martes, 25 de mayo de 2010

¿Cómo le irá a Lewis Hamilton en 2009?

Un repaso a todos los campeones de Fórmula 1 regala argumentos para imaginar qué será del inglés en la próxima temporada.

En 1970, Jochen Rindt murió en las prácticas del Gran Premio de Italia. Sin embargo, el austríaco fue el piloto que más puntos sumó en aquella temporada y se consagró campeón de la Fórmula 1 tres carreras después. Él es uno de los apenas seis pilotos que, luego de ser campeones, no participaron de la siguiente temporada. Pero otros 52 sí lo hicieron. ¿Qué ocurre con el futuro inmediato de los monarcas de la Fórmula 1?
Nueve de los campeones cambiaron de escudería. El más exitoso fue el argentino Juan Manuel Fangio. Ganador con Mercedes Benz en 1955, repitió un año después, pero corriendo para Ferrari. Y en 1957 se mudó a Maserati. ¿Resultado? Otro título.
Muy distinto fue lo que le sucedió al inglés Damon Hill. Campeón en la poderosa Williams en 1996, su escudería lo dio de baja y disputó la temporada ’97 en la débil Arrows. Sus 97 puntos se transformaron en apenas 7, y de campeón defensor pasó al 12º lugar.
Pese a lo que indica la lógica, entre los 43 campeones que se mantuvieron en el mismo equipo no todos consiguieron buenos resultados. Jack Brabham, líder con Cooper Climax en 1960, sumó apenas 4 puntos un año después. Otro ejemplo es el de Jody Scheckter, ganador con Ferrari en 1979. Tuvo una temporada espantosa en 1980: consiguió 2 unidades y terminó 19º en las posiciones.
En la mayoría de los casos, si el piloto continúa en el mismo equipo termina nuevamente entre los mejores. 32 de los 43 campeones que siguieron en la misma escudería finalizaron entre los cinco primeros en la temporada siguiente. Esa estadística seguramente envalentonaría a Lewis Hamilton, campeón en 2008, con vistas al futuro inmediato.

Lauda, campeón en 1975, no repitió en 1976 por un grave accidente

Algunos arañaron el bicampeonato. Niki Lauda (rey en 1975) y su Ferrari terminaron la temporada ’76 (en la que sufrió un terrible accidente que quemó parte de su cuerpo) a un punto del McLaren de James Hunt. Ayrton Senna (McLaren, 1989) y Mika Hakkinen (también con McLaren, 2000) fueron los últimos que finalizaron subcampeones con su escudería luego de festejar un año antes.
Aunque sólo el 28% de los campeones que siguieron en su escudería pudieron repetir el título (12 de 43), el porcentaje se eleva al 50% en los últimos catorce años. Sí: la mitad de los ganadores en una temporada repitieron a la siguiente, y con la misma escudería. Esta estadística, leída de modo parcial, significaría que Hamilton tiene un 50% de posibilidades de ser campeón en 2009. Pero, claro, son sólo números y probabilidades.
Los que retuvieron su corona en el último período han sido Michael Schumacher (1994-95, Benetton), Mika Hakkinen (1998-99, McLaren), otras cuatro veces Schumacher (entre 2000 y 2005, todas con Ferrari) y Fernando Alonso (2005-06, Renault). El último en intentarlo, Kimi Raikkonen (campeón 2007 con Ferrari), terminó 3º en 2008.
Lewis Hamilton irá por el bicampeonato, pero encontrará oposición incluso en su propia escudería. “No me siento menos que él. Empezaremos en igualdad de condiciones y puedo ganarle”, dijo su compañero en McLaren, Heikki Kovalainen. Las Ferrari de Felipe Massa y Kimi Raikkonen y el BMW Sauber de Robert Kubica completan el quinteto de candidatos para 2009.
Las historias de 58 campeones ya están escritas. Como las de Mike Wathorn (1958) y Alain Prost (1993), que se retiraron justo después de obtener el título; Jackie Stewart (1973), que abandonó el automovilismo shockeado tras el mortal accidente de su compañero en el equipo Tyrrell; o la de Nigel Mansell (1993), a quien Williams le ofreció menos dinero pese a su título y se fue a la Fórmula Indy. La historia del campeón número 59, Lewis Hamilton, será uno de los episodios estelares de la Fórmula 1 en su temporada 2009.

