lunes, 25 de octubre de 2010

Villa Dálmine: chau, descenso

Promoción, descenso, Primera D... Al inicio de esta temporada 2008/09, en la redacción se debatía con fervor si debíamos incluir estas palabras dentro de El Pasquín Violeta. El optimista insistía en que Dálmine no estaba para eso, que era ensuciar su historia, que de ninguna manera podía temerle a los promedios. El pesimista invitaba a tomar conciencia sobre cuál era el objetivo primordial de la temporada: sumar para no sufrir.

Cuando, luego de un muy mal comienzo, hasta el optimista empezó a desear que pierda Cañuelas, que no sume Excursio y se preocupaba porque "el CADU no divide", la realidad se evidenció: estábamos ante el peor momento deportivo de la historia del Viola.

Hubo un cambio. Se insinuó ante Cambaceres, se mantuvo contra Barracas Central y se confirmó ante El Porvenir: llegó la conciencia. El Otto Falcón con sus estadísticas (41 pases bien y 8 mal; 10 balones recuperados y 2 perdidos) simbolizó una idea: cuidar cada pelota para cuidar cada punto, cuidar cada punto para cuidar el prestigio. La pelota no se rifa para que el futuro de Dálmine no se rife.

El reciente 4-2 sobre Alem regó tranquilidad en Campana: el Viola está a 11 puntos de la Promoción y con siete equipos debajo en los promedios. El pesimista tenía razón: había que tomar conciencia. El optimista tenía razón: el Viola está para otra cosa.

El Pasquín Violeta fue una revista experimental editada por Pablo Scoccia de la que se publicaron 21 números entre agosto de 2008 y julio de 2009. Entre decenas de detalles interesantes, cada edición estaba dedicada a alguna persona influyente en la ideología de la revista. Entre esas personas estuvieron el Betito Carranza, Marcelo Bielsa, Alejandro Dolina, Lisandro Aristimuño, Martín Vassallo Argüello, Kurt Lutman, Roger Federer, Eduardo Galeano, Beto Tisinovich, Charlie Parker, Pablo Aro Geraldes, Osvaldo Soriano y Hernán Casciari.

PUBLICADO EN EL PASQUÍN VIOLETA Nº8 (NOVIEMBRE DE 2008)

sábado, 23 de octubre de 2010

La historia de Banfield: capítulo 12 (1931-1934)

El fin de la era amateur

En 1931, el profesionalismo llegó al fútbol argentino, aunque el Taladro no lo aceptó hasta 1934. Un repaso a la época en la que el dinero no valía nada.

Los primeros capítulos de esta Historia No Oficial de Banfield estuvieron dedicados al amateurismo, una era que sólo algunos medios periodísticos incluyen en sus estadísticas. En Se Juega estamos convencidos de la absoluta autenticidad de la era amateur y le otorgamos la importancia que merece.

En los artículos anteriores conocimos al primer presidente, Daniel Kingsland, quien le daba prioridad al cricket sobre el fútbol; desempolvamos los colores originales del club y descubrimos por qué nació la camiseta blanca y verde; revivimos el dramático 1905, cuando Banfield no jugó oficialmente; nos sorprendimos con las exóticas ideas del brasileño Louis Thiessen, que cuando fue presidente del club casi lo hunde; nos emocionamos con la dedicación de George Burton; repasamos los primeros clásicos del sur. En definitiva, zigzagueando entre la realidad y la ficción, conocimos los orígenes del club.

La historia cuenta que algunos jugadores muy grossos iluminaron el amateurismo del Taladro. Como el Invencible Potter, máximo talento en los primeros años; Jack Strong, un wing izquierdo que no paraba de correr; Fernando Lavenas, goleador del equipo campeón de Segunda en 1908; Julio Bertani y Rogelio Jacobelli, una dupla de halfs (mediocampistas) que jugaron muchísimos partidos juntos; Julio Carrera, sucesor de Lavenas como romperredes; William Peterson, arquero en las dos primeras décadas del siglo XX; Carlos Galup Lanús, back lleno de caballerosidad; Fausto Lucarelli, uno de los tres jugadores de Banfield que fueron goleadores de un torneo de Primera División; o Ángel Frumento, que junto a Lucarelli llegó a la Selección Nacional.

Es muy difícil entender un pasado tan lejano, del que quedan pocas huellas. Cuando hablamos de Lavenas no sabemos si era una especie de Cvitanich encendidísimo o un gordito simpático que hacía goles porque nadie lo marcaba. Cuando destacamos a Peterson no estamos seguros si volaba de palo a palo o si iba al arco porque era el más torpe del equipo. Por eso esta Historia de Banfield es ‘no oficial’. No pretendemos certificar datos y situaciones imposibles de certificar, porque de muchos partidos del amateurismo hasta se desconocen los resultados. Preferimos imaginar. Tomar datos como base de historias que intentan trasladarnos cerca de aquel Banfield recién nacido.

¿El Taladro fue un club importante durante el amateurismo? Sí. Banfield terminó siendo uno de los 14 clubes más importantes de la era amateur. Cuando clubes como Alumni o Lomas Athletic abandonaron al fútbol dejaron los lugares de privilegio para Racing, River, Independiente, Boca, San Lorenzo, Estudiantes de Buenos Aires, San Isidro, Platense, Huracán, Quilmes, Estudiantes de La Plata, Estudiantil Porteño, Gimnasia La Plata y Banfield. El Taladro se ganó ese espacio por ser el 10º equipo que más puntos sumó en Primera, por el título que ganó (la Copa de Honor de 1920), porque fue tres veces subcampeón, porque goleó 9-0 a River y 10-0 a Racing, porque cedió futbolistas a la Selección Argentina...

