorme. Estará entre los cien mejores por varios años. Su techo es difícil de imaginar, porque sigue evolucionando. Posee un gran revés y mucha potencia física; su juego se asimila al de Gastón Gaudio. Yo le tengo mucha fe, sé que tiene todo para estar entre los mejores, pero los uruguayos no se tienen que apurar a pedírselo: esa ansiedad puede perjudicar su crecimiento”.
Pablo también prefiere avanzar sin apuros y encuentra en la Copa Davis una de sus grandes motivaciones: “La gente cada vez apoya más, especialmente después de la serie contra Brasil (2-3) en 2005. Jugamos en Punta del Este contra Jamaica, un equipo relativamente fácil, y se llenó el estadio. Y en abril le ganamos a Ecuador. Eso sirve, porque van muchos chicos y los estimula, tanto a los que ya juegan como a los que no”.
–Se nota tu expectativa, como si ya quisieras jugar la serie ante Paraguay...
–Es que la Copa Davis me encanta. Desde los triunfos contra Saretta y Kuerten, en esa serie frente a Brasil, me empezaron a conocer, me siento apoyado. Está bueno jugar con tres mil personas alentándote. Es el único evento en el que representás a tu país. Y yo, tanto en el circuito como en la Davis, siempre quiero dejar bien parado a Uruguay.
Sin embargo, resulta inevitable volver a la crisis del tenis uruguayo. “La verdad es que no veo que los jóvenes sientan motivación para progresar –se ofusca–. No tienen a un tenista uruguayo que les sirva de modelo. Ellos ven tan difícil llegar que, en cuanto surgen problemas, abandonan”.
–¿Te sentís capacitado para ser el tenista que marque el camino?
–Sí, ojalá pueda serlo, por ellos y también por mí. Siento que puedo estar mucho tiempo entre los mejores del ranking. El día que no sea así, dejaré de jugar.

PUBLICADO EN FOX SPORTS (EDICIÓN URUGUAY) Nº16, AGOSTO DE 2007

martes, 26 de mayo de 2009

Contrapunto: Bubka vs Bubka

SERGEI BUBKA (padre) vs SERGEI BUBKA (hijo)

*Bubka es el número 1 entre los saltadores con garrocha de todos los tiempos.
*Bubka Jr. es el número 360 en el Ranking Mundial de tenis en agosto de 2007.

*Bubka ganó millones de dólares gracias a que batía permanentemente sus propios records mundiales.
*Bubka Jr. ganó 3.650 dólares en un Challenger en Polonia: es su mayor premio hasta ahora.

*Las hazañas de Bubka sólo pueden compararse con las de Michael Jordan, Martina Navratilova, Mark Spitz...
*Este año, Bubka Jr. ya perdió contra Kevin Botti (1511º), Antony Dupuis (566º), Ian Flanagan (658º)...

PUBLICADO EN FOX SPORTS Nº16 (EDICIÓN URUGUAY), AGOSTO DE 2007

martes, 19 de mayo de 2009

Contrapunto: El Arca de Noé

JULIO ARCA (Middlesbrough) vs NOE PAMAROT (Portsmouth)

*El Arca argentino, siempre rodeado de animales: debutó en los Bichitos (Argentinos Juniors).
*El Noé francés debió remar para seguir adelante: se inició en el humilde Martigués (3ª división).

*Cuando todo el Sunderland se ahogó en la 2ª división, Arca evitó el diluvio al cambiar de club.
*Noe tiene que salvar a todos: por su puesto de defensor queda expuesto cuando su equipo hace agua.

*En Middlesbrough, Arca navegó 40 días, 40 noches y casi 40 fechas para evitar el descenso en 2007.
*Sus compañeros corrieron como animales en 2007: fue la mejor campaña de Portsmouth desde 1955.

PUBLICADO EN FOX SPORTS (EDICIÓN URUGUAY) Nº15, JULIO DE 2007.

jueves, 14 de mayo de 2009

Contrapunto: Blanco vs Negro

Cuahtémoc Blanco (América de México) vs Paolo Negro (Siena de Italia)

*Blanco sólo está satisfecho si el balón está bajo la suela de su botín.
*Negro sólo está satisfecho si alguno de sus rivales está bajo la suela de su botín.

*Blanco anotó 124 goles en México. Su juego se basa en una palabra: creatividad.
*Negro anotó 23 goles en Italia. Su juego se basa en una sola palabra: defensa.

*La Volpe no convocó a Blanco para el Mundial 2006: en México pidieron por él.
*Lippi no convocó a Negro para el Mundial 2006: Italia ganó el campeonato.

*No todo es blanco para Blanco: tuvo muchos conflictos en su carrera.
*No todo es negro para Negro: en 2000 ayudó a que Lazio gane el Scudetto tras 26 años.

