miércoles, 26 de febrero de 2014

110 ídolos de Racing (1903-2013)

Por Martín Estévez

Sabemos que los hinchas de Racing transitarán esta lista entre la admiración y el enojo. Que ninguno discutirá al uruguayo Rubén Paz ni al Chango Cárdenas, ni pedirá que el chileno Reinaldo Navia o Hilario Navarro estén entre los ídolos del club. Pero sabemos que sí se preguntarán cómo puede ser que hayamos olvidado a algún jugador que les encantaba (¿Angelillo, Adorno, Arano, Vitali, Mariano González?) y elegido a otros que tal vez no lo merecían. Por eso lo aclaramos: este recorrido por los símbolos de la Academia no es un dictamen definitivo, sino una invitación a recordar la historia, a debatir, a polemizar con otros hinchas y a disfrutar. Un homenaje a 110 hombres que, en mayor o menor medida, se pusieron la celeste y blanca que todos los hinchas quisieran ponerse y la defendieron con honor.

1) Leandro Boloque (1903-1905)
Representa a la generación de los fundadores del club. Nació en 1879 y jugó los primeros amistosos de la historia, entre 1903 y 1905. Presidente de Racing en 1926 y 1942, fue el autor del que es, hasta ahora, el primer gol registrado en la historia de La Academia: el 21/6/1903, en el 2-1 ante Club Atlético Argentino.

2) Juan Nelusco Perinetti (1908-1920)
Representa a la generación de los fundadores del club. Nació en 1879 y jugó los primeros amistosos de la historia, entre 1903 y 1905. Presidente de Racing en 1926 y 1942, fue el autor del que es, hasta ahora, el primer gol registrado en la historia de La Academia: el 21/6/1903, en el 2-1 ante Club Atlético Argentino.

3) Alberto Ohaco (1908-1924)
El paso del tiempo generó que se perdiera la dimensión de su talento, pero Alberto Bernardino Ohaco fue un verdadero genio del fútbol. Nació en 1889 y llegó a la Primera de Racing a los 19 años. Era tan bueno y entendía tanto el fútbol que, siendo un atacante brillante, cada vez que faltaba un jugador en otra posición, él lo reemplazaba. Llegó a jugar de half, de back y hasta de arquero, en un amistoso contra Ferro en 1920. Ascendió con Racing en 1910 (hizo 11 goles en ese torneo) y luego ganó el heptacampeonato entre 1913 y 1919, la liga de 1921 y otros 11 títulos oficiales con la Academia. Fue goleador del torneo durante cinco temporadas consecutivas, de 1911 a 1915. Una vez hizo 5 goles en un partido (a Estudiantes de Buenos Aires en 1912) y siete veces marcó 4. En total, sumó 202 tantos que lo convierten en el máximo anotador de la historia de Racing. Además, era honesto: se recuerda un gol que le hizo a Estudiantil Porteño con la mano, no advertida por el juez. Alberto se arrepintió, confesó la falta y el tanto fue anulado. Murió en 1950.

4) Alberto Marcovecchio  (1912-1922)
 “Marcovio” fue un goleador serial: sus 187 tantos con la celeste y blanca lo ubican segundo en la historia. Los kilos de más lo transformaban en una topadora. En dos de los siete títulos seguidos de Racing (1917 y 19) fue goleador del torneo. Tiene el récord de tantos en un partido: 7 a Unión en 1913.

5) Juan Hospital  (1912-1922)
Pichín jugaba en Independiente, pero llegó a Racing y no se fue más. Entreala izquierdo, ganó 8 de las 11 ligas que jugó para la Acadé. Hizo 75 goles, uno de ellos clave en la final de la Copa de Honor 1913. Junto a Ohaco, Marcovecchio, Juan y Natalio Perinetti formó la delantera más goleadora de todos los tiempos.

6) Francisco Olazar (1913-1923)
El mito dice que es elmejor volante central de la historia. Lo seguro es que fue un futbolista brillante e influyente: con él, Racing ganó sus 8 primeros títulos y cuando se retiró, el equipo bajó su nivel. Primer gran capitán académico, hizo 27 goles y ganó 19 torneos. Luego fue DT de la Selección.

7) Armando Reyes (1913-1923)
Es junto a Marcovecchio el futbolista con más títulos en el club: 20. En épocas del sistema 2-3-5, Reyes y Castagnola fueron los backs (defensores) del Racing campeón de todo. El equipo recibía muy pocos goles, y él se transformó en habitué durante los primeros partidos de la Selección Argentina: llegó a jugar 20.

8) Marcos Croce (1917-1925)
Comenzó a atajar en Alumni y llegó a Racing cuando la Acadé acumulaba cuatro títulos seguidos. Con él ganó tres más: entre 1917 y 1919 al equipo le hicieron apenas 23 goles en 52 partidos. También festejó en 1921 y 1925. Fue el primer arquero en convertir un gol: lo hizo de penal ante Huracán en un amistoso de 1919.

9) Pedro Ochoa (1917-1931)
Ochoíta no era un entreala efectivo, sino vistoso. Le decían el Rey de la Gambeta y él se divertía creando lujos cada vez que podía. Metió 91 goles y ganó cinco ligas. Es muy recordado porque aparece en la letra del tango Patadura, cantado por Gardel: “Ser como Ochoíta, crack de la afición“.

10) Natalio Perinetti (1917-1933)
El copiloto perfecto de Ochoa, llegó con él a Primera y se retiró apenas dos años después. Wing derecho, Perinetti terminó superando en idolatría a su hermano Juan. Otro que jugaba para divertirse, para desafiarse a sí mismo. Sumó 103 goles y 10 títulos en Racing, incluyendo 5 ligas. Crack absoluto.

11) Albérico Zabaleta (1918-1923)
Una historia llena de goles y dolor. Beco apareció en el fútbol argentino con un poder ofensivo notable: fue goleador de los torneos de 1918 y 1921, y a los 25 años ya sumaba 99 goles en Racing, pero una lesión originada en un partido terminó llevándolo a la muerte menos de un mes después de su último grito.

12) José Della Torre (1926-1933)
Back derecho que fue subcampeón en el Mundial de 1930 y formó una importante dupla defensiva con Paternoster. Jugó 58 partidos en el profesionalismo, aunque supera el centenar sumando la época amateur, y marcó 4 goles. Fue el director técnico de Racing en el título de 1958.

13) Antonio De Mare (1926-1938)
Absolutamente identificado con Racing, jugó 142 partidos en el profesionalismo. Half (volante) izquierdo, fue un símbolo del Racing que atravesó 24 años sin salir campeón, pero que nunca bajaba de los primeros puestos. Metió 2 goles. Luego se fue a Italia e hizo carrera como entrenador.

14) Fernando Paternoster (1927-1932)
Nació en Pehuajó y llegó a Racing a los 23 años. Back izquierdo, formó una tradicional dupla con Della Torre y fue subcampeón en el Mundial de Uruguay 1930. Jugó poco en Racing cuando comenzó el profesionalismo (27 partidos) y no hizo goles. Se destacaba por su juego limpio y lo flaquito que era.

15) José María González (1928-1938)
Cuando Paternoster y Della Torre dejaron el club, Llamarada (por su pelo rojo) se convirtió en bastión de la defensa. De extensa trayectoria (155 partidos como profesional), era rudo y apostaba al cuerpo a cuerpo para desestabilizar al rival. Hincha de Racing, nunca pudo festejar un gol propio.

16) Vicente Del Giúdice (1928-1939)
Debutó a los 17 años y muy rápido se ganó un lugar como entreala (una especie de mediapunta, de delantero retrasado) izquierdo. En la época amateur hizo 18 goles en tres años. Ya en el profesionalismo, sumó 58 más en 132 partidos. En 1938 tuvo un breve paso por Talleres de Escalada.