Hakkinen y su McLaren, reyes en 1998 y 1999

PUBLICADO EN LA PÁGINA WEB DE FOX SPORTS, DICIEMBRE DE 2008

viernes, 21 de mayo de 2010

Fotogalería: Racing, siglo XXI

Mientras La Academia apuesta al futuro, elegimos a los quince mejores jugadores del siglo XXI surgidos de sus Divisiones Inferiores.

Javier Lux: El repaso a los mejores futbolistas surgidos de Racing comienza con un fanático de La Academia. Aunque debutó en 1997, Lux se afianzó en el mediocampo en 2000 y participó en 7 partidos del glorioso Apertura 2001 en el que Racing se consagró campeón después de 35 años. Sumó 135 partidos y 6 goles hasta 2002, cuando se incorporó a Talleres (Córdoba).

Maximiliano Estévez: Ángel Cappa lo hizo debutar en 1998 y se fue en 2000, pero su estadía en otro Racing, el de Santander, duró poco. Volvió a Avellaneda en 2001, primero para ser el goleador del equipo que zafó de la Promoción y después, del Racing campeón del Apertura. Se quedó hasta 2003 y tuvo un segundo retorno en 2007, pero su rendimiento fue bajo y jugó muy poco. Ese triste final no hace olvidar que es el máximo goleador de Racing en los últimos 40 años: anotó 52 goles en La Academia.

Adrián Bastía: Volante central acostumbrado a la lucha y los roces, el Polaco debutó en 1998 y mostraba entusiasmo y desorganización por partes iguales. La llegada de ‘Mostaza’ Merlo en 2001 le permitió crecer como futbolista, al punto que se transformó en el símbolo del recordado campeón del Apertura. Se fue en 2003 a Europa, pero volvió para ganarse la ovación de la Guardia Imperial hasta 2008, cuando fue vendido al fútbol griego.

Carlos Arano: Marcador lateral izquierdo, Chiche es otro reconocido hincha de Racing que festejó el título de 2001 con alegría doble. Había debutado en 1999 y dos años después se quedó con el puesto que pertenecía a Sergio Zanetti. Fue vendido a Italia en 2003 y retornó al club para jugar la temporada 2006-07. En total fueron 117 partidos y 4 goles en un club en el que, cada vez que llega con otra camiseta, recibe una cálida ovación.

Diego Milito: Campeón en Divisiones Inferiores, campeón en Primera, ídolo total. Milito debutó en 1999 como un delantero muy habilidoso pero con poco gol: 2 en sus primeros 44 partidos oficiales. Pero se destapó y terminó siendo goleador de La Academia en cuatro torneos consecutivos. Sus 42 tantos en 168 partidos lo llevaron a la Selección Nacional y al calcio. Hoy es el goleador del Genoa y de la Liga Italiana. Un crack.

Mariano González: Luego de un paso opaco por la Selección Sub 20, todo lo que prometía en Reserva explotó en Primera a partir de su debut en 2002. Volante ofensivo, con muchísima llegada al área rival, se desempeñó por izquierda y por derecha en alto nivel. Luego de 82 partidos y 14 goles en Avellaneda, y de ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2004, fue vendido al Palermo de Italia. En la actualidad juega en Porto, de Portugal.

Juan Manuel Torres: El chaqueño debutó en Racing en 2002, a los 16 años, y en 2003 ya era pieza clave del equipo de Ardiles. Brillante recuperador, buen administrador de balón e inteligente tácticamente, se fue del club que parió como futbolista en 2006, luego de un conflictivo proceso en el que se quedó con el pase en su poder. Campeón Mundial Sub 20 en 2005, actualmente juega en San Lorenzo.