PUBLICADO EN FOX SPORTS (ESTADOS UNIDOS) Nº15, JULIO DE 2007

miércoles, 13 de mayo de 2009

Contrapunto: Johnson vs Johnson


Magic Johnson (ex Los Angeles Lakers) vs Anthony Johnson (Atlanta Hawks)

*Mayor logro de Magic en la NBA: ganó 5 títulos con los Lakers y tres veces fue MVP de la final.
*Mayor logro de Anthony en la NBA: en 2003, en New Jersey, perdió la final. Promedió 5.3 minutos.

*Magic ídolo: integra el Hall de la Fama y es considerado el mejor base de la historia.
*Anthony ídolo: una vez fue nombrado Atleta del Año en la preparatoria de Charleston.

*Conmoción por Magic: cuando anunció que tenía SIDA, el básquet perdió a un genio.
*Conmoción por Anthony: cuando se lesionó en 2004, Indiana Pacers perdió a su base suplente.

*Magic, un símbolo: su jersey número 32 fue retirado. La afición de Los Angeles Lakers lo ama.
*Anthony, un símbolo: jugó en 6 equipos de la NBA. En Indiana, algunos lo recuerdan con cariño.

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN PUERTO RICO Nº3, JUNIO 2007

Ideología


Tenistas por un mundo mejor
El argentino Martín Vassallo Argüello (60º del Ranking ATP) dijo: "No tenés que ser pobre para ser de izquierda. Muchos tenistas lo son".

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN URUGUAY Nº14, JUNIO DE 2007

Contrapunto: Ruggeri vs Ruggeri

RUGGERI FUTBOLISTA vs RUGGERI ENTRENADOR

*Su mayor logro como jugador: fue campeón mundial con la Selección Argentina en México ‘86.
*Su mayor logro como técnico: tras 6 derrotas seguidas, en Independiente empató con el humilde Nueva Chicago.

*100% líder en la cancha: su voz de mando en el fondo de la defensa era una orden para el equipo.
*0% líder en el banco: nunca se hizo cargo del 1-7 que Boca Juniors le hizo a su San Lorenzo.

*Era terco como jugador: permanentemente cabeceaba en el área rival y así marcó muchos goles.
*Es terco como técnico: se niega a renunciar pese a los malos resultados y finalmente lo despiden.

*Cuando jugaba, los principales clubes de América y Europa se disputaban su fichaje.
*Cuando dirige, los aficionados se disputan un lugar junto al vallado para insultarlo desde más cerca.

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN ESTADOS UNIDOS (Nº14), JUNIO DE 2007

lunes, 11 de mayo de 2009

Los señores sin anillos


¿PUEDE EL TÍTULO DE LA NBA ESCAPARSE DE LAS MEJORES MANOS? ¿PUEDE UN BASQUETBOLISTA CONVERTIRSE EN UNA LEYENDA A PESAR DE NO HABER SIDO CAMPEÓN? VEINTE TALENTOSOS QUE QUEDARON EN LA HISTORIA CONFIRMAN QUE SÍ.

La Historia no la escriben sólo los que ganan. No desde que en 480 a.C. Leónidas lideró a tres mil espartanos contra dos millones de persas en una batalla épica, o desde que en 217 a.C. el cartaginés Aníbal y su ejército cruzaron los Alpes en invierno para sorprender a los romanos en las Guerras Púnicas. Ambos perdieron, pero sus hazañas son más recordadas que las de sus vencedores. También ocurre en la NBA: el sitio de Charles Barkley o Karl Malone siempre será mayor al de Eric Riley (pivote campeón con Houston en 1994). Estar en el mejor equipo es un logro. Pero los grandes no lo necesitan para ser grandes.
Nate Thurmond, por caso, rozó el anillo de campeón en 1964 y 1967, pero San Francisco Warriors perdió las finales. En Chicago y en Cleveland hacía todo solo. Así fue el primero en lograr un cuádruple-doble: 22 puntos, 14 rebotes, 13 asistencias y 12 tapas en un juego. The Great fue uno de los mejores pivotes defensivos de la historia.

Nate Thurmond mide 2,10m y se retiró en 1977.

Connie Hawkins fue marginado durante años por “participar de apuestas ilegales”. Tras probar su inocencia, jugó en Phoenix, los Lakers y Atlanta. Fue el mejor alero en 1969/70 y, al avanzar su carrera, lanzaba cada vez más sólo con su mano derecha. Los premios recibidos tras su retiro no retribuyeron las injusticias sufridas.
Pete Maravich, conocido como Pistol Pete por los 44.2 puntos que promedió en la NCAA (record universitario) y máximo anotador en 1976/77, fue un base estético que superó ocho operaciones y alcanzó su mejor nivel en Utah (1974-1979). Murió en 1988, durante un juego benéfico.