17) Juan Botasso (1931-1935)
Como Goycochea en el 90, llegó a Racing después de ser subcampeón mundial, en su caso en 1930. Durante cinco temporadas, la Cortina Metálica se ganó el respeto de los hinchas por su estilo sobrio. Sumó 152 partidos en Racing y luego volvió a su club de origen, Argentino de Quilmes. Falleció en 1950.

18) Vicente Zito (1933-1944)
Uno de los mejores jugadores durante los 24 años sin títulos. Le decían la Bordadora y era talentoso en serio. Goleador, clavó 73 en 208 partidos. Junto al Chueco García le dieron sonrisas a la Academia en años en los que la costumbre de ser campeón había desaparecido.

19) Evaristo Barrera (1933-1938)
Una especie de Colorado Sava infalible y corpulento, el rosarino es el máximo goleador de Racing en la era profesional, gracias a 136 gritos en apenas 142 partidos. Máximo anotador en los torneos del 34 y 36, el Omnibus llegó de Instituto, ganó la Copa Competencia de 1933 y se retiró en el fútbol italiano.

20) Alejandro Scopelli (1936-1937)
Está más identificado con Estudiantes (fue parte de una mítica delantera, los Profesores), pero considerarlo ídolo es el premio por su magnífico aporte goleador: 44 tantos en 60 partidos en el club, altísimo promedio. Antes, el Conejo había jugado el Mundial del 30 y pasado por Portugal e Italia.

21) José García (1936-1946)
Un half izquierdo de poca llegada al arco rival (7 goles), pero con buen estado físico y quite. Nacido en Avellaneda, arribó desde El Porvenir y fue titular de modo casi permanente. Alcanzó los 272 partidos en Racing, que lo transforman en el 7º jugador con más presencias en la historia.

22) Enrique García (1936-1944)
El Chueco fue uno de los mejores wings (delanteros que jugaban por los costados) de la historia. Se movía siempre por la izquierda e impactaba con su velocidad y talento. Autor de 78 goles en 233 partidos, es considerado el mejor jugador de Racing en el primer gran período sin títulos (1925-1949).

23) Delfín Benítez Cáceres (1939-1941)
Un delantero que también está más identificado con otro equipo (Boca) pero es querido por los hinchas porque dejó todo con la celeste y blanca. El paraguayo llegó a los 28 años, con su carrera ya hecha, y marcó 65 goles en los 84 partidos que jugó. Su despedida fue con gol y triunfo ante Independiente.

24) José Salomón (1939-1945)
Llegó a Racing con perfil muy bajo, desde Talleres de Remedios de Escalada cuando apenas tenía 22 años, pero pronto demostró ser un muy buen back derecho, al punto que jugó 44 partidos para la Selección. En la Academia sumó 215 encuentros y, para dejar claro que lo suyo era defender, no hizo goles.

25) Higinio García (1940-1952)
Suplente de Salomón, probó suerte en Tigre (1946) y Atlanta (47). Volvió a Racing en 1948 y, a partir de entonces, se convirtió en el indiscutido back derecho. Con García Pérez conformó la sensacional dupla defensiva que ganó el tricampeonato. Jugó 133 partidos y metió 23 goles, varios de tiro libre.

26) José Manuel García Pérez (1942-1957)
Difícil mencionarlo sin pensar en Higinio García. Los dos eran backs, debutaron en
Racing, pasaron por Tigre, volvieron al club y conformaron la dupla defensiva del tricampeón 1949/51. También formó dúo con Dellacha, cuando Higinio se fue. Totalizó 224 partidos, sin goles.

27) Roberto D’Alessandro (1943-1947)
Después de meter 52 goles con la roja y blanca, River lo relegó a ser suplente y D‘Alessandro viajó hacia Avellaneda. En Racing, el centrodelantero jugó cinco años con alta efectividad: 64 goles en 99 partidos. Cuando Rubén Bravo llegó al club, perdió terreno, pero sus goles aún merecen aplausos.

28) Ezra Sued (1943-1954)
Excéntrico desde el nombre, desde la estampa para jugar, desde los movimientos eléctricos como wing. Nada menos que 12 años con la camiseta de Racing, 308 partidos
(5º en la historia), 47 goles y el tricampeonato compartiendo con Simes la izquierda del ataque. Crack de verdad.

29) Rubén Bravo (1946-1952)
Uno de los mejores centrodelanteros de la historia del club. Rosarino, el Maestro llegó desde Central y no le costó adaptarse. Figura clave en el famoso tricampeonato, cuando él se fue a Chile el equipo perdió peso ofensivo. Jugó 149 partidos y metió 88 goles en la Academia.

30) Ernesto Gutiérrez (1947-1954)
De físico pequeño, siguió la tradición de José García: un half izquierdo dedicado casi exclusivamente a defender. El Rey Petiso era un gran ayudante de los backs y hacía el
trabajo sucio en el Racing tricampeón. Tras 226 partidos y 3 goles en el club, se fue al Celta de Vigo. Murió en 2010.

31) Manuel Blanco (1948-1957)
Salvini, Méndez, Bravo, Simes y Sued fueron la delantera del tricampeón, pero cuando faltaba alguno de los tres atacantes centrales, Blanco era fija. Luego, cuando se fue Bravo, disfrutó de algunos años de titularidad. Jugó 157 partidos e hizo 57 goles, tres de ellos en un 4-2 ante Independiente.

32) Antonio Rodríguez (1948-1951)
En cuatro temporadas en la Acadé, ganó tres títulos y estuvo cerca en el 48. Luego de atajar en River, Tigre y Lanús, Racing lo trajo en una época en la que el campeonato era una obsesión, y él cumplió demostrando mucha agilidad. Dejó el fútbol enseguida, para iniciar su carrera en la política.

33) Norberto Méndez (1948-1954)
Junto a Sued, fue la magia del Racing tricampeón. Entreala derecho, llegó de Huracán y enamoró a una hinchada que lo idolatró por su fútbol alegre. Sonreía, Tucho, porque la pasaba bien jugando al fútbol. Disputó 129 partidos y metió 48 goles en el club. Es el máximo goleador de la Copa América.

34) Llamil Simes (1948-1955)
Todo para adorarlo: tres veces campeón, 5º goleador histórico (106 gritos), autor del primer tanto luego de la construcción del estadio en 1950 y socio ideal de Sued en la delantera. El cordobés era entreala izquierdo. Llegó desde Huracán, jugó 179 partidos en el club y luego pasó a Tigre.

35) Alberto Rastelli (1949-1955)
Probablemente, el mejor centrehalf desde Olazar. Llegado desde Gimnasia, su aporte se condensó en el tricampeonato. En ese período jugó 78 de sus 89 partidos. Después estuvo poco, perjudicado por lesiones, y se retiró. Junto a Gutiérrez eran el terror de los talentos rivales. Marcó 2 goles en el club.

36) Mario Boyé (1950-1953)
Con un remate feroz, el Atómico marcó uno de los diez goles más importantes del club: el de la final ante Banfield en 1951. De previo paso por Boca y el fútbol colombiano, había llegado para pelear el lugar de wing derecho con Salvini. Cumplió con creces: 84 partidos, 33 goles y dos campeonatos ganados.

37) Juan Carlos Giménez (1951-1957)
Llegó desde Huracán a un Racing bicampeón. Había una delantera temible, y él encajó bien en la derecha de una línea de halfs defensivos, como Rastelli y Gutiérrez. Su nivel creció y llegó a la Selección, con la que ganó el Sudamericano 57. Sumó 170 partidos, sin
goles, y luego fue DT de Racing un puñado de veces.

