domingo, 30 de noviembre de 2014

Luka Modric - El Cruyff croata ante una gran oportunidad

Por Martín Estévez

Luego de brillar en el HSK Zrinjski de Bosnia y en dos equipos de Croacia, Inter Zapresic y Dinamo Zagreb, Luka Modric saltó a la poderosa Premier League inglesa. Tottenham adquirió su pase en 2008, cuando tenía 22 años, y enseguida se ganó la titularidad. 

Empezó siendo un jugador ofensivo, pero se convirtió en lo que actualmente se llama un volante mixto, con quite e inteligencia defensiva, pero también con la técnica suficiente para encabezar un ataque. No sobran futbolistas que cumplan bien ambos roles, y fue por eso que, tras cuatro temporadas en el Hotspur, Real Madrid lo contrató en 2012 para colaborar en su eterna lucha contra el Barcelona. Con él en el equipo, los merengues ganaron la Supercopa Española 2012 y la Copa del Rey 2014. 

Apodado el Cruyff croata, con su selección jugó el Mundial 2006 y las Eurocopas 2008 y 2012.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4447 (JUNIO DE 2014)

sábado, 29 de noviembre de 2014

Neymar – El abanderado del jogo bonito

Por Martín Estévez

Desde su debut en el Santos, cuando tenía 17 años, Neymar se convirtió en la gran esperanza del fútbol brasileño. Parece tener mayor potencial que otras promesas que nunca terminaron de explotar, como Robinho o Alexandre Pato. 

Atacante rapidísimo, habilidoso y repentino en sus decisiones dentro del campo de juego, está cumpliendo todos los pasos para ser uno de los grandes de la historia: a los 22 años, suma más de 190 goles oficiales; ganó seis títulos con el Santos (incluyendo la Copa Libertadores) y una medalla olímpica de plata en Londres 2012; además, fue campeón y mejor jugador de la Copa Confederaciones 2013. 

Barcelona pagó alrededor de 57 millones de euros por su pase y, gracias a eso, llegará al Mundial con una temporada de experiencia en la liga española. Si brilla en su primera Copa del Mundo, y en su propia tierra, su nivel de idolatría crecerá hasta límites insospechados.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4447 (JUNIO DE 2014)

martes, 18 de noviembre de 2014

Confieso que he aprendido – Enrique Macaya Márquez

Por Martín Estévez

Nació en Buenos Aires en 1934. Fue reconocido por la FIFA como el periodista vivo que más Mundiales cubrió: la de Brasil será su copa número 15. Ganó el Premio Konex en 1987 y 1997. Tiene dos hijos: Andrea y Gabriel.

Mi primer viaje a un Mundial, el de Suecia 58, no me lo puedo olvidar. Yo sólo había viajado hasta Uruguay, y en barco. Hacía deporte en radio casi por hobbie, y Radio Belgrano me ofreció ser parte de su equipo. Suecia era prácticamente exótico para los argentinos. Viajé con Eugenio Ortega Moreno, fueron más de 30 horas en avión. Habíamos quedado en encontrarnos con el gordo Roberto Moreno en Hamburgo. En el vuelo abrí los pasajes y me di cuenta de que no íbamos a Hamburgo. ¡Ibamos a Frankfurt! En la última escala tomé como profesora de alemán a una señora que vivía en San Isidro y volvía para Alemania, y ella me enseñó la fonética para pedir dos pasajes de tren desde Frankfurt a Hamburgo. El avión, el tren, después una combi por Alemania, un ferry hasta Dinamarca, de ahí para Suecia… Haber llegado fue un milagro.

Llegamos a Hamburgo y nos sentamos a descansar. Apoyamos las valijas y nos pasaban un montón de bicicletas por al lado. “¡Después nos dicen animales a nosotros!”, se quejó Eugenio. De pronto nos tocan bocina desde una camioneta; eran periodistas colombianos que nos vieron perdidos y querían darnos una mano. “¿Cómo se dieron cuenta de que somos sudamericanos?”, les preguntamos. “Y… es que estaban sentados en el carril de las bicicletas”, respondieron.

Nos creíamos los mejores del mundo. No sólo en el fútbol: en todo. Era la cultura de la soberbia. Pensábamos que los europeos eran tipos que le pegaban con la canilla, teníamos desprecio por ellos. Era la época de la Furia Española, y hoy nosotros somos la Furia y ellos son el juego. Antes del Mundial, al plantel argentino le alcanzaron información sobre cómo jugaban los rivales, y uno dijo: “No hace falta, yo la piso y pasan de largo”.

En Chile 1962 no había suficientes alojamientos para todos los turistas. El país había sufrido un terremoto y entonces las personas alquilaban habitaciones de sus casas. Nosotros alquilamos, con los periodistas Alfredo Parga y Héctor Marinelli, un departamento en el centro de Santiago. Nos hicimos unos amigos que nos llevaban y nos traían de Rancagua.

