jueves, 11 de junio de 2009

El tenis sonríe


NOVAK DJOKOVIC ASCIENDE EN EL RANKING Y PONE EN JAQUE A FEDERER Y NADAL MIENTRAS IMITA A SUS RIVALES, SE RÍE DE SÍ MISMO Y JURA QUE SU VIDA "ES MARAVILLOSA". CURIOSO DESTINO PARA UN SERBIO DE 20 AÑOS QUE PASÓ SU INFANCIA EN UNA PIZZERÍA DE BELGRADO Y ES ALÉRGICO AL POLVO DE LADRILLO.

No tiene el esplendor de dios griego que despide Roger Federer en cada movimiento perfecto, ni la valentía desnuda para correr hasta que correr pierde el sentido de Rafa Nadal. Novak Djokovic refleja en cambio la irreverencia de quien construye su propia vida, la sonrisa de un adolescente que deja de ser adolescente, el talento necesario para ser una de las personas que mejor maneja una raqueta y la inteligencia para entender que eso no alcanza para llegar –como quiere llegar– al número 1 del mundo.
También sonreía a los 4 años, en la pizzería que sus papás tenían en un centro de esquí en Belgrado, este cómico serbio, la sorpresa del circuito tenístico de 2007 para aquellos que no espían los rankings más allá del puesto 50. A los 4 años tenía motivos para sonreír. Y una raqueta. Y fue acumulando el temple suficiente para decirle a mamá y papá que "mejor fútbol no, mejor juego al tenis".

Cuando nadie me ve
A los 12 ya dividía el tiempo entre la pizzería y la Academia que Niki Pilic (ex tenista croata que fue 12º del ranking) tiene en Munich, Alemania. “Yo imitaba los movimientos de Sampras porque quería jugar como él. Y de Agassi quería tener la devolución. Y de Edberg, la volea...”, recuerda Nole (como le llaman algunos amigos). Así comenzaron esas imitaciones bufonescas que lo hicieron tan conocido como su revés cruzado.
Cuando el público descubrió que Djokovic no sólo juega como juegan los que saben jugar, sino que también ríe como ríen los que saben reír, el término 'carismático' comenzó a quedarle pequeño. Sus imitaciones de Federer, de Nadal, de Sampras y hasta de Maria Sharapova empezaron a hacerse populares. Y se animó a hacer ese show en el Abierto de los Estados Unidos ante miles de personas. No se limita a imitar a los más exitosos: su interpretación del español Rubén Ramírez Hidalgo (116º del ranking) es tan elaborada como la que hace de Lleyton Hewitt. “Antes no hubiera hecho las imitaciones en público porque todos habrían dicho: ‘¿quién es este idiota?’ ”, explica. Los buenos bromistas saben que también deben reírse de sí mismos. Y él disfruta que otros lo parodien: “Andy Roddick y Radek Stepanek son los que mejor me imitan. Hacen picar muchas veces la pelota, abren la boca igual que yo…”.