38) Rogelio Domínguez (1951-1957)
Surgido del club, fue el mejor arquero argentino de la década del 50. En Racing jugó 121 partidos, ganó el título del 51 (era suplente) y por su altísimo nivel llegó a la Selección. Luego de ganar el Sudamericano 57, lo compró el Real Madrid, donde compartió equipo con Di Stéfano y Puskas. Murió en 2004.

39) Arnaldo Balay (1952-1958)
Racing se lo compró a Los Andes para que fuera centrehalf suplente, pero Rastelli se lesionó y Palito ganó la titularidad con un estilo opuesto. Él mismo lo dijo: “Jamás di una patada. Yo gambeteaba y gambeteaba”. Jugó 117 partidos, marcó un gol y en su último año en el club festejó el título.

40) Pedro Dellacha (1952-1959)
El gran defensor de los primeros 30 años del profesionalismo. Don Pedro del Área reemplazó a Higinio García y terminó superándolo en idolatría. Peleaba cada pelota como si fuera la última, pero en serio. Jugó 184 partidos (un gol). Con la Selección fue campeón sudamericano en 1957. Murió en 2010.

41) Juan José Pizzuti (1952-1962)
Una leyenda. Nació en 1927 y comenzó en Banfield, donde fue goleador del campeonato de 1949. Pasó por River y llegó a Racing en el 52. Entreala derecho, atacante tirado atrás y creativo, fue goleador del campeonato en el 54, pero el equipo no funcionaba y él no la pasaba bien. “Corría todas las pelotas, me desgastaba inútilmente”, reconoció más tarde. Se fue a préstamo a Boca y volvió en el 56, renovado y lleno de goles: hizo 118 en 215 partidos en la Academia (4º máximo anotador de la historia). Junto a Corbatta, Sosa y Belén se destacó en el equipo campeón en 1958 y 1961. Luego, como entrenador, ganó el torneo local, la Copa Libertadores y la Intercontinental con el recordadísimo Equipo de José.

42) Vladislao Cap (1954-1960)
Llegó junto a Maschio y Sívori, y peleó el puesto con Balay. Le costó, pero se afirmó como centrehalf titular y llegaron los éxitos: campeón con Racing en 1958 y con Argentina en el Sudamericano 59. Jugó 135 partidos, metió 3 goles (uno vital a Lanús en el 58) y fue DT de la Selección en el Mundial de 1974.

43) Humberto Maschio (1954-1968)
Un referente del fútbol argentino. Nació en Avellaneda en 1933 y llegó a Racing en el 54. Al principio jugaba como delantero, pero de a poco fue tirándose atrás y aprendiendo a armar juego. La descosió y fue goleador en el Sudamericano 57, el de los famosos Carasucias. Ese año fue transferido a Italia e hizo una espléndida carrera en Bologna, Atalanta, Inter y Fiorentina. Lo citaron para la selección italiana y terminó siendo su capitán en el Mundial de 1962. A los 33 años, cuando parecía que su carrera terminaba, Pizzuti le pidió que volviera a la Argentina para conducir a Racing. Hacía una década que nadie lo veía jugar y había dudas, pero el Bocha parecía un superhéroe: corría como un pibe, asistía, metía goles, ordenaba a sus compañeros. Con él, el Equipo de José dio un salto de calidad que le permitió ser campeón de Argentina, de América y del mundo. En total, jugó 162 partidos y metió 51 goles en Racing. Fue entrenador de la Selección y de Independiente. Luego quedó ligado al club en diferentes funciones. Incluso fue dos veces entrenador, la última en 1999 y 2000 junto a Gustavo Costas.

44) Oreste Osmar Corbatta (1955-1962)
Habilidoso hasta la exageración, el Loco era wing derecho, pero jugaba de lo que quisiera. Gambeteador incansable, astuto para definir, lo compararon con el brasileño Garrincha. Debutó en la Academia a los 19 años y enseguida llegó a la Selección, con la que ganó el Sudamericano 57, el de los famosos Carasucias. Después jugó el Mundial 58 y, pese a los malos resultados, fue el mejor del equipo y metió 3 goles. También obtuvo el Sudamericano 59. Con Racing fue campeón en 1958 y 1961, formando combinaciones explosivas con Pezzuti y el Marqués Sosa. Murió en 1991, con la salud arruinada por su descuidado estilo de vida.

45) Norberto Anido (1955-1965)
Nacido en Avellaneda, empezó como suplente de Dellacha. Pedro dejó el club y él fue back titular hasta completar 205 partidos (sin goles). Campeón en 1958 y 1961, ese año junto a su compinche Mesías. Ya lo dicen en El secreto de sus ojos: “No es lo mismo Anido, que Anido con Mesías”.

46) Osvaldo Negri (1956-1963)
Arquero surgido del club, tenía delante suyo a Rogelio Domínguez. Su debut fue un triste 2-3 contra Argentinos Juniors, y cuando Rogelio se fue, tuvo la presión de reemplazarlo. Se la bancó y fue campeón en el 58 y 61, totalizando 147 partidos. En el 59 ganó el Sudamericano con la Selección.

47) Pedro Manfredini (1957-1958)
Héroe fugaz, llegó desde Mendoza y encontró lugar como centrodelantero al lado de Pizzuti y Corbatta. En dos temporadas en  Racing metió 28 goles en 39 partidos y ganó el título del 58. Campeón en el Sudamericano 59 con la Selección, fue transferido a la Roma: resultó goleador de la temporada 62/63.

48) Raúl Belén (1957-1964)
Wing izquierdo, la Bruja era rapidísimo y asistidor. Rosarino, cuando llegó llevaba 18 meses sin jugar, pero encontró ritmo enseguida. Tenía una gambeta indescifrable. Jugó 174 partidos e hizo 41 goles en Racing, donde fue campeón en el 58 y 61. Con la Selección disputó el Mundial 62. Murió en 2010.

49) Rubén Sosa (1958-1964)
Durante años fue dueño de la izquierda del ataque junto a Belén. El Marqués era entreala con alma de goleador: pateaba seguido y cabeceaba bien. Marcó 81 goles (5 a Independiente) en 151 partidos y fue dos veces campeón. En el 59 ganó el Sudamericano con la Selección. Luego jugó en Uruguay. Murió en 2008.

50) Pedro Mansilla (1960-1963)
Llegó desde Boca a un Racing que había perdido gol sin Manfredini. Tuvo un paso corto (63 partidos), pero sus 23 goles le alcanzaron para ser ídolo. “Qué fácil era jugar con Corbatta y Belén -contó-. Sólo tenía que ir a buscar la pelota en el borde del área, porque sus centros me caían al pie, y empujarla”.

51) Federico Sacchi (1961-1964)
Fue un distinto. Para decirlo claro: el defensor más técnico que vio Racing en los primeros 40 años de profesionalismo. Llegó de Newell’s, salió campeón en su primera temporada y habitualmente hizo dupla con Anido. Jugó el Mundial 62 y después se fue a Boca. En la Academia totalizó 92 partidos y 13 goles.

52) Juan Carlos Mesías (1961-1965)
El uruguayo fue parte del proceso en que los halfs izquierdos se convirtieron en marcadores de punta. Se adueñó del puesto muy rápido (sólo faltó a un partido en el 61) y formó una dupla impasable con Anido en la izquierda. Jugó 105 veces y metió 3 goles
en Racing. Murió en 2002, en Buenos Aires.