Con Juan Carlos Lorenzo como técnico, fue al revés que en el 58. En Chile fue todo táctico, estratégico, físico, esquemático, copiamos todo lo europeo y abandonamos todo lo nuestro, que era lo técnico. Yo estuve muy cerca de Lorenzo, me gustaba su forma de trabajo. Pero se fracasó de nuevo. En el partido contra Inglaterra, lo puso a Rattín de 8 para marcar a Bobby Charlton, que era una especie de 10 atrasado. El 8 en ese momento tenía la funcion de ir y venir, pero Lorenzo quería que Rattín persiguiera a Charlton. Rattín se olvidó de que no tenía que atacar, o por lo menos le costó muchísimo. La idea no era mala, pero no funcionó y perdimos 3 a 1.

En Chile hubo un partidazo que no es muy conocido: Inglaterra 2 Hungría 1. Me impresionó porque se jugó bajo una llovizna permanente. Yo no estaba acostumbrado, porque el fútbol argentino, cuando llovía, se suspendía. El ritmo que le dieron fue espectacular. Los laterales al ataque, la intensidad para cabecear. No me impresionó por lo táctico, sino por el ida y vuelta. Hungría tenía jugadores de buena técnica; Inglaterra tenía jugadores de buen ritmo. Fue un partido bárbaro.

En el Mundial del 66 no había satélites. Yo fui para Canal 7: mandábamos los tapes y acá los televisaban dos, tres días después. Otra vez el técnico de Argentina fue Lorenzo, que para que nadie supiera cómo iba a jugar, ni siquiera avisaba en qué lugar entrenaba el equipo. Teníamos que salir en auto detrás del micro del plantel, y llegamos a hacer 80 kilómetros para ver el entrenamiento. Los jugadores se quejaban de que tenían una autopista cerca de la concentración, y yo les decía: “¿Pero vos tenés televisión en tu casa? ¿No? ¿Entonces de qué te quejás?”. Los jugadores empezaban a ponerse exquisitos.

El canto de ¡Animals, animals! de los ingleses hacia el equipo argentino no es un mito, incluso duró bastante. A nosotros nos dolía, teníamos un sentimiento muy argentino. Eso empezó un poco con el técnico inglés, y creció porque nosotros jugamos muy fuerte durante el Mundial. Y contra Inglaterra, Argentina se la pasó tocando la pelota en defensa, cuidando el empate, y ellos no lo admitían, eso no existía en el fútbol inglés.

Viajé a cubrir sólo una parte del Mundial 70, pero pude ver al Brasil de Pelé. Perú-Brasil fue un partidazo. ¡Perú jugaba muy bien! Brasil era una cosa extraña, porque no tenía punta-punta. Ponía a Clodoaldo, que corría a todos en la mitad de la cancha, tenía los laterales como siempre y los de arriba rotaban todo el tiempo. Pelé estaba muy bien, estaban Tostao, Rivelino… Y en ese momento todavía tenía influencia aquello de que los europeos bajaban el nivel cuando jugaban en América. Di Stéfano decía que perdían el 40% de su rendimiento cuando viajaban.

En el 74 ya estaban Bonadeo padre, Marcelo Araujo, Mauro Viale… Ahí vino lo mejor de todo: Holanda. Una cosa que yo nunca había visto. Ni lo había visto ni lo había imaginado. Después del 0-4 con ellos en el Mundial, Osvaldo Ardizzone, de El Gráfico, me dijo: “Estamos en problemas, vamos a tener que inventar nuevas palabras, porque con las que sabemos hasta ahora no alcanza para describir esto”. Los principios teóricos del Barcelona actual tienen mucho de aquella Holanda. Ellos se multiplicaban en la cancha, eran más de diez los que corrían. Cruyff, que para mí es uno de los cracks más grandes de la historia, decía que ellos estaban acostumbrados al sacrificio porque vivir en un terreno tan chiquito, ganándole metros al mar, ya es sacrificado. Fue el mejor equipo que vi.

Mi principal error fue no haber separado lo emocional de lo periodístico en el 78. No supe ver lo que pasaba en la realidad, como la gran mayoría. Nosotros, en Canal 7, recibimos una orden desde el Gobierno. Una nota que decía que no se podía hablar mal de la Selección. Justo ese día, con Niembro y Araujo, mandamos una nota con Menotti en la que él designaba a sus nuevos colaboradores y nosotros lo criticábamos, pero nadie nos dijo nada. También me sucedió que yo estaba con un periodista español en River, cerca del Tiro Federal, se oyeron disparos y él me dijo asustado: “Están matando gente”. “Nooo –le dije yo-, ¿usted está loco? Es el Tiro Federal”. Nosotros no teníamos idea, pero afuera sabían lo que estaba pasando.

En el 82, antes de viajar a España, vino gente de Cancillería a Canal 7 y dio una charla para que supiéramos por qué la Argentina reclamaba las Malvinas, cuáles eran los fundamentos. Te decían qué te iban a preguntar los extranjeros. Yo pensaba que la guerra no estaba bien, porque no podíamos ganar. Era una locura total: contra Inglaterra y Estados Unidos. Sólo teníamos ayuda de Perú, y después bastante mal le pagamos… Yo veía la televisión española, escuchaba lo que contaba Muñoz en la Argentina y me daba cuenta de que algo estaba mal.