Viviendo deprisa
En Munich, los profesores lo miraban con admiración y hablaban de su potencial. Tuvo que demostrarlo muy pronto: a los 15 años (en enero de 2003) ya estaba jugando su primer Future (escala más baja en torneos que otorgan puntos para el ranking). El debut ante un alemán de 28 años, Alex Radulescu, lejos de ser humillante, terminó con una ajustada derrota: 5-7 y 6-7. Y en el tercer Future que jugó fue campeón. No necesitó de mucho más para terminar 2003 como 679º del ranking mundial.
En 2004 había que subir un escalón y jugar Challengers. Era el objetivo. Pero la derecha pegaba más fuerte, los golpes de fondo eran más sólidos y los objetivos fueron arrasados. Jugó Challengers, claro, incluso ganó dos (en Budapest y en Aachen); pero también vivió su primer partido en un torneo ATP con 17 añitos... y en la Copa Davis, con victoria ante el letón Janis Skroderis.
Pasó la clasificación para Roland Garros 2005 y debutó contra Robby Ginepri (71º): ganó 6-0, 6-0 y 6-3. En segunda ronda el rival fue Guillermo Coria (9º). “Novak arrancó muy bien, jugando con enorme intensidad, ¡metiendo segundos servicios a 190 kilómetros por hora! Estaba complicado...”, reconoció el argentino. Pero el recto camino que ya había llevado a Djokovic hasta el puesto 142º sufrió un desvío: el que tenía en el tabique de su nariz. Desde pequeño había respirado por la boca, pero la alta competencia exige físicamente y Djokovic lo notó. Entonces crecieron sus dos alergias: al polen de las flores y... al polvo de ladrillo. Triste ironía para un tenista. Por ese motivo debió abandonar.
Consiguió rápidamente otros triunfos importantes: ante Mario Ancic (24º) en el US Open y ante Mariano Puerta (9º) en París. En noviembre de 2005 decidió operarse para mejorar su respiración y su adaptación al polvo de ladrillo. Terminó la temporada como el Top 100 más joven (estaba 78º) y elogiado por John McEnroe. “Hay jóvenes que pueden complicar a Federer: Gasquet, Monfils, Berdych y... Djokovic”, intuía el ex número 1 del mundo.
Sonrió en Roland Garros 2006, torneo en el que llegó a cuartos de final luego de superar, entre otros, al chileno Fernando González (9º). “Necesito trabajar en mi respiración durante cada punto –reconocía–. Toda mi vida tuve problemas en la nariz y debía respirar por la boca; me tengo que acostumbrar al cambio”.



Por bandera
La federación británica, hambrienta de revolucionarios con facultades para reinventar la lógica en un rectángulo de 24x8, intentó nacionalizarlo, pero Novak sonrió y dijo "no". No importaron algunas diferencias con los dirigentes serbios ni las mejores posibilidades económicas que representaba el cambio. Su país había sufrido la disolución de Yugoslavia y transitaba el camino de separación con Montenegro. Definitivamente, Serbia necesitaba más de sus sonrisas que Inglaterra. No podía ignorar los colores de su alma.
“Nací para ganar”, proclamó cuando llegó a su primera final ATP en julio de 2006. Ya nadie sabía cuan serias eran sus palabras, aunque en la cancha venció al chileno Nicolás Massú y se consagró campeón del Abierto de Amersfoort sin perder sets en el torneo. Pero...

El alma al aire
Final de Umag 2006 y las sonrisas que se acaban. Djokovic está tirado sobre el polvo de ladrillo y sus padres lloran desesperados en las tribunas. No ha ganado ni ha perdido el juego ante el suizo Stanislas Wawrinka: mientras jugaba el primer set, se desplomó sobre el suelo. Su respiración otra vez no era lo que debería ser. La fiesta se transforma en silencio y los segundos parecen amontonarse para no pasar. Novak respira. Sus padres respiran. Serbia respira. El miedo terminó.
Decidió, por precaución, no pisar más la arcilla y jugar el resto de 2006 sobre cemento. Siempre había dicho que le daba igual cualquier superficie, y lo demostró ganando su segundo título, esta vez en Metz.

Pisando fuerte
Empezó 2007 en el 16º puesto y encabezando junto a Andy Murray a un grupo de novatos (Ernests Gulbis, Juan Martín Del Potro, Evgeny Korolev y el ascendente Mikhail Kukushkin) que prometían curvas nuevas para el circuito. En enero ganó Adelaida. En marzo lo detuvo Nadal en la final de Indian Wells; doce días después se lo cargó en Miami y arrasó de modo inicuo para ser el primero desde 1989 que gana ese Masters Series sin ceder sets. Y perdió su servicio sólo una vez en 60 games.
El rush hacia el Top Five continuó alcanzando las semifinales en Roland Garros y en Wimbledon. En agosto llegó a Montreal como número 4 del ranking y en la pizzería de Belgrado nadie creía lo que pasaba: en cadena, con la derecha resuelta y con los efectos atados a su raqueta, eliminó a Andy Roddick (número 3), Rafa Nadal (número 2) y Roger Federer (número 1) y ganó, sobre cemento y sobre las predicciones, el torneo con majestuosidad. Histórico por vencer a los tres mejores en un mismo torneo; glorioso porque entre ellos estaban el rey Federer y el príncipe Nadal.

