lunes, 5 de enero de 2015

Facundo Conte – Herencia mundial

Por Martín Estévez

Cuando empezó a jugar, lo insultaban por ser “el hijo de”. Cuando empezó a brillar, se acabaron las dudas. Una de las figuras de la Selección recuerda la decepción que sintió en los Juegos Olímpicos 2012 y se ilusiona con lo que pase en Polonia 2014.

“La pasé mal cuando empecé en el vóley. Había muchas expectativas porque mi viejo venía de jugar el Mundial 2002 y estaba en un momento de mucha exposición. Era muy fuerte la presión que yo sentía, la agresión de los demás. Mientras jugaba, me puteaban, me gritaban en la cara, llegaron a escupirme... y yo tenía 14 años. Si lo pienso ahora, me cago de risa, pero fue difícil, un desafío grande. Al final, lo único que tenía era una ventaja sobre los demás: estar con mi viejo en casa y que él me enseñara a jugar. Hoy estoy orgulloso de ser ‘el hijo de’. Me apoyo mucho en él y en mi vieja, especialmente en los momentos malos”.

Facundo Conte, uno de los mejores jugadores de la Selección de vóley, habla sobre Hugo Conte, uno de los mejores jugadores de la historia del vóley. Y que es también su papá. Fueron compañeros de equipo (ganaron un título con GEBA) y Hugo dirigió a Facundo en el Bologna de Italia. Era difícil no preguntarle sobre su viejo, pero ya está. A partir de ahora, el protagonista de la entrevista es él. Un chico no tan chico que ya jugó dos Mundiales juveniles (4º en el Sub 19 de 2008; 3º en el Sub 21 de 2009) y uno de mayores (9º en Italia 2010). Y mientras esta revista se imprimía, ya estaba jugando el segundo: Polonia 2014, en el que la Argentina se enfrentará en el Grupo A con Venezuela (31/8), Serbia (2/9), Camerún (4/9), Australia (6/9) y Polonia (7/9).

-Cumplís 25 años en Rusia, en medio de la gira previa. ¿Estás acostumbrado?
-Y sí. La última vez que pasé mi cumpleaños en la Argentina tenía… no sé… 15 años. Me gustaría muchísimo festejar mi cumpleaños en Buenos Aires. Mis viejos viven en Italia, pero en la Argentina están mis amigos y el resto de mi familia.

-Sufriste un esguince a poco del Mundial, ¿tuviste miedo de quedarte afuera?
-Me asusté muchísimo. Ya me había esguinzado antes, pero nunca había sentido ese dolor. No se me cruzó por la cabeza perderme el Mundial porque faltaban casi dos meses, pero lo primero que pensé fue “me rompí todo”. Ya había vivido otras lesiones: el año pasado estuve recuperándome del hombro, y había estado todo un año sin jugar por una lesión ahí. Podría llegar al Mundial en mejor forma, seguro, pero en los últimos días el tobillo respondió bien. Estoy en un 70%, 80%. La adrenalina es la mejor droga del mundo, porque te hace hacer cosas que no creías posible. Eso me va a ayudar a alcanzar mi mejor rendimiento durante el Mundial.

-¿Camerún es el único débil del Grupo A?
-El nivel de la zona es parejo. Los más fuertes son Serbia y Polonia. A los polacos los conocemos mucho, algunos de nosotros jugamos ahí. Seguramente, Julio Velasco nos preguntará sobre ellos cuando llegue el momento.

-¿Conforma ganar 4 de los 5 partidos?
-Si entre esos 4 están Polonia y Serbia, sí, porque después hay que arrastrar los puntos. Nuestras energías tienen que estar puestas más en esos dos partidos que en los demás. Si bien son los que más chances tenemos de perder, son los que más nos ayudan si pasamos de fase. No tenemos la presión de salir campeones, así que la primera fase es lo más importante. En los amistosos que jugamos en Brasil, a principios de agosto, nos dimos cuenta de que no estamos tan lejos.

-¿Qué representa Brasil para Argentina: es el enemigo o el modelo a seguir? Porque estamos cerca, pero nos ganan siempre.
-Somos parecidos físicamente. Por ahí tienen algún grandote más, pero la diferencia es que se mataron trabajando y crearon una mentalidad en la que cualquier jugador que entra en la cancha deja la vida. En cada entrenamiento, en realidad, porque en un partido todos dejan la vida, pero el entrenamiento hace que las cosas salgan bien. Hoy Brasil no es el número 1, para mí es Rusia. Las desventajas físicas contra los europeos son reales, pero se reemplazan con juego, con ideas, con sistemas. Rusia te da pocas chances y tenés que aprovecharlas. Nosotros maduramos y creo que estamos más cerca de los equipos más poderosos, tanto de Rusia como de Brasil.

-¿Hay un objetivo inicial?
-Pensar en qué puesto queremos terminar es difícil. Somos un equipo en construcción, y en un año mundialista. El trabajo que hicimos en la Liga Mundial fue muy intenso, pero nos esperan rivales difíciles, hay poco margen.

-¿Cómo calificás al Mundial 2010?
-Fue positivo, pero hoy soy distinto. En el Mundial anterior era más inconsciente. Hoy quiero ir al Mundial para dejar todo. Irse de un torneo importante con cosas adentro es terrible. Lo viví en los Juegos Olímpicos, en donde no pude ni supe expresarme jugando como quería y podía. Me fui muy frustrado. Este es un momento de construcción, con nuevo entrenador. Lo que me deseo y nos deseo es volvernos satisfechos porque dejamos todo.

-Qué autocrítica fuerte, especialmente porque en los Juegos los resultados fueron los esperables. Incluso mejoraron el 9º puesto del Mundial 2010.
-Pero no logramos, ninguno creo yo, jugar el vóley que podíamos jugar. Y esa es una frustración grande. Esperar tanto tiempo un sueño, porque era la primera olimpíada para todos, y quedarse con nada… Nos fuimos amargados. No jugamos bien, no disfrutamos adentro de la cancha ni disfrutamos el torneo. Deseo de todo corazón que eso no exista más, no quiero volver a vivir esa sensación porque fue muy duro, muy frustrante. Pensá que podíamos quedarnos hasta el final de los Juegos, pero apenas terminamos de jugar, yo me fui, no quería estar ahí, estaba muy amargado, muy triste. Ir y hacer agua fue muy duro. El resultado era el esperado en los papeles, terminamos entre los ocho primeros, pero podíamos hacer algo más. Perder con la cabeza alta o con la cabeza gacha es muy distinto. Yo me exigía a mí mismo un nivel muy alto, y me volví loco, porque quería ser Superman y ni siquiera fui Facundo Conte. Eso me mató.

-¿La Selección es irregular?
-Va y viene, sí. Creo en los momentos de los equipos, también. La regularidad depende del trabajo del equipo y de la madurez. Y de la edad, por más que muchos digan que sólo está en el documento: hay cosas que la experiencia te enseña, y las repeticiones te ayudan a ser más regular, prolijo.

Pausa. Momento de repasar los datos sobre su carrera. Facundo nació en 1989 y es receptor punta. En la Argentina, jugó en Rosario Sonder y GEBA. Entre 2007 y 2012, pasó por cinco clubes de Italia. Estuvo en el Dínamo Krasnodar de Rusia en la temporada 2012/13; y en el Skra Belchatow polaco desde entonces. Forma parte de la Selección Mayor desde 2008. Este año, fue vital para que el equipo consiguiera un gran récord de 8 triunfos y 4 derrotas en la Liga Mundial, principal competencia anual.Ahora sí, que siga hablando el protagonista.

“En mi carrera hubo muchas más cosas buenas que malas. Menos en Rusia, ahí sí la pasé mal. Por eso me fui a Polonia, donde los estadios están siempre llenos, la gente se vuelve loca. Yo no soy de los que dicen: ‘Voy, le pego a la pelota, hago lo mío y vuelvo a casa’. Me gusta divertirme, pasarla bien, disfrutarlo”.