Lisandro López: Llegó de Rafael Obligado y en su debut en Sexta Division metió 3 goles. Sucesivas lesiones postergaron su explosión en Primera. Debutó en 2003, se ganó la titularidad un año después y fue el goleador del Torneo Apertura 2004. Hábil, rápido, autocrítico, fue una de las mayores apariciones del fútbol argentino de esta década. Llegó a la Selección Argentina y, luego de 82 partidos y 27 goles en Racing, se fue al Porto, donde brilla desde 2005 (suma 63 gritos en Portugal).

Gustavo Cabral: Marcador central de buen porte físico, debutó en la última fecha del Apertura 2003. Su gran comienzo en Avellaneda se sostuvo hasta que ganó el Mundial Sub 20 en 2005. Desde entonces su nivel cayó abruptamente hasta que fue adquirido por River en 2007. Querido por haber surgido en el club, los hinchas de Racing nunca entendieron por qué bajó tanto su rendimiento.

Maximiliano Moralez: Nacido en Santa Fe, debutó en un amistoso jugado en Colombia, en 2004, sorprendiendo desde entonces por su baja estatura (1,60m) y alta habilidad para la gambeta. Se convirtió en el jugador ‘distinto’ de Racing, el encargado de generar peligro, de quebrar defensas, y fue campeón y segundo mejor jugador del Mundial Sub 20. En ese 2007 se fue a Rusia, pero volvió seis meses después, tal como él mismo lo dijo, “para salvar a Racing del descenso”. La descosió en el Apertura 2008, siendo uno de los tres mejores futbolistas del campeonato.

Matías Sánchez: Diego Simeone lo hizo debutar en el Clausura 2006, con Racing último y perdiendo 0-3 contra Boca. Lo tiró a las brasas, para quemarlo o para fortalecerlo. Matías se fortaleció, y festejó su único gol en La Academia abrazando al Cholo en el día de su despedida. Se ganó su lugar en planteles adornados de volantes centrales, ganó la Copa del Mundo Sub 20 en 2007 y terminó siendo imprescindible para que Racing se salvara del descenso en 2008. Cansado de las irregularidades del club, pasó a Estudiantes de La Plata.

José Shaffer: Debutó en 2006 y su primera etapa en Racing pasó desapercibida: apenas jugó 7 partidos y lo expulsaron una vez. Se fue a Suecia, casi un exilio para un defensor de cortísima carrera, y terminó peleado con su entrenador. Volvió en 2008 y no jugó hasta la 13ª fecha. Esa tarde, en Rosario ante Central, Gonzalo García recibió un pelotazo que lo dejó nocaut. Por él ingresó Shaffer, y desde entonces el lateral izquierdo es suyo. Rápido, agresivo y de buen remate, fue importante en la Promoción que mantuvo a Racing en Primera.

Gabriel Mercado: Marcador central nacido en Chubut, su caso es inverso al de Cabral. Debutó en 2006, con Merlo como entrenador, y un año después ganó el Mundial Sub 20. Sin embargo, en Racing se mostraba errático y poco eficaz. Poco a poco, fue elevando su nivel, alcanzando un rendimiento notable en 2008 y transformándose en el bastión de la defensa de Racing. Tiene un futuro enorme.

Claudio Yacob: El símbolo del Racing que sufrió todo para quedarse en Primera. Talentoso, aplicado, valiente, debutó en 2006 y hasta jugó de marcador central a pedido de Gustavo Costas. Claro: lo hizo bien. Si los hinchas ya lo querían, cuando le dieron continuidad como volante central el romance explotó: brilló en los peores momentos de Racing y el premio fue su designación como capitán en 2008.