Pete Maravich le anotó 68 puntos a New York en 1977.

George Gervin es uno de los Dioses del Olimpo de los Spurs. Cuatro veces máximo anotador (sólo superado por Jordan y Chamberlain), ganó cinco veces su División, pero el anillo se le escabulló. The Ice Man fue seis veces mejor escolta y promedió 26.2 tantos (7º mejor de todos los tiempos).
Artis Gilmore fue el mejor lanzador de la historia según las estadísticas. The A-Train medía 2,18m, pasó por Chicago, San Antonio y Boston y promedió un colosal 59.9% en tiros de campo. Él y su peinado afro merecen un lugar entre los grandes.
El alero Alex English se destacó en Denver Nuggets, siendo máximo anotador en 1982/83 y el jugador con más puntos en la década del ’80: 19.682. “Lograba mis puntos con movilidad, un fundamento que se adquiría en la universidad, como la clave para un título: jugar en equipo”, explica.
Bernard King alcanzó su mejor nivel en New York Knicks. Mayor anotador en 1984/85, dos veces mejor alero y campeón a su modo: cuando drogas y lesiones amenazaban su carrera, volvió de la oscuridad.
Más cerca en el tiempo, otro anotador sin corona: Dominique Wilkins, quemarredes en 1985/86 (30.3 de promedio). Alero explosivo, fue símbolo de Atlanta Hawks durante 11 temporadas y hasta ganó la Euroliga (principal torneo de clubes de Europa) en su breve y polémico paso por el Panathinaikos griego.
Quien tuvo revancha fue Lenny Wilkens, base autor de 7.211 asistencias. Sus Saint Louis Hawks no pudieron con Boston en 1960/61; y no fue MVP (Jugador Más Valioso) en 1969/70 porque se cruzó Wilt Chamberlain en su camino. Pero consiguió el título como entrenador en 1978/79 y lo eligieron como uno de los diez mejores coachs de la historia.

Algunos ganaron premios MVP, pero en las finales vieron su sueño frustrado. El pivote Bob Lanier fue el mejor del All-Star Game 1974, pero ese año, en Detroit Pistons, vio como Boston ganaba el título. Charles Barkley fue una superestrella, miembro del primer Dream Team, mejor rebotero en 1986/87 y MVP de la 92/93. Pero, en una final fantástica, Chicago superó a Barkley y a sus Phoenix Suns. Otro ganador que soportó la derrota por “culpa” de Air Jordan fue el alero Karl Malone. En realidad, él y su eterno socio, el base John Stockton, motores de Utah Jazz. En 1996/97, Malone fue MVP y Stockton manejó al equipo, pero en la final Chicago se impuso 4-2. Volvieron más poderosos en la 97/98, con el mejor record, pero Jordan se retiró demostrando la existencia de Superman y ganó su sexto anillo. Stockton terminó como líder en asistencias y robos de todos los tiempos; Malone insistió en su búsqueda en Los Angeles Lakers, pero Detroit los derrotó en la final 2003/04 y, así, el 2º máximo anotador de la historia se fue con las manos vacías.
Jordan tampoco fue el único responsable de que Patrick Ewing y el francotirador Reggie Miller no ganen anillos. Aunque detuvo una y otra vez a New York y a Indiana en la Conferencia Este, cuando él no estuvo los verdugos fueron otros. Ewing, mejor pivote de la 1989/90, perdió finales contra Houston en 1994 y San Antonio en 1999; Miller, máximo anotador de triples de todos los tiempos, declinó en la final de 2000 ante los Lakers.

Reggie Miller: 18 temporadas en Indiana y campeón olímpico en 1996.

Todavía pueden
Algunas figuras actuales aún tienen sus dedos desnudos. Jason Kidd, cinco veces mejor base, cayó en dos finales (2002 y 2003), pero sigue intentando llevar a New Jersey Nets a lo más alto. Kevin Garnett acumula doce temporadas generando hazañas para Minnesota Timberwolves (fue MVP 2003/04 y tres veces mejor ala pivote), pero el equipo no ayuda: quedó fuera de playoffs en las últimas tres temporadas. El sudafricano nacionalizado canadiense Steve Nash no es popular fuera del básquetbol, pero debería serlo: MVP en 2004/05 y 2005/06, cuatro veces mejor base, este año se recuperó de una lesión en un hombro y promedió 11.6 asistencias. Ha llevado a Phoenix Suns a estar entre los mejores en las últimas temporadas. Allen Iverson es menos efectivo que Nash, pero más espectacular. Héroe en Philadelphia, sus 183 centímetros llevaron a los Sixers a las finales en 2000/01 (esa temporada fue MVP). Pero el equipo se debilitó y este año fue transferido a Denver. ¿Cómo un escolta bajito promedia 28 puntos? Talento y desenfado es su fórmula.