-¿Cuántos idiomas aprendiste?
-Inglés, italiano, español... Y chamuyo un poco de portugués y de polaco. En Polonia siempre digo “ochivische”, que quiere decir “por supuesto”. Al principio, cada vez que me decían algo, yo decía “ochivische”, y todos se cagaban de risa porque sabían que no había entendido un pomo. Más allá del idioma, el desarraigo es muy difícil. Yo viví en Italia, en Rusia, en Polonia y en la Argentina, y además cambié mucho de ciudad en Italia, primero por mi viejo y después por mí. En familia la pasábamos bien porque nos movíamos todos juntos. Pero nunca lloré tanto en mi vida como cuando me fui en el 2007, sin ellos. Fue un momento muy duro. Me apoyé en el deporte, que es el apoyo más grande: estás yendo afuera, solo, a aburrirte, por ahí a pasarla mal con algunas cuestiones. Tenía 18 años, rendí las materias que debía y me fui a Italia. Desde ese momento estoy dando vueltas. Viajar me abrió la cabeza, hizo mucho a lo que soy, pero es difícil: nunca me fui de vacaciones con amigos, ni de viaje de egresados. Mis últimas vacaciones de verano fueron en 2005, y eso pesa.

-Ves fotos de tus amigos en la playa y vos estás en Polonia con 4 grados bajo cero…
-¿Cuatro? ¡Ojalá! En Polonia hace menos veinte, menos treinta. Es violento, y no me gusta el frío, me encanta el verano. Pero es la vida que elegí y vivo de lo que me gusta, eso es impagable. Cuando estuve un año sin jugar me di cuenta de lo afortunado que soy. Pero Buenos Aires es mi lugar en el mundo. Tener que irme siempre es muy doloroso.

-Estando lejos, ¿te preocupa la realidad social argentina? ¿Te informás?
-Yo no sé nada de nada. De política no sé nada, de fútbol no sé nada, no soy hincha de ningún equipo, de la televisión no sé nada. Vivo mucho en mi burbuja, me encanta mirar películas. Viajando tanto, perdés contacto con las cosas. Obviamente sé lo que pasa, pero vivo muy poco en la Argentina, vivo lo mejor del país y no entiendo cuando la gente se quiere ir, pero sé las dificultades que se viven. No opino porque no sé, y no me interesa mucho. Me quito ese peso de saber y opinar.

-¿Por qué la pasaste mal en Rusia?
-Lo más difícil es la vida cotidiana: ir al súper y saber qué estás comprando. Comprar condimentos, por ejemplo, es imposible. Estás con el celular y vas copiando letra por letra para traducir, porque encima en Rusia tienen otro alfabeto. Terminás la palabra y por ahí no es, y tenés que seguir buscando. El año en Rusia fue muy difícil, la gente no habla inglés, había sólo dos chicos en el plantel que hablaban inglés… Pero también fue lo que más me hizo crecer: entender la cultura de ellos para saber cómo comunicarme. Con los chicos polacos también me costó. Ellos son fríos en serio. Pasaron muchos meses hasta que fui a comer con alguno, hasta que me invitaron a la casa. Nuestra forma de ser, la de los sudamericanos, les da para que se relajen. Allá piden permiso para todo, pero al final me terminé divirtiendo mucho, así que creo que esta temporada que me queda en Polonia la voy a disfrutar mucho más. El año pasado la onda del grupo era muy buena y haber ganado el campeonato fue increíble. Tengo 30 mil seguidores en Twitter y la mitad deben ser polacos. Que allá sientan tanto cariño, que se sientan identificados, que me escriban cosas tan lindas, me llena. Por eso me fui a jugar ahí. Alguna vez quisiera volver a Italia o jugar en Brasil, por el clima y el idioma. Pero estoy contento donde estoy.

-¿Las relaciones de pareja se complican más al viajar tanto?
-Poder tener una relación íntima con alguien es muy difícil. Si yo vengo a la Argentina, por ejemplo, y conozco a alguien, sé que en tres meses me voy. ¡Y me voy durante nueve meses! No se sabe qué puede pasar: por ahí es el amor de tu vida o por ahí no. Es complicado distinguir situaciones, poder compartir tiempo. Por suerte ahora están las redes sociales, pero no reemplazan a tocar a la otra persona, a vivir ciertas cosas. En el deporte, además, no existe lo personal: tenés que dejar los problemas afuera del gimnasio porque, si no, después en la cancha se ve. A mí me pasa al revés: el deporte influye en mi vida personal. Si estoy pasando un mal momento, entrenar me salva.


Confía en Velasco
Luego de su complicada relación con Javier Weber, anterior entrenador de la Selección, Facundo se siente a gusto con Julio Velasco. “Lo más importante, lo que marca diferencia, es lo exigente que es Julio –resalta–. Todo lo que hacés, él quiere que lo hagas perfecto. No se conforma con que hagas el punto. ‘Está bien, hiciste el punto, pero tenías que hacer otra cosa’, te dice. Es muy meticuloso. A nosotros, y al cuerpo técnico, nos exige un montón. Es uno de los cambios más grandes respecto del proceso anterior. Si automatizás los movimientos, te puede salir una vez mal, pero una de diez. Y contra los equipos grandes necesitás fallar poco.Me gusta porque hace que yo mejore, y que el equipo mejore. Obviamente, hay momentos en los que estás caliente, te viene a decir algo y te querés matar. Se enoja porque quiere que las cosas salgan. Creo mucho en Julio”.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4449 (SEPTIEMBRE DE 2014)

domingo, 4 de enero de 2015

La última tentación de Federer

Por Martín Estévez

Se juegan las semifinales de la Copa Davis y el suizo, mejor tenista de la historia, intentará dar un paso fundamental para conseguir el trofeo que le falta: la ensaladera.

Ganó los cuatro Grand Slams, incluido Roland Garros, que se le había negado durante varios años. Llegó al puesto número 1 del ranking mundial y batió records de permanencia en la cima. Conquistó 79 torneos en su carrera, sobre todas las superficies posibles. Y hasta consiguió una medalla en los Juegos Olímpicos en Londres 2012. ¿Qué más podría pedir el suizo Roger Federer para seguir engrandeciendo su carrera, probablemente la más grandiosa para un deportista en la historia? El principal torneo por equipos del tenis mundial: la Copa Davis.

Suiza-Italia
Era muy difícil imaginar que Federer podría ganar la Copa alguna vez. No por sus limitaciones, que siempre fueron pocas, sino por las de su país: Suiza era una nación tenísticamente débil hasta su explosión. Había sido finalista en 1992, gracias a Marc Rosset y Jakob Hlasek, pero aquella vez cayó ante Estados Unidos. Ni antes ni después estuvo cerca del título. Federer debutó hace ya quince años, en 1999, con un triunfo ante el italiano Davide Sanguinetti, pero ese año Suiza fue eliminada por Bélgica. En 2000 cayó ante Australia. En 2001, Federer ganó los tres puntos ante Estados Unidos, pero el verdugo fue Francia en cuartos de final. Y las decepciones se fueron repitiendo.

Roger siguió sumando muchos triunfos (¡46!) y pocas derrotas (16, apenas 7 en singles), pero sus compatriotas no lo acompañaban. Repitió la hazaña de ganar los tres puntos de una serie (dos en singles y uno en dobles) ante Marruecos (2002), Francia (2003), Rumania (2004) y Serbia (2006), pero ante los mejores conjuntos, solo no podía. Desgastado, decidió dejar el equipo en 2010, y ese año Suiza descendió del Grupo Mundial a la zona europea. Roger volvió al rescate en 2011, y los suizos volvieron a la elite. Este año, por primera vez desde su debut, Federer consiguió un compañero fuerte: Stanislas Wawrinka, campeón del Abierto de Australia.

