jueves, 16 de octubre de 2014

Juegos Olímpicos Amberes 1920

*Entre los países de Sudamérica, sólo participaron Brasil y Chile. En total, se inscribieron treinta países.

miércoles, 15 de octubre de 2014

El medallero (marzo de 2014)

Por Martín Estévez

Oro: Federico Delbonis
Justo después de la entrevista que le hicimos en la edición anterior, viajaba a San Pablo. Y ahí ganó su primer torneo ATP: derrotó a Almagro (17º) en semifinales y a Volandri en el partido decisivo. Así, a los 23 años, escaló a su mejor posición en el ranking: 44º.

Plata: Germán Lauro
A punto de cumplir 30 años, no para de conseguir buenos resultados en lanzamiento de bala. Primero, batió el récord sudamericano bajo techo (21,04 metros); después, fue 6º en el Mundial de Sopot; por último, ganó la medalla de oro en los Juegos Odesur.

Bronce: Federico Grabich
Elegimos al nadador como símbolo de todos los que compitieron en los Juegos Odesur. El santafesino fue quien más medallas consiguió en Santiago de Chile: 6. Oro en 200 metros libre y plata en 50 y 100 libre, 100 espalda, y postas 4x100 libre y 4x100 estilos.

Plomo:  Pablo Ledesma
Su imagen quedó desfigurada luego de la desafortunada irrupción durante una conferencia de prensa y de su pelea con Orion. Pero eso no es todo: el nivel del volante en lo que va del Torneo Final es de malo para abajo. El 2014 empezó torcido para Pablo.

Lata: Racing Club
En las peores temporadas de su historia sacó 40 puntos: la 2000/01 y la 2007/08. En lo que va de la actual, acumula apenas 20 unidades en 27 partidos. Desde ahora mismo hasta 2016, vivirá mirando de reojo los promedios. Es claro que la culpa no es sólo de Mostaza.

Cartón: Independiente
La pesadilla no termina: ¡siete partidos sin ganar en la B Nacional! Ni San Lorenzo, ni Racing ni River tuvieron una racha así. Banfield se aleja cada vez más y el Rojo sólo aspira a un segundo o tercer puesto que lo devuelva a Primera. El empate de local ante San Carlos quedará en la historia.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4445 (ABRIL DE 2014)

domingo, 12 de octubre de 2014

Sorpresas te da la lista

Por Martín Estévez

Sabella anunciará el 2 de junio los 23 convocados para Brasil 2014. Aunque parece no haber lugar para nombres inesperados, la historia demuestra que, desde 1966, todos los entrenadores tomaron alguna decisión que causó asombro o polémica. ¿Quiénes se quedaron y quiénes viajaron de imprevisto?

El 13 de mayo, Alejandro Sabella presentará formalmente una lista de 30 futbolistas; y el 2 de junio confirmará a los 23 que integrarán el plantel que jugará el Mundial de Brasil 2014. Esta vez, parece que no habrá sorpresas ni grandes polémicas. Sabella no muestra intenciones de borrar a ninguno que haya sido pieza importante durante su etapa en la Selección, y tampoco de citar a alguno de los que hace tiempo están lejos de la celeste y blanca, como Cambiasso o Tevez. Sin embargo, la historia advierte que hay que estar preparados para todo, porque la lista siempre da sorpresas.

1966: Lorenzo, a los volantazos
Cuando la Selección lo jugó en 1930 y 1934, el Mundial no significaba tanto y desde los medios de comunicación no se generaban conflictos por las citaciones. Recién en 1958 y 1962 comenzaron a debatirse las decisiones de los entrenadores. Y, luego de esos dos fracasos (ni en Suecia ni en Chile superamos la primera ronda), hubo intensas críticas en cada convocatoria rumbo a Inglaterra 66. José María Minella había conseguido la clasificación, pero renunció en 1965. Asumió el cargo Osvaldo Zubeldía, pero como le negaron formar dupla técnica con Antonio Faldutti, también se fue. El 22 de abril, cuando faltaban menos de dos meses para el Mundial, Juan Carlos Lorenzo quedó al mando. Comenzó entonces una serie de partidos contra equipos extranjeros que resultó decisiva.

A 40 días del Mundial había 40 jugadores por examinar. Cada partido era una prueba. El encuentro contra la Fiorentina, por ejemplo, resultó fatal para Raúl Bernao (“Estuvo en una mala tarde, tuvo problemas con la pelota y no encontró el partido”, dijo Lorenzo). Malbernat y Lallana, números puestos con Zubeldía, ni tuvieron chances con el Toto. Un amistoso contra un ¡combinado de Mar del Plata! dejó en el camino a Oscar Martín, Alberto Rendo y Marcos Conigliaro. El casi desconocido Aníbal Tarabini metió un gol contra Cagliari y así se ganó un lugar entre los 26 que quedaron en la anteúltima lista, en la que ya no estaban José Mesiano y Oscar Pianetti, titulares días antes, y Enrique Omar Sívori, sin chances reglamentarias porque jugaba en el fútbol italiano.