53) Juan Carlos Cárdenas (1962-1976)
Nacido en Santiago del Estero, el Chango debutó en Racing a los 17 años, pero no encontró continuidad y se fue a préstamo a Nueva Chicago. Volvió en el 64 y entonces sí comenzaron sus goles. 1, 2, 3, hasta llegar a 92 en 321 partidos en la Academia. Uno de ellos es mítico: el zurdazo sensacional desde otra galaxia que clavó en el ángulo del arco del Celtic escocés para convertir a Racing en el primer campeón del mundo de la Argentina. Pero su idolatría no se sostiene sólo por ese gol. De hecho, el Chango hizo otro muy importante: cuando la segunda final estaba 1-1 y Celtic dejaba a Racing con las manos vacías, metió sobre la hora el 2-1 que envió todo a un tercer partido.

54) Agustín Mario Cejas (1962-1980)
Debutó en Racing a los 17 años. Se destacaba por su inteligencia, aplicando las matemáticas para achicar los ángulos de los delanteros. Fue arquero del histórico Equipo de José, campeón de Argentina, América y el mundo. Se fue en el 70 al Santos de Pelé y volvió en el 77, totalizando 334 partidos en el club.

55) Oscar Martín (1963-1967)
Llegó a Racing cuando era un experimentado de 28 años, para comandar a un grupo de jóvenes entre los que estaban Perfumo y Basile. Martín, marcador lateral derecho, era un derroche de sacrificio permanente y se convirtió en el capitán del Equipo de José. Jugó 172 partidos en Racing, sin goles.

56) Roberto Perfumo (1964-1970)
El Mariscal era volante por izquierda hasta que Juan José Pizzuti le encontró el puesto: marcador central derecho. Nacido en Avellaneda el 3 de octubre de 1942, Perfumo aprovechó una época de reglamento permisivo para jugar siempre al límite de la agresividad. Marcaba con firmeza extrema, intimidaba a los delanteros con cruces fuertes desde los primeros minutos. Admiraba a Federico Sacchi, con el que llegó a compartir equipo, pero su estilo era completamente opuesto. Con Alfio Basile conformaron una joven dupla central que terminó siendo histórica: juntos ganaron el campeonato de 1966, la Copa Libertadores y la Intercontinental. Su trayectoria en Racing fue extensa y coincidió con un gran momento del club. En sus siete temporadas con la celeste y blanca jugó 232 partidos y gracias a su cabezazo y sus remates potentes, metió 16 goles, 3 de ellos a Independiente. En aquellos años era habitualmente convocado a la Selección: estuvo en los Juegos Olímpicos de 1964, en el Mundial 66 y sufrió las Eliminatorias del 70, en las que Argentina no consiguió la clasificación. Fue transferido al Cruzeiro de Brasil, volvió a disputar un Mundial en 1974 y un año después retornó al país para jugar en River, con el que ganó tres títulos. Se retiró en 1978 y comenzó su carrera como director técnico en Sarmiento de Junín. En 1991 asumió en un Racing que venía de una pobre campaña en el Apertura (17 puntos) y generó ilusión en los hinchas. Juntó a Rubén Paz con Ortega Sánchez, el recién llegado Turco García y apostó por el desconocido Betito Carranza. También hizo debutar a Juan Ramón Fleita. El equipo peleó el título hasta que se cruzó con el Boca de Tabárez, finalmente primero, que le ganó 6 a 1. Tras ese cuarto puesto, los buenos resultados no volvieron y la mala relación con Rubén Paz terminó en su renuncia. Continuó como DT algunos años más y actualmente se dedica al periodismo.

57) Alfio Basile (1964-1970)
El Coco nació en Bahía Blanca el 1º de noviembre de 1943. Su carrera tiene muchas similitudes con la de Roberto Perfumo: ambos surgieron en Racing, debutaron en 1964 y los cambiaron de puesto. Basile era volante central hasta que Juan José Pizzuti lo envió a jugar como marcador central izquierdo. Al lado, claro, de Perfumo. Juntos fueron el sostén de un equipo muy ofensivo. El Coco, grandote, no se quedaba atrás a la hora de repartir murras. Campeones de Argentina, de América y del mundo entre 1966 y 1967, Basile se fue de Racing en 1970. Sí: el mismo año en que se fue Perfumo. Acumuló 186 partidos y 20 goles en la Academia y terminó su carrera en Huracán. Claro que el Coco le sumó muchos puntos a su idolatría por lo que hizo luego como director técnico. Primero, agarró al equipo en la B y le dio el empujón clave para volver a Primera en el 85. Después llevó a Racing a ganar la Supercopa 88, eliminando a Santos, River y Cruzeiro. Y siguió yendo y viniendo. Primero en el 96, ante la salida de Brindisi; logró un 4º puesto en el Apertura, llegó a semifinales de la Libertadores 97 y, tras el duro golpe de la eliminación, renunció en la 2ª fecha del Apertura. Después en 2012, pero ya con malos resultados y sin poder manejar a un grupo difícil que incluía al insoportable Teo Gutiérrez. En el medio, había dirigido a la Selección en dos etapas diferentes. Entre 1991 y 1994 ganó dos veces la Copa América y estuvo invicto durante 31 partidos, pero en el Mundial lo eliminó Rumania. En su segunda etapa, se fue durante las Eliminatorias 2010.

58) Juan Carlos Rulli (1965-1970)
Volante pampeano, arrancó en Estudiantes y Boca sin brillar. Llegó a un Racing con nombres fuertes y se dedicó al trabajo poco visible de recorrer la banda derecha, más ayudando en la marca que creando. Titular en el campeón del mundo, jugó 201 partidos y metió 9 goles. Luego dirigió al equipo sin éxito.

59) Jaime Donald Martinoli (1965-1968)
Proveniente de Banfield, fue goleador del Equipo de José en 1966, con 18 tantos. Delantero por la derecha, rápido, se distinguía por sus centros desde posiciones incómodas. En el 67 lo persiguieron las lesiones y no pudo jugar la Copa Intercontinental. Sumó 88 partidos y 37 goles en la Academia.

60) Juan José Rodríguez (1965-1967)
Entrerriano, jugaba de volante o de delantero, siempre por izquierda. Fue vital en la conquista de la Libertadores 67, anotando 6 goles. El Yaya estuvo también en el glorioso 1-0 a Celtic en Montevideo. Su estadía en Racing fue corta pero muy exitosa. Las estadísticas: 105 partidos, 37 goles y tres títulos.

61) Rubén Osvaldo Díaz (1965-1978)
A los 20 años, el Panadero soportó el peso de ser titular en el Equipo de José. Era back pero Pizzuti lo puso de marcador de punta izquierdo. Se destacó por su aporte en ataque: hizo 18 goles en 246 partidos. Se fue en el 72 y volvió en el 77. También jugó en Atlético de Madrid y San Lorenzo.

62) Miguel Ángel Mori (1966-1968)
Campeón en 1964 con Independiente, sería persona no grata si después no hubiera jugado en Racing con buen nivel y no hubiera sido campeón argentino, de América y del mundo. En 94 partidos, hizo 4 goles. Antes de su muerte en 2009, dijo: “Quiero más a Racing que a Independiente”.

63) Enrique Wolff (1967-1972)
Un distinto. Su despegue se demoró porque quiso terminar el secundario. Era un volante talentoso, pero le pidieron que jugara de lateral derecho y aprendió rápido. Fanático de Racing, disputó 165 partidos y metió un montón de goles: 31. Jugó en River y Real Madrid, y fue capitán de la Selección en el Mundial 74.

64) Norberto Raffo (1967-1969)
En 1966, Pizzuti demostró sabiduría al pedir a Raffo: el Toro se ensambló perfecto en un equipo campeón. Delantero que se movía por el centro y la izquierda, fue el goleador de Racing en la Libertadores 67 (14 gritos) y metió uno en la segunda final intercontinental. Sumó 63 partidos y 26 goles. Murió en 2008.