El 86 lo viví trabajando para Rivadavia. Estaba muy cerca de Bilardo. A él le tomaban el pelo, pero viajaba para explicar jugador por jugador cómo tenían que jugar. Convenció a Maradona de que tenía que demostrar que era el mejor del mundo. En el primer gol a Inglaterra, le dije a Muñoz que había sido con la mano. “Sí, con la mano”, dijo bajito, y después gritó “pero también con la cabeza”. Y el otro, el gol-gol… No podía creer que esa jugada terminara entrando. La del 86 fue la mejor Selección Argentina de la historia. Cuando veía cómo estaba parada, pensaba que no podía perder.

Antes del Argentina-Brasil del Mundial 90, que transmití con Muñoz, desayunamos con periodistas brasileños. Nosotros estábamos casi resignados porque Brasil venía de ganar sus tres partidos y Argentina pasó con lo justo, pero ellos también estaban preocupados. “¿De qué se preocupan? –les decíamos-. ¡Si Argentina no le puede ganar a nadie!”. Después de ese partido, de ese 1-0 milagroso, tuvimos que volver con ellos en el tren y yo no sabía dónde esconderme. ¡Los habíamos dejado afuera! Para ellos era dramático. ¡Parecía la final del 50!”.

Justo cuando saltó el doping de Maradona en Estados Unidos 94, yo tomaba un medicamento que tenía efedrina. Estaba en el hotel, con Fernando Signorini, y me pidió que se lo mostrara, pero por los nervios no pude encontrarlo. Fue todo complicado, los medios fueron muy invasivos, Maradona tenía dos entrenadores personales… Yo hacía un programa que se llamaba Intimidades ¡y teníamos una cámara las 24 horas con la Selección! Bilardo no hubiera permitido algo así. Después, en el 98, Passarella hizo todo lo contrario, cerró todo a la prensa, y aunque tenía un equipo más sólido que el del 94, tampoco resultó.

En 2002 fui al Mundial con mi señora e hicimos un pacto con una traductora coreana: nosotros le ayudábamos a practicar español y ella nos acompañaba a conocer Corea. Un día estábamos en el subte, mi señora sentada y yo de pie. De pronto se para una chica de unos 20 años y me hace señas para que me siente. Yo, con un agrande bárbaro, le digo a la traductora: “Explíquele que, en mi país, los caballeros les cedemos el asiento a las damas”. Y ella me responde: “Usted no entiende: en nuestro país, a los que tienen canas les reconocemos sabiduría, y por eso tienen que ir sentados”. Así que me senté.

El mejor Mundial que vi fue Alemania 74, por Holanda y porque había buenos equipos. Igual es difícil decidir, porque no se llega a ver todos los partidos. El 6-1 de Dinamarca a Uruguay en el 86, por ejemplo, fue un partido espectacular. Es-pec-ta-cu-lar. El Mundial 94, en cambio, prometía mucho y no cumplió.

Cubrir un mundial es como una pasantía en un hospital. En un momento tenés que operar y tenés que operar. No hay teoría que valga. La comodidad para trabajar es fundamental. Con lo que se paga por los derechos, tiene que funcionar todo, no podés admitir que algo no funcione. Yo voy muy temprano; cuatro horas antes del partido ya estoy en el estadio. Pruebo, miro, calculo los tiempos para moverse de un lado a otro. No se puede dejar que un productor se enloquezca haciendo todo. Los nervios pasan por mi trabajo. En una serie de penales en la que está Argentina hago fuerza para que el arquero ataje, pero también tengo que fijarme en cómo se para. Es mi responsabilidad.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4445 (MAYO DE 2014)

viernes, 14 de noviembre de 2014

Goleadores de verdad (actualización 2014)

Por Martín Estévez

Como lo hacemos cada año, actualizamos la tabla de los máximos romperredes de la historia. Esta vez, nos enfocamos especialmente en los futbolistas que están en actividad y que, por su eficacia, ya se convirtieron en leyendas vivientes.

En abril de 2012, El Gráfico publicó una investigación en la que se descubría quiénes eran los máximos goleadores de la historia del fútbol. Aquella vez depositamos el cetro sobre la cabeza de Romario, detallamos por qué Pelé suma 757 goles en lugar de los 1284 que se atribuye, y empezamos a observar el avance acelerado de Messi y Cristiano Ronaldo. En abril de 2013 actualizamos el informe, con más goles “descubiertos“ y centrándonos en las posibilidades de Messi de seguir escalando. Un año después, decidimos enfocarnos en todos los futbolistas que siguen en actividad y que gol a gol avanzan en la histórica tabla.

Antes que nada...
Es necesario aclarar que no consideramos que esta tabla sea la definitiva. De hecho, año tras año la corregimos y mejoramos con nuevos datos, e incluso está abierta a aportes de estadígrafos y amantes del fútbol en general. Existen todavía miles de goles escondidos que esperan ser descubiertos o con autores que necesitan ser corroborados. Mientras esperamos por ello, contamos con los datos ya conocidos y certificados, que son los que publicamos ahora.