Entre los últimos cortados de la lista hubo dos lógicos (Daniel Onega y Alberto Sainz) y dos batacazos: el arquero Miguel Santoro, lesionado a último momento, y el volante Vicente De la Mata. “Lo que más bronca me da es que Lorenzo me haya dicho que me falta estado físico –declaró De la Mata en aquel momento–. Si no tengo ahora, menos tenía antes. Entonces, ¿para qué me trajo?“. Entre los convocados había varios con menos de 5 partidos en la Selección: Tarabini, Nelson López, Irusta, Pastoriza y el Loco Gatti. Aun rodeado de críticas, el equipo consiguió terminar entre los ocho mejores del mundo.

1974: Para Babington, World “Cap”
La Selección seguía siendo más un problema que un orgullo. Luego de no clasificar al Mundial 70, el camino hacia Alemania 74 también fue tortuoso. Sívori fue el director técnico que consiguió la clasificación, pero renunció inmediatamente después. Lo reemplazó Vladislao Cap, que armó un plantel relativamente estable hasta que en la gira previa (que incluye la memorable derrota 1-4 contra Holanda) se lesionó un centrodelantero: Roque Avallay. Sin otro 9 a la vista, y luego de probar a Carlos Aimar y a Santiago Santamaría, Cap rompió los pronósticos citando a Carlos Babington. Más raro aun fue que, días después, en el debut mundialista contra Polonia, el Inglés haya estado entre los once titulares.

1978: El Mundial del Capitán Beto
El primer período de César Menotti se destacó por traer certezas y orden al hasta entonces caótico seleccionado. Cuando asumió, en 1974, eligió a Norberto Alonso como capitán, pero surgió un problema: como solía convocar sólo a jugadores del fútbol local, cuando Alonso fue transferido a Francia, dejó de formar parte. A seis meses del Mundial, Menotti ya tenía la base del equipo aceitada, pero Alonso volvió al fútbol argentino y tuvo un primer semestre brillante. Se habló de presiones para que fuera convocado, incluso de parte de la Junta Militar. Víctor Bottaniz, Humberto Bravo y hasta un jovencísimo Diego Maradona peleaban por un puesto que finalmente fue para el Beto. “En la primera práctica -recordó Alonso- César se acercó y me dijo: ‘Usted no está acá por presión de nadie, sino porque lo dispuse yo’”. No viajó de turista: entró en los partidos ante Hungría, Francia y Brasil, y tiene en su casa la medalla de campeón del mundo.

1982: Cucurucho por la noticia
Si alguna vez hubo pocas chances de sorpresas en alguna convocatoria, esa vez fue en 1982. Menotti, con la tranquilidad del título mundial conseguido, comenzó a entrenar con los 25 preseleccionados cuatro meses antes de la copa. Pero el 23 de abril sorprendió en serio: desafectó a cuatro jugadores (Enzo Bulleri, Jorge Gordillo, Edgardo Bauza y Raúl Chaparro) y convocó a Santiago Santamaría. Cucurucho había renunciado a la Selección por motivos personales, pero antes de dar la lista lo llamaron especialmente y él dijo estar dispuesto. Finalmente, se sacó las ganas de jugar: 10 minutos contra El Salvador y 36 contra Brasil.

1986: El trío salvador de Bilardo
Si a Lorenzo lo habían criticado duramente antes de Inglaterra 66, a Carlos Bilardo directamente lo destrozaron en la previa a México. El equipo no jugaba bien y tampoco tenía un estilo de juego definido. Ni Bilardo estaba conforme, al punto que a poco tiempo del Mundial cambió buena parte del plantel con el que había trabajado. Afuera quedaron Enzo Trossero, Miguel Angel Russo, Alejandro Sabella (sí, Sabella), Oscar Dertycia, Juan Barbas y el Pato Fillol. Y hubo tres convocados inesperados: el Vasco Julio Olarticoechea, que llevaba dos años fuera del equipo; y Héctor Enrique y Miguel Zelada, nunca antes citados. Zelada llegó al Mundial pero nunca pudo atajar en la Selección. El Negro Enrique, en cambio, jugó 5 de los 7 partidos y todavía sigue enorgulleciéndose por ser quien le dio el pase a Maradona, antes de que Diego empezara la corrida del segundo gol contra Inglaterra.

1990: Valdano, en la orilla
Parecía que las exclusiones del Tata Brown y Ramón Díaz eran lo más discutible que tendría la lista de Bilardo para Italia 90, pero no. El 20 de mayo, a casi nada del Mundial, anunció un cambio en los 22 convocados. Adentro, Gabriel Calderón. Afuera, Jorge Valdano. Autor de un gol en la final del 86, había dejado el fútbol en 1987, pero por pedido de Bilardo volvió a entrenarse con el fin de jugar la Copa del Mundo. Su frase sobre aquel momento ya es mítica en el ambiente del fútbol: “Después de nadar seis meses, me fui a morir en la orilla“. Para peor, Calderón terminó jugando 5 de los 7 partidos, dos como titular.

