Por Martín Estévez
Por sus cruces heroicos, por anticipar a
los delanteros, por despejar todos los centros, por su ubicación táctica, por
su liderazgo o por sus goles, ellos se ganaron un lugar en la memoria parados
bien cerca de su arco. Un repaso que no es un ranking, sino un homenaje a los
que enseñaron que, a veces, el mejor ataque es una buena defensa.
Bobby Moore
El mejor defensor inglés de todos los
tiempos. No tenía el típico físico de marcador central, era flaco y de poca
musculatura, pero por su habilidad e inteligencia llegaba a la pelota antes que
todos. Se destacó aunque su equipo (West Ham, entre 1958 y 1973) no era de los
más poderosos y fue capitán de su selección durante una década (jugó 108
partidos). El y Bobby Charlton fueron los principales argumentos que tuvo
Inglaterra para ganar su único título mundial en 1966. Pelé afirmó que fue el
mejor defensor que enfrentó. Murió en 1993, pero en su país lo recuerdan con
una estatua que mide 6 metros.
Carles Puyol
El líder defensivo del mejor equipo del
siglo XXI: el Barcelona de Guardiola. Y, como si eso no alcanzara, clave para
España en la obtención de la Eurocopa 2008 y del Mundial 2010. Aunque no hizo
demasiados goles, tiene uno que vale por mil: el cabezazo ante Alemania que
significó el pase a la final en Sudáfrica. A la técnica lógica para un
futbolista formado en el Barça, le sumó impetuosidad. Ganó 21 títulos con el
club, y jamás vistió otra camiseta hasta su retiro en 2014. Busquen en YouTube
el gol que evitó ante el Lokomotiv, una verdadera atajada sin las manos.
Hong Myung-Bo
El mejor defensor asiático de la historia.
Héroe absoluto en Corea del Sur, jugó nada menos que 113 partidos en su
selección, y cuatro Mundiales. No faltó nunca desde el sufrido Italia 90
(perdieron sus tres partidos) hasta el festejado Corea-Japón 2002, cuando, con
ayudas arbitrales, los coreanos eliminaron a Italia y España, y finalizaron
cuartos. En ese torneo, Myung-Bo fue elegido tercer mejor jugador. A nivel
clubes, fue campeón asiático en 1998, con el Bellmare Hiratsuka de Japón. Se
retiró en 2004 y fue director técnico de su selección entre 2013 y 2014 (un
empate y dos derrotas en el Mundial de Brasil).
Ruud Krol
En la Naranja Mecánica (selección holandesa
que revolucionó el fútbol) “todos jugaban de todo”, pero nadie defendía como
él. Krol fue, junto a Cruyff, Rep, Rensenbrink y Neeskens, símbolo de aquel
maravilloso equipo. Además de central, supo ser lateral y volante. Surgió en el
Ajax, donde logró 15 títulos entre 1968 y 1980. Fue tres veces campeón de
Europa y ganó la Intercontinental 72. Brilló en los Mundiales de 1974 (le hizo
un gol a Argentina) y 1978: las dos veces fue subcampeón. Luego jugó en Canadá,
Italia y Francia. Actualmente trabaja como director técnico en África.
José Santamaría
Es difícil asegurar si tiene más prestigio
en Uruguay o en España, porque brilló en ambos países. En su tierra natal,
ganó 5 ligas con Nacional (entre 1950 y
1957) y fue figura en el Mundial 54, cuando Uruguay eliminó a Inglaterra y
llegó hasta semifinales. En España, logró 11 títulos con el Real Madrid,
incluyendo cuatro Copas de Campeones y la Intercontinental del 60, y además
jugó el Mundial 62. Su capacidad de liderazgo dentro del campo lo convirtió en
un respetado entrenador, al punto que dirigió a la selección española en el
Mundial 82. A los 88 años, sigue recibiendo homenajes.
Sergio Ramos
Es el defensor más popular en la
actualidad, y uno de los mejores. Lo ayuda un Real Madrid que no para de ganar,
pero por su irreverencia él se destaca
entre destacados. Rápido, y a veces violento, a los 30 años acumula 13 títulos
con el club. En España se menciona al tiempo de descuento como el minuto
“NoventayRamos”, porque ha hecho importantes goles en ese instante, incluyendo
dos en las finales de la Champions League 2014 y de la Supercopa Europea 2016.
Fue parte de la selección que ganó el Mundial 2010 y las Eurocopas 2008 y 2012.