La maldición
Elgin Baylor es el caso emblemático: un alero que brilló en los Lakers (primero Minneapolis y después Los Angeles), promedió 27.4 puntos (3º mejor en la historia) y 13.5 rebotes, anotó 71 puntos en un juego, integró diez veces el Equipo Ideal, llegó a ocho finales... y nunca ganó el anillo. ¿Bajaba su nivel en los momentos decisivos? El record de 61 puntos en una final le pertenece. La ausencia de un título se explica sólo porque los casi invencibles Boston Celtics se le cruzaron en siete finales. Tan injusto resultó todo para Baylor, que en la primera temporada luego de su retiro, la 71/72, los Lakers fueron campeones.
Lo sabe cada uno de ellos, elogiados y premiados pese a la ausencia de un anillo de campeón en sus dedos. El lenguaje de la grandeza no lo hablan los ganadores: lo hablan los grandes.


UNA IMAGEN HISTÓRICA
Observe bien la fotografía, no es una más. Los dos fueron elegidos entre los 50 mejores jugadores de la historia, pero existe una importante diferencia entre ellos. A la derecha, Elgin Baylor, alero de Los Angeles Lakers, quien disputó ocho finales y las perdió todas. A la izquierda, Bill Russell, máximo ganador de la historia de la NBA, con 11 anillos. Russell fue cinco veces MVP y siete de las finales se las ganó al equipo de Baylor. ¿Son el más ganador y el más perdedor? Nada de eso: son dos enormes jugadores que engrandecieron a la historia del deporte.


PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN ESTADOS UNIDOS (Nº14), URUGUAY (Nº13), PUERTO RICO (Nº3) Y EL SALVADOR (Nº16), MAYO DE 2007

jueves, 7 de mayo de 2009

Tiempo Fuera (Time Out)

SIN RESPETAR AL CALENDARIO Y A LA LÓGICA, SIGUEN VIGENTES EN LA NBA. ELLOS SON LOS BASQUETBOLISTAS DE MÁS EDAD DE LA TEMPORADA 2006/07, LOS QUE HACEN DE LA EXPERIENCIA UN VALOR MÁS IMPORTANTE QUE NINGUNO. TE LOS PRESENTAMOS...

Cuando Dikembe Mutombo debutó en la NBA, en 1991, Andrew Bynum tenía 3 años. Desde entonces, el africano se ha fabricado una trayectoria impactante en la liga de básquet más competitiva del mundo. Pero, a los 40 años, en un deporte donde el estado físico es determinante, es casi imposible mantenerse en el primer nivel. Casi.
El 10 de enero de 2007 se enfrentaron Houston Rockets y Los Angeles Lakers. Y también el jugador de más edad, Mutombo, contra el más joven, Bynum (19 años). Dikembe llegaba con un nivel apenas discreto; la promesa de los Lakers (2,13m), en cambio, en pleno crecimiento. Sin embargo, el encuentro terminaría siendo una oda a la experiencia.
Primero, Mutombo consiguió un tapón sensacional, que no fue un tapón más: sobre el atlético Bynum logró su bloqueo número 3.190 en la NBA. Superaba así la marca de Kareem Abdul-Jabbar y se ubicaba como el segundo jugador con más tapas en la historia.
Sin embargo, el africano no se conformó con ello. Quiso demostrar su vigencia y lo hizo: bajó nada menos que 19 rebotes durante el partido, claves para que Houston ganara 102-77. Fue una osadía contra el calendario, un insulto a la lógica. Fue la más clara demostración de que los límites los imponen las personas, no los números. Dikembe Mutombo es quien inspira a los más adultos de la NBA.

Mutombo, generación 1966

El orgullo congoleño
El nombre completo de Mutombo es Dikembe Mpolondo Mukamba Jean Jacque Mutombo y es uno de los jugadores más altos de la NBA (2,18m). Nació en Kinshasa, República Democrática del Congo, y –entre sus muchas obras de bien– creó una fundación para ayudar a su país. Su colaboración con eventos educativos y benéficos es permanente. Llegó a los Estados Unidos para estudiar medicina y se quedó para hacer historia. “Hace 16 años, cuando debuté en la NBA, sólo quería ser recordado por una cosa: ser uno de los mejores jugadores defensivos de la historia“, dice el pivote. Cumplió: fue elegido cuatro veces mejor defensor de la temporada. Jugó en seis equipos distintos y llegó a dos finales. Como basquetbolista, un ídolo. Como ser humano, un héroe.