65) Walter Machado Da Silva (1969)
Jugó apenas un año, pero los que lo vieron dicen que era un goleador bestial. El brasileño había estado en el Mundial 66 y llegó a los 29 años. Cabeceaba muy bien y sus definiciones eran geniales. En su única temporada jugó 28 partidos y metió 18 tantos. Fue el goleador del Metropolitano 1969.

66) Carlos Squeo (1969-1984)
Lo querían porque jugaba como jugaría cualquier hincha. No paraba de correr aunque el cuerpo le pidiera piedad. Tenía su propio puesto: era quitador. Podía ser lateral o volante derecho, o mediocampista central. En tres etapas en el club, acumuló 306 partidos y 36 goles. Jugó el Mundial 74.

67) Alberto Jorge (1970-1975)
Sus primeros cinco años fueron aceptables. Volante ofensivo que no descollaba, el Pampa aportó prolijidad y técnica. El último lo elevó a ídolo: cuatro goles a Independiente en un partido (triunfo 5-4) y 12 en la temporada. En total, 167 partidos y 39 goles. Luego se fue a México. Dirigió a Racing en 2000.

68) Ubaldo Fillol (1972-1989)
Para muchos, el mejor arquero en la historia de Racing. Volador, atajapenales, rápido, el Pato llegó de Quilmes, pero en el 73 se fue a River. Campeón mundial en 1978, volvió en el 87, a los 36 años. No importó: mantuvo su gran nivel y fue campeón de la Supercopa. Dirigió al club en 2004.

69) Roberto Díaz (1975-1983)
Tosco y todo, el Ropero es el máximo goleador en los últimos 40 años: metió 51 en 244 partidos. Grandote (su apodo lo dice todo), aguantaba la pelota por la derecha en años difíciles para el club. Se fue en el 80 y volvió en el 82 para presenciar desde adentro el momento más triste: la caída a la Primera B.

70) Julio Jorge Olarticoechea (1976-1990)
Gran todoterreno, el Vasco arrancó de volante por derecha y después fue lateral, pero también supo ser volante de marca. En 1981 pasó a River, en el 86 ganó el Mundial con la Selección y volvió a Racing en el 88 para derrotar 1-0 a Independiente con gol suyo. En total, 239 partidos y 13 goles en la Academia.

71) Juan Barbas (1977-1981)
El jugador más habilidoso de Racing en la década del 70. Y encima, de origen humilde, perfil bajo y surgido en el club: la gente lo amaba. Volante por derecha con mucha clase, fue campeón mundial juvenil en 1979 y jugó en España, Italia y Suiza. Dirigió a las inferiores y al equipo principal.

72) Roque Avallay (1977-1979)
Lo contrataron cuando ya tenía 33 años, pero él no permitió dudas con un promedio de gol espeluznante para su época: 30 tantos en 60 partidos. Jugó tres temporadas y su alejamiento se sintió. Delantero infalible, totalizó 184 goles en el fútbol argentino.

73) Juan Ramón Carrasco (1980-1981)
Jugó dos años, parecieron más. El uruguayo era de perfil alto y poca humildad: era un crack y lo sabía. En la cancha tenía similitudes con Rubén Paz: panorama, inteligencia y una pegada fabulosa. Venía de River y demostró personalidad en un equipo con poca personalidad. Jugó 55 partidos y metió 28 goles.

74) Gustavo Costas (1982-1995)
 “Y chupe, chupe, chupe, no deje de chupar, ¡que Costas es lo más grande del fútbol nacional!“, cantaba la Guardia Imperial y a él, que no era un talentoso ni tenía un estado físico imponente, se le llenaban de aire los pulmones y ponía incluso más de lo que podía poner. Gustavo Adolfo Costas es el símbolo histórico de la Academia. Su vida es Racing: fue mascota del equipo campeón del mundo, sufrió el descenso a la B, logró el ascenso dos años después, ganó la Supercopa en el 88, se fue a Suiza y volvió rapidito, para no perder el tiempo lejos de la celeste y blanca, para transformarse en el jugador con más partidos en la historia del club: 337. La despedida fue triste, porque Brindisi lo dio de baja en 1996 y terminó su carrera en Gimnasia de Jujuy. Pero otra vez volvió enseguida, tres años después, para ser director técnico en dupla con el Bocha Maschio. En el Apertura 99 hizo magia, generó mística en un plantel limitado y sacó 30 puntos que terminaron siendo vitales para mantener la categoría. Se fue en 2000, pero cuando Racing salió campeón en 2001 encontró la forma de decir presente: el equipo que dirigía, Guaraní de Paraguay, jugó un amistoso con el Racing del paso a paso apenas dos días después del título. Y fue otra vez técnico en 2007, cuando soportó el maltrato del gerenciador De Tomaso. Costitas era un marcador central con una técnica extraña, desgarbado, pero genial tiempista, con un corazón enorme, incapaz de defraudar a sus compañeros. Los más fanáticos recuerdan uno de sus 9 tantos en el club, tremendo golazo a Rosario Central en 1994: la levantó en mitad de cancha, hizo jueguito, pateó de aire desde 40 metros y la pelota pegó en el palo y entró. Y la tribuna, claro, cantó: “... que Costas es lo más grande del fútbol nacional“.

75) Walter René Fernández (1985-1989)
La década del 80 fue una colección de futbolistas que fracasaron hasta que él y Colombatti llegaron para lograr el ascenso en 1985. Walter gritó dos veces en la primera final con Atlanta. Santafesino, era un wing izquierdo que miraba seguido el arco: 39 goles en 149 partidos. En el 88, la rompió en la Supercopa.

76) Miguel Ángel Colombatti (1985-1990)
Aterrizó en Racing a los 29 años. Venía de Morón, pero la camiseta no le pesó y fue decisivo en el ascenso del 85. Ya en Primera, sostuvo su gran nivel y fue protagonista en la Supercopa de 1988, marcando un gol en la final. Volante ofensivo y gran pasador, jugó 154 partidos y metió 35 goles en el club.

77) Ramón Ismael Medina Bello (1986-1989)
Nació en Gualeguay, vivió en la pensión y desde su debut demostró ser un delantero potente y sin vergüenza: si su tiro terminaba a metros del arco, enseguida volvía a intentar. El Mencho sumó 124 partidos y 26 goles, y ganó la Supercopa. Luego pasó a River. Integró la Selección en el Mundial 94.

78) Néstor Fabbri (1986-1992)
Llegó a los 18 años y a los 20 ya era líder: un cabezazo suyo eliminó a River e impulsó a Racing a ganar la Supercopa. Marcador central izquierdo, él mismo se definió: “Compensaba con mi velocidad mental cualquier lentitud física”. Jugó 198 partidos e hizo 7 goles. Estuvo en el Mundial 90.

79) Omar Catalán (1987-1988)
Su carrera hubiera sido del montón, porque incluso en Racing, siendo delantero, metió 4 goles en 25 partidos. Pero hizo el que tenía que hacer: en la final de la Supercopa al Cruzeiro, uno de los más importantes de la historia. Antes era de Independiente; seguro que ese hecho cambió los colores de su corazón.

80) José Raúl Iglesias (1987-1989)
“Váyase preparando, vaya gritándolo, porque en cualquier momento aparece el Totigol”, cantaba la hinchada. El Toti tenía carisma: delantero valiente, festejaba cada tanto con una voltereta. Estuvo poco, pero sus 44 partidos y 19 goles impactaron fuerte en la memoria racinguista.