Hay más aclaraciones necesarias. 1) No pretendemos que la tabla sea justa, sino que sea imparcial. 2) Las principales fuentes a la que recurrimos son la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol) y la RSSSF (Rec Sport Soccer Statistics Foundation). 3) Existe un sólo requisito para ingresar en la tabla: haber marcado al menos 100 goles sumando Primera División, copas continentales y selecciones nacionales. Si un futbolista marcó sólo 300 goles en la Tercera División de Polonia, no ingresa en la lista. 4) Las ligas de Africa y Asia son las más perjudicadas en la falta de datos certeros. También los torneos de ascenso y la mayoría de las copas nacionales oficiales.

Gracias por todo
Desde nuestra última actualización hubo cuatro retiros que merecen ser destacados. En marzo de este año dejó el fútbol quien era el máximo goleador en actividad: Túlio. El brasileño que le hizo un gol a Argentina en la Copa América de 1995 luego de bajar la pelota con la mano, tenía 44 años y perseguía con poca elegancia el camino hacia los mil goles, los que finalmente alcanzó. Claro que Túlio se contó hasta los que metió en la playa con sus amigos y los que hizo en el colegio. El cómputo oficial le da 545, que le alcanzan para ser 9º en la historia. Su último gol fue en febrero, jugando para Araxa en la Segunda División del torneo estadual mineiro. Y su retiro llegó días después, con una derrota 1-0 ante Montes Claros, un partido en el que una multitud pagó la entrada para despedirlo: 36 personas.

Otro brasileño que se retiró recientemente fue Rivaldo. A los 41 años, jugaba en el Mogi Mirim junto a su hijo. Campeón del mundo en Corea-Japón 2002, Rivaldo totalizó 391 goles, con los que quedó 49º.

Las otras dos despedidas importantes fueron las de Maksim Gruznov y Michael Owen. Gruznov, nacido en Estonia hace 39 años, es el máximo goleador de la liga de su país y formalizó su retiro en 2013. Owen es más conocido: a los 18 años la rompió en el Mundial 98 (golazo a Argentina incluido) y en 2001 fue elegido mejor jugador del mundo. Sin embargo, su nivel comenzó a decaer y se retiró al finalizar la temporada 2012/13, jugando para Stoke City. Tenía 33 años y 267 goles convertidos.

Mitos contemporáneos
Marcar más de 300 goles oficiales es una hazaña que sólo lograron 164 seres humanos en la historia. De esos 164, 17 siguen jugando. Y dos de ellos superan los 40 años.

El bosnio Aleksandar Duric (43) compitió en los Juegos Olímpicos de 1992... en canotaje. En fútbol empezó siendo arquero, pero luego se destapó como goleador en la liga de Australia y terminó encontrando su lugar en el mundo en Singapur, donde brilla desde 1999. No sólo eso: se nacionalizó y lleva 23 tantos en la selección singapurense. Es el segundo máximo goleador activo.

Juan García Rivas (43) metió sus 322 goles en el fútbol de Venezuela: 7 de ellos en la selección y 10 en la Copa Libertadores. Actualmente juega en el Deportivo La Guaira, de Primera División. 

Al borde de los cuarenta está Alessandro Del Piero (39), aquel que en 1996 hizo el gol con el que Juventus derrotó a River en la  Copa Intercontinental. Ganador del Mundial 2006 con Italia, dejó la Juve en 2012. Ahora juega en el Sydney de Australia, y con mucha dignidad: suma 22 goles en dos temporadas. Cerca suyo en edad (tienen 37) están Sebastián Abreu (350 gritos) y Francesco Totti (311). El Loco, vigente en Rosario Central, parece tener cuerda para rato. Totti, emperador de Roma desde 1992, hasta se postula para jugar el Mundial de Brasil.

El ángel del gol
El apodo de Raúl (36 años) no es exagerado: el español es el máximo goleador en actividad de todo el planeta. Después de su magnífica trayectoria en Real Madrid, pasó por el Schalke 04 alemán y desde 2012 juega en Al-Sadd. Sus 11 gritos en el fútbol de Qatar llevaron su cuenta a 457 goles.

La misma edad que Raúl tienen otros tres cracks: Thierry Henry, David Trezeguet y Didier Drogba. Henry, campeón del mundo en 1998, fue figura en el Arsenal inglés y en Barcelona, pero el fin de su carrera lo está transitando en la MLS de Estados Unidos: juega en New York Red Bull desde 2010. Trezeguet fue su compañero en aquel Mundial ganado y desde 2012 está en la Argentina, primero para jugar en River y ahora, en Newell's. Drogba todavía da pelea en el primer nivel: este año disputó la Champions League con el Galatasaray turco.