Sergio Romero: Aunque era mencionado como el arquero del futuro, casi no tuvo chances de mostrarse en Racing. Luego de algunos meses como suplente de Campagnuolo y de jugar apenas 5 partidos (recibió ocho goles), fue vendido al AZ Alkmaar de Holanda en 2007. Luego de ser campeón mundial Sub 20 ese año, y campeón olímpico en 2008, los hinchas de Racing se dieron cuenta del arquerazo que no pudieron disfrutar.

Franco Zuculini: Experimentado por su paso por la Selección Sub 17, Juan Manuel Llop lo hizo debutar el 13 abril de 2008, entrando un ratito contra Arsenal. Nueve meses después, es un referente de Racing y fue convocado por Diego Maradona para la Selección Mayor. Zucu es un volante todoterreno que corre con el ímpetu de un nene y juega con la categoría de un grande.

PUBLICADO EN LA PÁGINA WEB DE FOX SPORTS, DICIEMBRE DE 2008

miércoles, 12 de mayo de 2010

Racing tiene futuro

El Racing del Apertura 2008: ocho de los once titulares son de inferiores.

31 de mayo de 2008. Racing está al borde de la Promoción, al borde del descenso directo, al borde del caos institucional, al borde de la locura. Y enfrenta a un Independiente que quiere ser campeón del Torneo Clausura y darle la puñalada final a una Academia que, por distintos motivos, perdió a Hilario Navarro, Campagnuolo, Crosa, Cabral, Gonzalo García, Cabrera, Bastía, Pellerano, Romagnoli, Bergessio y el Piojo López en apenas doce meses. A un Racing que promedia 1,162, que no tiene presidente porque está gerenciado, y que no tiene gerenciador porque el gerenciador es un mamarracho.

Alguien tiene que poner la cara y la ponen ellos: José Luis Martínez Gullotta, Diego Menghi, Gabriel Mercado, José Shaffer, Matías Sánchez, Claudio Yacob, José Luis Fernández, Franco Zuculini. Chicos absolutamente chicos que juegan con alma de grandes. Chicos que le roban un punto a Independiente. Chicos que serían la base del equipo que le ganaría a Huracán para salvarse del descenso directo, y que derrotaría a Belgrano en la sufridísima Promoción. Alguien tuvo que poner la cara, y fueron los chicos.

Claro: los chicos de Racing no surgieron de un momento inspirado, como el zurdazo de Bedoya que se clavó en la historia de Avellaneda. Los chicos de Racing son la realidad de un proyecto que sobrevive (pese a muchos inconvenientes) desde hace mucho tiempo. Que comenzó en 2001, cuando Blanquiceleste S.A. firmó un contrato en el que se comprometía a aportar una importante suma de dinero a las divisiones inferiores durante diez años. Y cumplió… hasta 2004, cuando las cuentas ya no eran tan dulces. Entonces Blanquiceleste miró para otro lado. Pero el proyecto, con menos recursos y las mismas ganas, siguió.

Un lugar para vivir

Una pieza fundamental es la Casa Racing, la pensión del club ubicada a escasos metros del estadio. Allí viven alrededor de 45 chicos del Interior que juegan en las Divisiones Inferiores. Fabián Alves, el coordinador, detalla las actividades en épocas de competencia: “Los más grandes entrenan a la mañana, almuerzan y de 2 a 4 de la tarde hay descanso absoluto: no sale nadie y se apagan hasta los televisores. A las 5 se van a la escuela y se los espera. Los más chicos van a la escuela a la mañana y entrenan a la tarde. Los sábados, todos juegan y les queda el resto del día libre para hacer lo que quieran”.

Lejos de los tristes años en que Lux, Bizzarri y Bastía llegaron a comerse al gallo que los despertaba porque no había comida, la Casa Racing es confortable y un buen lugar para proteger y ayudar a los futuros futbolistas.

“En la pensión estamos bien. No pedimos nada más, nosotros sólo queremos jugar”, se conforma Ezequiel Báez, marcador central de la Novena División llegado desde San Pedro.