81) Rubén Paz (1987-1993)
La atracción que genera en el hincha de Racing es tan grande que, pese a no haber sido campeón argentino ni ganar la Intercontinental, el cariño por él no es menor que los que generan Basile, Perfumo o Cárdenas. Rubén venía demostrando calidad en la selección de Uruguay, con la que jugó el Mundial 86, y llegó a la Academia en el 87. Es cierto que era lagunero: a veces pasaban diez, quince minutos de un partido y no la tocaba. Pero eran siempre los minutos menos trascendentes. Cuando la pelota les empezaba a quemar a los demás, él la pedía y se hacía cargo del ataque del equipo. Sus tiros libres apenas pueden ser comparados con los de Carrasco o Capria. El resto debería mirar sus videos y aprender. El Rúben ganó la Supercopa 88, anduvo cerca del título en el Apertura 91 (se desgarró justo antes del partido decisivo contra Boca) y después comenzó relaciones conflictivas con los técnicos, que le pedían mayor compromiso. Totalizó 152 partidos y 33 goles. Se le recuerdan tantos extraordinarios, como un tiro libre ante Gimnasia y un remate de mitad de cancha ante Unión, ambos en el 91. Siguió jugando en el fútbol uruguayo incluso después de cumplir 40 años.

82) Carlos Ángel Roa (1989-1993)
Arquero surgido de inferiores, Lechuga era volador y de buenos reflejos. Fue titular durante años (completó 116 partidos), aunque en 1990 se contagió paludismo en una gira por Africa y estuvo varios meses sin jugar. Tuvo una gran carrera: brilló en el Mallorca y eliminó a Inglaterra en el Mundial 98.

83) Claudio Omar García (1991-1995)
Llegó de Francia y se ganó a la gente corriendo por las puntas, aguantando la pelota e inventando festejos para sus goles. Ovacionado incluso en malos momentos, sumó 129 partidos y 27 tantos. Ah: se bajó los pantalones ante la hinchada de Independiente. Con la Selección, ganó la Copa América dos veces.

84) Juan Ramón Fleita (1991-1996)
Víctor Hugo Morales lo apodó “el hombre de las mil definiciones”: hizo goles de derecha, zurda, cabeza, tijera, palomita, chilena y rabona. Los dos últimos, a Chilavert. El Lagarto la rompió en el 93, en dupla con el Piojo López. Sus números: 122 partidos y 27 goles. Se enamoró del club: va siempre al Cilindro.

85) Ignacio González (1991-1997)
Arquero, se recuperó de un mal debut (2-3 ante Mandiyú) con personalidad. Nacho tomó el puesto en el 94 y lo sostuvo durante 154 partidos. Pateador de penales (hizo 8), también los atajó en la Libertadores 97 para llevar a Racing a semifinales. Jugó en la Selección. En 2013 es el entrenador de arqueros.

86) Claudio Javier López (1992-2007)
Explotó en el 93 y empezó una carrera memorable: la rompió en la 95/96, es un dios en Valencia, 55 partidos en la Selección, títulos en Italia y México. Volvió, como había prometido, para poner el pecho en un momento difícil. Wing supersónico y generoso, sumó 156 partidos y gritó 37 goles.

87) Fernando Quiroz (1993-2000)
De Racing desde la cuna, se le cumplió el sueño cuando llegó desde Huracán. Volante central técnico, Teté jugó sus 138 partidos con el corazón. Hizo 10 goles y soportó muchas lesiones y las peores épocas del club, hasta que se retiró súbitamente en 2000. Dirigió a la Academia en 2005 y 2006.

88) Carlos Galván (1994-1998)
El Negrazo, corpulento marcador central moldeado en inferiores, se ganó la titularidad con Maradona de DT. Lento, pero gran cabeceador, fue subcampeón en el 95 y capitán en el 98. Formó dupla con Claudio Ubeda. Disputó 133 partidos e hizo 2 goles. Luego se destacó en el fútbol brasileño.

89) Pablo Michelini (1994-1999)
El amor por él fue de menor a mayor. Surgido en Español, el Pulpo se paraba en el mediocampo y los corría a todos. Fue el jugador con más despliegue en la década del 90. Lo suyo era recuperar y tocar corto. En sus últimos torneos lo ovacionaban siempre. Sumó 167 partidos y 4 goles en la Academia.

90) Marcelo Delgado (1995-1999)
En su 7º partido, golazo a River. En el 8º, le empató a Independiente sobre la hora con un tres dedos inolvidable. A partir de ahí, el “Chelooo, Chelooo” se hizo constante. Delantero por afuera con gloriosa pegada, jugó 149 partidos y metió 45 goles. Estuvo en el Mundial 98 y luego pasó a Boca.

91) Rubén Capria (1995-2006)
El mejor pateador desde Rubén Paz. El Mago fue de los pocos que se bancaron ponerse la 10 de Racing. En su torneo debut le hizo tres goles a Boca y fue subcampeón. En sus tres períodos en el club, jugó 142 partidos y metió 41 goles. En el último paso, ya con 36 años, siguió mostrando su talento.

92) Claudio Úbeda (1995-2006)
Marcador central izquierdo, en la Libertadores 97 hizo 4 goles. Luego Racing se vino a pique y le cantaban “Uuuubeda” cada vez que revoleaba la pelota. Capitán durante años, su premio fue ganar el Apertura 2001. Así, el “Uuuubeda” se transformó en un inmenso homenaje. Jugó 329 partidos y metió 14 goles.

93) Maximiliano Estévez (1998-2008)
Delantero bajito y caradura para encarar, el Chanchi se ganó el puesto a mediados del 99. Le hizo tres goles a Unión en 2000 y se fue a España, pero volvió para salvar a Racing de la Promoción. Goleador del campeón 2001, es también máximo anotador del club en torneos cortos. Sumó 190 partidos y 45 goles.

94) Adrián Bastía (1998-2008)
El Polaco surgió como como un recuperador poco ortodoxo que se iba expulsado muy seguido. De a poco se afianzó y empezó a jugar con inteligencia, a correr la cancha de otro modo. Ídolo absoluto en el campeonato de 2001, se fue en 2003 y volvió en 2006, alcanzando los 213 partidos y 10 goles.

95) Diego Milito (1999-2003)
En unas divisiones inferiores descuidadas, se había destacado con cuatro goles en un partido contra Independiente y un título con la Cuarta. Sin embargo, recién debutó a los 20 años. El club estaba en ruinas y él peleaba solo en ataque. En sus primeros 44 partidos apenas había hecho 2 goles. La gente lo bancó siempre y cuando llegó Merlo, en 2001, el arco se le empezó a abrir de a poco. Campeón en el Apertura (con gritos importantes ante Newell's y Colón), en los siguientes cuatro torneos fue goleador del equipo. Luego de 148 partidos y 37 goles, lo vendieron al Genoa de Italia y comenzó una fabulosa carrera en Europa en la que ganó cinco títulos con el Inter: en cuatro de las finales marcó goles. Los más importantes, dos al Bayern Munich en la Champions League 2010. En la Selección le dieron pocas chances, pero estuvo presente en un Mundial. Suma 234 goles en su carrera y ya dijo que quiere retirarse en Racing, donde lo esperan con el corazón abierto.

96) José Manuel Chatruc (1999-2009)
Gran debut: derrota 7-0 ante Palmeiras. Pero el Pepe tenía coraje y alma. Nadie gritó los goles con tanta efusividad en la historia del club, incluso los de penal. Maravilloso año 2001, para salvar a Racing de la Promoción, primero, y luego ser campeón. Dejó el club en andas en 2009, tras 117 partidos y 17 goles.