1994: El peor día de Franco
El Coco Basile deconstruyó el plantel luego del 0-5 contra Colombia en Eliminatorias: afuera Ricardo Altamirano, Julio Saldaña y Gustavo Zapata; adentro José Chamot, Abel Balbo y Diego Maradona. En la nómina previa, de 23 jugadores, estaba Ariel Ortega, de apenas 20 años, gran candidato a ver el Mundial desde afuera. Pero el 2 de junio, el que sufrió fue otro: Darío Franco. Pieza clave entre 1991 y 1993, hasta que se fracturó en la Copa América, sus 22 partidos previos no le sirvieron de nada. El Burrito, en cambio, jugó 3 de los 4 partidos en Estados Unidos.

1998: Una cosa que empieza con B
Daniel Passarella tuvo sus hombres de confianza durante su ciclo al frente de la Selección. Germán Burgos, Roberto Ayala, Matías Almeyda, Christian Bassedas, Marcelo Gallardo, Claudio López y Hernán Crespo fueron algunos de sus favoritos durante cuatro años. A mediados de mayo, el Kaiser confirmó a 21 jugadores para el Mundial y dejó en angustiante espera a Bassedas. Y el 29 de ese mes, le rompió el corazón: el convocado número 22 fue Abel Balbo, lejos de la Selección desde un 1-1 contra Chile en 1996 en el que Passarella afirmó que al equipo le había faltado “fibra“. Bassedas, al menos, jugó algunos partidos más en el ciclo Bielsa. Balbo ingresó 28 minutos en el debut contra Japón y sobre el final en la derrota contra Holanda. Al igual que Passarella, nunca más volvió a la Selección.

2002: ¿Es un pájaro?
Siempre ofensivo en su manera de pensar el fútbol, Marcelo Bielsa tenía decidido llevar seis delanteros al Mundial de Corea y Japón. Gabriel Batistuta, Hernán Crespo, los dos López (Claudio y Gustavo) y Ortega eran piezas fundamentales del equipo. Quedaba lugar para uno más. Javier Saviola (entonces jugador de Barcelona) parecía llevarle una pequeña ventaja a Julio Cruz (Bologna de Italia). Pero, en la gira previa, Bielsa dejó a todos estupefactos: citó a Claudio Caniggia, que tenía 35 años y llevaba seis sin jugar en la Selección. Proveniente del Rangers de Escocia, el Pájaro se ganó un lugar en la lista gracias a su buen nivel en los amistosos, pero se quedó entre los suplentes en los tres partidos del Mundial y, en el banco, fue expulsado ante Suecia.

2006: Corte de Lux
José Pekerman, entrenador de perfil bajo, había tomado decisiones fuertes en los meses previos al Mundial de Alemania. Afuera el histórico Javier Zanetti, inamovible con la celeste y blanca desde 1995, y Walter Samuel, firme desde 1999. Y adentro Julio Cruz, que así tenía revancha del Mundial anterior, por sobre Diego Milito, de gran temporada en Zaragoza (incluidos cuatro goles al Real Madrid en un partido). Era suficiente, pero se guardó una gran sorpresa para el 15 de mayo, día de la citación definitiva: dejó sin Mundial a Germán Lux, titular en la Copa de las Confederaciones 2005, y convocó en su lugar a Oscar Ustari, sin partidos en la Selección Mayor. “Germán merecía más que yo ir al Mundial“, reconoció Ustari, tercer arquero detrás de Abbondanzieri y Franco.

2010: Cuento chino
Luego del pobre ciclo Basile, Maradona asumió como entrenador en marzo de 2009. Su etapa se caracterizó por la gran cantidad de futbolistas convocados: 106 en 15 meses, incluyendo a Nelson Ibáñez, Ignacio Canuto, Carlos Matheu, Patricio Toranzo, Luis Rodríguez, Franco Jara y Milton Caraglio. Por eso, no era fácil adivinar los nombres de los 23 convocados para el Mundial. Diego no sólo volvió a dejar sin copa a Javier Zanetti, sino que borró a Esteban Cambiasso. Y de los 106, llevó a Sudáfrica a uno de los más inesperados: Ariel Garcé, que a los 30 años jugaba sin lucirse en Colón de Santa Fe. Tan difícil era imaginarse al Chino marcando punta en el Mundial, que en el último partido preparatorio, ante Canadá en el Monumental, un hincha colgó una bandera que ya es leyenda: “Garcé, traé alfajores“.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4445 (ABRIL DE 2014)

viernes, 10 de octubre de 2014

NBA - Duelos de postemporada

Karl Malone y Michael Jordan en uno de los grandes Utah-Chicago.
Por Martín Estévez

Los playoffs de la NBA ya comenzaron y, para entrar en calor, recordamos cinco de los principales choques de la historia.

Los campeonatos de la NBA se dividen en dos etapas. La primera es la temporada regular, en la que los mejores equipos suman triunfos y mejoran detalles, mientras los demás luchan durante 82 partidos para no quedar eliminados. La última etapa son los playoffs, donde los 16 clasificados se eliminan uno contra uno, en series que pueden llegar a extenderse siete partidos. De las centenas de enfrentamientos que hubo en la historia, elegimos cuatro de los más memorables.