Clifford Robinson, generación 1966

Entre el éxito y las drogas
Su carácter decidido lo llevó al éxito. Su carácter agresivo, a los problemas. Clifford Robinson (40 años) se destacó desde la “High School” (22.3 puntos y 12 rebotes de promedio) y en la Universidad de Connecticut.
El ala pivote debutó en la NBA en la temporada 1989/1990 y se mantuvo en Portland durante ocho años. Fue el Mejor Sexto Hombre (se elige entre quienes no son titulares en sus equipos) en 1992/93, luego de promediar 19.1 puntos y 6.6 rebotes. Llegó dos veces a las finales con los Trail Blazers, pero equipos legendarios lo dejaron sin anillo: los “Bad Boys” de Detroit en 1990 y los Chicago Bulls de Michael Jordan en 1992. Lo contrató Phoenix en 1997/98 y tuvo gran protagonismo durante sus cuatro temporadas allí. Actualmente juega en New Jersey Nets. Durante la 2006/07 promedia solamente 4.5 puntos y 2.7 rebotes, pero su participación viene en ascenso.
Ocupa el 7º lugar entre los jugadores con más partidos en la historia de la NBA y está 23º en puntos anotados. En 17 temporadas jugadas, sus equipos llegaron a playoffs en 16.
La parte negativa de sus éxitos deportivos es su afición a las drogas. En febrero de 2005 recibió una suspensión de 5 partidos sin salario porque dio positivo un doping por tercera vez. La sustancia: marihuana. Y volvió a sufrir la misma sanción en mayo de 2006.

Basquetbolista inesperado
A diferencia de Robinson, Darrell Armstrong (38 años), de pequeño, no jugaba al básquet: su altura no lo acercaba a las canastas. En el colegio, practicaba football americano.
Casi por casualidad probó suerte en el último año del secundario; y luego, en la Universidad de Fayetteville, descubrieron que era un base sensacional. Sus 185 centímetros fueron suficientes. Sin embargo, el desembarco en la NBA se demoró. Primero tuvo que pasar por la interesantísima Liga Española (jugó en Coren Orense) y, al final de la temporada 1994/95, Orlando Magic lo contrató como agente libre. Allí creció mucho durante nueve temporadas: fue Mejor Sexto Hombre y Jugador de Mayor Progreso en 1998/99.
Promedia 9.7 puntos y 4.3 asistencias en su carrera, en la que también jugó para New Orleans, Dallas (llegó a las finales en 2006) y actualmente lo hace en Indiana Pacers. Es un excelente lanzador de tiros libres: en playoffs tiene el tercer mejor porcentaje de la historia (falló sólo 9 de 90). Además, creó una fundación benéfica para bebés prematuros.

Darrell Armstrong, generación 1968

El Dios de Seattle
Es el jugador de Seattle con más puntos, robos, partidos jugados, asistencias, minutos jugados, dobles y triples convertidos en la historia. En esa ciudad, hasta se declaró al 6 de junio de 2000 como su día. Es “el Guante”, un base dúctil y talentoso. Es Gary Payton (38 años).
Sus inicios lo llevaron al Salón de la Fama de Oregon State, luego de quedarse con el record de puntos de esa Universidad y de ser el segundo jugador de la historia de la NCAA (básquet universitario) con más asistencias.
Sus inmensos logros continuaron en la NBA de inmediato: en su primera temporada fue titular en los 82 partidos. Representando a Seattle también fue dos veces el mejor base de la temporada y llegó a las finales en 1995/96, cuando también recibió el premio al Jugador Defensivo del Año. Después de once años brillantes con los Sonics (promedió 9 asistencias en su último año completo), pasó por Milwaukee, Los Angeles Lakers (perdió la final de 2003/04) y Boston. Desde 2005 representa a Miami, ciudad en la que por fin consiguió el anillo de campeón, derrotando a Dallas en 2006.
Su nombre no es venerado sólo en Seattle. En la historia de la NBA es el sexto jugador con más asistencias y el tercero con más robos de balón. Disputó nueve Juegos de las Estrellas, ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1996 y 2000 (las dos últimas de los Estados Unidos); y, de los jugadores en actividad, es el que suma más asistencias, robos y minutos jugados. Será una leyenda.