La historia del amateurismo terminó con Banfield en un lugar prestigioso. Pero otra historia está por comenzar: en las próximas ediciones se inicia el imperdible repaso de Banfield en la era profesional.

1934: el fin de la inocencia
En 1931 comenzó el profesionalismo en Argentina. La mayoría de los clubes aceptó blanquear que a los futbolistas se les pagaba por jugar; pero Banfield no. El Taladro mantuvo el lema de jugar por amor a la camiseta y continuó en los devaluados torneos amateurs. Luego de pobres campañas en 1931 y 1932, estuvo muy cerca de conseguir un título en los años siguientes. En 1933 llegó con posibilidades a la última fecha: si le ganaba a Dock Sud forzaba un desempate. Pero el partido terminó 1-1, Dock Sud fue campeón y Banfield terminó tercero. En esa temporada, además, fue subcampeón de la Copa Competencia (perdió 1-0 la final contra Nueva Chicago). En 1934 terminó a tres puntos de Estudiantil Porteño, campeón del último torneo amateur de la historia. Banfield volvería a encontrarse con los mejores en 1935.

Cinco preguntas sobre el amateurismo

¿Cuál fue el mejor momento de Banfield? La obtención de la Copa de Honor de 1920, único título oficial de Primera División en la historia del club hasta 2009.
¿Y el peor momento? 1905: fue el único año en el que Banfield no disputó torneos oficiales. Estuvo al borde de la desaparición.
¿Cuál fue el símbolo del club? George Burton, miembro fundador que murió en 1928, cuando ocupaba el cargo de presidente.
¿Qué torneos disputó Banfield además de los de Primera, Segunda y Tercera División? Jugó 12 veces la Copa Competencia, 5 veces la Copa de Honor y una Copa Bullrich.
¿Hay datos desconocidos aún? Muchísimos. Por ejemplo, las estadísticas de Se Juega no computan las temporadas de 1918 y 1919.

755 Los partidos oficiales que jugó Banfield durante el amateurismo (1897-1934). Ganó 313, empató 136 y perdió 306. Metió 1.136 goles y recibió 1.127.

22 Las temporadas amateurs en las que Banfield jugó en la Primera División. Estuvo 11 campeonatos en Segunda y 4 en Tercera.

ESTADÍSTICAS DE BANFIELD 1931-1934 (1)

CAMPEONATO AMATEUR DE PRIMERA DIVISIÓN 1931
Posición: 13º (de 16). PJ: 15. PG: 3. PE: 3. PP: 9. GF: 21. GC: 37. Puntos: 9.

CAMPEONATO AMATEUR DE PRIMERA DIVISIÓN 1932
Posición: 8º (de 17). PJ: 32. PG: 12. PE: 6. PP: 14. GF: 44. GC: 49. Puntos: 30.

CAMPEONATO AMATEUR DE PRIMERA DIVISIÓN 1933
Posición: 3º (de 20). PJ: 19. PG: 11. PE: 5. PP: 3. GF: 39. GC: 23. Puntos: 27.

CAMPEONATO AMATEUR DE PRIMERA DIVISIÓN 1934
Posición: 2º (de 23). PJ: 22. PG: 14. PE: 5. PP: 3. GF: 50. GC: 20. Puntos: 33.

El dato. Estudiantil Porteño (1931 y 1934), Sportivo Barracas (1932) y Dock Sud (1933) fueron los campeones.

(1) Fuente: “Historia del Fútbol Amateur en la Argentina”, de Jorge Iwanczuk.

PUBLICADO EN SE JUEGA Nº23 (OCTUBRE DE 2008)

martes, 19 de octubre de 2010

Historia de Banfield: capítulo 11 (1928-1930)

La racha que salvó al Taladro

Banfield comenzó el campeonato de 1930 con siete derrotas y muchas posibilidades de descender. Pero, de pronto, ganó uno, dos… ¡11 partidos seguidos! Y chau sufrimiento.

El fútbol argentino estaba al borde de otra división, esta vez irrecuperable: profesionalismo y amateurismo. La nación argentina estaba al borde de otra tragedia: en septiembre, la caída de Hipólito Yrigoyen iniciaría una serie de dictaduras militares que invadirían nuestra historia y la llenarían de muerte y dolor. En medio del torbellino que sacudía al año 1930, se jugaba el campeonato de la Asociación Amateur de Football.

Banfield vivió una pesadilla. En Primera División desde 1920, comenzó perdiendo ante el débil Honor y Patria, en los clásicos ante Talleres de Remedios de Escalada y Quilmes, 6-0 contra Huracán… No sumó ni un punto en los primeros siete partidos. Aunque el torneo era largo (lo disputaron 36 equipos), el Taladro era “el” candidato a ocupar uno de los puestos de descenso. Encima, Lanús ya le había sacado 7 puntos de ventaja y Quilmes, 10.

Sorprendió al ganarle 1-0 a Racing, pero el equipo no terminaba de aparecer y las derrotas volvieron. Banfield perdió 10 de los primeros 14 partidos y tenía rumbo… la Segunda División.

Sin embargo, el 24 de agosto algo cambió. Ese día, Banfield visitó a Almagro y no sólo evitó otro cachetazo: lo derrotó 1 a 0 y despegó del fondo de las posiciones. En casa, durante el partido siguiente, tampoco falló: goleó 4-1 a Defensores de Belgrano. Y logró la tercera victoria consecutiva visitando a Chacarita: 3-2.

¿Qué había quedado del Banfield perdedor? Casi nada. Otra goleada siendo local (4-1 a Argentino del Sud) continuó con los festejos, pero llegaba el enfrentamiento ante Lanús, de visitante. ¿Y? Al Taladro nada lo paraba: también le ganó al Granate (3-2) y llegó a cinco triunfos en cadena.