Boston-Los Angeles Lakers (1962-1969)
Nunca dos equipos se enfrentaron tantas veces en una final: doce. Todo comenzó en 1959, cuando los Lakers aún tenían sede en Minneapolis, pero explotó en la década del ’60. Los Celtics, liderados por Bill Russell y con Bob Cousy en gran nivel, se impusieron 4-3 en la final de 1962; y 4-2 en la de 1963. Recién en 1965, Los Angeles (con Elgin Baylor como estandarte) tuvo revancha, pero cayó 4-1. Los Lakers hicieron un gran esfuerzo para volver a la instancia decisiva un año después, pero por cuarta vez, Boston se impuso, ahora en séptimo partido. Y volvieron a enfrentarse en la final de 1968 y 1969, ya con el legendario Wilt Chamberlain jugando para Los Angeles, y hubo triunfos 4-2 y 4-3… para los Celtics, claro. Seis finales, seis triunfos para Boston. Dominio histórico.

Los Angeles Lakers-Philadelphia (1980-1983)
Los Lakers no eran campeones desde 1972 y los 76ers, desde el ’67. Se enfrentaron en la final de 1980; Kareem Abdul-Jabbar venía de ganar el MVP (jugador más valioso) de la temporada y llegaba “on fire” al duelo. Philadelphia tenía al gran Julius Erving, el “Doctor J”, en su esplendor: más de 20 puntos y 7 rebotes por partido en la temporada, pero Los Angeles ganó 4-2. Volvieron a verse las caras en la final de 1982, cuando Abdul-Jabbar se apoyó en un Magic Johnson de 22 años que metía 18 puntos y regalaba 9 asistencias por juego. Y otra vez, los Lakers se impusieron 4-2. El último duelo fue en 1983, y Philadelphia tuvo revancha. Barrió 4-0 con un Moses Malone brillante: MVP, 26 puntos y 15,8 rebotes de promedio en playoffs.

Los Angeles Lakers-Boston (1984-1987)
El gran duelo renació en la década del ’80. Había jugadores extraordinarios en ambos bandos. Larry Bird (24,2 puntos y 10 rebotes), Robert Parish (19 y 10) y Kevin McHale (18 y 7) habían brillado en 1984 para que los Celtics lograran 62 triunfos y 20 derrotas en la temporada. Y pese a Abdul-Jabbar y Magic Johnson se impusieron 4-3 en la final, con el casi desconocido Cornbread Maxwell destacándose en el séptimo juego. La revancha llegó rápido. En 1985, los Lakers dirigidos Pat Riley echaron fuego en los playoffs: Abdul-Jabbar, a los 37 años, aportó 22 puntos y 8 rebotes por encuentro, y Magic condujo al equipo con la increíble marca de 15,2 asistencias para alcanzar la final e imponerse allí 4-2 a los Celtics. En 1987 volvieron a definir el campeonato. Magic le arrebató el MVP a Larry Bird: 23,9 puntos y 12,2 asistencias en la temporada regular, donde los Lakers consiguieron marca de 65-17. En los playoffs brillaron otras piezas del equipo (James Worthy, Byron Scott y Abdul-Jabbar) para imponerse 4-2.

Chicago-Utah (1997-1998)
Michael Jordan no puede faltar en ninguna nota que tenga relación con la historia de la NBA. Si en la conferencia este sus Chicago Bulls superaban una y otra vez desafíos colosales ante New York Knicks e Indiana Pacers, su gran antítesis en las finales (jugaron seis y jamás perdieron) fueron los Utah Jazz. O lo que es lo mismo, la dupla John Stockton-Karl Malone. En la temporada 96/97, los Jazz consiguieron un record de 64-18; el grandote Malone (MVP) sumó 27,4 puntos por juego; el pequeño Stockton promedió 10,5 asistencias. Pero Chicago era demasiado Chicago: si habían ganado 69 partidos en la fase regular, en la postemporada se volvían intratables. Jordan promedió 31,1 puntos en los playoffs y marcó 38 jugando con fiebre para ganar la quinta final. Su amigo Scottie Pippen colaboró con 19,2; y Dennis Rodman sumó 8,4 rebotes. Los Bulls se impusieron 4-2. Un año después, Utah terminó líder de la temporada, ahora con Jeff Hornacek apoyando a la gran dupla. Los Bulls parecían avejentados (Jordan tenía 34 años, Pippen 32, Rodman 36, Ron Harper 34), pero sólo lo parecían: Air clavó 32,4 puntos de promedio en la postemporada, Rodman bajó 11,8 rebotes y el croata Toni Kukoc tuvo un altísimo 48,6% de eficacia en tiros de campo. El retiro de Jordan de los Bulls fue el momento más maravilloso de la historia de la NBA: marcó el emocionante doble final del sexto partido para ganar 4-2 la final.