Las razones de la supervivencia
No es casual que la mayoría de los veteranos sean verdaderas estrellas, hombres destacados. Para que un basquetbolista sea considerado como un valor importante después de los 35 años necesita dos cosas: un gran estado físico y una gran trayectoria. Aquellos de nivel discreto o aceptable durante su carrera no superan la barrera temporal: no consiguen equipo en la NBA o se retiran antes de llegar a ese punto.
Dale Davis (38 años), aun sin ser un astro insuperable, no es la excepción. Es un pivote que durante 15 años ha peleado por cada rebote (promedia 8 por juego) con una intensidad admirable. Y la efectividad en dobles de su carrera (53%) es muy alta.
Su nombre real es Elliot Lydell Davis y mide 2,11m. Jugó diez años en Indiana, cuatro en Portland y, luego de un efímero paso por Golden State, llegó a Detroit en 2005. Sus números han caído ostensiblemente y en 2005/06 promedió apenas 0.9 puntos y 1.9 asistencias. Tras recibir varias críticas negativas, este año sus estadísticas han mejorado al menos un poco.
Collier Brown Jr. es mejor conocido como P. J. Brown (37 años). Al igual que Armstrong, quien comenzó su carrera profesional en España, Brown tuvo que mudarse en su primera temporada. El destino fue el básquetbol griego. Pero New Jersey lo seleccionó en el draft 1992 y desde entonces permanece en la NBA. Hasta esta temporada había jugado en cuatro equipos, y en 2006/07 llegó al quinto: Chicago Bulls.
Entre los logros de Brown, un pivote de 2,11m, está su buena actuación en Miami en 1996/97, cuando ayudó al equipo a alcanzar las finales de la Conferencia Este. En 2002/03, ya en New Orleans, terminó 4º en la NBA en porcentaje de dobles (53.1%). Es uno de los 26 jugadores de la historia que acumuló 8.000 puntos, 7.000 rebotes, 1.000 asistencias y 1.000 bloqueos. Promedia 9.2 puntos y 7.9 rebotes en su carrera. Su esposa, Dee, también es jugadora de básquet.
Sam Cassell (37 años, base) cierra la lista de los basquetbolistas de mayor edad de la temporada. Debutó en Houston en 1993/94 y ganó dos campeonatos en sus primeras dos participaciones. En total, jugó en siete equipos. Estuvo presente en el primer Juego de Novatos y en 1999/2000 (siendo jugador de Milwaukee) finalizó 2º en asistencias en la NBA (9 de promedio). Su vigencia es notable: en 2003/04, a los 34 años, disputó su primer Juego de las Estrellas y tuvo una temporada espléndida. En 2006/07 sus estadísticas son muy similares a las que tenía a los 25 años. Ejemplar.
Quizá alguno esté muy cerca del final de su carrera. Otros están más cerca de seguir superando records que del adiós. Pero de todos se puede aprender que, aunque el tiempo es invencible, se le puede ganar un round. La fórmula: voluntad, esfuerzo y talento.

El más joven de la historia
Andrew Bynum jugó su primer partido en la NBA cuando tenía 18 años y 6 días, convirtiéndose en el debutante más joven de la historia. Lo hizo con Los Angeles Lakers en 2005/2006. Actualmente tiene 19 y disputa su segunda temporada: promedia 8.3 puntos y 6.4 rebotes. Algunos ya lo comparan con Shaquille O’Neal, quien ganó tres títulos con los Lakers.
¿Qué edad tienen los jugadores de la NBA? El 19% de los 431 jugadores de esta temporada cuenta con 22 ó 23 años. El porcentaje se amplía a 76% si se extienden los límites entre 22 y 31 años. El 11% de los basquetbolista de la NBA, en tanto, suma entre 18 y 21 años. Y sólo el 6% supera los 35 años: 12 de los 431 jugadores pueden ser considerados veteranos.


43 años. La edad a la que se retiró Robert Parish. Nació en 1953 y mide 2,15m. Posee el record de temporadas jugadas (21) y obtuvo 4 títulos.

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN EL SALVADOR (Nº14) Y PUERTO RICO (Nº4), MARZO DE 2007.

lunes, 4 de mayo de 2009

Revolución Rusa

EL TENIS FEMENINO DE LA EX REPUBLICA SOVIÉTICA NO CONTABA CON GRANDES TÍTULOS NI ESTRELLAS. PERO, DE PRONTO, EXPLOTO UN FENÓMENO: HOY TIENE GRAND SLAMS, EL Nº1 DEL RANKING Y A 13 JUGADORAS ENTRE LAS MEJORES 70.