San Lorenzo peleaba el campeonato, pero el aluvión blanquiverde se lo llevó puesto: otro 3 a 2, otro triunfo, otra sorpresa. 2-1 a San Fernando, 3-1 ante Sportivo Palermo… Banfield seguía ganando y era la sensación del campeonato: de aquel comienzo nefasto a ocho victorias seguidas.

¿Descenso? Nada de eso. El Taladro estaba dispuesto a terminar esta etapa del fútbol argentino en Primera, como debía ser, como marcaba la historia. La seguidilla no terminaba más: 4-1 a Argentino de Quilmes, 2-0 a Excursionistas y 3-0 a Independiente. Sí: a Independiente y de visitante. Once triunfos al hilo. Banfield construía así uno de los hitos más gloriosos de su historia.

La racha terminó más de tres meses después de haber empezado, el 30 de noviembre, en un 0-0 contra Sportivo Buenos Aires. El torneo siguió con buenas (5 triunfos más) y malas (4 derrotas), y finalizó recién en abril del ’31. Al descenso se fueron Honor y Patria, y Argentino del Sud. El Taladro, que había empezado 7 puntos debajo de Lanús, terminó sacándole 13 de ventaja. Y en Primera, claro.


1928: Aprender a vivir sin Burton
Muy buena campaña del Taladro, que se mantuvo durante las 35 extensas jornadas de mitad de tabla hacia arriba. La muerte de George Burton, presidente y símbolo del club, fue un golpe mucho más doloroso que las goleadas sufridas frente a Racing (1-6) y San Fernando (también 1-6). Las mayores sonrisas fueron ante Independiente (2-0), Huracán (4-1), Quilmes (3-0) y El Porvenir (6-0). Ante Lanús, de visitante, fue 1-1. Castro, de Banfield, fue uno de los máximos goleadores del torneo: metió 23. El líder en ese rubro fue Roberto Cherro (Boca), con 32.

1929: Escasez de triunfos
El campeonato se dividió en dos zonas y Banfield terminó 13º entre 18 equipos en su zona, redondeando un pobre 21er puesto en la tabla general. Consiguió sólo tres triunfos: ante Estudiantes de Caseros (2-0), Platense (1-0) y Colegiales (5-0). Además, ganó los puntos por no presentación de Huracán y Atlanta. El resto, mal: 0-5 contra River, 2-3 ante El Porvenir… En los clásicos empató 2-2 con Lanús y 0-0 vs Talleres de Remedios de Escalada. En las posiciones generales, Lanús finalizó 5° y Quilmes, 24°.

65% El porcentaje de efectividad de Banfield como local entre 1928 y 1930. Ganó 24 partidos, empató 9 y perdió 11.

ESTADÍSTICAS DE BANFIELD 1928-1930 (1)

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1928
Posición: 11º (de 36). PJ: 35. PG: 15. PE: 10. PP: 10. GF: 63. GC: 49. Puntos: 40.

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1929
Posición: 21º (de 36). PJ: 17. PG: 5. PE: 4. PP: 8. GF: 18. GC: 23. Puntos: 14.

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1930
Posición: 13º (de 36). PJ: 35. PG: 19. PE: 2. PP: 14. GF: 68. GC: 62. Puntos: 40.

El dato. Los campeones fueron Huracán (1928), Gimnasia La Plata (1929) y Boca Juniors (1930).

(1) Fuente: “Historia del Fútbol Amateur en la Argentina”, de Jorge Iwanczuk.

PUBLICADO EN SE JUEGA Nº22 (SEPTIEMBRE DE 2008) 

sábado, 16 de octubre de 2010

Historia de Banfield: capítulo 10 (1925-1927)

Los últimos días de George Burton

Entre 1925 y 1927, Banfield vivió la etapa final del extenso mandato de uno de los dirigentes más importantes de su historia. A 80 años de su muerte, lo recordamos.

Si hubiera que nombrar a un símbolo de Banfield del siglo XXI, podría ser el Archu Sanguinetti, Garrafa Sánchez, Lucchetti, Cvitanich. ¿Un símbolo de los ’90? El Pupi Zanetti, el Chueco Delfíno, Wensel, por ahí Patrulla Jiménez. ¿Símbolos de décadas atrás? Eliseo Mouriño, Juanchi Taverna, el Pampa Orte, Rafael Sanz… Es difícil elegir. ¿Y los símbolos del amateurismo? Ahí sí que hay uno sólo, único, indiscutible: George Burton.

Había sido uno de los fundadores en 1896 y en el peor momento de la historia del club, en 1904, tuvo valentía para hacerse cargo de un club al borde de la desaparición. Y lo sacó adelante. De ni siquiera competir en 1905 y volver en Tercera División un año después, lo transformó en uno de los diez mejores equipos del amateurismo en Argentina.

Burton tuvo distintas etapas y variados cargos en el club. Su última temporada completa como presidente fue la de 1927. Y, casi como una señal del destino, resultó también la mejor de esos últimos años: se fue de Banfield, y del mundo, por la puerta grande. Era un momento especial para el fútbol local porque volvía a unificarse. Ya no había más dos asociaciones distintas, dos torneos paralelos. Otra vez, todos los equipos disputaban el mismo campeonato. Entre los 34 participantes, claro, estaba Banfield.

El Taladro mostró fortaleza, aparecía como un equipo difícil y con prestigio. Al inicio del torneo sufrió algunos tropezones: las caídas ante los vecinos de Talleres de Remedios de Escalada (1-2), en el clásico ante Quilmes (1-2) y contra Boca (0-6). Pero Banfield era más Banfield ante su gente, en casa: como local ganó 11 de sus 17 partidos. Entre ellos, triunfazos ante Independiente (2-1), Vélez (3-0), Gimnasia La Plata (2-0) y uno histórico: el 6 de noviembre de 1927 derrotó 6-0 a San Isidro, consiguiendo así su mayor goleada durante el amateurismo, y vengándose del 7-2 que el mismo rival le había encajado un año antes. Hermosa revancha de regalo para Burton. El que se salvó por poco fue Lanús, que ese año terminó 3º pero en cancha del Taladro apenas arañó un 0-0.