Miami-San Antonio (2013)
Nos regalaron la que fue, probablemente, la mejor final del siglo XXI. Los Heat, que llegaban con el rótulo de campeón reinante luego de arrasar con Oklahoma en 2012, terminaron con 66 triunfos y sólo 16 derrotas la temporada regular, en la que LeBron James volvió a consagrarse MVP. Los Spurs, ganadores en 2002, 2004 y 2006, tuvieron un poco impresionante record de 58-24, pero en las tres primeras rondas de playoffs habían ganado 12 partidos y perdieron sólo 2. Fue una serie bestial: Miami ganó en San Antonio para empatar 1-1 la serie, con tres partidos seguidos por jugar en casa. Pero todos los Spurs la metieron en las finales: Tim Duncan (18,9), Tony Parker (15,7), Kahwi Leonard (14,6) y Danny Green (14) tuvieron un alto promedio de puntos, más un Emanuel Ginóbili que, aun con problemas físicos, aportó 11,6 tantos y 4,3 asistencias. Así, San Antonio ganó dos de tres en Miami y quedó 3-2, con la posibilidad de celebrar en su estadio. Pero en dos juegos cerradísimos, el sexto y el séptimo, la diferencia la hizo el enorme LeBron: 25,3 puntos; 10,9 rebotes y 7 asistencias por partido. Dwyane Wade, Chris Bosh y Ray Allen sólo tuvieron que seguir su ritmo para que Miami se impusiera 95-88 en el séptimo partido y se consagrara bicampeón de la NBA.

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº65 (ABRIL DE 2014)

jueves, 9 de octubre de 2014

Fútbol (1920)

Argentina le ganó a a Uruguay el premio Ministerio de Relaciones Exteriores
Campeonato rosarino 1920
Desempate. Rosario Central 2 Newell’s 2 (suspendido a los 37’ del ST).

Copa Competencia 1919 (jugada en 1920)
Final. Boca 1 Rosario Central 0 (en tiempo suplementario). Jugado en GEBA.
Final correspondiente a 1919. Boca 2 Nacional (Uruguay) 0. En Sportivo Barracas. Público: 15.000.

Campeonato rosarino 1919 (jugado en 1920)
Final. Rosario Central 3 Newell’s 2.

Partidos amistosos 1920
Belgrano (Rosario) 3 Boca 0.
Porteño 1 Boca 3.
Newell’s 3 Unión (Santa Fe) 1 
Sportivo de Almagro 2 Tiro Federal (Rosario) 3  
Gimnasia y Esgrima de Rosario 5 River 2
Racing 1 (Salas) Combinado de Primera División 1 (Orzari)
Club Atlético 9 de Julio 2 Racing de Chivilcoy 0. 
Inglaterra 5 Francia 0.
Gath y Chaves 2 Selección de Brasil 3.

Asociación Amateurs 1920
River 1 (Laiolo) Vélez 1 (Galíndez)

Campeonato de Inglaterra 1920
Final. Aston Villa’s 1 Huddersfield 0. Público: 50.000.

Campeonato reducido por el 25° aniversario del Club Atlético Porteño
Sportivo Barracas-Huracán
Del Plata 2 (Juan 2) Boca 1 (Pertini)
Estudiantes (LP) 4 Sportivo Barracas 3
Semifinal. Porteño 2 Del Plata 5
Semifinal. Sportivo de Almagro 3 Estudiantes (LP) 0. 
Final. Del Plata 1 Sportivo de Almagro 0.

Copa Reyna 1920
Rosarinos 0 Porteños 0

Amistoso 1920
Uruguay 2 Argentina 0, en Montevideo, ante 26.000 espectadores. 
Argentina: O. Díaz; J. Presta, A. Celli; F. Ballart, A. Sacarello, E. Scoffano; P. Calomino, I. Libonatti, J. Lucarelli, R. Etcheverría y J. Calandra. 

Copa Newton 1920
Argentina 1 (Clarke) Uruguay 3 (Romano, Somma, Piendibene) 
En Buenos Aires, ante 18.000 espectadores. Argentina: Latorre Lelong, Celli, O. Díaz, Carabelli, Cortella, Presta, Calomino, Libonatti, Clarke, Lucarelli y de Miguel.   

Premio de honor “Ministerio de Relaciones Exteriores” 1920
Argentina 1 Uruguay 0. 15.000 espectadores. 
Argentina: Kiessel; Cortella y Bearzotti; Frumento, Delavalle, Uslengui; Calomino, Libonatti, Badalini, Lucarelli y Miguel. 

A beneficio del Círculo de la Prensa
Racing 3 (Hospital, Perinetti, Zavaleta) Combinados 1 (Boffi). En River.

Campeonato Sudamericano 1920, en Chile
Campeón: Uruguay.

Campeonato Argentino de Football
Final. Porteños 2 Santa Fe 0. 
Otros equipos participantes: Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero y Corrientes.

Copa Competencia 1920
Semifinal. Rosario Central 2 San Isidro 0.
Final. Rosario Central 2 Sportivo Almagro 0.

Campeonato uruguayo 1920
1° Nacional; 2° Peñarol.

Campeonato rosarino 1920
Última fecha. Newell’s 0 Tiro Federal 0. Tiro Federal campeón.