Orgullo en las paredes de la Casa Racing: Romero, Gullotta, Piñal y Mercado.

Un lugar para jugar

Otro estandarte del futuro de Racing es el Predio Tita Matiussi, construido en los años más oscuros del club e inaugurado en 1999. El lugar de entrenamiento de los chicos era todo un lujo hasta 2004, y actualmente está muy descuidado por falta de mantenimiento. Todos lo remarcan como el principal déficit: tiene cuatro canchas, pero ninguna está en buen estado. “Hubo una muy buena inversión entre 2001 y 2004, y después ya no hubo nada: ni plata para micros, ni para viáticos, ni para mantención”, cuentan los referentes de las inferiores académicas.

Leandro Gutiérrez, preparador físico de la Novena, reafirma las necesidades: “Si tenemos en cuenta la importancia que tiene el club, falta de todo: conos, aros, pelotas… Si yo quiero trabajar la parte física con pelotas, no puedo, no alcanzan”.

La misma situación se vivió en el departamento médico durante los últimos años. “Los recursos con los que contamos fueron bajos. Pero todos dimos mucho más de lo que podíamos, por nuestros compañeros y por Racing”, remarca el doctor Carlos Villalta, uno de los muchos integrantes del equipo capitaneado por Miguel Khoury.

Más chicos de la pensión: Martínez, Shaffer, Lluy y Menghi.

Racing puso Octava

La Academia ha contado con equipos históricos en Inferiores. Como la Cuarta campeona de 1999 (con Diego Milito, Carlos Arano y Gustavo Arce) y la Sexta que festejó en 2002 (con Maxi Moralez, Sergio Romero y Claudio Yacob).

El 2008 pudo ser el inicio de otra camada gloriosa: la Octava División (dirigida por Francisco ‘Pepi’ Berscé) fue subcampeona y cuenta con promesas que entusiasman. Uno de ellos es Kevin Alarcón. “Soy de Neuquén Capital y llegué en prenovena. Me vine a probar, el primer día hicimos fútbol y ya me dijeron que quedaba”, recuerda. “Los primeros meses fueron difíciles, yo me largaba a llorar hablando por teléfono con mi mamá. Pero si te gusta el fútbol de verdad, te quedás. Ahora estoy más cómodo en la pensión que en mi casa”.

Alarcón juega de doble 5 con otro proyecto de crack: Bruno Zuculini. El hermano de Franco (ya consolidado en Primera) sigue con la tradición familiar: corre y juega. Y la Octava también contó con el goleador del campeonato, el cordobés Fabio Videla. Admirador de Pablo Lugüercio, el delantero oriundo de Alejandro Roca había metido 10 goles en Novena y marcó 20 en 2008.

¿Más? Maximiliano Russo, volante de la categoría ’91, ya entrenó con la Primera. Gonzalo Pérez (categoría ’90) es otro al que le apuestan muchas fichas. Y Blas Macchi, admirador de Matías Sánchez y de Sebastián Battaglia, fue el volante con más gol de la Novena.

Claudio Yacob, Maxi Moralez, Gabriel Méndez y Claudio Fileppi.

Presente de pibes

18 de los 29 jugadores del plantel de Racing en el Apertura que finalizó en diciembre surgieron de las Divisiones Inferiores. Comandados por Juan Manuel Llop, los chicos rescataron 22 puntos y alcanzaron momentos de altísimo nivel futbolístico, que Racing no disfrutaba desde la Era Ardiles en 2003.

Sin embargo, las recientes elecciones pueden resultar un nuevo volantazo para el futuro de Racing. Miguel Ángel Colombatti fue designado como el nuevo coordinador de las divisiones inferiores, y será él quien decida cuánto se modificará y cuánto se mantendrá del proyecto actual.

