jueves, 6 de febrero de 2014

Racing Club - Un sentimiento inexplicable

Por Martín Estévez

Cuando Racing cumplió 100 años, en 2003, parecía haber escapado de las tinieblas. El equipo había roto el hechizo de los 35 años sin títulos y hasta se daba el lujo de soñar con la Copa Libertadores. Sin embargo, fue sólo un espejismo, porque los desmanejos de la empresa que gerenció el fútbol del club, Blanquiceleste S.A., lo hicieron retroceder a viejos problemas institucionales, económicos y deportivos.

Diez años después, otra vez hay esperanzas. Por fin, Racing Club volvió a ser una asociación civil manejada por sus socios y empezó una lenta, pero firme reconstrucción, que incluye sus sedes, su estadio, sus actividades extrafutbolísticas y, claro, el equipo. La Academia peleó el descenso en 2001, 2006, 2008, 2009 y 2010. Demasiadas veces estuvo al borde de la B Nacional, de repetir la pesadilla de 1983, pero en los últimos torneos ha demostrado grandeza: fue subcampeona en el Apertura 2011 y en la Copa Argentina 2012, y sumó 33 puntos durante el Inicial 2012, la mejor campaña desde el título de 2001. 

Los números parecen una frivolidad, pero acompañados de otros datos no lo son: desde su regreso a la democracia, Racing aumentó su número de socios, recuperó actividades deportivas que agonizaban, revalorizó a sus divisiones inferiores, potenció el predio Tita Mattiussi, intentó (a veces con éxito y otras, no tanto) alcanzar la unidad política y evitar luchas internas que debilitaran a la institución.

Hasta aquí, la parte formal de esta bienvenida. Los hinchas saben que detrás de las estadísticas, los datos y la información existe el verdadero Racing, un Racing que vive enreverado en una pasión a veces hermosa y a veces sin sentido, un poco placentera y casi siempre dolorosa. 

Racing dejó de ser un simple club desde que Ohaco empezó a meter goles cada vez que respiraba, desde que los hermanos Perinetti se saludaban desde los extremos del ataque, desde que Olazar lideró a una tropa de argentinos, con nombres y apellidos argentinos, hacia la conquista de un deporte que se pretendía inglés. Racing es mucho más desde que rompió 24 años sin títulos con un tricampeonato memorable, desde que Salvini, Méndez, Bravo, Simes y Sued se paraban en fila para la foto y le metían miedo a cualquier defensa, desde que Corbatta, Pizzuti, Manfredini, Sosa y Belén los imitaron poco tiempo después. Racing se transformó en algo inconmensurable desde que el mismo Pizzuti se encontró con un grupo de jugadores y los transformó en un equipo, su equipo, y los llevó a ganar la Copa Intercontinental. Y Racing también es tan maravilloso como es por tanta desdicha acumulada durante 46 años en los que Barbas, Costas, Fillol, Rubén Paz, el Turco García, el Piojo López, Milito, Chatruc, el Chanchi Estévez, Licha López y muchos valientes más honraron la camiseta, años en los que sufrió descensos, quiebras y promociones, pero se mantuvo de pie, apoyándose en sus hinchas y en su historia. Esta historia que hoy, 110 años después de aquel bendito 25 de marzo de 1903, los invitamos a recorrer a través de las páginas de El Gráfico.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO: 110 AÑOS DE RACING (MARZO DE 2013)

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