Los que pueden trepar
El peruano Claudio Pizarro (35 años) fue el último en pasar la barrera de los 300 goles: suma 303. Es suplente, pero nada menos que en el Bayern Munich, actual campeón del mundo. El menos “delantero“ de los 17 es Ronaldinho (34 años). Más volante creativo que atacante, Ronnie fue campeón del mundo en 2002 y, en los ratos en los que no está en el carnaval o grabando videoclips, mete goles para el Atlético Mineiro en los torneos brasileños y en la Copa Libertadores. Y otro al que le quedan algunos años más en la elite es Samuel Eto'o (33). El camerunés dejó en 2013 el fútbol ruso para jugar en el Chelsea de Mourinho.

Las cinco bestias del gol
Por su nivel, por su eficacia y también por su edad, hay cinco futbolistas actuales que amenazan con instalarse muy arriba entre los artilleros históricos.

Klaas-Jan Huntelaar tiene apenas 30 años y ya gritó 319 veces. El holandés, que pasó por Ajax, Real Madrid y Milan, lleva cuatro temporadas impecables en el Schalke 04. Si consigue 12 goles más, será uno de los cien primeros de la tabla.

David Villa tiene dos años y 22 tantos más. Campeón de la Eurocopa y del Mundial 2010 con España, es una de las figuras del Atlético de Madrid del Cholo Simeone. El Guaje puede aspirar a terminar su carrera en el Top 50; para eso, debería marcar 45 veces más antes del retiro. ¿Llegará?

El puesto 73 de todos los tiempos lo ocupa el sueco Zlatan Ibrahimovic. En Inter, en Barcelona, en Milan o en Paris Saint Germain (donde juega desde 2012), mezcla estética y eficacia como muy pocos pueden hacerlo. Acumula 357 goles y con 50 más ya estará entre los cuarenta principales. Para ser el sueco más goleador todavía le queda un camino muy extenso: está a 113 de Henrik Larsson, el que con rastas o pelado hizo goles de todos los colores hasta 2009.

Para el final, claro, dejamos a Cristiano Ronaldo y a Lionel Messi. Su duelo personal para quedarse con todos los Balones, Botines y lo-que-sea de Oro se traslada también a la tabla histórica. Messi había conseguido superar a Cristiano en la última edición, pero los últimos doce meses del portugués volvieron a dejarlo encima de Lío, con 20 goles de ventaja.

Desde el 21 de marzo de 2013, Cristiano gritó 64 veces, para pasar del puesto 66 al 31. Con su próximo tanto, superará a Carlos Bianchi. A los 29 años, si CR7 vuelve a convertir 64 goles, en marzo de 2015 llegaría a 489 y se ubicaría entre los 16 mejores.

Sin embargo, la verdadera amenaza para el pasado nació en Rosario y vive en Barcelona. Aunque tuvo un año afectado por lesiones, los 42 goles que hizo le alcanzaron a Messi para ascender desde el puesto 65 al 41. La gran ventaja de Lío es que tiene apenas 26 años. Si mantiene el ritmo de 40 goles por temporada, cuando cumpla 30 años ya acumularía 565, con los que entraría sin problemas en el Top Ten. Para el logro máximo, superar a Romario y consagrarse como el máximo goleador de la historia de la humanidad, actualmente le faltan 358. Si Messi decide jugar, por ejemplo, hasta los 36 años, tendría que meter 36 goles por temporada para superar al Chapulín. La hazaña, aunque difícil, cada vez parece menos imposible.

Goles y más goles
Los sucesos de los últimos doce meses dejaron muchas pequeñas historias para contar. Cristiano Ronaldo es líder en una tabla importante: es el máximo goleador del siglo XXI, seguido por... Messi, claro. Ronaldinho, pese a sus 328 goles, ni siquiera es uno de los diez mejores de su país. Los brasileños tienen cuatro en el Top Ten y siete en los mejores cincuenta. Entre los que no aparecen en los 220 primeros puestos, hay varios que estarán en el Mundial, como los uruguayos Luis Suárez (255 goles) y Edinson Cavani (203), el holandés Robin van Persie (252) y el francés Karim Benzema (213). El japonés Kazu Miura, que ocupa el puesto 235 con 265 goles, sigue activo a los 47 años: juega en la Segunda División de su país. Y el brasileño Neymar, a los 22 años, ya suma 191.

Entre los argentinos, José Sanfilippo (271) se quedó afuera de la tabla por apenas un gol. Carlos Morete (269) también estuvo cerca de figurar. Esteban Fuertes se había retirado, pero retomó la actividad en Bolivia, marcó un par de goles para llegar a 260 y volvió a despedirse. Y el último en entrar al club de los 200 goles fue Fernando Cavenaghi, el 23 de febrero, ante Colón.




¿Qué goles contamos?
Para formular la tabla de goleadores tomamos los siguientes parámetros. A nivel clubes, consideramos los partidos oficiales de cualquier división, sea Primera, Segunda o Quinta; copas nacionales (Copa del Rey, Copa Italia); copas continentales (Champions League, Libertadores); copas internacionales (Intercontinental, Mundial de Clubes); supercopas, recopas (enfrentan a los ganadores de distintos torneos); copas oficiales que ya no se disputan (Mercosur, Intertoto) o que se jugaron sólo una vez; ligas de países que ya no existen (Yugoslavia, Unión Soviética); ligas oficiales amateurs (como la argentina antes de 1931); y torneos oficiales que no culminaron o no consagraron a un campeón. A nivel selecciones, contabilizamos los partidos entre selecciones nacionales de mayores, tanto por competencias oficiales como amistosos. En cuanto a selecciones juveniles, sólo los goles convertidos en mundiales, Juegos Olímpicos, torneos continentales o en el torneo Esperanzas de Toulon.