A golpes contra el calendario
“Está en condiciones de ganar un Grand Slam –opina Bjorn Borg, otro ex número 1–. Ya venció a todos y se mueve bien en cualquier superficie. Es muy bueno para el tenis que haya rivalidad y que haya tres grandes en vez de dos. Incluso sería mejor si fueran cuatro". Sonríe Novak Djokovic como si tuviera 4 años, pero tiene 20. Sonríe aunque Federer vengue la osadía de derrotarlo y lo deje sin festejos en la final del US Open. “Soy la clase de persona que disfruta con lo que hace, de estar en la cancha rodeado de público. Amo al tenis. Hoy, puedo decir que mi vida es maravillosa”, dice. Y sonríe otra vez.
De pronto, en la lucha por el trono entre Federer y Nadal parece entrometerse alguien. Djokovic está 1-5 en enfrentamientos contra el suizo, pero si pudo vencerlo en Montreal, sobre la superficie preferida de Roger, no es imposible repetir la hazaña. Especialmente porque a Djokovic le quedan potencialmente muchos años (¿siete, ocho?) para intentarlo. Contra Nadal está 2-5, pero sus dos triunfos fueron en 2007. En polvo de ladrillo, eso sí, todavía parece estar lejos del español. Todavía...

Quisiera ser
Djokovic vive su “maravillosa vida” en Monte Carlo, Mónaco. Ha hecho amistad con su compatriota Ana Ivanovic, con el actor Robert De Niro y con Maria Sharapova (incluso, la 'prensa del corazón' afirma que existe un romance entre ellos). Sus dos hermanos menores también son tenistas. Uno de ellos, Marko, tiene 16 años y ya debutó en un Future. ¿Otra estrella en la familia? “Está trabajando para ser mejor que yo”, asegura Novak.
En sus pocos momentos libres escapa hacia ‘Kapaonik’, la pizzería de la familia, para acumular motivos por los que reír. “También es una pastelería, tiene todo –se enorgullece–. Estuve allí toda mi vida, pero en los últimos años no pude y eso me pone triste porque estoy emocionalmente conectado con ese lugar”. Los ojos perdidos duran unos segundos. El presente de Novak, por una vez, no lo hace reír. Pero las sonrisas también pueden llegar desde el pasado: “Ahí es donde aprendí a jugar al tenis, y me siguen gustando mucho las pizzas y panqueques. ¡Los de mi papá son los mejores!”. Y vuelve la sonrisa. La misma que muestra después de ganar cada juego, cuando piensa en el dolor acumulado en su país, levanta tres dedos y dibuja la “santa triada”, un símbolo nacional de Serbia. Y sonríe.



113 triunfos. Son los que suma Djokovic en su carrera. Perdió 46 veces. Su porcentaje de efectividad es 71%.

El mejor tenista serbio de la historia
Analizar la historia del tenis serbio es “tramposo”, pues, entre 1929 y 1992, Serbia formó parte de Yugoslavia. De ese reino surgieron en los primeros tiempos importantes tenistas, como Dragutin Mitic (cuartofinalista de Roland Garros en 1938 y 1949) y Josip Palada. Ellos dos, como el resto de las figuras célebres del tenis yugoslavo, tenían raíces croatas: Zeljko Franulovic (ganó 9 títulos y fue 33º en singles), Bruno Oresar (46º en 1989), Goran Prpic (16º en 1991) y el gran Goran Ivanisevic (2º en 1994, ganó 22 títulos, incluyendo Wimbledon 2001).
Novak Djokovic ha destacado alguna vez, con orgullo, que es la primera estrella masculina serbia desde el retiro de Slobodan Zivojinovic (19º en el ranking mundial en 1987 y número 1 en dobles). El tenis serbio, siempre a la sombra del croata, vive actualmente una Edad de Oro. Este año ha colocado a tres jugadores en semifinales de Roland Garros: Jelena Jankovic, Ana Ivanovic y Djokovic. Las diez mil personas que los ovacionaron cuando retornaron a su patria renovaron el creciente vínculo entre Serbia y el tenis, impulsado no sólo por ellos, sino también por Janko Tipsarevic (uno de los 60 mejores del mundo) y el siempre polémico Boris Pashanski (permanente animador del Top 100). Además, la reciente victoria ante Australia en la Copa Davis significará para Serbia jugar en el Grupo Mundial por primera vez en 2008. Con Novak como abanderado, todo parece posible.

