viernes, 15 de enero de 2010

Hasta la victoria siempre

MARTÍN VASSALLO ARGÜELLO, EL TOP 100 ADMIRADOR DEL CHE GUEVARA, HABLA DEL CAPITALISMO, CUBA, LOS KIRCHNER Y LA REALIDAD ARGENTINA: "NADIE PIDE IMPLANTAR UN COMUNISMO, SÓLO UNA SALIDA POLÍTICA DIGNA".

"¿Quién hizo qué?”, se preguntaban los seguidores del tenis en junio de 2006. ‘Quién’ era Martín Vassallo Argüello, un ‘ítalo-argentino’ de 26 años que rondaba el puesto 180 del Ranking ATP. No se sabía bien si era italiano, si era argentino. Básicamente, no se sabía bien quién era. ‘Qué’ era ganarle al local Sebastien Grosjean (21º del mundo) en la segunda ronda de Roland Garros y firmar, cuando la cámara de TV se acercó en busca de la tradicional firma, “HLVS”. Sí: Hasta La Victoria Siempre. El mismo día se descubría que Vassallo Argüello tenía mucho talento y, fundamentalmente, que era bastante más argentino de lo que se creía.
Desde entonces, Martín se ha convertido en un habitué del Top 100 (su puesto más bajo fue 121º) y, además, en un ‘referente político’ del tenis.
–¿Te molesta ese lugar de ‘tenista con conciencia política y social’?
–No, me gusta la política. Me defino como un tipo curioso. Me gusta saber por qué pasan las cosas y, un poco sin querer, caigo en la política por eso.
–¿Esa curiosidad qué origen tuvo?
–Mis viejos han estado en política toda la vida, han luchado mucho por la vuelta de la democracia. Yo nací en el ‘80, esa época la viví acompañándolos. Haber crecido de marcha en marcha influyó.
–Te molesta cuando se acusa a los tenistas de vivir en una burbuja. ¿Considerás que el compromiso de un tenista es igual al del resto o es mayor?
–Es parecido, pero los tenistas, al estar en el exterior, notan diferencias y deficiencias. Se leen mucho los diarios: saber qué pasa en Argentina es el modo de estar cerca. Casi nadie lo refleja en una posición política, pero todos tenemos preocupaciones, pensamos y opinamos.
–¿Hay tenistas con ideologías de ultraderecha? Lleno de prejuicios, imagino algún austríaco, un alemán...
–¡Claro que hay! Y argentinos también. Cada uno es hijo de lo que le tocó vivir. Uno no es mejor o peor por ser de izquierda o de derecha. Hay una sociedad volcada hacia la derecha, en la que el capitalismo ya no tiene un exponente contrario, entonces todos somos parte de este sistema. Trato de entenderlos, de ponerme un poquito en la piel del otro.
–Ese exponente contrario al capitalismo sufrió el alejamiento de Fidel Castro. ¿Qué sentimientos te produjo?
–Es secundario. El socialismo en Cuba no depende de él. Sería una derrota que, tras 50 años, al caer Fidel se caiga el espíritu revolucionario. Él renunció por su edad, pero las ideologías están vivas.
–Una ideología que tiene al Che Guevara como referente. ¿Se idealiza su figura para simbolizar el valor de sus ideas?
–Hay que rescatar que fue una persona como todos nosotros. Llevarlo al ídolo es alejarse de su esencia. Perteneció a una revolución que no era la propia y que fue exitosa; representó al país en las Naciones Unidas... Se dieron muchas cosas para que sea el exponente de un nuevo pensamiento. No fue un rebelde: fue un revolucionario, que es algo más importante. No era un mago, un genio, un caído del cielo: era un hombre que decidió luchar por sus ideales, por los pobres y por un sistema más justo, con posibilidades para todos.
–¿Ves la huella del Che en Argentina?
–El único sector que queda activo son las universidades. Hoy, figuras como el Che son impensables. El último movimiento revolucionario fue en Chile, terminó en el ‘88. Después vinieron democracias que se han ido tirando a la derecha.
–Viviste un tiempo en Italia. ¿Qué cosas buenas y malas dejó el fascismo allá?
–Una división Norte-Sur más marcada que en ningún otro lado. Se nota en el día a día la discriminación, la separación ciudad-campo, granjeros-industriales... La que más sufrió fue la Iglesia: mucha gente se alejó, y otra se acercó.
–¿Y qué dejó la dictadura en Argentina, además de años de terror?
–A las Fuerzas Armadas hay que recriminarles su antinacionalismo. Haber entregado la patria, regalado una guerra, tierras, recursos, sus métodos aberrantes. Como en toda Latinoamérica: un norte muy poderoso necesitaba tirar redes para dominar la región aun en democracia.
–¿Cómo le explicás a un tenista europeo qué son los piqueteros?