Ronald Koeman
Hizo más goles que Salas, Ramón Díaz,
Morientes, Saviola y Careca. ¡Y era defensor! Tenía un remate legendario:
pateaba penales, tiros libres, probaba de media distancia. Era correcto
marcando, pero increíble en ataque: de cada dos veces que cruzaba la mitad de
la cancha, en una convertía. Hizo 193 goles en liga (lo escolta Passarella,
¡con 59 menos!); 21 en copas locales; 24 en copas europeas; 1 en la
Intercontinental del 88; y 14 en Holanda. Total: ¡253! Ganó la Champions League
con el PSV Eindhoven y brilló en el Barcelona de Cruyff (8 títulos entre 1989 y
1995).
Mauro Ramos
Nada menos que el capitán de la selección
de Brasil que ganó el Mundial 1962. Tuvo una larguísima y exitosa trayectoria
en San Pablo (cuatro títulos entre 1948 y 1960) y en el Santos de Pelé, donde
conquistó 14 torneos hasta 1967, incluyendo dos Libertadores y dos Intercontinentales.
Era, tal vez, el menos técnico de aquella selección brasileña, pero de
personalidad irresistible: suplente del capitán Bellini en el Mundial 58,
terminó quitándole el puesto y la capitanía cuatro años después. Se retiró en
1968, fue entrenador del Santos y murió en 2002.
Fabio Cannavaro
El año 2006 lo impulsó a este catálogo:
ganó la liga italiana con la Juventus y fue elegido mejor jugador del torneo;
ganó la Copa del Mundo y fue capitán de esa selección italiana; y la FIFA lo
eligió como el futbolista del año. Antes, había jugado en Napoli, Parma (tres
títulos) e Inter. Después, pasó por Real Madrid (2006-2009), volvió a la Juve y
se retiró en el Al Ahly de Emiratos Arabes (2011). De gran estado físico, usaba
bien el cuerpo y solo atacaba en las pelotas paradas. En los últimos veinte
años, ningún defensor anticipó las jugadas tan bien como él.
Héctor Chumpitaz
La edad de oro del fútbol peruano
(1969-1983) se apoyó en un referente en ataque (Teófilo Cubillas) y uno en
defensa: Chumpitaz. El “Capitán de América” (líder en los combinados americanos
de esa época) fue zaguero, pero podría haber sido enganche. Desparramaba
habilidad y pasaba al ataque: metió 68 goles entre 1964 y 1984. Es ídolo de
Universitario, donde ganó cinco ligas y llegó a la final de la Libertadores.
Con su selección, fue campeón sudamericano en 1975 y llegó a cuartos de final
en los Mundiales de 1970 (le hizo un gol a Bulgaria) y 1978.
Pedro Arispe
Uruguay dominó el fútbol entre 1920 y 1930,
época en la que tuvo dos grandes backs (defensores en el esquema 2-3-5). Uno
fue José Nasazzi, que se corría hacia los costados; y el otro fue Arispe, que
resistía en el fondo y fue clave para ganar las medallas de oro olímpicas en
1924 y 1928, cuando fue subcapitán. Integró el cuerpo técnico del Uruguay
campeón mundial en 1930, pero siguió jugando en Rampla Juniors hasta 1937.
Corajudo, fuerte físicamente y esforzado en una época en la que no todos se
esforzaban. Una calle uruguaya lleva su nombre.
Franz Beckenbauer
No solo fue el mejor defensor, sino uno de
los principales futbolistas en cualquier puesto. Bestia táctica, rey de la
ubicación, capaz de cambiar de posición sin perder brillo, excelente líbero
cuando no existía el puesto de líbero. Veloz, agresivo y hasta goleador: 93 tantos
entre 1964 y 1983. Héroe del Bayern Munich (15 títulos), fue campeón mundial de
clubes (1976) y también de selecciones: gracias a él, Alemania frenó a la
Naranja Mecánica holandesa en la final del 74. El Kaiser recibió el balón de
Oro en 1972 (ganó la Eurocopa) y 1976, además fue campeón del mundo como
entrenador en 1990.
Franco Baresi
Es, junto a Beckenbauer, el defensor más
prestigioso de todos los tiempos. Sostuvo un altísimo nivel durante su carrera
(1978-1997), al punto que, hasta los 34 años, fue vital para Italia.
Prácticamente no cometía errores. Podían gambetearlo con una genialidad,
superarlo por quedar en inferioridad numérica, pero casi no hay registros de
fallas tácticas, errores groseros, desatenciones: es como si hubiera estado
concentrado durante veinte años. Sumó 18 títulos en su único club, Milan
(incluyendo dos Intercontinentales); y un Mundial con Italia (el 82, cuando era
suplente). También fue 3° en 1990 y 2° en 1994.
Daniel Passarella
Si fuera recordado solamente como jugador, sería
indiscutido en la Argentina: fue el mejor defensor nacional de la historia.