A los chicos, que son el futuro futbolístico de Racing, poco les tendría que afectar. A ellos hay que educarlos para que no dependan del fútbol durante su vida; e impulsarlos para que sueñen con un futuro cerca de él. Como lo hacen Mercado, Shaffer, Yacob o Prichoda, dejando el alma por La Academia y mostrándoles un camino a los chicos. “Ver que la mayoría del plantel es de Inferiores me motiva, porque sé que son del club, que no compraron a nadie –dice Kevin Alarcón y se le enciende la mirada–. Se me pone la piel de gallina cuando la gente de Racing grita ‘vamos, vamos los pibes’ ”.

La Octava subcampeona descansa. El primero desde la izquierda es Videla.


PUBLICADO EN LA WEB DE FOX SPORTS, DICIEMBRE DE 2008

martes, 4 de mayo de 2010

Gimnasia: un cachetazo al capitalismo

¿SE TERMINÓ EL AMOR POR LA CAMISETA? PREGÚNTENLE AL PAMPA SOSA, A CHIROLA ROMERO, AL GATO SESSA Y A LA BANDA DE JUGADORES-HINCHAS QUE SE UNIERON PARA SALVAR AL LOBO DEL DESCENSO.

El número imperfecto
Había sumado 40 puntos en la temporada 06/07, 36 en la 07/08. Gimnasia arrancaba el campeonato con un espantoso 1,000 de promedio. Último: 13 puntos debajo de Racing, a 15 de Colón, a 16 de Banfield, a 17 de Central. Hasta el Gimnasia jujeño tenía dos unidades más. El Lobo dependía de que los dos ascendidos, San Martín de Tucumán y Godoy Cruz, no levantaran vuelo nunca.

Fantasma
Pensar en disputar la Promoción al final de la temporada era una mirada optimista. El descenso tarareaba canciones de los ’80 y los hinchas estaban hartos de jugar en el Estadio Único de La Plata: la vuelta a casa ya llevaba dos años y medio de espera. Un hervidero, sí.

Sonando
Había que mejorar a un plantel que había terminado 17º en el Clausura, y la estrategia estaba centrada en utilizar el dinero de la venta de Ignacio Piatti al exterior para traer importantes refuerzos. Pero… “Tengo problemas personales que hacen que no quiera irme del país. No quiero ser transferido a ningún club, estoy muy bien acá”, decía Nacho. Su posible pase a Boca también se frustró. En junio de 2009 quedará libre. ¿Casualidad?

Recortándote
Entonces, un plantel de jerarquía no había; y plata para comprar jugadores, tampoco. El uruguayo Diego Alonso, que había vuelto seis meses antes como un ídolo, era insultado. Y el mellizo Guillermo no estaba dispuesto a abandonar la MLS para ser jugador, técnico, símbolo y (si lo hubiera querido) hasta presidente del club. Del otro lado de La Plata, mientras tanto, pensaban en la Sudamericana con Verón, Calderón, Braña, Angeleri, Boselli, Gastón Fernández…

A veces vuelvo
Gimnasia estaba en Pampa y la vía, pero se olvidó de la vía y se quedó con el Pampa. “Volví al Lobo pensando con el corazón. De plata hablé sólo cinco minutos, hay cosas mucho más importantes para conversar”, decía Roberto Sosa, de gloriosa primera etapa en el club, neblinoso segundo paso, y 98 partidos y 39 goles como estadística en el club. El Nápoli, de la Primera División de Italia, intentó mantenerlo entre sus filas, pero el Pampa quiso volver.


Plan B: Anhelo de satisfacción
Su regreso encendió la arriesgada idea: apostar todo al presente. Incorporar jugadores grossos a préstamo, sumar mucho este año y después… Después veremos. ¿Había plata para eso? Tampoco, pero si Sosa valoró el esfuerzo económico y resignó algo de plata. ¿Por qué no confiar en que también lata el corazón tripero de algún otro?
Se intentó con Leandro Cufré, otro estandarte del club, pero fue imposible. El primero que se sumó a Sosa, a Alonso y al entrenador Guillermo Sanguinetti (401 partidos en el Lobo) fue Mariano Messera. Sí, Messerita: 160 partidos y 36 goles antes de irse en 2002. El goleador Sosa ya tenía quien lo asista.