Pese a que en 2013 no había jugado la Copa y a que los 33 años le pesan en el cuerpo, decidió hacer un intento más en busca de la hazaña. Así, de la mano del dúo Federer-Wawrinka, Suiza derrotó 3-2 a Serbia en octavos de final y 3-2 a Kazajstán en cuartos. Ahora, en semifinales, llega el turno de enfrentar a Italia.

Los italianos, con Corrado Barazzutti como capitán, buscan su segundo título, ya que fueron campeones en 1976. Este año eliminaron a Argentina en Mar del Plata gracias a un notable trabajo de Fabio Fognini, que derrotó a Juan Mónaco en tres sets, luego ganó el dobles junto a Simone Bolelli y liquidó la serie con un triunfo en cuatro parciales ante Carlos Berlocq. Luego, los italianos recibieron a la Gran Bretaña de Andy Murray en la arcilla de Nápoles, y otra vez Fognini se puso el equipo al hombro: ganó dos singles (incluido un estridente 6-3, 6-3 y 6-4 sobre Murray) que fueron clave para el 3-2 final.

Federer-Wawrinka, entonces, recibirán en Geneva a Fognini y, muy probablemente, Andreas Seppi. Los suizos, especialmente porque se jugará sobre una superficie muy veloz, son favoritos.

Francia-República Checa
La otra semifinal la jugarán dos equipos muy poderosos. Francia, que fue campeón en 2001, y finalista en 2002 y 2010, recibirá a la República Checa, actual bicampeona y que también jugó la serie decisiva en 2009. Son viejos conocidos en la Davis: se han enfrentado en 14 ocasiones, con 7 triunfos para cada bando.

Los franceses buscan la cuarta Copa Davis de su historia liderados por Jo-Wilfried Tsonga y Gael Monfils, vitales para eliminar a Australia en los octavos de final y a Alemania en cuartos (3-2 en la ciudad de Nancy). Han elegido jugar la serie en el polvo de ladrillo de Roland Garros, más para limitar el poderío de sus rivales que para aumentar el propio. Además de dos singlistas de primer nivel, cuentan con una de las mejores parejas de dobles de la Copa: Julien Benneteau y Michael Llodra.

Radek Stepanek y Tomas Berdych serán los dos principales escollos que opondrán los checos. Jugando singles y dobles, ellos eliminaron a Holanda (3-2). Y luego, sin Berdych pero con ayuda de Lukas Rosol, la República Checa arrasó con Japón (5-0) para llegar a esta semifinal. En 2012 y 2013, Berdych y Stepanek jugaron todos los puntos de las finales, y en ambas el héroe fue el mismo: Stepanek, encargado de ganar el quinto punto ante España (2012) y Serbia (2013).

La presentación está hecha. La Copa Davis vivirá una instancia emocionante: las semifinales. ¿Fognini seguirá sumando triunfos épicos? ¿Francia volverá a ser finalista después de cuatro años? ¿La República Checa mantendrá su dominio de los últimos tiempos? ¿O será finalmente el año en el que Roger Federer consiga la única joya que le falta a su grandiosa corona? Entre el 12 y el 14 de septiembre comenzaremos a saber las respuestas.

 Buscando el Grupo Mundial
Además de las dos semifinales, entre el 12 y el 14 de septiembre se jugarán los ocho playoffs que determinarán qué países jugarán en el Grupo Mundial en 2015 y cuáles lo harán en sus respectivas zonas continentales. Entre esos 16 equipos, habrá tres sudamericanos decidiendo su destino.
Argentina, que viene de perder como local ante Italia, tendrá que visitar el conflictivo territorio de Israel, si es que finalmente no se muda la serie por el ataque israelí a Palestina. Federico Delbonis, Carlos Berlocq y Leonardo Mayer pelearán por ser singlistas ante Dudi Sela y Amir Weintraub, quienes le dieron a Israel un sorpresivo triunfo ante Eslovenia en la zona euroafricana.
Colombia también será visitante, pero ante Canadá. La ya histórica dupla Santiago Giraldo-Alejandro Falla dejó en el camino a República Dominicana en la zona americana y ahora se las verá ante los canadienses, que cayeron a este repechaje al ser derrotados por el Japón de Kei Nishikori; presentan a Vasek Pospisil como pieza fuerte.
Brasil también llega luego de atravesar la zona americana. Fue con un claro triunfo 3-1 ante Ecuador, gracias a dos triunfos de Rogerio Dutra Silva en singles. Ahora, los brasileños recibirán en la arcilla de San Pablo a la casi invencible España. Los demás choques serán India-Serbia, Estados Unidos-Eslovaquia, Australia-Uzbekistán, Holanda-Croacia y Ucrania-Bélgica.  

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV N°70 (SEPTIEMBRE DE 2014)

viernes, 2 de enero de 2015

Fútbol (1921-1922)

Selección de Paraguay que jugó el Sudamericano 1921
Liga rosarina 1921
Alumni de Casilda se suma a la Liga Rosarina. Celebra empatando 2-2 contra Provincial.

Copa de Honor 1921
Final: Banfield 2 Boca 1.

Amistosos 1921
Barcelona 1 Newcastle 4. En Barcelona.
Francia 2 (Devaquez, Boyer) Inglaterra 1 (Farnfield). 
Francia 0 Holanda 5.
Italia 2 Francia 1.

FA Cup 1921 (Inglaterra) 
Final: Tottenham Hotspurs 1 (Dimmock) Wolverhampton 0.

Figura de 1921

Julio Kunz, arquero de la selección de Brasil, era uno de los principales jugadores.

Sudamericano 1922

*“De los footballers argentinos, Pedro Calomino es el único que ha tomado parte en cuatro campeonatos sudamericanos” (El Gráfico N°137).
*Hubo incidentes y poco público. Uruguay perdió con Paraguay y renunció al torneo.

jueves, 1 de enero de 2015

Tenis (1921-1922)

Ana Lía Obarrio
Tenis en 1921

• William Laurentz es considerado "la figura del momento" a principios de 1921.


• Milagro inesperado: A. S. Botsford, joven estadounidense, derrota 6-2, 6-2 y 6-3 al veterano británico Ritchie.


• Suzanne Lenglen abandona un partido contra Mallory por un ataque de tos.


• Campeonato del Río de la Plata. Final. Sra. Catalina Mackenzie de Norris vence 6-2, 4-6 y 8-6 a Inés Anderson.

• Campeonato del Río de la Plata. Final masculina: Lionel Knight derrotó a Carlos Dumas.

• Campeonato Sudamericano. Semifinales: Chile 5 Uruguay 0; Argentina 5 Paraguay 0. Final: Argentina 4 Chile 1. Argentina campeón.

Tenis en 1922


• En Wimbledon deja de utilizarse el "challenger round", mediante el cual el campeón de la edición anterior se clasificaba automáticamente a la final.


• Campeonato francés bajo techo. Erik Tegner (Dinamarca) vence a Max Decugis 10-8, 2-6, 6-2 y 6-4.

• Bruselas, final femenina. Suzanne Lenglen (Francia) a Elizabeth Ryan (Estados Unidos) 6-3 y 6-2. 


• Hamburgo, final masculina. Fritzheim (Alemania) a Korhling (Hungría) 6-3, 6-4, 6-8 y 6-2.

• Campeonato del Río de la Plata. Final femenina: Sra. Catalina Mackenzie de Norris derrotó a Sra. Rendtorff.

• Campeonato del Río de la Plata. Final masculina: Lionel Knight derrotó a Arturo Hortal.

• Campeonato Sudamericano. Argentina campeón.