97) Reinaldo Carlos Merlo (2001-2007)
No jugó en el club, pero ¿cómo no mencionarlo entre los ídolos? Mostaza asumió como DT en 2001 y sacó 29 puntos para zafar de la Promoción. En el Apertura, fueron 42 para ser campeones después de 35 años. Y en el Clausura 2002, otra vez 29 puntos. Volvió en 2006, pero duró solamente 28 partidos.

98) Gabriel Loeschbor (2001-2002)
Un torneo, el Apertura 2001, le alcanzó para merecer estatua: goles a Independiente sobre la hora, San Lorenzo, Talleres y Vélez, el día de la consagración. Altísimo defensor iniciado en Rosario Central, luego de esos 33 partidos y 4 goles fue transferido al Rennes de Francia.

99) Gerardo Bedoya (2001-2003)
El colombiano, carrilero izquierdo, le hizo goles de lujo a San Lorenzo y Unión, pero el más importante fue contra River: zurdazo romperredes para el 1-1 en el Apertura 2001. Es el jugador más expulsado de la historia del fútbol, y en Racing sumó cuatro rojas. Estuvo en 64 partidos y gritó 5 goles en el club.

100) Gustavo Campagnuolo (2001-2009)
Sus dos primeras temporadas en el arco de Racing fueron colosales. Figura casi siempre, especialmente en el Clausura 2002. Luego se fue a México y volvió en 2005, con nivel más bajo pero algunos partidos notables. Tras 161 partidos en el club, se retiró en andas tras el Clausura 09.

101) Sebastián Ariel Romero (2002-2006)
Chirola llegó desde un club amigo, Gimnasia, para recorrer las bandas con mucha dinámica. Entendía de fútbol, sabía conceptualmente qué hacer, y fue clave en los esquemas de Ardiles, Fillol y Rivarola. Jugó 116 partidos y gritó 14 goles. En 2008 le hizo uno a Racing y pidió perdón a los hinchas.

102) Lisandro López (2003-2005)
Él y Milito fueron los dos mejores delanteros de Racing en el siglo XXI. Por lesiones, Licha debutó recién a los 20 años, pero ya era crack. Fue goleador del Apertura 2004 y gracias a él, Racing peleó el Clausura 2005. Tras 71 partidos y 26 goles se fue al Porto y actualmente juega en Lyon. ¿Volverá?

103) Diego Pablo Simeone (2005-2006)
El Cholo, de gran carrera en la Selección y Europa, siempre quiso jugar en Racing. Cumplió el sueño en 2005 y estuvo cerca de ser campeón. Tras 38 partidos y 3 goles, con el equipo en crisis, se retiró para asumir como DT. Salvó al equipo y no le renovaron. Volvió en 2011 y logró el subcampeonato.

104) Maximiliano Moralez (2005-2008)
Pequeñísimo, fue enganche y mediapunta de un Racing urgido por los promedios y mostró personalidad. Campeón juvenil, lo vendieron a Rusia en 2007. Volvió seis meses después para salvar a Racing del descenso, e hizo el gol decisivo en la Promoción. Tras 90 partidos y 16 goles, se fue a Vélez.

105) Facundo Sava (2006-2008)
Hincha de Racing, debutó con dos tantos a Nueva Chicago. Fue el goleador del equipo en los cuatro torneos que jugó. En la sufrida Promoción, metió un gol en Córdoba y asistió a Moralez en Avellaneda. Fueron los últimos de sus 66 partidos, en los que gritó 29 veces. Ahora es DT.

106) Claudio Yacob (2006-2011)
Muchos lo miran de reojo por su polémica salida del club, pero nobleza obliga: si Racing sigue en Primera es porque él y un puñado de valientes se cargaron el equipo al hombro en 2008, 2009 y 2010. Volante central cerebral y corajudo, jugó 148 partidos y metió 7 goles. Ahora juega en West Bromwich, de Inglaterra.

107) Franco Zuculini (2007-2011)
A los 17 años lo tiraron a la hoguera del Racing que peleaba el descenso y él apagó el fuego con sudor. Volante de marca, hasta patentó una jugada: la cabezona, en la que va a trabar con la cabeza para no perder la pelota. Luego de apenas 39 partidos y 2 goles, fue vendido a precio récord al fútbol alemán. Volvió 6 meses en 2011.

108) Pablo Lugüercio (2008-2011)
El día de su debut, Racing perdió 2-0 contra Lanús y él salió ovacionado por su entrega. La escena se repitió durante sus tres años y medio en el club. Delantero poco efectivo (12 goles en 120 partidos), asistía, corría, marcaba a los defensores y nunca se le iba la pierna. En 2013, juega en Arsenal.

109) Agustín Pelletieri (2011-2013)
Luego de ser campeón con Lanús y pasar por Grecia, Simeone le pidió que se sumara a Racing y no dudó. Volante central inteligente, genio de los relevos, hasta atajó un penal tras expulsión del arquero. Los hinchas ya le cantaron "Pelletieri, Pelletieri" y él lo retribuye dejando todo en cada pelota.

110) Sebastián Saja (2011-2013)
¿Quién hubiera pensado, cuando era emblema de San Lorenzo, que al Chino lo iban a querer tanto? Llegó muy maduro desde Grecia y acumula tres torneos casi sin errores. Un arquero con menos de un gol en contra por partido de promedio es atípico en Racing. El lo está logrando.


PUBLICADO EN EL GRÁFICO: 110 AÑOS DE RACING (MARZO DE 2013)

domingo, 9 de febrero de 2014

Racing Club - Grande en las tribunas

Por Martín Estévez

Descendió, quebró, estuvo al borde de la desaparición, vivió 35 años sin ser campeón argentino y jugó la Promoción, pero, en las malas, sus hinchas demostraron que lo mejor que tiene Racing es su gente.

Todos los clubes importantes tienen una particularidad, un detalle que los caracteriza. River es reconocido por ser el histórico dominador del fútbol argentino; Boca, por ser el equipo más popular; Independiente, por haber ganado siete veces la Libertadores en 20 años. Y si se nombra a Racing, lo primero que surge en el inconsciente futbolístico es la fidelidad de sus hinchas. Pasionales hasta lo irracional, insistentes hasta lo exagerado, los de Racing sienten nostalgia inversa: sufren por un futuro mejor que parece nunca llegar.

Esa forma de sentir el fútbol, que a veces se les convierte en una forma de vivir, no es casual, se fue conformando año tras año, partido tras partido, minuto a minuto. En la era amateur, la Academia era el club con más hinchas y no paraba de crecer: de 451 socios en 1910 pasó a 1.407 en 1919. Ante Alumni, en 1915, hubo récord de espectadores: 5.000. En 1915, 15.000 ante San Isidro. En 1967, 90.000 contra Celtic.

Un ida y vuelta retroalimentó su grandeza. Hubo una era, los 64 años transcurridos entre 1903 y 1967, en la que la gloria deportiva hizo grande a Racing y atrajo simpatizantes desde todo el país. Y existe otra era, los 46 años transcurridos entre 1967 y 2013, en la que la gloria deportiva lo abandonó, pero Racing mantuvo la grandeza por su gente, que vivió las últimas décadas rodeada por un océano de frustraciones y un puñado de alegrías festejadas con rabia y alivio y desahogo y esperanza. Racing es la incertidumbre permanente, el sube y baja de las emociones, lo inesperado como rutina. Racing, en un mundo cada vez más homogéneo, es cada vez más especial.

El campeonato mundial de 1967 aumentó el orgullo de los hinchas. Antes, Racing había sido el rey del amateurismo y celebró un tricampeonato brillante (1949-1951) que simbolizó su dominio: la final del 51 fue contra Banfield, y las hinchadas de Boca, River e Independiente, hastiadas de ver ganar a los de celeste y blanco, agarraron sus banderas y se unieron en la tribuna del Taladro. Fue algo así como Racing contra el resto del mundo. Y ganó Racing.