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN EL SALVADOR (Nº21), URUGUAY (Nº18) Y COLOMBIA (Nº12), OCTUBRE DE 2007


miércoles, 10 de junio de 2009

Contrapunto: Reyna vs Rey

CLAUDIO REYNA (New York Red Bull) vs JOSÉ MANUEL REY (AEK Larnaka)

*Reyna vivió su joven etapa de princesa en la Universidad de Virginia, entre 1991 y 1994.
*Rey vivió su joven etapa de príncipe en Marítimo (Venezuela), entre 1994 y 1995.

*Reyna recibió la corona de líder al ser designado capitán de Estados Unidos: jugó 112 veces en su Selección.
*Rey se sentó en el trono de los campeones en 2006/07: ganó la liga venezolana con Caracas.

*Reyna es una pieza importante del ajedrez futbolístico por su movilidad. Elimina rivales con su gambeta. 
*Rey, por su posición en defensa, no puede fallar. Un error suyo pondría a su equipo en jaque.

PUBLICADO EN FOX SPORTS (EDICIÓN ESTADOS UNIDOS) Nº18, OCTUBRE DE 2007

martes, 9 de junio de 2009

Do-re-mi-fa-gol!

¿QUÉ RELACIÓN TIENEN LA MÚSICA Y EL FÚTBOL? ROD STEWART, BOB MARLEY, JOHN LENNON, LOS PIOJOS, LA BERSUIT, FITO PÁEZ, JOAQUÍN SABINA Y MUCHOS MÚSICOS MÁS ENSAYAN LAS SORPRENDENTES RESPUESTAS.

“Mientras Marlon Brando en la pantalla baila un tango en París, vuelve el recuerdo del árbitro traidor... ¿cómo es posible que un penalti deshaga tantos sueños?” (‘Tango del quinielista’, Joaquín Sabina). La relación entre el fútbol y la música, evidenciada en los cantos de la hinchada, también tiene recovecos menos transitados que intensifican el vínculo.
Rod Stewart jugó en Brentford (tercera división inglesa) e hizo una prueba para sumarse al Barcelona. No la superó, pero este fanático del Celtic aún patea pelotas a las tribunas en cada concierto. Antes de vender más de 260 millones de discos, Julio Iglesias fue arquero del Real Madrid ‘B’. Un accidente automovilístico arruinó su carrera a los 20 años. Steve Harris, bajista de Iron Maiden, jugó en el Halifax Town inglés e intentó incorporarse al equipo que ama, West Ham, aunque su capacidad no fue suficiente. Y la ‘estrella pop’ Robbie Williams ni necesita club: se compró una casa en Los Angeles y construyó allí su propia cancha.


El amor de Elton John por el Watford FC lo llevó a adquirir sus acciones en 1976. Enterrado en la cuarta división inglesa, Watford vivió años de esplendor gracias a él: subió a Primera y fue subcampeón en 1983. Ahora es presidente vitalicio. Sin ser dirigentes, otros músicos han mostrado su fanatismo. Joan Manuel Serrat nombra a Ladislao Kubala, ídolo de Barcelona, en ‘Temps era Temps’. Los alemanes Die Toten Hosen, cuando Fortuna Dusseldorf vivía un mal momento, invirtieron para aparecer en su camiseta. Y Alejandro Sanz dice en cada país: “Soy del Betis, aunque no lo crean”.