Bill Tilden en 1921

viernes, 26 de diciembre de 2014

Vicente De la Mata – Mil gambetas y un golazo

Por Martín Estévez

Capote fue una gloria de Independiente. Junto a Erico y Sastre brilló en un equipo que metió 115 tantos en un campeonato. Su función era recibir la pelota y hacer lo que sintiera: desbordar, encarar, asistir, definir. En 1939 hizo uno de los mejores goles del fútbol argentino.

“Tras un ataque de River, tomó la pelota el arquero nuestro, Fernando ‘Tarzán’ Bello. La tiró larga sobre mediacancha, como acostumbraba hacerlo, buscándome siempre a mí. La bajé justo en el círculo del mediocampo y giré sobre la izquierda. Allí dejé en el camino a Moreno. Sobre el sector del mediocampo de River hice lo mismo con Minella. Y de nuevo tuve encima a Moreno. Le amagué tocar hacia la derecha y me fui por la izquierda. En ningún momento descuidaba la posición que iba tomando Erico, porque mi idea era tocarle la pelota a Arsenio para buscar la posibilidad del gol. Cuando fui llegando a tres cuartos de cancha, en poco espacio dejé atrás primero a Vassini y luego a Santamaría, los dos zagueros de River. Y entré en el área. Otra vez amagué tocar hacia Erico y me abrí hacia la izquierda dejando atrás a Cuello. Pero ya tenía encima a Santamaría, al que tuve que eludir abriéndome un poco más y quedando en posición muy difícil para tirar al arco. Inclusive para poder pegarle con mi pierna hábil: la derecha. Como llegaba Erico por el medio, intenté pegarle con la izquierda hacia el medio. Sirni, el arquero de River, intuyó la maniobra y volcó su cuerpo hacia el centro. Yo le di con la de palo, y salió un tiro corto y débil que fue a meterse entre el poste derecho y el arquero. Los engañé a todos. ¡Incluso yo, que quise tirar centro!”.

Vicente de la Mata no contaba un sueño, sino el gol que le había hecho a River el 12/10/1939, considerado en aquel momento, y al menos hasta 1953, como el mejor de la historia del fútbol argentino.

De la Mata nació en Rosario, en 1918. “Comencé a jugar al fútbol cuando tenía 12 años –contó más de una vez–. Era entonces hincha de San Lorenzo, cosas de chico. Mis primeros clubes fueron Estudiantil Porteño y Central Córdoba”. Debutó oficialmente en 1935, a los 17 años, en la liga rosarina. Admiraba a un talentoso llamado Gabino Sosa, de quien llegó a ser compañero. “¡Qué maestro! Todas las mañanas iba a la cancha de Central Córdoba para mirar al negro Gabino. ‘Largala, pibe, largala que te van a lastimar’, me decía cuando jugábamos juntos”.

A los 18 años, recomendado por Gabino, lo convocaron para jugar con la Selección un Sudamericano que comenzó en diciembre y terminó en enero de 1937. De la Mata debutó en el tercer partido, un 1-0 ante Perú. “No muchos conocen el porqué de mi apodo: Capote. En el Sudamericano entré en el segundo tiempo contra Perú. En el equipo argentino actuaba Antonio Sastre, un crack sensacional. Cuando entré, se me acercó y me dijo: ‘Juntate conmigo que entre los dos vamos a hacer capote’. Y allí quedó grabado a fuego mi apodo”.

Jugó 45 minutos contra Uruguay y no volvió hasta el sexto partido, la final contra Brasil, en cancha de San Lorenzo. Años después, una crónica de El Gráfico recordó aquel partido: “Empezó a las diez de la noche y terminó a las dos y pico de la madrugada. Se produjeron cuantas incidencias pueden imaginarse, desde los roces más o menos recios hasta los tumultos indescriptibles. Hubo suspensiones, expulsiones, retiros, lesionados, agresiones”. El partido iba 0-0 cuando, a los 84 minutos, ingresó De la Mata, que en tiempo suplementario metió dos goles y le dio el título a la Selección. ¿Lo imaginan inmensamente feliz? Nada de eso. “Vine con 65 kilos y me voy con 62 –declaró después del torneo–. Cuando me sacaron con los uruguayos, me desmoralicé. Sudado, me quedé a ver el segundo tiempo. Me enfermé, no sé si de enfermedad o de amargura. Ahora hice los goles, pero yo quería jugar más, y no jugué”.

Días después, Independiente adquirió su pase. “Me compró en 27.500 pesos. Parece poca plata, pero era mucho. Yo entonces compraba un kilo de carne con cuarenta centavos y un litro de leche con cinco. Me daban 200 pesos por mes y 150 por partido. Además, cobraba un prima de 5000 pesos anuales. Con todo eso, mantenía a una hermana casada y su hijo, y todavía me sobraba plata”.

Su llegada a Independiente fue explosiva. En 1937 se jugaba con cinco delanteros y De la Mata era entreala (también llamado insider) derecho: se ubicaba entre el centrodelantero (Arsenio Erico) y el puntero derecho. Se cansó de asistir a Erico, goleador del campeonato durante tres años seguidos. Y al lado de ellos, como insider izquierdo, jugaba otro crack: Sastre. Aquel Independiente brilló: fue campeón en 1938, cuando batió el récord de goles en un torneo (115); y repitió el título en 1939. En esos dos años, De la Mata fue considerado el mejor futbolista de la Argentina. ¿Cómo era físicamente? “Morocho, peinado para atrás, de frente arrugada y ojos oscuros, bigote delgado y nariz ganchuda”, según el diario La Nación. La marcada raya al medio lo identificaba, al igual que sus quejas permanentes durante los partidos. ¿Cómo era futbolísticamente? Rápido, capaz de hacer quince o veinte gambetas en un mismo partido, y egoísta con la pelota. Asistía seguido, pero eran muchas más las veces que intentaba la jugada individual. A veces le salía, claro, como en aquel memorable gol a River. “Yo diría que a ese gol lo hizo famoso la gente –sugería–. No creo que fuera para tanto... Es más, en ese tiempo todos los goles tenían algo de golazo. Es que la calidad de los futbolistas producía goles de ese tipo. Para muchos fue el mejor gol de mi campaña, pero yo me quedo con los dos que le marqué a Brasil en el Sudamericano”.

De la Mata ganó un título más en el Rojo: el torneo de 1948. Durante algunos meses fue jugador y director técnico al mismo tiempo, pero no funcionó y dejó el club en 1950, luego de acumular 362 partidos y 152 goles. Es el segundo máximo goleador del club; primero está Erico y tercero, Sastre. Eso permite tener una idea de la importancia histórica de aquella delantera. “Capote se quita la roja –tituló El Gráfico–. El extraordinario delantero se ha desligado del club Independiente después de haberle prestado su inestimable concurso a lo largo de catorce temporadas. Ha sido uno de los más grandes gambeteadores del fútbol argentino”.

Siguió su carrera en Newell's, donde jugó 23 partidos y marcó un gol entre 1951 y 1952. En la Lepra integró un interesante equipo con futbolistas como Contini, Mardiza, Montaño y Ortiguela. En la Selección, totalizó 13 partidos, 6 goles, y ganó tres Sudamericanos.

“Rezongón como Alberto Lalín, habilísimo como Antonio Sastre y con el mismo amor por el fútbol que tuvieron los antes citados, Capote sigue jugando contra los años y las mataduras –contaba, a mediados de los años 50, el periodista Borocotó en El Gráfico–. Lo hace en su Central Córdoba, de donde salió luego de haber estado junto al payador de la redonda: Gabino Sosa. Interior de un lado o del otro; yendo a buscarla o siendo punta de lanza para el pique y el shot al arco; o extremo derecho si le pedían, ya que también enlazó un sudamericano desde esa punta, es El Gallego en sus pagos rosarinos y Capote para los rojos. En un momento de abundancia de valores como en 1939, Vicente de la Mata fue el mejor forward argentino, y dentro de todos los años brillantes suyos aquél es carta que no se emparda. Difícil jugar tanto; más, imposible. Capote fue extraordinario, aunque no haya olvidado sus rezongos y sus caprichos. Refunfuñando, toreando, iba a buscar al rival cada vez que entraba en posesión de la pelota y hasta sin ella también. Y era un pericón con relaciones y una de cortocircuitos en las canillas que metía miedo. Volvió a sus pagos, le pusieron una E de entrenador en el pecho, pero la redonda lo llamó como una novia querida... Capote arrancó la E y volvió a chairarla”.