"Dovri dein", se escucha en una de las 2.500 canchas de tenis que existen en Rusia. Cada día, centenares de niñas son recibidas de ese modo en las academias. Esas dos palabras significan "buenos días". Y vaya si son buenos días para el tenis ruso...
Sin embargo, el poderío no es histórico. Rusia, siempre repleta de brillantes atletas y gimnastas, nunca se había destacado en el tenis femenino. No había ganado Grand Slams ni Copas Federación (la versión de la Davis para mujeres), jamás había tenido una número 1 del ranking... La máxima hazaña la había conseguido Olga Morozova cuando alcanzó la final de Wimbledon 1974. A principios de 1994 no había rusas en el Top 100: la mejor era Elena Makarova (135ª).
El éxito del tenis ruso comenzó con una jugadora considerada, injustamente, como una de las menos exitosas: Anna Kournikova. Se había ido a los 10 años a Florida, Estados Unidos, para aprender en la Academia de Tenis de Nick Bollettieri (una de las más prestigiosas del mundo) y debutó en torneos WTA a los 14 años. A partir de entonces, la historia del tenis ruso cambió. Para siempre.
'Annita' combinó un estilo estético y lujoso con un cuerpo estético y lujoso. Y, aunque sobrevive en la memoria colectiva como “una jugadora hermosa que nunca ganó un torneo y terminó siendo modelo”, Kournikova era una tenista sensacional. A los 16 años fue semifinalista de Wimbledon; y, aunque es cierto que no ganó torneos de singles, llegó a ser Nº8 del ranking y la mejor del mundo en dobles.
El 'boom Kournikova' (con miles de niñas deseando ser como Annita) se sumó a una prioridad nacional: en 1988, el tenis se había incorporado a los Juegos Olímpicos, y desde ese momento el gobierno ruso pensó en impulsarlo en su país. ¿Por qué? Porque los Juegos eran el ámbito deportivo en el que se desarrollaba la Guerra Fría. Cualquier medalla que se le pudiera quitar a Estados Unidos era un triunfo comunista.
En 1998, 17 estadounidenses terminaron en el Top 100, contra 4 rusas. Pero las sucesoras de Kournikova fueron ganando espacio a fuerza de entusiasmo, talento y, también, belleza. Porque, claro, evolucionar en la alta competencia es más fácil con apoyo económico. Y los sponsors vieron en cada rusita hábil y hermosa a una Kournikova en potencia.

Sharapova atrae con su tenis y su sensualidad.

Hubo un título aislado de Anastasia Myskina (Palermo 1999), pero fue sólo un anuncio. Desde 2002, 11 rusas ganaron 63 títulos WTA. Fueron apareciendo una detrás de la otra, incluso varias a la vez.
La bola de nieve iba creciendo. En 2003, Elena Dementieva fue campeona en Amelia Island, Dinara Safina (hermana del tenista Marat Safin) en Palermo y Vera Zvonareva en Bol, Croacia. Y, por primera vez, Rusia superó a Estados Unidos en jugadoras Top 100: 9 a 8. Actualmente la diferencia es grande: lo aventaja por 16 a 11.
La líder de la legión rusa es Maria Sharapova. Sus padres dejaron Belarús por el efecto Chernobyl y ella, como Kournikova, viajó a la Academia de Bollettieri a los 7 años. Para que su padre pudiera pagar las clases, Masha (así la llamaban) tuvo que trabajar de ayudante en esos campos de juego. A los 17 años ya era campeona de Wimbledon. Eso generó algunos problemas en sus colegas, ella lo reconoce: “A los 17 empecé a ganarle a tenistas que tenían 25 ó 26. Si dijera que no hay celos, mentiría. Es parte del tenis, que es un deporte individual. A los 8 años les ganaba a jugadoras de 16 y ellas también se enojaban”. En la actualidad es la número 1 del ranking mundial (suma 15 títulos, incluido el US Open 2006) y la deportista mejor paga del planeta. “El buen momento de las tenistas rusas se debe a que entrenamos mucho. Pero no sólo ha ocurrido en el tenis: se ha producido una revolución en todo el deporte ruso, que ha arrojado nuevos talentos”, explica. Las estadísticas demuestran que desarrolló su carrera en medio del auge ruso: de 68 torneos que disputó Maria, en 43 enfrentó al menos a una compatriota.
En aquel 2004 en que Sharapova ganó Wimbledon, Rusia arrasó. Myskina ya había conseguido el primer Grand Slam de la historia para el país en Roland Garros y luego Svetlana Kuznetsova festejaría en el US Open. Tres de los cuatro torneos grandes se vistieron de blanco, azul y rojo. Y dos finales fueron entre rusas, pues Elena Dementieva llegó a esa instancia en París y New York. No era todo: Sharapova se adjudicaría también el WTA Tour Championship (versión femenina del Masters) y el equipo ruso vencería en la Copa Federación.