Goleadores argentinos en actividad

Máximos goleadores de la historia
1° Romario (Brasil, 1985-2007) 762
2° Josef Bican (Checoslovaquia, 1928-1956) 761
3° Pelé (Brasil, 1956-1979) 757
4° Ferenc Puskas (Hungría, 1943-1966) 709
5° Gerd Muller (Alemania, 1964-1981) 680
6° Eusebio (Portugal, 1957-1979) 622
7° Ferenc Deak (Hungría, 1940-1954) 576
8° Uwe Seeler (Alemania, 1953-1972) 568
9° Túlio (Brasil, 1988-2014) 545
10° Zico (Brasil, 1971-1994) 516
11° Alfredo Di Stéfano (Argentina, 1945-1966) 512
12° Gunnar Nordahl (Suecia, 1937-1958) 502
13° James “Jimmy” McGrory (Escocia, 1922-1937) 493
14° Roberto Dinamita (Brasil, 1971-1993) 492
15° Hugo Sánchez (México, 1976-1997) 492
16° Gyula Zsengeller (Hungría, 1935-1953) 487
17° James Greaves (Inglaterra, 1957-1980) 483
18° Johann Krankl (Austria, 1970-1989) 481
19° Imre Schlosser (Hungría, 1906-1928) 479
20° Ernest Wilimowski (Polonia, 1933-1959) 470
21° Henrik Larsson (Suecia, 1988-2009) 470
22° Arthur Friedenreich (Brasil, 1911-1935) 466
23° Raúl (España, 1994-2014) 457
24° William “Dixie” Dean (Inglaterra, 1923-1940) 453
25° Fernando Baptista Peyroteo (Angola, 1937-1950) 450
26° Aleksandar Duric (Bosnia Herzegovina, 1992-2014) 440
27° Gyorg Sarosi (Hungría, 1930-1948) 431
28° Alistair McCoist (Escocia, 1979-2001) 429
29° Roger Milla (Camerún, 1965-1996) 427
30° Carlos Bianchi (Argentina, 1967-1985) 425
31° Cristiano Ronaldo (Portugal, 2001-2014) 425
32° Ronaldo (Brasil 1993-2011) 423
33° Franz Binder (Austria, 1930-1949) 422
34° Alan Shearer (Inglaterra, 1988-2006) 420
35° Stephen Bloomer (Inglaterra, 1892-1914) 419
36° Joseph Bambrick (Irlanda del Norte, 1926-1939) 416
37° Ferenc Szusza (Hungría, 1941-1960) 413
38° Sandor Kocsis (Hungría, 1946-1966) 410
39° Delio Onnis (Italia, 1966-1986) 408
40° Thierry Henry (Francia, 1994-2014) 406
41° Lionel Messi (Argentina, 2003-2014) 405
42° Johan Cruyff (Holanda, 1964-1984) 402
43° Glenn Ferguson (Irlanda del Norte, 1987-2011) 402
44° John Aldridge (Inglaterra, 1979-1998) 401
45° Ferenc Bene (Hungría, 1961-1985) 400
46° Jozsef Takacs II (Hungría, 1917-1934) 400
47° Hakan Sukur (Turquía, 1987-2008) 397
48° Víctor Hugo Antelo (Bolivia, 1983-2000) 392
49° Rivaldo (Brasil, 1991-2014) 391
50° Andriy Shevchenko (Ucrania, 1994-2012) 385
51° Ruud van Nistelrooy (Holanda, 1993-2012) 384
52º George Camsell (Inglaterra, 1925-1939) 383
53° James “Jimmy” Jones (Irlanda del Norte, 1947-1964) 378
54° Ian Rush (Gales, 1978-2000) 378
55° Krzysztof Warzycha (Polonia, 1983-2004) 376
56° Giorgio Chinaglia (Italia, 1964-1983) 375
57° Silvio Piola (Italia, 1929-1954) 374
58° Juan Carlos Plata (Guatemala, 1990-2010) 371
59° Hugh Gallacher (Escocia, 1921-1939) 370
60° Fernando Gomes (Portugal, 1974-1991) 368
61° Carlos Hermosillo (México, 1983-2001) 368
62° Osvaldo Castro (Chile, 1965-1984) 368
63° Joseph Mermans (Bélgica, 1938-1960) 366
64° Kenneth Dalglish (Escocia, 1969-1990) 366
65° Raymond Braine (Bélgica, 1922-1944) 366
66° Hugh Ferguson (Escocia, 1916-1930) 366
67° Friedrich “Fritz” Walter (Alemania, 1938-1959) 360
68° Telmo Zarraonandía (España, 1939-1957) 360
69° Albert De Cleyn (Bélgica, 1933-1955) 359
70° Anton Polster (Austria, 1982-2000) 359
71° Wlodzimierz Lubanski (Polonia, 1963-1985) 358
72° Ernst Stojaspal (Austria, 1944-1962) 358
73º Zlatan Ibrahimovic (Suecia, 1999-2014) 357
74° Gabriel Batistuta (Argentina, 1988-2005) 355