–Ufff... Argentina tiene un punto imposible de comparar: el peronismo. Es difícil encontrar en el mundo un movimiento tan masivo y a la vez tan diverso. ¿Cómo puede tener un ala izquierda y al mismo tiempo a López Rega en el balcón? Los piqueteros son una consecuencia de políticas que empezaron ahí. Pero no les es tan difícil entenderlo. Cuando les cuento lo que sufrió la gente del sur que trabajaba para YPF al verse despedida, que decidieron cortar una ruta y formar un movimiento, no lo ven tan loco. Me dicen: “Bueno, quizás yo haría lo mismo”. Son las armas que encuentran: hoy no da para ir a un monte con fusiles. En Argentina nos está costando ponernos en el lugar del otro. Yo voy con mi auto, con mi aire acondicionado, escuchando música y me cortan la ruta: los insulto, les toco bocina, los quiero matar. No pienso en que el tipo perdió un trabajo, o no tiene cómo educar o darle algo a sus hijos. Como sociedad, deberíamos entender un poco más al otro.
–Pero cuando alguien dice “a los piqueteros hay que matarlos a todos”. ¿Cómo se hace para no chocar?
–Trato de saber por qué llegó a ese pensamiento y de acercarle la otra mirada. Yo no le pido a nadie que se baje de su Mercedes y vaya a quemar el saco junto a las ruedas, pero al menos que entienda por qué lo hacen. Y trato de entenderlo. ¿Qué es lo que le molesta del piquetero? ¿Que no trabaje, que gane 40 pesos por mes por un plan, que lo hagan llegar tarde a él, el olor a humo de las ruedas? Hay que generar unión. Hubo un momento en el que las asambleas barriales generaron un movimiento nunca visto, pero los discursos fueron alejando a la gente. Venía una señora que nunca entendió nada, pero pedía seguridad, y le hablaban de la reforma agraria, del sistema neoliberal, los derechos humanos. Y la señora a los diez minutos se iba. Es un gran error: hay que sumar gente, mostrarle a la señora una alternativa, no hablarle de cosas utópicas.
–¿Integrás alguna organización?
–Me cuesta formar parte. El último referente que encontré es Pino Solanas. Estoy convencido de que podría ser una opción distinta, sin locuras. Nadie pretende instalar un comunismo en Argentina, pero sí una salida política más digna.
–¿Qué opinás de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner?
–En hechos concretos, he visto muchos avances: una política de derechos humanos distinta, una relación con Estados Unidos que me gusta más, mayor integración latinoamericana, un presidente que cumplió su gestión con un respaldo público muy grande... También podría hacer una lista de cosas que me han parecido mal, pero en líneas generales el gobierno de Kirchner ha sido exitosísimo.
–Vamos de Argentina a Chile. ¿Qué hiciste durante el velatorio de Pinochet?
–Cuando murió, yo estaba entrenando en Chile. Me interesaba mucho la campana de los pinochetistas. Había gente que se puso una remera con su cara, afiches que decían ‘te amamos, General’... Quise saber qué pensaba el que lo apoyaba activamente. Fui con una cámara: a la gente le decís que sos de la tele y habla hasta por los codos. Así conocí al tipo al que un día le dijeron: “Tu casa no es más tu casa, es del pueblo; en lugar de ganar 10.000 vas a ganar 1.000; y tus hijos van a comprar el pan donde lo compran todos”. Ese tipo a Allende no lo quiere y vio en Pinochet a un salvador. Yo puedo explicarle que gracias a que él pasó de ganar 10.000 a 1.000 hubo gente que no comía y pasó a comer todos los días, pero a ese tipo le cuesta mucho ponerse en lugar del otro, no puede.
–Hablando de Chile, tu novia es de allá. ¿Es difícil ser pareja de un tenista?
–Sí, incluyendo los viajes. Si ella trabaja, debe dejar el trabajo por algunas semanas, dejar de ganar plata. Se acuesta cuando el jugador se acuesta, pasea cuando el jugador quiere pasear... Y la verdad es que son sólo tres torneos por año en los que le toca una playa hermosa con un tiempo espectacular. Es una fantasía pensar que la novia del jugador de tenis la pasa bárbaro. Están en un lugar de eterna espera: nos esperan cuando estamos de novios, esperan que dejemos de jugar, cuándo podemos convivir, cuándo podemos formar una familia...
–¿Y con el público cómo te llevás?
–Me siento en deuda. No con el público en general: con el tipo que me sigue. Le estoy muy agradecido, de verdad. Al que me pide un autógrafo y me dice ‘gracias’ le digo ‘gracias’ también, porque sé que al otro día abre el diario para ver un resultado mío o mira en la tele cuando pasan los resultaditos en algún noticiero. Mi deuda es con esa gente, y trato de ganar para que estén contentos. Gracias a ese tipo vivimos, gracias a ese tipo entrenamos, gracias a ese tipo existe la pasión por el tenis.