Era difícil imaginarse a Banfield sin Burton, y así resultaron los años siguientes. Porque George se había ganado el respeto y cariño de los socios “con una actitud paternalista, cultivando y apoyando fervorosamente el espíritu amateur del deporte –cuenta el periodista Víctor Raffo, historiador del club–. Su muerte produjo en la institución un enorme vacío de poder que lo sumergió en una crisis institucional y deportiva”.

Es injusto que ningún sector de la tribuna, que ningún rincón histórico del club lleve su nombre. Burton sostuvo a Banfield, a este glorioso Banfield que cien años después juega Libertadores y pelea torneos, cuando estaba enfermo, débil, solo. Si hoy vos estás esperando el inicio del torneo con esperanzas, si te emocionaste jugando contra River en la Copa, si gritaste los goles de Forestello, el Gato Leeb, Cruz o el Huesito Glaría, si viste jugar a Eduardo Pipastrelli, a Maurito Navas, a Pablo Paz o al Flaco Bilos, si te pusiste los guantes con el Flaco Comizzo, con Puentedura o con Barbosa, si tenés el 5 a 0 tatuado en el alma, si sos de Banfield hasta los huesos es porque cuando fue necesario que alguien deje su tiempo, su esfuerzo y su corazón por Banfield, él estuvo ahí.

George Burton murió el 29 de junio de 1928. Generoso como siempre, dejó el legado más hermoso que vos podías recibir: al Club Atlético Banfield.


1925: Maldita goleada
La temporada fue pobre. Banfield mantuvo la categoría con comodidad, pero sólo ganó 7 de los 24 partidos: contra Estudiantil Porteño, Argentino del Sud, San Isidro, Sportivo Palermo, Atlanta, Estudiantes de Buenos Aires y Excursionistas. Ninguna ante un grande o en un clásico. Ante Quilmes empató 0-0, pero la puñalada vino contra el Granate: la derrota 1-4 fue la peor en el clásico durante el amateurismo. Tampoco zafó demasiado en la Copa Competencia, donde ganó un partido (a Ferro) y perdió 2, quedando 3º en un grupo de 4. No fue una tragedia, pero sí un añito para el olvido.

1926: La pelota no entraba
Si en 1925 faltaron victorias resonantes, lo que faltó en 1926 fueron goles. Banfield metió apenas 16 en 25 partidos, razón suficiente para terminar de mitad de tabla hacia abajo. Los únicos triunfos fueron ante Liberal Argentino, Sportivo Buenos Aires, Defensores de Belgrano (¡3-0!), Atlanta y Estudiantil Porteño. Lanús tenía más equipo (terminó 6º), pero el clásico, a tono con la temporada del Taladro, no tuvo goles. Y con Quilmes fue 0-1. El desahogo llegó en la Copa Competencia, aunque a medias: Banfield le ganó 2-1 a Lanús y sumó 6 puntos en sus 5 partidos, pero el que ganó la Zona ‘B’ fue el Granate, que sumó 7. Pasó a la siguiente fase, pero al menos se llevó de recuerdo una derrota en el clásico.

650 La cantidad de socios que tenía Banfield en 1926, según las memorias de la Asociación Amateur. ¿Lanús? Apenas 418. Temperley sumaba 549 y Quilmes, 700.

ESTADÍSTICAS DE BANFIELD 1925-1927 (1)

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1925
Posición: 15º (de 25). PJ: 24. PG: 7. PE: 7. PP: 10. GF: 20. GC: 29. Puntos: 21.

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1926
Posición: 21º (de 26). PJ: 25. PG: 5. PE: 9. PP: 11. GF: 16. GC: 37. Puntos: 19.

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1927
Posición: 17º (de 34). PJ: 33. PG: 13. PE: 6. PP: 14. GF: 45. GC: 47. Puntos: 32.

El dato. En 1926, Banfield participó de uno de los partidos con más goles de la temporada: perdió 7-2 contra San Isidro.

(1) Fuente: “Historia del Fútbol Amateur en la Argentina”, de Jorge Iwanczuk.

PUBLICADO EN SE JUEGA Nº21 (AGOSTO DE 2008) 

miércoles, 13 de octubre de 2010

Historia de Banfield: capítulo 9 (1922-1924)

El chico que se las sabía todas

Emanuel puede recitar el plantel de Banfield de corrido y hasta se acuerda de los goles de Forestello en la B Nacional. Pero un viaje a 1922 lo pone a prueba...

Emanuel tiene 16 años y se las sabe todas. Especialmente si se trata de fútbol. Lee el Olé todos los días, pasa buena parte de su tiempo mirando ESPN, se acuerda de partidos y resultados y (lo asegura él mismo) es experto en táctica, en técnica, en estadísticas, en reglamento, en anécdotas: es experto en fútbol.

Emanuel es hincha de Banfield y se las sabe todas. Los lunes, cuando llega al colegio, refuta opiniones con una fuerza intimidante. “No, no, Villarreal no jugó mal, ¡no lo ayuda nadie, eso es lo que pasa!” o “¿Viste que yo dije que Patiño era pecho frío?” son frases típicas suyas, y que no permiten demasiada discusión.

Emanuel es popular entre sus amigos y se las sabe todas. Por eso, cuando el profesor de educación física invitó a la clase a un curso sobre Historia del Fútbol, soltó un “al tipo voy a terminar explicándole todo yo, jaja”. Y empezó con su conocido discurso: “¿Historia del fútbol? ¿Qué me va a enseñar? Si hasta me sé los campeones mundiales, escuchá. 1930, Uruguay. 1934, Italia. 1938, Italia. 1950, Uruguay, el Maracanazo…”. Y todos lo miraban. Algunos, hasta con admiración.