75° Geertruida “Ruud” Geels (Holanda, 1964-1984) 355
76° Diego Maradona (Argentina, 1976-1997) 354
77° Shota Arveladze (Georgia, 1990-2008) 354
78° Michel Platini (Francia, 1972-1987) 353
79° Isidro Lángara (España, 1930-1948) 353
80° Oscar Mas (Argentina, 1964-1985) 352
81° Sebastián Abreu (Uruguay, 1994-2014) 350
82° Samuel Eto’o (Camerún, 1997-2014) 349
83° José Saturnino Cardozo (Paraguay, 1988-2006) 347
84° Willy van der Kuijlen (Holanda, 1964-1982) 347
85° Mario Kempes (Argentina, 1970-1996) 345
86° Bebeto (Brasil, 1982-2002) 344
87° Iván Zamorano (Chile, 1983-2003) 342
88° Alessandro Del Piero (Italia, 1991-2014) 342
89° David Villa (España, 2000-2014) 341
90° Giuseppe Meazza (Italia, 1927-1947) 340
91° Robert Dienst (Austria, 1947-1968) 340
92° Hristo Stoitchkov (Bulgaria, 1981-2003) 339
93° Rudi Voller (Alemania, 1977-1996) 339
94° Jacques Fatton (Francia, 1943-1963) 336
95° Marc Lloyd-Williams (Gales, 1992-2011) 335
96° Ulf Kirsten (Alemania, 1983-2003) 333
97° David Hallyday (Escocia, 1920-1937) 332
98° Denis Law (Escocia, 1956-1974) 332
99° Fernando Morena (Uruguay, 1968-1985) 331
100° Arsenio Erico (Paraguay, 1930-1949) 331
101° Evanivaldo “Cabinho” Castro (Brasil, 1969-1987) 331
102° Dieter Muller (Alemania, 1972-1989) 329
103° Gary Lineker (Inglaterra, 1978-1994) 329
104° Victor Watson (Inglaterra, 1920-1935) 329
105° Teófilo Cubillas (Perú, 1966-1989) 328
106° David McLean (Escocia, 1907-1931) 328
107° Stephane Chapuisat (Suiza, 1986-2006) 328
108° Ronaldinho (Brasil, 1998-2014) 328
109° Klaus Fischer (Alemania, 1968-1988) 326
110° Jean-Pierre Papin (Francia, 1983-2004) 326
111° Jurgen Klinsmann (Alemania, 1981-2003) 325
112° Gyula Szilagyi (Hungría, 1939-1960) 324
113° Juan García Rivas (Venezuela, 1988-2014) 322
114° Laszlo Fazekas (Hungría, 1965-1985) 322
115° Roy Makaay (Holanda, 1993-2010) 322
116° Pauleta (Portugal, 1990-2011) 322
117° Oleg Blokhin (Ucrania, 1969-1990) 321
118° Didier Drogba (Costa de Marfil, 1998-2014) 321
119° José Águas (Portugal, 1948-1964) 320
120° Florian Albert (Hungría, 1958-1974) 320
121° Harry Bedford (Inglaterra, 1919-1934) 320
122° Sigurd Rushfeldt (Noruega, 1991-2011) 319
123° Erwin Vandenbergh (Bélgica, 1976-1995) 319
124° Klaas-Jan Huntelaar (Holanda, 2002-2014) 319
125º Rolando Fonseca (Costa Rica, 1991-2012) 318
126° Hernán Crespo (Argentina, 1993-2012) 318
127º Kunishige Kamamoto (Japón, 1967-1984) 317
128° Filippo Inzaghi (Italia, 1991-2012) 316
129° Jean Baratte (Francia, 1941-1957) 316
130° Roberto Baggio (Italia, 1982-2004) 315
131° Karl Decker (Austria, 1937-1958) 315
132° Nené (Portugal, 1968-1986) 315
133° Robert McPhail (Escocia, 1923-1940) 315
134° Jared Borgetti (México, 1994-2010) 314
135° Bernard Lacombe (Francia, 1969-1987) 314
136° Carlos González “Santillana” (España, 1970-1988) 314
137° Mário Jardel (Brasil, 1990-2012) 313
138° Angel Labruna (Argentina, 1939-1961) 313
139° Karl Heinz Rummenigge (Alemania, 1974-1989) 313
140° Marco van Basten (Holanda, 1982-1995) 313
141° Bobby Charlton (Inglaterra, 1956-1976) 312
142° Bernard Voorhoof (Bélgica, 1927-1949) 311
143° Francesco Totti (Italia, 1992-2014) 311
144° Petrus van Hooijdonk (Holanda, 1989-2007) 310
145° David Trezeguet (Francia, 1993-2014) 310
146° Dennis Bergkamp (Holanda, 1986-2006) 309
147° Josef “Jupp” Heynckes (Alemania, 1963-1978) 308
148° Archie Stark (Estados Unidos, 1912-1934) 308