Joan Manuel Serrat, fan del Barcelona

Algunos murieron dejando un legado futbolístico. Carlos Gardel, enamorado de Racing, soñaba en sus canciones con ‘ser como Ochoíta’, en referencia a Pedro Ochoa. ¿Y John Lennon? Popularmente se cree que era fan de Liverpool, pero el rey de The Beatles prefería al Everton. Más sorprendente es lo de Bob Marley: la herida que provocó su muerte la recibió jugando al fútbol. Su negativa a usar remedios ‘no naturales’ le generó un cáncer que acabó con su vida, pero comenzó con su leyenda.

Bob Marley también era futbolero

Larry Mullen es baterista de U2. “No deja de recordarnos –bromea Bono, voz del grupo– que produjo el single más vendido en Irlanda. Es el himno de la Selección de 1990... ¡Yo no presumiría tanto!”. Manu Chao, alquimista de ritmos musicales, creó ‘Santa Maradona’. “Fue escrita por un fan del fútbol, pero en un 95% habla de la mierda de hoy: peleas en los estadios, racismo...”, explica.
En Colombia, Doctor Krápula asegura: “La calle de mi infancia se convierte en Wembley, de otros barrios vienen Maradonas y Pelés”. Carlos Vives le hizo un guiño a Carlos Valderrama en ‘Pa Mayte’: “Soy pacífico, soy caribe y en Santa Marta juego fútbol con el Pibe”. Y Shakira reconoce en ‘Inevitable’: “No sé preparar café y no entiendo de fútbol”. Ricardo Arjona, que jugó en la selección de básquet de Guatemala, le escribe a un viejo amor para contarle “ya no juego más al fútbol por mi rodilla”; y se queja porque otro ocupa su lugar, “mientras yo caliento el banco de suplentes con la camiseta puesta pa’ incluirme en tu futuro”.


En la lista inversa, la de futbolistas con grupo propio, están Ruud Gullit, Alexi Lalas, Germán Burgos y el camerunés Roger Milla. Iván Helguera, defensor de Valencia, organiza el festival de música electrónica ‘Femme’. Y en Costa de Marfil es furor el ‘Drogbacité’, baile creado en honor a Didier Drogba. Otro africano, Samuel Eto’o, fue homenajeado con la pegadiza ‘Su jugador favorito’, de La Granja. También en España, La Habitación Roja compuso ‘Nunca ganaremos el Mundial’; y Potato fue más allá con ‘Dedícate a otra cosa’, dirigida al ex atacante de la Selección, Julio Salinas.

¡AR-GEN-TI-NA!
En la música nacional todos dejan claro para qué lado tiran: desde el Mono, líder de Kapanga (no se saca la camiseta de Quilmes ni para cantar) hasta los vigentes Soda Stereo (los tres, de Racing). Pero quienes dedican sus letras al fútbol son menos.
“No soy de aquí, ni soy de allá, y soy canalla desde mi más tierna edad”, canta Fito Páez en ‘Los Buenos Tiempos’. Hincha de Central, se acuerda de él mismo como “el chico que jugaba a la pelota”, en ‘Al lado del camino’. Andrés Calamaro, de Independiente, admite: “Me parece que soy de la quinta que vio el Mundial ‘78”. Más explícita sobre la dictadura fue la banda de hardcore Fun People: “Una noche del ‘78, hombres al mando del General Camps acribillaron a mis padres; sus gritos fueron tapados por los gritos de gol”. La Bersuit, con líder hincha de Lanús y de Bochini, se luce en ‘Toco y me voy’, jurando: “en un picado cualquiera mi alma se echa a rodar” y “la camiseta es como un Dios”.