El sueño
El entusiasmo contagia. Los que iban llegando trataban de convencer a alguien más. “Dale, Gimnasia nos necesita”, se escuchaba poco antes del comienzo del torneo.
“Cuando en tu casa las cosas están mal, sentís la necesidad de volver”, dijo Sebastián Romero luego de firmar su regreso. Chirola llevaba dos años en uno de los equipos más poderosos de Grecia, Panathinaikos, y hacía nueve que se había ido de La Plata. Pero justo él, que jugando para Racing le marcó un gol a Estudiantes y se dibujó la franja azul en la camiseta en el festejo, no iba a decirle que no a su primer amor: resignó parte de una deuda que los griegos mantenían con él para poder venir.

Hormigas
También llegó el Gato Sessa. Gastón (confeso hincha tripero pese a que jugó en Estudiantes) tenía dos años de contrato con el Barcelona de Ecuador y ofertas de Vélez, pero sintió que no podía terminar su carrera sin jugar en el equipo que más quiere. Y hasta el cordobés Esteban Teté González, que nació lejos de La Plata, sintió que la de Gimnasia era una llamada especial y acordó su segundo retorno a la institución.

Grandes esperanzas
El Pampa Sosa, Messera, Chirola Romero, Diego Alonso, Sessa, Teté González, Sanguinetti y hasta Jorge San Esteban (el que más partidos jugó para Gimnasia en la historia) se unieron por un objetivo: mantener al Lobo en Primera. “La mayoría de nosotros somos hinchas que sentimos la camiseta y hablamos de todo esto, pero no debemos confunirnos”, asumía el volante Fabián Rinaudo.
Ellos se pusieron la presión en la espalda, en las rodillas, entre los dientes: era tanta que sobraba por todos lados. En la 3ª fecha, Alonso clavó el 1-0 ante Huracán para conseguir el primer triunfo y amigarse con la hinchada. Y Messera la rompió en el 1-1 ante Independiente, en la 4ª. Pero el Lobo sumó apenas 6 puntos en 6 partidos y el promedio no mejoraba nada de nada.

Mil voces finas
“Muchos de nosotros hemos compartido diferentes planteles y coincidimos en que este grupo humano que se ha formado no es lo habitual entre los planteles profesionales. Para nosotros, el compromiso que asumimos con el club es superior a nuestra tarea profesional”, decía el comunicado que escribieron entre todos, y que leyó el Gato Sessa, para intentar sostener a Sanguinetti como técnico. Lograron la continuidad inmediata, pero se fue dos fechas después, luego de otra dolorosa derrota en el clásico contra Estudiantes.


Dale!
Todos habían asumido el riesgo de pelear el descenso con Gimnasia, y lo estaban sufriendo. Algunos ingratos en las tribunas los trataban de ‘ex jugadores’ o los acusaban de ‘venir a robar’. Ellos siguieron trabajando en silencio y humildad, como el Pampa Sosa, capaz de pedirle a la gente, cuando estaba siendo reemplazado que no lo aplaudiera porque había jugado mal.
El nuevo entrenador, Leonardo Madelón (raro: sin identificación con el club) debutó con un 0-0 ante River. Enseguida llegó un triunfo 1-0 ante Central, en Rosario, y el primer soplo importante para el promedio: 1,035. Gimnasia empezaba a reemplazar cualidades futbolísticas con ganas, amor propio, unión.