149° Nandor Hidegkuti (Hungría, 1942-1958) 306
150° César Rodríguez (España, 1939-1960) 306
151° Martín Palermo (Argentina, 1992-2012) 305
152° Geza Toldi (Hungría, 1927-1946) 305
153° Maksim Gruznov (Estonia, 1992-2013) 304
154° Majed Abdullah (Arabia Saudita, 1977-1998) 304
155° Gheorghe Hagi (Rumania, 1982-2001) 304
156° Jan Ceulemans (Bélgica, 1974-1992) 303
157° Claudio Pizarro (Perú, 1996-2014) 303
158° Thomas Mavros (Grecia, 1970-1991) 302
159° Sonny Anderson (Brasil, 1987-2006) 301
160° John Wark (Escocia, 1975-1997) 301
161° Joachim Streich (Alemania, 1967-1985) 301
162° Cliff Holton (Inglaterra, 1947-1968) 301
163° Paul Van Himst (Bélgica, 1959-1977) 300
164° Manuel José Tavares Fernandez (Portugal, 1969-1988) 300
165° Víctor Hugo Aristizábal (Colombia, 1990-2008) 299
166° Lothar Emmerich (Alemania, 1960-1981) 298
167° Gordon Hodgson (Sudáfrica, 1922-1939) 296
168° John Dahl-Tomasson (Dinamarca, 1992-2011) 296
169° Luis Ernesto Tapia (Panamá, 1962-1981) 296
170° Lajos Tichy (Hungría, 1953-1971) 295
171° Jan Koller República Checa (1994-2011) 294
172° Johannes Bosman (Holanda, 1983-2002) 294
173° Manfred Burgsmuller (Alemania, 1967-1990) 294
174° Alberto Spencer (Ecuador, 1955-1972) 293
175° Juan Carlos Sánchez Frías (Bolivia, 1977-1992) 293
176° Damian Mori (Australia, 1989-2011) 292
177° Ray Crawford (Inglaterra, 1957-1971) 292
178° Andrew Cole (Inglaterra, 1989-2008) 292
179° Luis Fabiano (Brasil, 1997-2014) 292
180° Kurt Hamrin (Suecia, 1952-1972) 291
181° Pauli Jorgensen (Dinamarca, 1924-1942) 289
182° Luis Artime (Argentina, 1959-1974) 289
183º Sotiris Kaiafas (Chipre, 1967-1984) 289
184° Georgios Sideris (Grecia, 1958-1972) 289
185° Nathaniel Lofthouse (Inglaterra, 1946-1960) 288
186° Petar Jekov (Bulgaria, 1962-1975) 287
187° Luc Nilis (Bélgica, 1984-2000) 287
188° Sergio Ibarra (Argentina, 1991-2012) 287
189° Alberto Acosta (Argentina, 1982-2008) 285
190° Thadee Cisowski (Polonia, 1947-1962) 284
191° Davor Suker (Croacia, 1984-2003) 284
192° José Altafini (Brasil, 1956-1976) 283
193° Hami Mandirali (Turquía, 1987-2002) 283
194° Arthur Ceuleers (Bélgica, 1933-1951) 282
195° Dudu Georgescu (Rumania, 1969-1988) 282
196° Metin Oktay (Turquía, 1954-1969) 282
197° Antonio Di Natale (Italia, 1996-2014) 282
198° Herminio Masantonio (Argentina, 1931-1945) 280
199° Ladislao Kubala (Hungría, 1944-1967) 280
200° Gordon Wallace (Escocia, 1962-1980) 280
201° Henri Coppens (Bélgica, 1946-1969) 279
202° William Reid (Escocia, 1903-1922) 279
203° Josip Skoblar (Yugoslavia, 1958-1977) 279
204° Dusan Bajevic (Bosnia Herzegovina, 1966-1983) 279
205° John Thompson Milburn (Inglaterra, 1943-1960) 278
206° Luca Toni (Italia, 1994-2014) 278
207° Giuseppe Signori (Italia, 1984-2006) 277
208° Gianluca Vialli (Italia, 1980-1999) 274
209° Charles Murray Buchan (Inglaterra, 1909-1928) 274
210° George Weah (Liberia, 1985-2003) 274
211° Oleg Protasov (Ucrania, 1981-2000) 274
212° William MacFadyen (Escocia, 1921-1938) 273
213° Vahid Halilhodzic (Bosnia Herzegovina, 1971-1987) 273
214° Klaus Allofs (Alemania, 1975-1993) 273
215° Mark Viduka (Australia, 1993-2009) 273
216° Herve Revelli (Francia, 1966-1983) 273
217° Miroslav Klose (Alemania, 1998-2014) 273
218° Diego Forlán (Uruguay, 1997-2014) 273
219° Wayne Rooney (Inglaterra, 2002-2014) 273
220° Sven Jonasson (Suecia, 1927-1946) 272

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4444 (ABRIL DE 2014)