EL MUNDO DEL TENIS
Martín Vassallo Argüello nació en Temperley el 10 de febrero de 1980 y tuvo su momento de gloria cuando alcanzó los octavos de final de Roland Garros 2006. Pero, a los 28 años, acumula otros resultados relevantes: ganó 8 Challengers, y un ATP en dobles. Además, creó junto a Juan Pablo Guzmán y Juan Pablo Brzezicki la página www.segundosaque.com , donde muestra la intimidad del circuito tenístico, aspecto que analiza como pocos: “Los tenistas son respetuosos, nadie discrimina a nadie por el ranking o el lugar de nacimiento. Existe, por ejemplo, una gran hermandad entre latinoamericanos. Luis Horna es casi un argentino más, Fernando González también. Y con los españoles somos muy amigos. Los checos, pobres, sólo pueden hablar entre ellos, por eso son cerrados”. ¿Pasatiempos? “Hay pasión por la PlayStation, ahí me doy cuenta de que no son competitivos en el tenis: lo son en todos lados. Se gritan, se cargan... Lo mío es más tranqui, juego al ajedrez o al backgammon. ¿Contra el que más jugué? El Gato Hartfield”.

VASSALLO Y…

SU RELACIÓN CON CUBA
“La Federación Cubana me ofreció alguna vez representar a su país en la Copa Davis. Ellos respetan mucho sus símbolos: fue un orgullo que hayan pensado en importar un jugador. Fue fuerte, gratificante y se los agradecí”.

WWW.SEGUNDOSAQUE.COM
“Nuestra página de Internet va a seguir creciendo. Además de los consejos de Gabriel Markus, agregamos sorteos. Queremos saber qué le gusta a la gente, empezar a tener más diálogo. Es una web hecha ‘desde adentro’ ”.

EL OCIO
“En el tiempo libre durante los torneos, me gusta jugar al ajedrez con gente que no conozco, por Internet. Si no, tengo juegos de aventuras y esos raros en la computadora. Pero paso casi todo el tiempo leyendo, hablando por teléfono y chateando”.

EL INDIVIDUALISMO
“Veo cada vez más gente aislada por la tecnología. Todos andan con auriculares, y hasta las pantallas son más unitarias. Ya no existe el ‘venite a la habitación a ver una película’: la pantalla mide 40 cm, no se ve nada”.

LA DICTADURA MILITAR
“No hay que olvidar que mucha gente aceptó lo que pasaba. Ahí nacen los problemas actuales: no involucrarse, pasar desapercibido, que no te hagan nada. Hasta el peronismo decía ‘de la casa al trabajo, del trabajo a casa’ ”.

EL CAPITALISMO
“Así como decimos que en Cuba la revolución ganó la pelea, en el resto del mundo perdió. El capitalismo ha sabido educar a una población mundial entera con métodos que están destruyendo, incluso, al medio ambiente”.

LA IZQUIERDA
“Lo más criticable es que no haya un referente combativo. Hoy la izquierda se pelea por quien es más trotskista o más marxista o más comunista, pero hay que armar una propuesta seria para combatir esta avanzada capitalista”.

LA PRENSA
“Tengo abuelos en el PAMI, y no vi editoriales sobre lo bien que está funcionando. Antes se decía que estaba mal, ahora no se dice nada. Hay una lucha de poderes con ciertos grupos económicos, pero no conozco la interna”.

PUBLICADO EN FOX SPORTS (ARGENTINA) Nº14, JULIO DE 2008.

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