Así lo definió Antonio Sastre: “Era muy habilidoso, extraordinario, pero un poco caprichosito para pasar la pelota. Ese gol famoso suyo contra River se da de vez en cuando. Se pasó a todos y el gol lo hizo bien a la izquierda, y hasta le salió el tiro del final, que era difícil, mientras el paraguayo Erico estaba esperando solo en el medio”. Hasta Alfredo Di Stéfano, cuando jugaba en España, lo mencionó como uno de los mejores jugadores que vio. En 1955, a los 37 años, colgó definitivamente los botines. Después fue director técnico de Central Córdoba, de Deportivo Morón y de Dock Sud, y trabajó en las divisiones inferiores de Independiente. Su hermano Francisco también se había destacado en las canchas: fue campeón con San Lorenzo en 1946.

Casado con María Alida, tuvieron una hija (llamada como su madre) y un hijo (llamado como él) que también jugó en Independiente y la Selección. “El fútbol de antes era mucho mejor, era extraordinario –decía Capote en 1965, cuando su hijo comenzaba su carrera–. Ahora, algunos directores técnicos lo complican”.

Mantuvo sus críticas negativas en 1979. “No voy más a las canchas. Se juega mal y no me quiero amargar. Antes, la gran diferencia estaba en que todos eran inteligentes para jugar; hoy no. Corren y la tiran larga. Salvo algunos, como Bochini, Alonso y Maradona”.

Murió poco después, el 4 de agosto de 1980. Daba una mano en su propia confitería, llamada Capote, y ya había dejado su único vicio, el cigarrillo, pero el cigarrillo le había dejado a él problemas demasiado serios en un pulmón. “Fumo dos atados por día cuando me acuesto a las diez de la noche, pero cuando voy a alguna fiesta ya pierdo la cuenta”, confesó en sus años de juventud. Se iba así el gambeteador vestido de rojo, el del golazo histórico, el que se inició y se retiró en Central Córdoba, el que a los que jugaban mal les decía “sifones”.

“Mi viejo era un tipo simple –lo recordó Vicente hijo en el año 2000–. A pesar de la plata que ganaba, no tenía casa propia, ni auto. Para ir a la cancha se tomaba el 12 hasta el puente de Barracas y de ahí se iba caminando”. Hoy, una platea del estadio de Independiente lleva su nombre. El estadio de un club cuyos hinchas cantaron durante catorce años una canción que sirvió como homenaje a uno de los mejores futbolistas que vistieron su camiseta: “¿Adónde va la gente? ¡A ver a don Vicente! ¿Adónde va la gente? ¡A ver a don Vicente!”.


Ficha
Nombre completo: Vicente de la Mata.
Nacimiento: 15 de enero de 1918 en Rosario, Santa Fe.
Trayectoria: Central Córdoba de Rosario (1935-1936), Independiente (1937-1950), Newell's Old Boys (1951-1952) y Central Córdoba (1953-1955).
Partidos en Primera: 385. Goles: 153.
Títulos en AFA:  Campeonatos de 1938, 1939 y 1948, con Independiente. Sudamericanos 1937, 1945 y 1946, con la Selección.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4449 (SEPTIEMBRE DE 2014)

martes, 23 de diciembre de 2014

US Open - ¿Final repetida?

Por Martín Estévez

Nadal y Djokovic dominaron el circuito en 2013 y definieron el US Open. ¿Sucederá lo mismo este año en Nueva York?

Desde el 25 de agosto hasta el 8 de septiembre se jugará en Nueva York el US Open, cuarto y último Grand Slam de la temporada. En 2013, los grandes favoritos a ganarlo eran Rafael Nadal y Novak Djokovic, y ambos llegaron a la final. Este año, nuevamente, el español y el serbio son los candidatos al título. ¿Alguien podrá sorprender y entrometerse en el partido decisivo?

Lo que sucedió en 2013
Nadal y Djokovic se hubieran comido absolutamente todas las mejores porciones de la torta del tenis masculino si no hubiera sido por Andy Murray. Rafa ganó dos Grand Slams y Nole, uno. En cuanto a los Masters 1000, Nadal sumó cinco y Djokovic, tres. Y, casi como un hobbie, acumularon otros seis títulos entre los dos, incluyendo el de las relevantes ATP World Tour Finals: definieron entre ellos y se impuso Novak.

El que logró cortar la polarización fue el escocés Murray, que jugando el mejor tenis de su vida celebró en Wimbledon (en el partido decisivo se impuso, qué sorpresa, a Djokovic) y en el Masters 1000 de Miami. En conclusión, entre Rafa y Novak ganaron 12 de los 14 principales torneos de la temporada, conquistando sin problemas los dos primeros puestos del ranking mundial.

Lo que sucedió en 2014
Aunque la temporada aún está en pleno desarrollo (al cierre de esta edición se disputaba Wimbledon), ya es posible comenzar a esbozar un balance de los sucesos. Y ese balance dice que los dominadores han sido los mismos, pero esta vez acompañados por la sorprendente explosión de Stanislas Wawrinka.

Repasemos los logros de Nadal: finalista en el Abierto de Australia y campeón en Roland Garros por novena vez, además festejó en el Masters 1000 de Madrid y fue subcampeón en Miami y Roma. Como si fuera poco, sumó otros dos torneos de menor consideración: Doha y Río de Janeiro. Su porcentaje de triunfos en superficies duras (como la del US Open) es muy alto durante esta temporada: 87%.

Djokovic, por su parte, perdió aquella final de Roland Garros ante el español y levantó los trofeos de Indian Wells, Miami y Roma. Aunque su temporada está siendo muy buena, aún no alcanza los niveles superlativos de las anteriores. Claro que sobre canchas rápidas es el mejor del año: cosechó un notable 91% de triunfos.

Wawrinka se entrometió al ganarle el Abierto de Australia (su primer título de Grand Slam) a Nadal y, no conforme con eso, se quedó con el Masters 1000 de Monte-Carlo en duelo suizo ante Roger Federer.

Los enemigos
Los antecedentes y la lógica indican que Nadal y Djokovic volverán a definir el US Open, pero ya sabemos que en el deporte lo imprevisible está siempre a la vuelta de la esquina. ¿Quiénes son los que pueden romper los pronósticos y avanzar hasta la gran final?

Ya hablamos de Wawrinka, que a los 29 años realizó la mejor temporada de su vida, aunque será difícil que pueda repetir la hazaña de Australia. Los rivales lo tienen cada vez más estudiado y su nivel está un escalón debajo que a principios de año.

Kei Nishikori fue el único, además de Rafa, Novak, Stanislas y Federer, que llegó a la final de un torneo de los más importantes: lo logró en Madrid, cuando cayó por lesión ante Nadal. El japonés de 24 años tuvo por fin su temporada consagratoria (ganó el ATP 500 de Barcelona) y será protagonista del circuito en lo que resta de la década.

Tomas Berdych y Grigor Dimitrov también brillaron en 2014. El checo (28 años) obtuvo el ATP 500 de Rotterdam y fue finalista en Dubai, ambos sobre cemento; y el ultraprometedor búlgaro, de apenas 23 años, festejó en otro ATP 500, el de Acapulco (cemento), y también en dos torneos más pequeños, Bucarest (arcilla) y Queen’s (césped). Verdaderamente, es un tenista que se adapta muy bien a todas las superficies. Cuidado con él.

