
“Miro el partido porque son argentinos, pero no entiendo nada de tenis”, se sinceraba Carlos (53 años) en un bar ubicado en La Pampa y Triunvirato. En ese lugar, algunos alentaban a Coria, otros se inclinaban por Gaudio y no faltaban quienes querían “que ganen los dos”.
Tampoco faltaron los dardos de los expertos dirigidos hacia los protagonistas. “Si Coria empieza a perder, se va a hacer el acalambrado”, vociferaba, en un bar de Almagro, José Luis (35), quien minutos después reconocería que nunca lo había visto jugar. En cambio, con tono soberbio, Carlos (54) decretaba durante el tercer set que el partido estaba liquidado: “Gaudio no lo puede ganar nunca”.
Cuando el triunfo de Gaudio se confirmó, Benjamín –que había alentado a Coria en todo momento– no se lamentó demasiado: “Guille merecía el título, pero igual me voy contento porque ganó uno de los nuestros”. Buenos Aires, invadida por el tenis, disfrutó de un éxito argentino.
Artículo referido a la final de Roland Garros 2004. Gastón Gaudio derrotó a Guillermo Coria por 0-6, 3-6, 6-4, 6-1 y 8-6.
PUBLICADO EN CLARÍN, JUNIO DE 2004
No hay comentarios:
Publicar un comentario