El sábado está ahí, de todos modos. No se puede perder la posibilidad de demostrar una vez más que se las sabe todas. El que dicta el curso es un viejo de bigotes, canoso, de voz bajita, con un Capitán del Espacio de chocolate sin abrir sobre la mesa. Comparte unas nociones básicas del fútbol, pregunta y Emanuel siempre responde. Bien, claro.

“Vayamos hacia atrás –dice el ‘profesor’–. Para que tengan una idea del modo de organización del fútbol amateur, elegí el torneo de 1922. Y ya que ustedes vienen de un colegio de Banfield, podemos usar al Taladro como ejemplo”. Emanuel esperaba el momento para lucirse de nuevo. Siguió hablando el profe: “El campeonato de 1922 lo jugaron 21 equipos, con partidos de ida y vuelta. Nada menos que 40 fechas…”.

–Seguro que lo ganó Racing, en el amateurismo siempre ganaba Racing –interrumpió Emanuel.
–No, no es éste el caso. El campeón fue Independiente –explicó el profesor. Todos miraron a Emanuel. La cara se le puso más roja que la camiseta del campeón.

La clase continuó. “Banfield comenzó arrasando, a tal punto que ganó la primera rueda con varios puntos de ventaja sobre el resto. Pero algunos de los mejores jugadores tenían diferencias con los dirigentes y decidieron irse del club…”.
–Rescindieron los contratos –acotó Emanuel buscando revancha.
–No había contratos –aclaró el profesor. Emanuel ya estaba 2-0 abajo.
Los jugadores estaban ligados sentimentalmente a los clubes, no legalmente. La desorganización era tal que el torneo de 1922 terminó en julio de 1923. El final de Banfield fue bastante catastrófico y encima sufrió la primera derrota de su historia contra Lanús. Se cuenta que Banfield erró un penal…
–¡Seguro se adelantó el arquero de ellos! –tiró Emanuel, fanático.
–No habría problemas, porque en 1922 los arqueros podían adelantarse en los penales.
Emanuel ya estaba 0-3. Irremontable. Pero fue a buscar el descuento…
–¡Entonces uno de ellos invadió zona, se metió en la medialuna antes de que el de Banfield patee!
–Difícil, porque tampoco existía la medialuna del área.

Todos se rieron. Emanuel se quería matar. Ya iban cuatro en contra. Bajó un cambio y se calló la boca. La charla siguió con él en silencio. Faltaban dos minutos para el final de la clase.

–Una crónica de la época cuenta que el jugador de Banfield esquivó a un defensor y al arquero y metió el 1-0, pero lo anularon por offside…
–¡Ah, no! –saltó Emanuel, impertinente- ¡Eso sí que no! Si pasa a un defensor y al arquero nunca puede estar en posición adelantada. ¡Y no me diga que no existía, porque usted mismo dijo que le cobraron offside!
Emanuel sintió que se venía una a favor…
–Hay un detalle –respondió el profesor–. En 1922, para que un jugador no estuviera adelantado, tenían que haber al menos 3 jugadores entre él y el arco rival.

La carcajada más chica que se escuchó tenía el tamaño del Flaco Bilos. Se dio por terminada la clase y todos fueron a cargar a Emanuel. Después de un 0-5 en contra, justo él, el más valiente, casi no podía levantar la cabeza. Parece que, al final, no se las sabía todas.


1923: ¡Necesito un gol!
El equipo se había desarmado al final del torneo de 1922, y eso se notó un año después. Banfield ganó apenas 5 veces, pero al menos festejó en un clásico ante Lanús: 1-0, el 12 de octubre. Los otros triunfos fueron ante Defensores de Belgrano, Platense, Barracas Central y Estudiantes de Buenos Aires. El principal déficit fue el ataque: el Taladro metió apenas 14 goles en 20 partidos. El consuelo fue que el Granate terminó último.

1924: Equipo de mitad de tabla
Luego de un mal campeonato en 1923, Banfield peleó en dos frentes en 1924. Repuntó en el torneo de Primera División: no luchó arriba, pero consiguió buenos resultados. Por ejemplo, la primera victoria de la historia sobre Independiente: 1-0 en la casa del que sería campeón. Además participó de la Copa Competencia, donde le fue mal: ganó 2 partidos, empató 3 y perdió 5, con 7 goles a favor y 8 en contra. En su zona, terminó 5º entre 6 equipos.

Lanús y Quilmes, en la cornisa
Mientras las campañas de Banfield fluctuaron entre lo interesante y lo pobre, a los vecinos Lanús y Quilmes les fue decididamente mal. En 1922, Quilmes terminó último y debería haber bajado a Segunda, pero se anularon los descensos. En 1923 fue Lanús el que terminó en el fondo, y también se salvó por una anulación. La seguidilla de salvatajes administrativos continuó en 1924: Quilmes jugó un desempate entre tres equipos para definir el segundo descenso. Los perdió, y así decretaba su retorno a Segunda… pero otra anulación lo dejó en Primera. Tremendo.

1 Los puntos que sacó Banfield ante River durante todo el amateurismo. Fue en 1922, cuando empataron 0-0. Los otros 17 partidos los ganaron los Millonarios.

ESTADÍSTICAS DE BANFIELD 1922-1924 (1)

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1922
Posición: 8º (de 21). PJ: 40. PG: 18. PE: 6. PP: 16. GF: 52. GC: 55. Puntos: 42.

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1923
Posición: 16º (de 21). PJ: 20. PG: 5. PE: 6. PP: 9. GF: 14. GC: 24. Puntos: 16.