Divididos (‘Gol de mujer’) y Los Fabulosos Cadillacs (‘La marcha del golazo solitario’) dieron nombre futbolero a sus discos, mientras Ciro Pertusi, líder de Attaque 77, se impresiona con una dama de La Bombonera en el primer disco: “Siempre está sola en la cancha, apartada de los demás, mira el partido mientras canta, siempre es la misma canción: dale Bo, dale Bo, dale Bo...”. Y hasta festeja una separación en ‘Tiempo para estar’ porque va tener tiempo “para ir a la cancha a ver al campeón”. Los Piojos imaginan en ‘El balneario de los doctores crotos’ a un tipo que “escucha la lucha del Globo campeón” y que “se volvió loco y dice que es Baley”, en referencia al ex arquero de la Selección y de Huracán. Y tienen uno de los intentos más logrados con ‘Maradó’. “Dicen que escapó de un sueño, en casi su mejor gambeta” es una de las grandes frases. A Diego le gustó tanto que le regaló un par de botines suyos al líder, Andrés Ciro Martínez. En cada recital, cuando llega el turno de ‘Maradó’, los botines aparecen colgados en el micrófono. También le cantaron a Maradona el propio Calamaro y el fallecido Rodrigo (“Sembró alegría en el pueblo, regó de gloria este suelo”).


Quien introdujo al fútbol de modo más brillante es Iván Noble. En sus letras se encuentran 18 referencias directas. “Prendés la radio y Boca es un desastre: 2 a 2 con Mandiyú”, cantaba en ‘Domingo muerto’, junto a Los Caballeros de la Quema. “Ya viste a tantos campeones besando remeras prestadas”, es una hermosa metáfora de ‘No Hay’. “Siempre listos para cabecear y nunca nos cobran un puto córner”, reclama en ‘Malvenido’. “Un pibe junta un último beso: hoy debuta en la Primera de Deportivo Abandonados”, dibuja en la punzante ‘Nadie sabe dónde’. Y en el tema dedicado a su primer hijo, ‘Bienbenito’, tira un lujo: “Te trajimos a un lugar lleno de gente que salta a cabecear con los codos”. Un crack.
En el pasado se le dedicaban tangos a equipos. ‘Cero a cero’ no hace referencia a un cuadro, sino a los mejores jugadores de su época: “Cuántas veces, en rápido rush, como Cherro me quise filtrar” o “si hasta con Lauri y con viento a favor estoy viendo que voy a perder” son ejemplos del rumbo de la letra. En 1945, Reinaldo Yiso escribió ‘El sueño del pibe’: “Mamita querida, ganaré dinero, seré un Baldonedo, un Martino, un Boyé”. Décadas después, Luis Alberto Spinetta pintó de modo abstracto a un héroe de River, el Beto Alonso, en ‘El Anillo del Capitán Beto’; mientras Miguel Mateos imaginaba como inimaginable “el día después de Racing campeón”. El 28 de diciembre de 2001 finalmente existió.
La relación entre el fútbol y la música no finalizará mientras lata un corazón. No finalizará mientras, en algún lugar del Universo, alguien escuche a la eterna majestuosidad de Alfredo Zitarrosa jurar que Garrincha llevaba el balón “atado al pie, como una luna atada al flanco de un jinete. Unido al pie como un equilibrista unido va a la muerte...”.


>>MIRÁ QUIÉN CANTA
• No sólo los músicos se relacionan con el fútbol: también los futbolistas se acercan a la música. Bruno Marioni, por caso, es fan de Molotov. El ‘Lobo’ Cordone, del rock ‘stone’. Y entre los que se animaron a cantar o tocar figura Carlos Tevez, que tiene grupo de cumbia propio: Piolavago.

Jáuregui y el fut-rock

>>FUT-ROCK: LA FUSIÓN
• “Fue simple: uní mis pasiones, el fútbol y la música”. Las palabras son del mexicano Joel Jáuregui, creador del Fut-Rock. La idea nació en 2006, y la banda (Jáuregui) ya tiene su primer disco: ‘Fanáticos Club Band’. “Inicialmente compuse cuatro canciones que comenzaron a escucharse en Monterrey –explica Joel– y empezaron a propagarse por Internet”. Las letras son directas, la música tiene sabor a épica cotidiana. ‘Los callejones tienen leyendas llenas de historia, de gloria y gambetas de los que juegan sólo por orgullo, por el honor y por amor al fútbol’, jura en ‘Los Reyes del Barrio’. Las canciones (especialmente ‘La vida no es lo mismo sin fútbol’) generan entusiasmo en México y Argentina. “Mi alma está en este proyecto. Soy un enfermo del fútbol”, clama Jáuregui.