¿Algún peligro más para Nadal y Djokovic? Sí, tres más. El canadiense Milos Raonic, que hizo sufrir a Nadal en el cemento de Miami y perdió ajustadamente; el croata Marin Cilic, que está fuera de los 25 mejores del ranking pero que en cemento derrotó a Dimitrov, Tsonga y Murray; y ganó títulos en Zagreb y Delray Beach. Y, claro, Roger Federer. El suizo tuvo otra “floja” temporada: finalista en Brisbane, Indian Wells y Monte-Carlo, semifinales en Australia, ganador en Copa Davis, campeón en Dubai (sacó a Djokovic en semifinales) y en Halle, llegó a los 79 títulos en su carrera y a los 957 triunfos. Eterno candidato.

Los sudamericanos
Con la presencia del argentino Juan Martín Del Potro en duda por lesión, las esperanzas sudamericanas en el torneo serán los colombianos Santiago Giraldo y Alejandro Falla, y los argentinos Federico Delbonis, Carlos Berlocq y Leonardo Mayer. 

Giraldo alcanzó este año su mejor posición en el ranking (34º) y fue finalista en Barcelona. Falla ganó los Challengers (torneos de segundo nivel) de Noumea y Bucaramanga, y fue subcampeón en Halle. Delbonis obtuvo el ATP de San Pablo y alcanzó la final en Niza. A Berlocq le cuesta mucho en cemento: 33% de eficacia en su carrera. A Mayer también (40%), pero sobre superficies lentas tuvo un gran año y fue finalista en Viña del Mar.

En 2013, Nadal y Djokovic dominaron el tenis masculino y llegaron a la final. Todavía no lo dijimos, pero aquella vez, en el Madison Square Garden, Rafa se impuso 6-2, 3-6, 6-4 y 6-1. En 2014 viene sucediendo algo similar, pero la última palabra todavía no está dicha.

SIN CANDIDATAS DE HIERRO
El circuito femenino ha mostrado una mayor distribución de títulos a lo largo de la temporada. Los siete principales torneos jugados hasta el cierre de esta edición se los dividieron entre cinco jugadoras: la rusa Maria Sharapova (Roland Garros y Madrid), la  china Na Li (Abierto de Australia), la estadounidense Serena Williams (Miami y Roma), la italiana Flavia Pennetta (Indian Wells) y la rumana Simona Halep (Qatar). Ellas, junto a la polaca Agnieszka Radwanska y a la checa Petra Kvitova, pelearán punto a punto por quedarse con el último Grand Slam de la temporada. Un dato más: atención a la ascendente canadiense Eugenie Bouchard, de apenas 20 años: será una de las grandes jugadoras de 2015.

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº69 (AGOSTO DE 2014)

lunes, 22 de diciembre de 2014

Alfredo Di Stéfano – Hasta siempre

Por Martín Estévez

Uno de los mejores jugadores de la historia, y máximo goleador argentino de todos los tiempos, murió el 7 de julio. Héroe del Real Madrid, campeón con River y la Selección, lo recordamos con datos, detalles y frases memorables. Honrarlo será obligación de los que amamos el fútbol.

El 7 de julio de 2014 murió Alfredo Esteban Di Stéfano. Murió en un planeta habitado por personas que, en un 99,9% de los casos, jamás lo vieron hacer lo que mejor hacía: jugar al fútbol. Un planeta que, sin embargo, lo respetó, lo aplaudió, lo abrazó. La forma que encontramos en El Gráfico para homenajearlo fue zambullirnos en nuestro archivo para rescatar detalles y declaraciones de la Saeta Rubia.

Su apellido italiano proviene de su abuelo Miguel, que llegó a la Argentina desde Nápoles. Su papá Alfredo y su mamá Eulalia (oriunda de Balcarce) lo vieron nacer el 4 de julio de 1926. Las frases que citamos, a menos que puntualicemos su autor, serán de Di Stéfano. “Era un chico normal, feliz. Fui el mayor de tres hermanos, una familia de campesinos. Gente obrera, humilde. Nací en Barracas. Los grandes edificios no habían llegado para comerse a los potreros. Mi padre había nacido en La Boca, frente a la cancha. Era consignatario de cereales, y estábamos muy bien: no faltaba la comida. El jugaba bien al fútbol, estuvo en River, pero no pudo seguir porque se lesionó, así que terminó jugando un tiempo en Boca”.

Hizo seis años de escuela primaria y tres de bachillerato. Su primer equipo de barrio se llamó Unidos y Venceremos. “En esa época se dejaba que los chicos disfrutaran del fútbol en la calle. La policía no decía nada, y no transitaban coches, sólo carros. Además de jugar, sembraba maíz, patata, trigo. Conocí el trabajo del campo, la obligación. Volvía con las manos callosas”. Admiraba a Erico, delantero paraguayo de Independiente: “Arsenio ha sido el mejor jugador que vi en mi vida”.

Luego de un paso por Sportivo Barracas, a los 15 años se probó y quedó en River. Debutó a los 17, en 1943, durante un amistoso contra San Lorenzo. Y oficialmente el 15 de julio de 1945. Pero en la siguiente temporada lo prestaron a Huracán (25 partidos y 10 goles). Volvió a River y brilló entre 1947 y 1949: ganó el título local del 47 y también el Sudamericano de ese año con la Selección. Una famosa huelga terminó con varios futbolistas argentinos yéndose a Colombia, entre ellos Di Stéfano, contratado por Millonarios. Como prueba de su nivel, un texto publicado por la prensa colombiana tras el triunfo 3-2 ante Deportivo Caldas: “Di Stéfano brilló como una verdadera estrella del fútbol continental, y brilló no solamente por su condición de dominador de la bola, sino que también por la genial concepción de las jugadas y su manera de contribuir a su realización”.

En Colombia jugó entre 1949 y 1953: ganó tres ligas. En el medio, se casó con Sara (1950, en Buenos Aires), con quien tuvo seis hijos: Nanette, Silvana, Alfredo, Elena, Ignacio y Sofía. Terminado su contrato en Colombia, la FIFA lo miraba mal por su desprolija salida de River, pero la solución llegó con pesetas españolas. “Don Raimundo Saporta, presidente del Real Madrid, fue a Colombia y adquirió una opción a mi transferencia. A la vez, el Barcelona compró parte de mi pase a River, que me consideraba de su pertenencia. Parecía un callejón sin salida. Las autoridades españolas decidieron que jugara en los dos equipos, en temporadas alternadas. Por suerte, semanas después, Barcelona le vendió al Madrid su opción”. En los Merengues vivió los mejores años de su carrera. Entre 1953 y 1964 ganó ocho ligas españolas, cinco Copas de Europa y una Intercontinental, entre otros títulos. Y se consagró como el mejor jugador del fútbol europeo hasta ese momento.

“Se pretende hacer un fútbol-robot, disciplinario, frío, burocrático –decía en 1959–. ¿Cómo definiría al ‘cerrojo’ defensivo que está de moda? Con un anuncio que dijera así: se necesita gente fuerte, capaz de agarrar al contrario y de arrojar balones a más de doscientos metros”. Y también contaba sus gustos artísticos: “Entre cine y teatro, prefiero el teatro: comedias modernas, zarzuelas, sainetes. De literatura, prefiero las biografías y los relatos de viaje y de guerra. Mi libro favorito es el Martín Fierro: es la vida, la pampa, te dice todo lo que has pasado y vas a pasar”. Reconocía que, cada tanto, fumaba: “Poca bebida: mate, sidra, cerveza. Tabaco, poco: casi siempre negro”. Y mostraba desinterés social: “No me preocupo de guerra ni de política. ¡El mundo no se acaba! Si te empezás a preocupar por todo lo que puede suceder, te volvés loco”.