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1924
Posición: 12º (de 24). PJ: 23. PG: 8. PE: 7. PP: 8. GF: 27. GC: 28. Puntos: 23.

Los datos: En 1922 y 1924, Banfield participó de los partidos con más goles. En 1922 derrotó 6-3 a Estudiantes de Buenos Aires y en 1924 perdió 5-4 contra San Fernando.

(1) Fuente: “Historia del Fútbol Amateur en la Argentina”, de Jorge Iwanczuk.

PUBLICADO EN SE JUEGA Nº19 (MAYO/JUNIO DE 2008)

jueves, 7 de octubre de 2010

Historia de Banfield: capítulo 8 (1919-1921)

Te lo juro: Banfield fue campeón

¿Cansado del nuevo trauma de que el Taladro nunca ganó un título de Primera División? Basta de mentiras: date una vuelta por 1920 y reviví la gloria.

Andy tiene 12 años y desde el 2 de diciembre de 2007 no duerme bien. Sus viejos lo quieren, en la escuela zafa bastante y está aprendiendo a tocar la guitarra. Le gusta una chica y no sabe cómo decírselo, le ofrecieron un cigarrillo y no aceptó, y de vez en cuando le agarra mononucleosis. Pero nunca había tenido problemas para dormir. Hasta el 2 de diciembre de 2007.

Maldita la tarde en que Sand (al que él aplaudía antes) hizo lo que no tenía que hacer, en que Boca no hizo lo que tenía que hacer. Maldita la tarde en que ellos hicieron lo que Andy pensaba que nunca lograrían ellos ni nosotros: ser campeones. ¿Cómo diablos podría Andy dormir bien después de que Lanús salió campeón?

Sólo que el Taladro sea campeón le va a sacar ese cuchillo que siente clavado. Pero Andy no es tonto: sabe que quizá no ocurra, y que si ocurre puede llevar mucho tiempo. Pero no puede dar vueltas entre las almohadas para siempre. No se lo explicó a su vieja, no lo entendería. Y papá ya le dijo que “sólo es fútbol, Andy”. “¡¿Sólo es fútbol?! ¡¿Y por qué no me lo dijo la primera vez que me llevó a la cancha, el día que empatamos 1-1 con Central con el gol de Andrizzi?!”, pensaba Andy.

Ayer, el abuelo se le sentó al lado. No habla mucho el abuelo, quizá por eso se llevan bien. Andy bostezaba y pegaba figuritas. Le tocó la cabeza, el abuelo. Y le dijo: “Seguís igual, ¿eh?”. Se miraron. Andy no dijo nada. “Nunca pensé que ellos iban a ser campeones. Si mi papá viera esto se me muere de nuevo”, dijo el abuelo con una sonrisa. Andy se rió y susurró: “No me importa que ellos sean campeones. El problema es que nosotros no ganamos nada...”. El abuelo se fue a su pieza. Andy intentaba pegar prolija la figurita de Claudio Fileppi en el álbum cuando el abuelo volvió. Puso un recorte rotoso en la mesa y apoyó su uña sobre un pequeño titular: Banfield es el ganador de la Copa de Honor. A Andy se le puso la piel de gallina. Cerró el álbum. Y el abuelo le contó...

Fue en 1920. Banfield había vuelto a Primera e hizo una campaña gloriosa: subcampeón del poderoso Boca en el Campeonato. También jugó la Copa de Honor, con todos los equipos de Primera y los dos mejores de Rosario. Quedó eliminado contra Almagro, pero el torneo se reorganizó y todos tuvieron una segunda posibilidad. Banfield no la desaprovechó: eliminó a Estudiantes de La Plata, a Sportivo Barracas (3-1), a Porteño (4-0)... El Taladro tenía un equipazo.

En semifinales le tocó Tiro Federal de Rosario, y en un partido durísimo Banfield triunfó 2 a 1. La final era justo contra Boca. Y Banfield le ganó 2 a 1. Y Banfield fue campeón de una Copa de Honor que todos querían, de una Copa de Honor que todos los equipos cuentan cuando suman sus títulos. Y Banfield la ganó.

El abuelo explicó que el recorte se lo había regalado su papá, y que cada vez que lo veía se acordaba de él. Andy sonreía como no lo hacía desde el maldito 2 de diciembre. “Ahora quiero que sea tuyo, para que cada vez que lo veas te acuerdes de mí”, dijo el abuelo. Y se abrazaron.

Anoche, Andy se acostó a las doce y diez. Se durmió cinco minutos después y no se despertó hasta que su vieja lo sacudió un poquito. Andy volvió a dormir con una sonrisa en el alma y un nuevo recuerdo en el corazón: el recuerdo de un Banfield campeón.


1919: La vuelta a Primera División
Banfield había descendido en 1917, pero dos años después retornó a Primera. Al igual que en la Temporada 1918, las estadísticas del Taladro en Segunda División se perdieron en una indisimulable nebulosa. La certeza es que derrotó en la final a Del Plata por 3 a 0, se consagró campeón y consiguió el ascenso. Luego, por una reestructuración organizativa, se le concedió el derecho a jugar en Primera a otros ocho equipos, entre ellos Del Plata y Lanús (sí, ¡ascendieron por decreto!). Banfield subió como debe ser: a lo grande, a lo campeón.