Fútbol femenino
Inglaterra 1 Francia 1

Otros partidos (no sé si son amistosos u oficiales)
San Isidro 3 River 0.
Rosario Central 1 Newell’s 1.
Huracán 0 Boca 0.
Newell’s 2 (Badalini, Celli) Huracán 0.
Gimnasia y Esgrima (Rosario) 0 Independiente 0.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Enrique García – El poeta de la zurda

Por Martín Estévez

Es recordado como el mejor wing izquierdo de la historia del fútbol argentino. El Chueco fue ídolo del Che Guevara cuando jugaba en Rosario Central y de millones de hinchas cuando la rompió en Racing y en la Selección. Y eso que la derecha sólo la usaba de bastón…

“Tuvimos un winger que bordaba en el corner: Onzari. Tuvimos uno que entraba tirando fuerte: Orsi. Tuvimos muchos como Carricaberry, Guayta, Lauri, Tarasconi, muchos, muchos, pero llegó un día El Fenómeno y los reunió a todos. Salió fuera de concurso. Es diferente. Tiene lo mejor de cada uno. Borda junto a la banderita, penetra hacia el medio, tira, juega, baila, la ablanda, la arruga, la achica, le hace fu fu. Y todo con una pierna sola. Nada más. Del otro lado tiene un bastón. Y no precisa otra cosa. Una muleta a la derecha y esa zurda que vale por las dos, que teje, borda y hace versos”. Eso dice sobre Enrique García el texto publicado en El Gráfico Nº1090, de mayo de 1940. Tiene más valor que aquello que podamos decir ahora: fue escrito por alguien que lo vio jugar.

Cada vez son menos los que vieron al Chueco García, y cada vez somos más los que tenemos que imaginarlo. Pero es la obligación de los que amamos al fútbol: recordar. “Lo que se olvida, se muere –escribió Alejandro Dolina–. Los que recuerdan están rescatando cosas de la muerte. A su manera, son salvadores”. Existe cierto consenso en que García fue el mejor wing izquierdo de la historia del fútbol argentino. Wines eran los delanteros que se movían por las puntas cuando se atacaba con cinco jugadores. Al abandonarse la táctica 2-3-5 siguieron existiendo, aunque forzados a cumplir nuevos roles tácticos. ¿Wings más actuales? Claudio Caniggia, Guillermo Barros Schelotto, el Pipa Estévez y el Piojo López.

El ídolo del che
Enrique García nació en 1912 en Santa Fe. Comenzó a jugar en el patio de la iglesia de Las Rosas, su barrio, y en un club con el mismo nombre. A los 15 años ya gambeteaba lindo. Su hermano Salvador jugaba en la Reserva de Unión y lo llevó a probarse. No quedó. En 1929 se fue al club Brown, que le ofreció un puesto en la Casa de Gobierno de Santa Fe. Jugó en Segunda hasta su debut, justo contra Unión: Brown ganó 1-0 con gol suyo. Al producirse el golpe de Estado de 1930 se quedó sin trabajo, pero consiguió uno en la administración del club. Pudieron retenerlo hasta 1932, cuando Gimnasia de Santa Fe pagó 2500 pesos por su pase. Tenía 19 años. Ahí ganó el campeonato santafesino e integró una delantera apodada “Los Pistoleros” junto a Magán, Salas, Loyarte y Genaro Canteli. Magán y Canteli serían campeones con San Lorenzo en 1933, cuando García fue contratado por Rosario Central, que pagó 5000 pesos por su pase.

Fueron años de gloria para el ataque canalla, formado por Cagnotti, Julio Gómez, Guzmán, Potro y él. Gracias a sus gambetas, ganó admiradores de lujo: el historiador Osvaldo Bayer y Ernesto Che Guevara. “¡Qué piruetas las del Chueco, qué maravilloso trazado de curvas y talonazos, qué paradas en seco!”, escribió Bayer recordando a Enrique. Los que conocieron al Che no sólo dan fe de su cariño por Central, también aseguran que su jugador preferido (y el de su hermano Roberto) era el Chueco, porque sorprendía haciendo las jugadas más inesperadas. Con la azul y amarilla se le atribuyen 98 partidos y 33 goles hasta principios de 1936. Las noticias de su talento llegaron hasta Buenos Aires e Independiente quiso contratarlo, pero Ernesto Malbec, presidente de Racing, viajó a Rosario para ofrecer 39.000 pesos y un partido amistoso entre los dos clubes cuya recaudación quedaba para Central. Su futuro se decidió en una asamblea de socios canallas, que aceptaron la oferta. En ese momento fue el pase más caro de la historia del fútbol argentino.

El Sarmiento de Avellaneda
Debutó en Racing el 3 de mayo de 1936, contra Tigre. La Academia perdió 2-1 y muchos se decepcionaron porque no le salió una. Hubo un detalle: tenía fracturado un dedo del pie izquierdo, pero igual quiso jugar. Confirmó sus ganas de no faltar en el partido siguiente. Y en el siguiente. Y en el siguiente. Así, 228 veces. Sí: jugó 228 partidos consecutivos, por lo que recibió el apodo el Sarmiento del fútbol. Entre 1936 y 1944 fue estrella de un Racing que no conseguía títulos desde 1925. Su mejor temporada fue la de 1938, cuando hizo 20 goles en 32 partidos. Hoy, es uno de los 20 mayores ídolos del club.