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN ARGENTINA (Nº12), ESTADOS UNIDOS (Nº17), URUGUAY (Nº17) Y EL SALVADOR (Nº18), SEPTIEMBRE DE 2007. 

martes, 2 de junio de 2009

Entrevista a Guillermo Vilas

"Los tenistas latinos son ganadores"

TREINTA AÑOS DESPUÉS DE SU CONSAGRACIÓN EN EL US OPEN, GUILLERMO VILAS LO RECUERDA COMO SU "GRAN SALTO" Y PRONOSTICA UN BUEN TORNEO PARA LOS LATINOAMERICANOS.

–Una leyenda dice que en 1977 no hablabas con nadie hasta que terminaban los torneos, que hasta el domingo era imposible saber de ti... 
–Es completamente cierta. Yo venía probando distintos sistemas durante mi carrera y ese año intenté con eso. Y me dio resultado. Siempre hice un trabajo muy estructurado y llegué a la conclusión de que me convenía estar solo. Que te llamen, aunque sean amigos o tu familia, rompe un poco la energía. Y hasta el día de hoy, cuando juego torneos de mayores, apago el teléfono para estar más concentrado.
Difícil encontrar una mejor presentación para Guillermo Vilas que su propia respuesta. Un perseguidor del éxito, un enamorado del triunfo y de la autosuperación. Un perfeccionista casi obsesivo y, especialmente, un tenista fenomenal.
Hace treinta años, el 11 de septiembre de 1977, el argentino ganaba el US Open, su segundo Grand Slam de esa temporada. “Yo venía con muchas victorias, venía de triunfar en Roland Garros, y era consciente de que era mi oportunidad de dar el gran salto. Sentí mucha presión, pero terminé siendo el mejor del año”.
–El camino a la final, viendo los resultados, pareció fácil. ¿Fue así?
–En ese momento yo venía jugando muy bien, pero los partidos tuvieron momentos muy complicados. En octavos de final jugué contra José Higueras, un español al que la gente todavía no conocía mucho pero que después alcanzó un nivel alto. Ese partido fue muy largo, pero lo resolví muy bien. Y en semifinales tuve que jugar con Harold Salomon, un rival que siempre me había frenado. En esos momentos tenía miedo de que algo pasara, como el desgarro que había sufrido en una semifinal ante Orantes. Pero nada de eso pasó. 
–¿La clave de la final contra Jimmy Connors fue lo técnico o lo mental? 
–Técnicamente yo podía hacer todo, no tenía límites. La táctica la decidió Ion Tiriac (mi entrenador) y era la misma que Orantes ya había usado ante Connors. He visto ese partido últimamente: fue muy técnico, una obra muy bien realizada. Teníamos cada punto, cada situación posible desmenuzada. De hecho, después le gané a Connors cinco o seis veces más. El partido fue una obra maestra de la lucha entre tácticas. Yo jugué siempre de contragolpe (algo que no me gustaba hacer) hasta el cuarto set, cuando lo definí (finalizó 2-6, 6-3, 7-6 y 6-0). Le jugaba pelotas bajas antes de mitad de cancha, algo difícil de hacer y que me salió perfecto. Tuve momentos de lucidez que quizá no tuve en otras finales. 
Vilas comenzó a generar admiración en el mundo tenístico “cuando los jugadores latinos estaban mal vistos”, como él mismo define. Pese a tener rivales como Jimmy Connors y Bjorn Borg, es aceptado históricamente como el mejor jugador de ese 1977 que lo vio festejar en dos Grand Slams (las matemáticas del ranking lo dejaron número 2). Y fue, durante más de diez años, el mejor tenista latinoamericano. 
–¿Cuál era el nivel del tenis latinoamericano en 1977?
–Había buenos jugadores. Raúl Ramírez, Víctor Pecci, Hans Gildemeister… Y lograban resultados positivos. Yo no iba a verlos mucho porque me interesaba más mi técnica. De analizar rivales se encargaba Tiriac.