1921: Triunfo histórico ante Racing
En 1921, Banfield decidió pasarse de la Asociación Argentina de Football a la Asociación Amateur (en esos años, existían dos torneos ‘oficiales’). Y se la bancó en un torneo bastante largo: 20 equipos y 38 fechas. Terminó 10° y logró victorias importantes: 3-2 ante Gimnasia La Plata (fue 4°); 2-1 a Defensores de Belgrano (5°) y 2-0 a San Lorenzo (6°). Los clásicos contra Lanús terminaron empatados (2-2 de local y 0-0 de visitante) y le ganó las dos veces a Quilmes. Pero hubo una tarde de gloria: el 30 de octubre, en casa, Banfield derrotó 1-0 al maravilloso Racing, que ganó su 10° título en 11 años y que sólo perdió 2 de los 38 partidos. Y uno fue ante el Taladro, que dejaba claro que no le temía a nadie.

Fausto Lucarelli, el primer goleador
En 1920, Banfield no sólo se consagró campeón de la Copa de Honor y logró el 2° puesto en el Campeonato, sino que tuvo por primera vez al goleador del torneo: Fausto Lucarelli. El atacante marcó 15 goles y fue citado para disputar la Copa América 1920 junto a otro banfileño: Ángel Frumento. En ese torneo, Argentina logró el subcampeonato. Lucarelli fue uno de los dos jugadores de Banfield que se consagraron goleadores de un torneo de Primera División: el otro fue Juan José Pizzuti en 1949.

ESTADÍSTICAS DE BANFIELD 1919-1921 (1)

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1920
Posición: 2º (de 13). PJ: 24. PG: 13. PE: 5. PP: 6. GF: 35. GC: 21. Puntos: 31.

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1921
Posición: 10º (de 20). PJ: 38. PG: 16. PE: 6. PP: 16. GF: 47. GC: 43. Puntos: 38.

Los datos. En 1919, Banfield jugó la Copa Competencia: fue eliminado en primera ronda al perder 2-3 contra Independiente. En 1920 disputó la Copa Estímulo, que nunca finalizó y no se computa oficialmente. Antes de la suspensión, lideraba su zona con 4 triunfos, un empate y una derrota.

(1) Fuente: “Historia del Fútbol Amateur en la Argentina”, de Jorge Iwanczuk.

PUBLICADO EN SE JUEGA Nº18 (ABRIL DE 2008)

miércoles, 6 de octubre de 2010

La historia de Banfield: capítulo 7 (1916-1918)

O un milagro o el descenso

Años de pocas alegrías. En 1917, luego de una pobre campaña, Banfield necesita ganarle al todopoderoso Racing para no caer a la Segunda División. ¿Podrá?

“Hay que mantener la fe”, le dice Gregorio a Bartolomé. Gregorio tiene 18 años y, cuando habla de fe, habla de Banfield. “Es imposible, ya no hay nada para hacer”, le dice Bartolomé a Gregorio. Bartolomé tiene 39 años y es el padre de Gregorio. Y también habla de Banfield, claro.

Este 25 de noviembre de 1917 los encuentra preocupados. Banfield, su Banfield, está en la cornisa, al borde de caer a la Segunda División. Desde el 1-5 del debut, contra Platense, el equipo muestra un bajo nivel. Apenas 4 triunfos (ante Estudiantil Porteño, Tigre, Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires y Ferrocarril Oeste) en 19 partidos lo condenan a una definición angustiante. Si en 1916 se había salvado con justeza, esta vez necesita más una hazaña que una salvación. “Si usted me contó que Banfield antes ganaba tantas veces… ¿por qué no puede hacerlo hoy?”, apunta Gregorio con media sonrisa asomándole. “Eran otros tiempos, hijo. Hoy es todo tan distinto…”, suspira Bartolomé.

Dos equipos descenderán a Segunda División. Los últimos puestos (Atlanta y Argentino de Quilmes, 14 puntos; Estudiantes de Buenos Aires, 13; Gimnasia de Buenos Aires y Banfield, 12) lo dejan claro: Banfield debe ganar el último partido que le queda y esperar que Estudiantes pierda los tres que aún debe jugar, o Atlanta dos, o… ¿Algo más? Claro que algo más: el partido es contra Racing, letal, asombroso y admirable Racing, que acaba de consagrarse campeón por quinta vez consecutiva.

“Hay que mantener la fe”, le dice Gregorio a Bartolomé mientras caminan hacia el field de Avellaneda. “Es imposible, ya no hay nada para hacer”, le dice Bartolomé a Gregorio. La lógica no le da posibilidades a este Banfield desarmado y más acostumbrado a la derrota indiscutible que al triunfazo. Pero qué les importa la lógica a esos once muchachos vestidos de blanco y verde que quieren seguir viéndole la cara a los mejores players en el siguiente campeonato. Salen al campo esperanzados y los primeros instantes los demuestran enérgicos, rápidos. El juego se desarrolla, Banfield busca su pequeño milagro, Racing es un rival complicado, los minutos pasan. 1, 2, 3… 90. Y el partido termina.

Banfield perdió 5 a 0. Racing fue virtuoso, elegante sobre el campo de juego, no dejó dudas. Banfield perdió 5 a 0 y en 1918 ya no jugará más en Primera División. Banfield perdió 5 a 0 y Gregorio no encuentra consuelo. “Es imposible, ya no haya nada para hacer...”, se lamenta. Bartolomé le palmea la espalda y le da una solución: “Hay que mantener la fe, hijo. Hay que mantener la fe...”.

1916: Salvados al final
Banfield comenzó sin victorias en las primeras once fechas, pero finalmente repuntó y se salvó del descenso a la Segunda División. Venció 2-1 a Ferro Carril Oeste, 1-0 a Estudiantes de La Plata, 1-0 a Belgrano Athletic y 2-0 a Estudiantil Porteño. El Taladro enfrentó a los cinco grandes: perdió con cuatro y sólo le robó un punto a San Lorenzo. El campeón, por cuarto año consecutivo, fue Racing.