Contó Ponciano Souto, masajista de Racing durante aquellos años, que cuando le tocaba trabajar sobre la pierna derecha del Chueco, él decía: “Esa no, esa dejala, ni la toques que la tengo de palo”. No era la única muestra de su ironía. En épocas en las que al equipo le hacían muchos goles de cabeza, cada vez que tenían una pelota parada en contra, gritaba sin disimulo: “¡Marquen a los nuestros, marquen a los nuestros!”. Y una vez, luego de un gol genial en el que gambeteó a varios rivales, volvió hacia la mitad de la cancha despacio, borrando las huellas que había dejado. Sus compañeros lo miraban extrañados. Cuando llegó a su campo, sonrió y les dijo: “Es para que nadie me copie la jugada, muchachos”.

Gracias a su nivel en Racing se convirtió en un habitual convocado para la Selección. Allí jugó con Roberto Cherro, a quien admiraba. “Pese a su gordura –dijo García sin delicadeza–, Cherro fue el fútbol hecho ciencia”.

En 1937 la rompió en el Sudamericano jugado en Buenos Aires. Hizo el gol que permitió ganarle 1-0 a Brasil y llegar a un desempate contra el mismo rival, y le dio dos asistencias a Vicente De La Mata para ganar el título. En esa final le dijo al brasileño Brandao, después de volverlo loco a pura gambeta: “Si tuvieras ruedas, serías un carro”.

En la Copa Roca de 1940 era figura de la Selección, y el centrodelantero Fabio Cassán era resistido. El relator Fioravanti, que veía el partido contra Brasil pegado a la cancha, le dijo al Chueco: “Hacele hacer un gol a Cassán”. Pasaron apenas minutos hasta que García desbordó por izquierda y le dio el pase justo a Cassán, que la empujó a la red. Se acercó a Fioravanti y le dijo: “Servido... ¿Y ahora, a quién?”.

En Racing le llovían apodos elogiosos: el Imparable, el Mago, el Poeta de la Zurda. En la Selección formó una dupla memorable con José Manuel Moreno, al que definió como el mejor entreala que vio. Sus compañeros juraban que mientras se pasaban la pelota, el Chueco y el Charro conversaban: “Tómela usted”, decía uno.  “Ahí se la devuelvo”, respondía el otro.

En sus últimos años sufrió el desgaste físico. Ya nadie regalaba nada, y menos a un wing que parecía burlarse de los rivales en cada jugada. Le gustaba tanto la gambeta que a veces decían que Racing era “Sportivo Chueco García”. Pero lo perdonaban porque era generoso para asistir.

En la Selección dio el último golpe al ganar el Sudamericano de 1941; en total sumó 35 partidos y 9 goles. No jugó un Mundial sólo porque Argentina no participó entre 1934 y 1958.

El último de sus 228 partidos consecutivos fue el 18 de abril de 1943, contra Boca. Se rompió los meniscos del bastón (perdón, de la rodilla derecha) y tuvo que operarse. Volvió un año después, pero no se sentía bien y bajó a la Reserva. Hizo un último intento en Primera el 17 de septiembre, como wing derecho en el 0-0 contra San Lorenzo, pero supo que ya no era el mismo. A principios de 1945 mandó una carta a los dirigentes del club con una frase histórica: “Dejo de jugar al fútbol”.

El Chueco en la historia
“Fue el más grande wing izquierdo de la historia. Quizá Loustau era superior para el equipo, pero el Chueco era el mejor para el puesto”, aseguró el periodista Dante Panzeri. “Era extraordinario, una gloria, el Gardel del fútbol –lo definió Ezra Sued, wing izquierdo que lo reemplazó en Racing a partir de 1943–. Fue el que inventó una jugada que después trataron de hacer muchos: el centro atrás en velocidad. Definía de una forma poco usual en su época: ponía la pelota entre el poste y el arquero”. Oscar Sastre, fallecido en 2012, debutó en Independiente en 1942 y ese año sufrió al Chueco. “Era uno de los pocos wines izquierdos que con la pelota en los pies hacía un desastre –puntualizó–. Si la dominaba, entrabas perdiendo. Era medio haragán y brutal a la vez. Tenía sus artimañas: siempre quería sacar tajada del que no tenía experiencia”. 

En Racing sumó 233 partidos y 78 goles. De esos, apenas dos fueron con la pierna derecha: uno a Lanús y uno a San Lorenzo. Lejos de lamentarse por eso, tras su retiro declaró: “Si hubiera tratado de aprender a manejar la pelota con las dos piernas, ¿creen que hubiera tenido una zurda tan hábil?”.