Hechizo
Luego del 0-0 contra Banfield, por la 11ª fecha, hubo otra situación casi tragicómica cuando Sosa fue entrevistado por un periodista. El Lobo había empezado el partido a 12 puntos de Rosario Central y Racing, y una unidad arriba de los jujeños. Para escapar de la Promoción tiene que superar al menos a dos de esos tres equipos y esperar que San Martín de Tucumán deje de sumar, que Godoy Cruz siga mal…
En fin: 0-0 contra el Taladro y entrevista a Sosa…

–Pampa, el punto no sirve demasiado…
–Hay que pensar en positivo, le descontamos un punto a Central.
–Pero están 11 puntos detrás…
–Bueno, pero también peleamos con Racing, que jugaba hoy, no sé cómo salió…
–Le ganó 2-1 a San Lorenzo, Pampa.
–Bueno, entonces complicamos a Gimnasia de Jujuy…
–Le acaba de ganar a River.

La cara de Sosa delataba la dolorosa impotencia de que nada jugara a favor.

Batalla
El Lobo no bajó los brazos. Le empató al candidato San Lorenzo, pero sufrió un cachetazo al perder contra Arsenal. En ese momento nadie salió a salvarse solo. Sabían que a la Primera Guerra Platense le faltaban 25 batallas y estaban dispuestos a sobrevivir hasta el final.
Sosa, claro, dio inicio al triunfo más inesperado: su primer gol tras el regreso fue clave para derrotar 2-0 a Vélez en el Amalfitani. Ahora sí, merecidos aplausos. “Gracias a Dios, este año en el club hay futbolistas que juegan por la camiseta. Eso hace que nuestra responsabilidad sea doble”, decía el desahogado Pampa. ¿El promedio? 1,044. ¿Poquito? Bastante poquito.

Eso vive
La 15ª fecha era ante un rival súper directo, San Martín de Tucumán, y las cosas se complicaron con la expulsión de Piatti en el primer tiempo. Pero a diez minutos del final apareció Messera, eterno Messera, para meter un 1-0 fundamental, revitalizante, clave.
Han corrido 15 de las 38 batallas y el gran gladiador platense sigue en pie. Su particular conformación física le marca 1,066 pulsaciones por partido. ¿Poquito? Bastante poquito. Pero la suma de tantos poquitos puede transformarse en algo grande.
¿Futuro venturoso? Nada de eso: el paciente va a estar en terapia hasta 2010. Todos saben que si se salva de este primer flechazo vendrá el segundo. El futuro de Gimnasia mide apenas dos temporadas, y mejor no pensar en nada más.

Gritarle al viento
No se parece al Gimnasia de Timoteo, ni siquiera al mejor de Troglio. Pero este equipo de sangre azul y blanca ya tiene 21 puntos y entrega su oxígeno para llenar los pulmones del Lobo. Festejan el triunfo ante San Martín como si hubieran cruzado los Andes desnudos. Y, desnudos, revolean sus remeras conmoviendo a los imparciales. El villano de rojo y blanco se acerca a cimas Sudamericanas pero, por esta vez, no importa. Por esta vez, Gimnasia piensa en Gimnasia y en nadie más. Porque para eso volvió el Pampa, para eso volvió Chirola, para eso corre Teté González y para eso Messerita dibuja como una década atrás. Para que cuando el reloj dé las 38 fechas, todos juntos puedan gritarlo: “Que Gimnasia es de Primera, y de Primera no se va…” .


PUBLICADO EN LA PÁGINA WEB DE FOX SPORTS, NOVIEMBRE DE 2008

Nota de 2010: En esa temporada, la 2008/09, Gimnasia sumó 55 puntos, trepó a 1,149 de promedio y debió jugar una dramática Promoción en la que, tras perder 0-3 el primer partido, derrotó 3-0 en la revancha a Atlético Rafaela y se mantuvo en Primera División.
El detalle: Los 15 subtítulos de esta nota toman su nombre de alguna canción de Catupecu Machu. ¿Por qué motivo? Simple capricho. El perfil de Novak Djokovic, por caso, contenía en sus subtítulos a canciones de Alejandro Sanz.