1918: La campaña fantasma
El Universo pareció complotarse para que las estadísticas de Banfield en el torneo de Segunda División de 1918 no sean reveladas. La investigación de ‘Se Juega’ dio con el campeón, Eureka, que derrotó en la final a Almagro. También con muchos de los rivales de Banfield en la Sección ‘A’ (Victoria, Barracas Central, Progresista). Pero no pudimos comprobar los resultados del Taladro en ese torneo ni su posición final en la tabla general. Para la historia, también queda una formación de un juego ante Victoria, del 9 de noviembre de 1918: Strianessi; Meriggi, Rosetti; Legarreta, J. Romero y Frumento; R. López, Bermani, A. López, S. Burton y Vago.

Banfield de 1917: Rosetti, López, Romero, Burton, Lennie, López, Meriggi (arriba), Frumento, Bisso, Brissotti y Legarreta (abajo)

Los otros torneos
La Copa Competencia y la Copa de Honor las jugaban los mejores equipos de Buenos Aires y de Santa Fe. En 1916, Banfield se despidió en la primera rueda de ambos torneos: cayó 0-2 con Argentino de Quilmes y 2-4 con Huracán, respectivamente. En 1917, en la Copa Competencia eliminó a Porteño (2-1) pero cayó en segunda rueda ante Huracán (otra vez 2-4). En la Copa de Honor, en tanto, quedó eliminado en su debut: 0-3 ante Racing. En 1918, por jugar en Segunda, no disputó la Copa de Honor. Y en la Copa Competencia cayó 0-1 ante San Telmo, despidiéndose rápidamente.

ESTADÍSTICAS DE BANFIELD 1916-1918 (1)

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1916
Posición: 18º (de 22). PJ: 21. PG: 4. PE: 8. PP: 9. GF: 20. GC: 31. Puntos: 16.

CAMPEONATO DE PRIMERA DIVISIÓN 1917
Posición: 20º (de 21). PJ: 20. PG: 4. PE: 4. PP: 12. GF: 17. GC: 33. Puntos: 12.

Los datos: En este período, sólo dos veces Banfield anotó más de dos goles en un partido: contra Estudiantil Porteño (4-3 en 1916) y ante Estudiantes de Buenos Aires (3-3 en 1917).

(1) Fuente: “Historia del Fútbol Amateur en la Argentina”, de Jorge Iwanczuk.

PUBLICADO EN SE JUEGA Nº17 (OCTUBRE DE 2007)

sábado, 2 de octubre de 2010

Banfield: homenaje a un hincha desconocido

--Mitología banfileña: legajo número 2--

La historia es real: un aficionado de Banfield dejó la vida en la cancha, persiguiendo un sueño. Casi noventa años después, lo homenajeamos.

Valentín Bodenas. Ése era su nombre. Un nombre que no se encuentra en ningún libro de Historia y ni siquiera en la Internet. Apenas en un diario viejo y crujiente. El destino o la casualidad decidieron rescatarlo del olvido y traerlo hasta aquí.

Para encontrarlo hay que observar casi noventa años hacia el pasado. No fue Bodenas futbolista ni popular. Sinceramente, ni siquiera sé lo que fue: las cosas que vuelven desde el olvido suelen volver incompletas. Tampoco es demasiado lo que se puede decir de él. O quizá sí: era de Banfield. Y en el amanecer del club ya pisaba su campo de juego con entusiasmo.

La primera información sobre Bodenas es también la última. El suceso ocurrió el sábado 30 de noviembre de 1918. En el club, decenas de simpatizantes de Banfield se juntaron para jugar al fútbol. Inimaginable en el presente, se les abrían las puertas para que fueran ellos los protagonistas, pero desde el lado de adentro del pasto. Jugaron Gruesos contra Delgados, tal la división casi espontánea que eligieron. No se sabe quién ganaba, tampoco el nombre de ningún otro jugador. El diario, viejo y crujiente, suelta, determina, confiesa la única información que se consideró relevante:

“Debido a la falta de adiestramiento de los jugadores y al calor sofocante, varios sufrieron desmayos. Uno de ellos no pudo ser reanimado y murió pese a la atención médica: el señor Valentín Bodenas. Mediante una colecta entre sus compañeros se cubrieron los gastos del sepelio, realizado en el local del Comité Socialista y Biblioteca Domingo F. Sarmiento” (Diario La Prensa, martes 3 de diciembre de 1918).

Quise saber más sobre Valentín. Saber si merecía un homenaje: cómo era su mirada, si su alma era gentil, si su andar, caballerezco... Quise saber más pero no lo conseguí. La Historia, injusta, lo trató casi como si nunca hubiera existido. “El huracán olvido arrasa con todo”, postula un poeta español. O con casi todo. Porque quedó ese nombre, Valentín Bodenas, y un perfume. Imaginé su edad, su imagen, su historia. Un desamor, un fracaso, un café. Imaginé que si ese hombre de Banfield sostuvo durante su vida un cuarto de la dignidad que sostienen otros hombres de Banfield que conozco, merecía un homenaje.

Murió jugando, quizá como debería ser. Murió persiguiendo una ilusión vestida de cuero. Murió como mueren los artistas: soñando. Ni siquiera lo conocí, pero oigo en cada letra de su nombre un himno. Un himno hacia Banfield, un himno hacia el fútbol. No importa si Bodenas fue realmente como lo imaginamos: importa que podría haberlo sido. Y por alguien gentil y caballerezco, por un artista, vale la pena correr el riesgo. Para cada uno de los hinchas de Banfield que persigue una ilusión vestida de cualquier modo, para cada fanático que también es fanático de la esperanza, para cada banfileño que se abraza a la dignidad tan fuerte como al que tiene al lado en la tribuna cuando hay un gol, es este homenaje. Quizá, también, sea el mejor homenaje para él, para Valentín Bodenas.

PUBLICADO EN SE JUEGA Nº16 (AGOSTO DE 2007)