Todo acabó en la década del 70, cuando comenzaron las malas campañas que desencadenaron uno de los hechos más dolorosos: el descenso de 1983. Los que lo habían visto campeón del mundo 16 años antes no podían entender que no jugarían en Primera. Los más jóvenes se preparaban para soportar años ásperos y grises. Racing no pudo ascender en la primera temporada y vivió dos años en la B, con sus hinchas siempre al lado, llenando la popular contra quien sea, lastimados, pero dignos.

La Academia volvió a Primera en 1985 con ganas de comerse el mundo, pero el mundo casi terminó comiéndose a la Academia. Logró un par de buenas campañas y hasta ganó la Supercopa 88, pero rápidamente volvieron la oscuridad y los padecimientos. Casi gana el Clausura 91, la Supercopa 92, el Apertura 93, pero el título no llegaba, y las hinchadas rivales le contaban los 25, 26, 27 años sin ser campeón; 28, 29, 30...

Las pésimas administraciones se sucedieron y entró en convocatoria de acreedores. Incorporaba 13 jugadores para un torneo, pero no tenía dinero para los empleados. Hubo 55 mil personas en las semifinales de la Libertadores 97, pero meses después sus figuras se iban por desajustes económicos o políticos. Se organizó un exorcismo en el estadio para terminar con tanta malaria y asistieron 20 mil hinchas. Luego se jugó un amistoso... y Racing perdió 2-0 ante Colón. Eligieron a Daniel Lalín como presidente en 1998 porque prometía austeridad y cuidar las finanzas, pero al pelado se le soltó la cadena y la paciencia le duró seis meses: declaró la quiebra del club para evitar embargos y contrató jugadores a montones.

Racing fue 3º en el Apertura y terminó invicto en los torneos de verano, con triunfos 5-3 a Independiente y 2-1 al Boca de Bianchi, pero en febrero del 99 la tragedia imposible lo invadió todo. Liliana Ripoll, la síndico que administraba la quiebra, la “vieja chiflada” en las canciones modernas, clavaba estacas con su voz: “Racing Club Asociación Civil ha dejado de existir”.

Los hinchas que vivieron ese momento recordarán las sensaciones. Primero, incredulidad. Después, crisis de llanto, necesidad de juntarse para compartir el dolor. La AFA programó la 1ª fecha del Clausura sin Racing. La gente reaccionó rápido y se autoconvocó en el Cilindro a la hora en que tendría que haber jugado contra Talleres. Entre lo surreal y lo conmovedor, hubo más hinchas en la cancha de Racing que en ningún otro partido de esa fecha. Más de 30.000 personas en busca de la resurrección. Los jugadores y el cuerpo técnico vieron esa locura celeste y blanca por televisión y fueron hacia el estadio.

La Justicia ordenó liquidar los bienes del club, pero los racinguistas estaban decididos a resistir. “Defendimos del remate nuestra sede”, cantan hoy con orgullo, y fue exactamente así. Cada vez que llegaba la fecha para subastar la sede de Villa del Parque, se las arreglaban para evitar que siguieran matándolos de a poco. Marchas al Congreso, al club, a donde fuera se sucedieron reclamando la posibilidad de curar heridas generadas por dirigentes deshonestos.

Se consiguió un permiso para volver a jugar, aunque a veces se lo permitían y a veces no. La deuda exigida era de más de 64 millones de dólares. A fines de 2000 apareció una solución desagradable, pero mostrada por el poder político del Estado como la única. Así llegó el gerenciamiento del fútbol, mientras las demás actividades del club quedaban a la espera de vaya uno a saber qué.

En el primer año, los hinchas festejaron un título enormemente esperado y a la vez inesperado. Llenaron la cancha de Vélez, donde se definió el torneo; la de Racing, los que no consiguieron entrada; y el Obelisco. Una fiesta enorme. La Academia parecía ponerse de pie, pero el capitalismo es el capitalismo, y no iba a ser amable con Racing. Blanquiceleste S.A. y el gerenciador Fernando Marín encontraron un panorama casi ideal: la deuda legítima era de 34 millones de dólares, que por la pesificación se convirtieron en 34 millones de pesos. Entonces empezaron manejos extraños y ventas de los mejores jugadores sin pensar en el aspecto deportivo. Así, se iban Mariano González, Diego Milito y Lisandro López, con cuyos pases se hubiera podido pagar la deuda entera, y se traían sobras.

La gente no compró los espejitos de colores y le puso palabras a su furia: “Siga el baile al compás del tamboril, porque Racing es mi vida y no la empresa de Marín” era el himno ganara o perdiera el equipo. Tras denuncias y escraches, Marín se vio forzado a huir en 2006. Asumió Fernando De Tomaso, pero los hinchas ya habían perdido la inocencia: “Salta, salta, salta, pequeña langosta, Marín y De Tomaso son la misma bosta” era el nuevo hit. Blanquiceleste mandó a Racing abajo en la tabla de promedios, y De Tomaso apenas soportó hasta 2008. Mientras batallaban para no descender, los hinchas celebraron la interrupción del contrato del gerenciamiento, lleno de cláusulas incumplidas y estafas al club. Racing volvía a ser una asociación civil, a elegir a sus representantes, a ser dueño de su destino.

El gerenciamiento dejó un club abandonado y al borde de la B Nacional, pero Racing sostuvo la categoría en tres años infartantes (2008, 2009 y 2010) y comenzó a reordenarse. Sus hinchas lo mantuvieron vivo, lo cuidaron, lucharon juntos para seguir teniendo una identidad, sentido de pertenencia. La deuda se pagó, la quiebra se levantó, la Promoción se fue muy lejos y de a poco, con decisiones menos caprichosas y más sensatas, el glorioso Racing Club pudo volver a caminar por sus propios medios, para orgullo de cientos, miles, millones de hinchas que lo transformaron, sin saber cómo ni por qué, en una forma de vivir.


Academia de artistas
Aunque sus voces valgan lo mismo que la de cualquier fanático de la Academia, existen hinchas de Racing que trascendieron por su talento y merecen ser mencionados. El caso actual más conocido es el del actor Guillermo Francella, que prácticamente condiciona sus papeles para que su personaje sea hincha de Racing. El caso más resonante es la película "El secreto de sus ojos" (foto), basada en un libro de Eduardo Sacheri y ganadora de un Oscar. Allí existe una brillante secuencia basada en el Racing de los 50 y 60. “Con lo que llovió quedé peor que Oleniak la vez aquella“, “No es lo mismo Anido, que Anido con Mesías“ y “En eso soy como Manfredini y no como Babastro“ son algunas frases que para los racinguistas de más de 60 años resultan gloriosas.
Otros artistas hinchas de la Academia: Carlos Gardel, Enrique Santos Discépolo, Atahualpa Yupanqui, los tres Soda Stereo (Charly Alberti, Gustavo Cerati y Zeta Bosio), Sergio Denis, Miguel Mateos (cantó una fantástica alegoría: “el día después de Racing campeón“), Antonio Birabent, Diego Capusotto, Sergio Renán, Alfredo Casero, Jorge Porcel, Alfredo Alcón, Lito Cruz, Federico Luppi, Alberto Martín, el escritor Hernán Casciari, el dibujante Horacio Altuna y cuatro artistas del deporte: Juan Ignacio Pepe Sánchez, Juan Espil, José Acasuso y Emiliano Spataro.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO: 110 AÑOS DE RACING (MARZO DE 2013)