Se nacionalizó y debutó en la selección de España en 1957: ”Fue en Madrid, ante Holanda, y ganamos 5-1. Marqué tres goles y me salió todo redondo. Lo único que lamento es no haber jugado un Mundial. La emigración a Colombia lo impidió en 1950. Para Suecia 58, a pesar de tener un equipazo, no clasificamos. Y en Chile 62 una lesión me impidió jugar”.

En 1957 y 1959 ganó el Balón de Oro al mejor jugador de Europa. “Recibo veinte cartas por día –contaba en esa época–. Las del exterior proceden principalmente de Alemania, Francia y los países nórdicos, como Dinamarca y Suecia. A veces me piden solamente una foto autografiada, y siempre cuido que esos pedidos sean complacidos”. No se imaginaba como director técnico: “El puesto de entrenador es muy traicionero; si consigue ganar un campeonato, todos se lo agradecerán y las demás instituciones le ofrecerán buenos contratos. Pero si algo sale mal, recibe siempre los palos y los reproches, aunque no sea el culpable del desastre. Además, tiene que mantener buenas relaciones con todo el mundo, sonreír a toda hora, como una máscara de propaganda”.

“Di Stéfano, el hombre al que se decía demasiado viejo, ha batido solo al Reims”, escribió el Paris-Presse tras la final de la Copa de Europa de 1959: fue 2-0 con un gol suyo.

Jugó dos veces contra Argentina. En 1960 perdió 2-0, en cancha de River; y luego ganó 2-0 en España, con un gol propio. Sí: Di Stéfano le hizo un gol (de los 23 que marcó con la camiseta española) a la Selección Argentina.

Luego de su era de gloria, el Real Madrid lo dejó ir y él decidió jugar en el Español de Barcelona. Fue en 1964, cuando ya tenía 38 años. Ahí no pudo brillar. “Es un equipo que no se puede permitir el lujo de retrasarme en el campo con la idea de que organice el juego: he tenido que jugar adelantado y eso, lógicamente, lo he acusado”, explicó en 1965. Ese año, tuvo un partido difícil: ante Levante falló un penal y... “La pelota estaba en juego y un directivo saltó al campo. Me acerqué, porque había un jugador en el suelo, y él me insultó duramente. Me indignó tanto que me tratara así, que le tiré un tortazo y, si le cojo bien, le arranco la cabeza”. Tras el partido, algunos medios españoles hablaron del ‘ocaso de un dios’. Se retiró del fútbol el 3 de abril de 1966, con derrota 0-2 ante el Atlético de Madrid.

Ya en 1979, El Gráfico hizo una nota preguntándose quién fue mejor, si Di Stéfano o Pelé. “Lo vi jugar a los 20 años –recordó Humberto Maschio–. El se destacaba por su gran velocidad. Picaba siempre tomando las espaldas de los marcadores para recibir los pases en profundidad. Después lo enfrenté con el Inter. Hacía de todo: desde gritar, mandar, hasta convertirse en hombre de arranque, fabricante de paredes e inteligente sustituto en los relevos”. “Di Stéfano era más jugador de toda la cancha que Pelé –afirmó el inglés Bobby Charlton–. Era un  creador. Y el que crea tiene que saber lo que el otro necesita”. Pelé comenzó con elogios: “En un Santos-Real Madrid, llegábamos con un invicto de veinte partidos y ese día el Real nos ganó 5 a 3. Di Stéfano tenía un juego parecido al de Labruna, al que yo siempre admiré. Era casi completo. Rápido, inteligente, organizador del equipo”. Pero hizo la gran Pelé y le bajó el pulgar: “Tenía una sola desventaja: no pateaba con la izquierda”. Años después, Helenio Herrera, famoso técnico, eligió: “Di Stéfano ha sido el mejor de todos los tiempos. Se decía que Pelé era al mismo tiempo director y primer violinista de una orquesta; bueno, Di Stéfano era toda la orquesta junta y cada uno de sus partidos era un concierto que nos extasiaba”.

Finalmente, Di Stéfano se animó a ser entrenador. En 1969, fue campeón con aquel Boca de Meléndez, Marzolini, Madurga y Rojitas. “Tuvo un sabor especial porque fue mi primer título desde afuera. ¿Se acuerdan de las concentraciones en La Candela? Todavía tengo grabado cuando veíamos los viernes el partido adelantado por televisión. Y siempre, al empezar el segundo tiempo, nos comíamos una bandeja con dos kilos de masas finas y brindábamos con champán por el triunfo del domingo”.

También fue campeón como DT del Valencia en la temporada 1970/71. Y pasó por Elche, Rayo Vallecano, Castellón y Sporting de Lisboa: “El presidente del Sporting quería que el equipo jugara todos los días. Tenía programada una excursión capaz de matar al más fuerte. Tampoco quería arreglar el contrato de Yazalde. ¡Me engañó como a un chico en varias cosas! Los jugadores volvían de las vacaciones cuando les parecía. Estuve casi un mes; no cobré ni una peseta”. Volvió al Valencia en 1979 y ganó la Recopa Europea, pero, tras una temporada, no le renovaron contrato. “El presidente me dijo que el motivo más importante era que muchos compañeros no estaban de acuerdo con las maneras de Alfredo –contó Mario Kempes, entonces jugador del Valencia–. Que nunca se le podía hablar con tranquilidad, que siempre estaba gritando y a veces se pasaba”.

Alfredo fue contratado por River en 1981, y se consagró como el único entrenador campeón con los Millonarios y con Boca. “Yo no creo en los equipos que con cuatro avances hacen tres goles. Eso es casualidad –contaba sobre su equipo y sobre el fútbol–. No me preocupa que Ramón Díaz se pierda goles. Yo también me perdí muchos goles en mi vida, y también metí muchos. Lo que me preocupa es que pique siempre en línea recta. De ese modo, denuncia la intención y queda muy fácil en offside”.

En marzo de 1982, después del título, pegó duro: “Los jugadores están agrandados. Son jóvenes, inexpertos y a algunos se les subieron los humos a la cabeza. Les falta ser más hombres”. Y antes del Mundial de ese año dijo algo que bien podría haberse aplicado al de 2014: “¿Alguien oyó hablar de algún Mundial en el que los alemanes no fueran temibles? Tienen un clima costero que los acostumbra desde chicos a pegarle a la pelota mojada y pesada, lo que les da un dominio muy especial”.

Luego volvió a España para dirigir al Real Madrid. “No soy nostálgico –decía–. Vivo la realidad, sé que la juventud pasa y, si podemos contarla como nosotros, pues debemos darnos por satisfechos, ¿no?”. Y, claro, hablaba sobre fútbol: “El jugador no nace; el jugador se hace de pequeño. Todo es práctica, como la del pianista. Si desde pequeño uno hace deporte y va perfeccionando sus expresiones corporales, adquiere esa destreza que luego aplicará como profesional (...) El mejor era Moreno, como trabajador de cancha. Y como estilista, Arsenio Erico (...) Hay que ser sencillo y no creerse que uno es el mejor. El mundo es muy grande y estuve incluido en su elite futbolística. Nada más (...) Antes había más lirismo. Había jugadores que brillaban por su propia calidad y habilidad, y lo hacían en aras del espectáculo, pero en menoscabo de su equipo (...) ¿Qué tuvo Di Stéfano que no tuviera Pelé? El color del pelo y de la piel. Pelé era un tipo pertrechado con todas las condiciones. Rápido, ágil, completo. Era excelente y sólo le faltaba resistencia”.