Marcaba excelente, corría mucho. Aunque medía 1,73, cabeceaba como nadie. De
chico era derecho, pero tras una lesión construyó un misil en su pierna
izquierda. Metió más goles que ningún defensor argentino: ¡156! Es el único que
ganó dos Copas del Mundo; en el 86 no llegó a jugar, pero en el 78 había sido
capitán y figura. Con River, ganó 7 títulos como jugador y 3 como entrenador.
Su imagen se deterioró en 2011, cuando fue presidente del River que descendió
al Nacional B.
Albert Shesterniov
Fue, junto al arquero Lev Yashin, el
símbolo de la Unión Soviética semifinalista del Mundial 66 y de las Eurocopas
64 y 68. Jugó 90 partidos y participó en tres Copas del Mundo. En el 62 no
ingresó. En el 66, la URSS eliminó a Italia y Hungría, y él fue capitán y
figura. En la Euro 68 la rompió en la semifinal contra Italia (0-0), pero
quedaron eliminados ¡por sorteo! Mantuvo la capitanía en el 70, cuando quedaron
afuera en cuartos de final. Jamás pasaba al ataque; estaba obsesionado con su
propio arco. Jugó toda su carrera en el CSKA Moscú, donde ganó la liga en 1970.
Murió en 1994.
Marcel Desailly
Francia fue campeón del mundo en 1998
gracias a jugadores de los países que explotó durante décadas. Uno de esos
países fue Ghana, y uno de esos jugadores fue Desailly. Tras destacarse en
Nantes, su reconocimiento internacional lo consiguió al ser campeón europeo dos
veces consecutivas: en Olympique de Marsella (1993) y en Milan (1994). Era fuerte,
alto y seguro en sus movimientos. Nadie jugó tantos partidos como él en Francia
(116), incluyendo todos los del Mundial 98. Ganó la Eurocopa 2000, fue ídolo
del Chelsea y jugó en Qatar hasta 2006.
Elías Figueroa
Aunque su país tuvo a Zamorano y Salas, es
considerado el mejor futbolista chileno de la historia. Lo llamaron “Mister
Lujo”; y, por su extraordinario anticipo, “el Iluminado”. Interrumpía pases con
inteligencia y salía con pelota dominada, hasta entregarla a un compañero. En
su extensa carrera (1964-1982) pasó por ocho clubes, luciéndose en Peñarol e
Inter de Porto Alegre. La FIFA lo eligió mejor jugador del mundo en 1975 y
1976. Empujó a su país a clasificarse para los Mundiales 66, 74 y 82. Su imagen
se empañó por su apoyo al dictador Augusto Pinochet; pero, dentro de las
canchas, era indiscutible.
Roberto Perfumo
Poco conocido en Europa, el Mariscal es una
leyenda en Sudamérica. Arquetipo de los zagueros de los años 60: recio,
resultadista y, por momentos, violento. Decía que una patada bien pegada era la
mejor forma de disminuir a un rival. Su etapa más gloriosa la vivió en Racing
(1960-71), donde fue campeón argentino, de América y del mundo. En Brasil ganó
tres estaduales con el Cruzeiro (1971-74). A los 31 años llegó a River y rompió
la racha de 18 años sin títulos. Jugó los Mundiales 66 y 74, y como entrenador
fue campeón con Gimnasia. Murió en 2016.
Gaetano Scirea
Existen dos modelos de defensor italiano:
el duro y amenazante, cuyo referente fue Claudio Gentile; y el que se destaca por
su sentido táctico y caballerosidad. La imagen, en este caso, es la de Scirea.
Medía menos de 1,80, pero casi nunca lo superaban físicamente y hasta se
imponía a grandes cabeceadores. Estrella de Juventus, ganó 14 títulos en el
club entre 1974 y 1988, incluyendo la Copa de Campeones de Europa y la
Intercontinental. Fue figura de la selección italiana que obtuvo el Mundial 82.
Murió en 1989, cuando solo tenía 36 años, a causa de un accidente con su auto.
Noureddine Naybet
Quitando a Desailly, que representó a
Francia, es el mejor central africano de la historia. Jugó en Wydad Casablanca
de Marruecos entre 1989 y 1993. Nantes lo contrató y ya nunca dejó Europa. Su
etapa dorada la vivió en La Coruña: clave en la histórica conquista de la liga
en 2000. También jugó en Sporting Lisboa y Tottenham, donde se retiró en 2006.
Referente absoluto en su selección, la guió en un logro legendario:
clasificarse a dos Mundiales consecutivos. En 1994 y 1998, Marruecos fue
eliminado en primera fase, pero en el 98 disfrutó un magnífico 3-0 a Escocia.
Publicado en El Gráfico N° 4478 (febrero de 2017)
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