Al terminar su carrera, atendió su propia bombonería. “La marcación y otras yerbas son inventos de los técnicos –explicaba–. Soy enemigo de todos los sistemas. Atentan contra la belleza del fútbol. No hay con ellos preciosismo ni improvisación”. En 1960 volvió al fútbol como detector y formador de jugadores en Racing: “Cuando me retiré me convertí en un espectador más –declaró en El Gráfico–. Posteriormente nacieron en mí deseos de aportar lo que aún poseo de juventud para la renovación que se impone. No deseamos que se fabriquen jugadores de un día para otro. Los futbolistas no pueden escapar a la ley humana de la evolución”.

Durante sus últimos años, sin que le sobrara una moneda, recorría bares, mitad por picardía y mitad por necesidad, diciendo: “Soy Enrique García, el mejor puntero izquierdo de la historia. ¿Alguien me invita un café?”.

Las medias bajas, los cordones desatados antes del partido, la malicia para enojar a los rivales, la gambeta enreverada por el sector izquierdo. Todo eso se fue cuando se fue el Chueco García, para siempre, el 23 de agosto de 1969, a los 56 años. 

“Ni un renuncio desde que está en Racing –decía aquella nota de El Gráfico de 1940, en la que ya era legendario su presentismo–. Se iba a producir contra Boca. Estaba en cama lesionado. Circuló la noticia por el ambiente futbolístico: el Chueco iba a faltar por primera vez. Era su renuncia a la brega. Pero se levantó y fue a la cancha. Comenzó a jugar medio cauteloso, cuidando la zurda. La llevó a la gramilla con rodillera. Pero la llevó. Al principio medio la sacaba del entrevero. Al final la metió con rodillera y todo. Las ganas de jugar que jamás le faltaron le hicieron olvidar los días en cama, la diatermia, o la bolsa de agua caliente, o lo que fuera. Allí estaba una pelota en el verde y él tenía vestida una camiseta de fútbol”.


Ficha
Nombre completo: Enrique García.
Nacimiento: 20 de noviembre de 1912 en Las Rosas, Santa Fe.
Trayectoria: Brown de Santa Fe (1929-1932), Gimnasia y Esgrima de Santa Fe (1932-1933), Rosario Central (1933-1936) y Racing Club (1936-1944).
Partidos en Primera: 233. Goles: 78.
Títulos en AFA:  Sudamericano 1937 y Sudamericano 1941, con la Selección Argentina.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4444 (MARZO DE 2014)

domingo, 5 de octubre de 2014

Atletismo (1919-1920)

Charles Paddock, oro en los 100 metros de Amberes 1920
Lanzamiento de bala y disco 1919 
Andrés Paoli, recordman de Francia (13m90).

Datos de 1919 
*Jean Bouin, el más grande corredor a pie, murió durante la Guerra Mundial.
*Elisardo Menéndez es el recordman argentino en 5.000 metros (16’15’’) y 10.000 metros (34’47’’).

Lanzamiento de jabalina 
En 1918, el record llegó a 114m28cm.

Festival en GEBA 1919
*Lanzamiento de bala. 1° Ángel Róvere 9m95cm. 
*Lanzamiento de martillo. 1° Ángel Róvere 21,20 metros
*Salto con garrocha. 1° Ángel Róvere 3,02 metros.

I Olimpíadas Suramericanas 1919, en Montevideo

*1° Chile; 2° Uruguay.
*Argentina no compitió.

Salto con garrocha 1920
Frank Foss, record en Norteamérica, 4,06m. Record en Francia: Gouder, 3,74m.

Campeonato argentino de atletismo 1920
*Jabalina: 1° Luis Sigel/Ligel 37,85m. 
*10.000 metros: 1° Elisardo Méndez 34m43s. 
*Lanzamiento de disco: 1° R. Hoerle 32,28m. 
*200 metros: 1° Otto Diesch 24 seg.

II Olimpíadas Suramericanas 1920, en Santiago de Chile
*1° Chile 10; 2° Uruguay 6; 3° Argentina 5. 
*Salto con garrocha: 1° Héctor Berrutti (Uruguay) 3,26m. 
*Lanzamiento de disco: 1° Jorge Llovet Cullen (Argentina) 35,28m.

Prokola, oro en lanzamiento de bala
Juegos Olímpicos Amberes 1920
*Lanzamiento de bala: 1° Prokola (Finlandia) 14,81m. 
*5.000 metros: 1° Guillemot (Francia) 14m55s. 
*Salto en alto: 1° Landon (Estados Unidos) 1,94m (record mundial)
*100 metros llanos: 1° Charles Paddock 10s8. 
*Jabalina. 1° Myrra (Finlandia) 65,78m (record mundial)
*Martillo: 1° Patt Ryan (Estados Unidos) 52,87m. 
*Garrocha (se le llamaba "salto a la garrocha"): 1° Foss 4,09m (record mundial)
*Maratón: 1° Hans Kohlemainen (Finlandia) 2h32m35s8 (record mundial)

Torneo de la Asociación de Profesores de Esgrima y Cultura Física 1920

*Lanzamiento de disco. Jorge Llobet Cullen bate el record sudamericano: 32,17m.