–¿Y cómo ves ese nivel treinta años después? 
–No ha evolucionado de forma unida, no se han establecido escuelas de tenis, es todo muy amateur. En realidad, la única federación que tiene todo organizado es Francia. Y ahora comenzó a hacerlo Inglaterra. Siempre ha sido así en Latinoamérica. En ese sentido, todavía tiene espacio para mejorar.
–¿Algún tenista latino te agrada especialmente? 
–Varios. Juan Mónaco, por ejemplo, pudo despegarse del pelotón de abajo y acomodarse entre los que siguen a los mejores. Juan Martín Del Potro es un gran jugador, también. Y Fernando González, y David Nalbandian... Los latinoamericanos son distintos a todos los demás. Hoy son muy apreciados y muy seguidos porque traen nuevas ideas.
–¿Cuáles son sus posibilidades en este US Open?
–Creo que van a tener una muy buena actuación. Jugaron los torneos previos sobre cemento, eso es positivo. Nalbandian es un buen jugador sobre cemento, Del Potro también. Todos pueden jugar sobre cemento porque ahora está muy lento. Los tenistas latinos son ganadores, han estado en muchas finales. No tienen que ponerse un techo. El techo, en todo caso, deben marcarlo los rivales en determinado partido.
–¿Y Rafael Nadal? ¿Podrá con Federer? 
–Nadal es un jugador que sigue creciendo y tiene un equipo muy bueno alrededor. A veces mostraba un poco de cansancio, pero últimamente se lo ve mejor. Viene creciendo, así que va a estar durante mucho tiempo entre los mejores.
–¿Qué jugador se asemeja a ti en algún aspecto? 
–Todos han aprendido de tenistas anteriores, yo también lo hice alguna vez. Cuando ves algo bueno, intentás hacerlo. Muchos tenistas me dicen: vos me influenciaste en esto y en esto… Prefiero no decir quiénes lo hicieron, pero yo sé quiénes son, y ellos saben que yo sé.
–¿Cómo es tu relación con el público latino? 
–Me siento muy cómodo cuando estoy en América Latina. Tengo una gran relación con el público. Hablo de la gente de la calle, del público que trabaja, el público al que le gusta el tenis de alma. Por eso me gusta volver a Argentina, me gusta ir a México, me gusta ir a Guatemala, me gusta ir a Colombia… Yo siento el cariño de la gente. Comprenden que traté de hacer las cosas bien y que le metí mucha fuerza a lo que hice. Eso la gente lo reconoce. Ellos saben quién soy, y saben que los quiero mucho.

Vilas levanta el trofeo del US Open 1977.

62 TÍTULOS Son los que obtuvo Vilas entre 1973 y 1983. En singles, ganó 923 juegos y perdió 284.

Éxitos latinoamericanos en el US Open
Solamente cuatro tenistas latinoamericanos ganaron el Abierto de Estados Unidos en singles.
En 1937, lo logró la chilena Anita Lizana. Tenía sólo 21 años y no perdió ningún set en todo el torneo.
El mexicano Rafael Osuna se consagró en 1963. Murió en 1969, a los 30 años, cuando aún estaba en actividad. “Lo conocía muy bien, también a su mujer –recuerda Vilas–. Rafael fue uno de los tenistas que abrieron el camino para los latinos, nos ayudó a ganarnos un lugar”. 
Vilas fue el tercero en ganar (en 1977); y Gabriela Sabatini, también de Argentina, es la última latina campeona: venció a Steffi Graf en la final de 1990. Dos años antes, había perdido en la misma instancia. 
El quinto latino finalista en singles (perdió en 1959) fue Alex Olmedo, peruano que representó a Estados Unidos en la Copa Davis.

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIONES DE ESTADOS UNIDOS (Nº17) Y PUERTO RICO (Nº6), SEPTIEMBRE DE 2007