En 2005, al selecto grupo de campeonas se sumaron Nadia Petrova y Maria Kirilenko. Y, otra vez, Rusia obtuvo la Copa Federación. “El crecimiento del tenis ruso es realmente impresionante. Ellas son jóvenes, audaces y nunca abandonan algo, ni siquiera cuando están perdiendo”, elogia la belga Justine Henin, quien había terminado 2006 como número 1 del ranking. Hoy, claro, lo perdió a manos de una rusa.
Uno de los más grandes aficionados de la legión es Boris Yeltsin, primer presidente de Rusia (1991-1999). “Da su corazón por el tenis, lo ama. Es el mayor fan que he conocido y nos trae suerte –remarca Myskina–. Siempre que hacemos algo importante nos invita a tomar un té o a comer para celebrar. Quiere a todas las rusas por igual, no importa dónde vivan”. Toca un tema complejo, Anastasia: el hecho de que tenistas como Sharapova, Safina, Olga Poutchkova o Anastasia Radionova vivan lejos de Rusia. “No sé por qué muchas tenistas tuvimos que irnos del país para triunfar –dice Sharapova–, pero, cuando yo tenía 7 años, las facilidades no eran muchas y la única opción era irse a Estados Unidos. Me fui de Rusia por mi carrera, pero soy rusa y en el futuro me gustaría jugar la Copa Federación con mi país”. Incluso sin ella, el equipo es candidato a ser otra vez campeón.
La temporada 2006 reafirmó, potenció y revalidó el dominio hasta límites insospechados. Las rusas ganaron 19 títulos; el segundo país con más torneos fue Bélgica, con 9. Y 33 veces una jugadora rusa llegó a una final sobre los 58 torneos jugados.

Los primeros rankings de 2007 aportaron más datos: hay 6 rusas entre las primeras 13; 13 en el Top 70; 92 en el ranking... Y siguen surgiendo más y más futuras estrellas, como Alisa Kleybanova (17 años, venció a Jelena Kostanic en Indian Wells 2004 y está 239ª en el ranking) o Evgeniya Rodina (18 años). El tenis se ha masificado notablemente.
Es cierto: se hablará tanto de su belleza como de su tenis, incluso más. Los diseñadores eligen a las rusas para presentar sus nuevos modelos deportivos. “Si los hombres pudieran llevar falda y presumir de ser bellos, también lo harían. No veo nada malo en ello –explica Sharapova–. Pero yo no trabajo para ser modelo, sino para ser tenista. Cada mañana me pongo las zapatillas para eso”.
La relevancia de Kournikova en el inicio de esta revolución rusa, ignorada por muchos, resulta evidente para las protagonistas. “Entiendo que me comparen con Anna, pues respeto lo que hizo por nuestro tenis”, reconoce Sharapova. “Si el tenis ruso es popular es gracias a Kournikova –apunta Safina–. Muchas empezaron a jugar buscando ser como ella”.
En 2007, Chakvetadze ya ganó en Hobart, Safina en Gold Coast, Petrova en París y Sharapova fue finalista en Australia. Parecería imposible superar los logros del último lustro, pero mientras miles de niñas reciban un "dovri dein" cada día en academias repletas, los buenos días del tenis ruso estarán asegurados.

Pavlyuchenkova, con futuro de Top Ten.

¿La futura gran estrella?
“Empecé a practicar tenis en República Checa, porque hacía demasiado frío en mi país, pero ahora entreno un tiempo en cada lugar”, cuenta como si hubieran pasado años desde su infancia. Anastasia Pavlyuchenkova nació en la ciudad de Samara, tiene 15 años (3/7/91) y es la gran promesa del tenis ruso. “Me gusta Marat Safin, porque es divertido y ruso. Y Marcos Baghdatis es asombroso, me encanta su juego”, destaca. Debutó a los 14 años y suma 25 victorias y 8 derrotas. En 2006 ganó en Italia su primer torneo ITF (siguiente nivel tras los WTA), el Abierto de Australia y el US Open juniors. 299ª en el ranking, tiene frescura juvenil para explicar sus metas: “Sólo intento jugar bien, después veré...”.

63 títulos. Ganaron las tenistas rusas desde 2002: Sharapova (15), Myskina (9), Kuznetsova (8), Petrova (7), Dementieva (6), Safina, Zvonareva (5), Chakvetadze, Bovina (3), Kirilenko y Likhovtseva (1).

Invasión rusa en el Top 70
1ª Maria Sharapova (19/04/87)
4ª Svetlana Kuznetsova (27/06/85)
7ª Nadia Petrova (08/06/82)
8ª Elena Dementieva (15/10/81)
11ª Anna Chakvetadze (05/03/87)
12ª Dinara Safina (27/04/86)
20ª Vera Zvonareva (07/09/84)
28ª Anastasia Myskina (08/07/81)
33ª Maria Kirilenko (25/01/87)
37ª Olga Poutchkova (27/09/87)
54ª Elena Likhovtseva (08/09/75)
55ª Elena Vesnina (01/08/86)
62ª Vasilisa Bardina (30/11/85)

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN URUGUAY (Nº11), COLOMBIA (Nº11), EL SALVADOR (Nº13) Y PUERTO RICO (Nº1), MARZO DE 2007.