En 1985 retornó a Boca, pero no le fue bien. “No acostumbro recomendar jugadores –decía sobre las incorporaciones–. Después no faltaría quien dijera que recomendé un acomodado y que juega porque es mi amigo. Lo mejor es utilizar los jóvenes de las inferiores, así nadie dice nada”. En 1987 ascendió al Valencia a Primera División y su último trabajo como entrenador fue en Real Madrid, durante la temporada 1990/91. “No es necesario ser un genio para darse cuenta de que un equipo no puede tener once figuras. Necesita peones. Los jugadores inteligentes no sirven cuando sólo son inteligentes. ¡Piensan mucho! Están siempre desconfiados, desentendiéndose de los demás”.

Durante el Mundial 94 comenzaron sus problemas de salud. Sin embargo, se mostraba ácido y seguro cada vez que opinaba: “Al rumano Hagi lo conozco muy bien porque estuvo en el Real. Jugó dos temporadas y no hizo un solo partido como el que se mandó ante Colombia”; “Los colombianos se creyeron campeones mundiales antes de empezar, y eso es bravo. Cometieron el error de copiar lo malo de los argentinos, no lo bueno”; “Ronald Koeman es un armario blanco. En el Barcelona lo pasan siempre en velocidad y empieza con los codos…”; “Romario parece que anda en la luna, pero cuando la toca es gol”.

Vivió sus últimas dos décadas como presidente honorario del Real Madrid, dando entrevistas a medios de todo el mundo, recibiendo premios y envuelto en escándalos familiares que no tienen por qué ser mencionados en esta nota.

Hay material para cien páginas más, y ni así alcanzaría. Se murió Di Stéfano, máximo goleador argentino de todos los tiempos, uno de los grandes de la historia, leyenda del deporte. Honrarlo será obligación para los que amamos el fútbol. Hasta siempre, Alfredo.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4448 (AGOSTO DE 2014)

sábado, 20 de diciembre de 2014

Tour de France - ¿Comenzó una nueva etapa?

Chris Froome, ganador de la edición 2013
Por Martín Estévez

Aun rodeado de sospechas, el Tour de Francia 2013 terminó sin dopings positivos. El 5 de julio, sin el colombiano Nairo Quintana, se inicia la edición 101.

Hace un año, en las páginas de Access DirecTV, nos preparábamos para el Tour de France 2013, la principal competencia del mundo del ciclismo. Regado por permanentes sospechas de doping, el Tour encaraba su edición número 100 intentando limpiar su manchada trayectoria. Repasemos el pasado reciente de la competencia y preparémonos para el inminente Tour de France 2014.

Lo que dejó el Tour 2013
Según una encuesta realizada antes de la competencia, el 81% de los franceses no creía que la edición 2013 del Tour fuera a ser limpia; presuponían que existirían ciclistas dopados y otras trampas. En aquel momento, incluso, la Unión Ciclista Internacional (UCI) había admitido que el problema del doping la superaba y pidió ayuda a la Agencia Francesa Contra el Dopaje. Con esa neblina previa, la competencia arrancó con Alberto Contador, Bradley Wiggins, Chris Froome y Andy Schleck como favoritos.

El inglés Wiggins, siete veces medallista olímpico y ganador de la edición 2012, decidió no participar poco antes del inicio por una infección que había sufrido en el Giro de Italia. El luxemburgués Schleck volvió a mostrar la pálida imagen que había acumulado en los meses anteriores y terminó 20º. Y de los dos candidatos que quedaban, fue Froome, con el equipo Sky, quien se impuso con contundencia. El keniata nacionalizado inglés había finalizado en segundo lugar en 2011 y también en la Vuelta a España de ese año, con lo cual obtuvo en Francia su primer triunfo grande. Contador, de todos modos, mostró mucha consistencia y terminó en el cuarto puesto.

¿Quiénes ocuparon los restantes lugares del podio? Tercero fue el español Joaquim Rodríguez, que reforzó la buena imagen que venía mostrando. Pero la noticia para Sudamérica y para el mundo fue el hombre que finalizó en el segundo escalón: a los 24 años, el colombiano Nairo Quintana terminó a menos de cinco minutos de Froome en la general. Jamás un ciclista sudamericano había llegado tan alto en el Tour y fue apenas el segundo podio para la región.

Con respecto al doping, no existieron casos positivos en los análisis, pero ni siquiera así desaparecieron los fantasmas. El senador francés Jean-Jacques Lozach, miembro de la Comisión de Investigación de la cámara de dopaje, no descartó que Froome pudiera dar positivo por doping dentro de algunos años a través de análisis retrospectivos. Increíble.

Lo que promete el Tour 2014
Del 5 al 27 de julio (con descansos el 15 y el 21), la edición número 101 del Tour de France irrumpirá nuevamente, con o sin doping, con o sin sudamericanos en el podio. Porque, pese a todos los contratiempos, sigue siendo el principal evento del ciclismo internacional.

La carrera comenzará en Yorkshire y el pelotón de competidores recorrerá tres etapas en Inglaterra antes de ingresar a Francia. Como siempre, habrá novedades geográficas: volverá a competirse sobre empedrado (un tramo de 15 kilómetros), habrá mayor número de pasos montañosos que de costumbre y sólo existirá una etapa contrarreloj.

Entre los grandes favoritos aparecen, claro, Chris Froome y Alberto Contador, y esta vez podemos sumar otros tres nombres. El inglés Mark Cavendish (29 años) ganó tres etapas del Tour en 2012 y dos más en 2013, además de realizar una brillante labor en el Giro de Italia y consagrarse campeón del mundo en ruta en 2011. El alemán Marcel Kittel (26), genio del sprint, obtuvo reconocimiento en 2011 y alcanzó su pico de popularidad cuando se impuso en cuatro etapas del Tour 2013. Este año, además, triunfó en dos segmentos del Giro de Italia. Por último, el francés Thomas Voeckler (34). Campeón de ruta en Francia en 2004 y 2010, ganó una etapa del Tour en 2009, otra en 2010 y dos más en 2012. Y en el Tour 2011 lideró la competencia durante varios días pero se fue quedando en el final.

Por su parte, Joaquim Rodríguez, segundo en 2013, está en duda tras una fractura en el dedo pulgar izquierdo sufrida en el Giro de Italia que le demandó una operación. ¿Y los colombianos? Ellos merecen un espacio aparte.

Café sobre ruedas
Las ilusiones de Sudamérica en el Tour de France dependen de Colombia, que tuvo su primer competidor en 1983. Apenas un año después, un colombiano ganó dos etapas: fue Lucho Herrera, en Alpe d’Huez y Avoriaz. En 1985 repetiría en Saint Etienne, año en el que Fabio Parra triunfó en un segmento, con Herrera segundo, logrando el único 1-2 colombiano en la historia de la competencia. Parra volvió a festejar en 1987 y sorprendió en 1988, cuando finalizó en el tercer lugar del podio en el listado general, único para un sudamericano hasta 2013. Los triunfos en distintas etapas se fueron repitiendo en 1993 (Oliverio Rincón), 1994 (Nelson Rodríguez), 1996 (José Jaime “Chepe” González) y 2000 (Santiago Botero).

Ya en el siglo XXI, los logros se espaciaron en el tiempo. Félix “el Gato” Cárdenas fue líder de una etapa en 2001, Santiago Botero lo consiguió en 2002 (único que lo logró en contrarreloj) y recién en 2007 volvieron las alegrías, gracias a Mauricio Soler. Claro que nada se compara con el espectacular segundo puesto en la tabla general que consiguió Nairo Quintana en 2013, corriendo para el equipo Movistar.

“El Giro de Italia es perfecto para mí, pero el Tour de Francia es el Tour de Francia”, declaró Quintana en diciembre, dejando claro que no se quedaría conforme con lo ya hecho. “Está claro que igualar la temporada pasada será difícil –agregó-, pero tampoco es imposible. Si trabajo como hasta ahora, pienso que las cosas irán saliendo bien. El objetivo es lograr un podio en una de las grandes”. Este año redobló la apuesta, y en enero dijo ante la prensa: “Sabemos que tenemos que mejorar, trabajar mucho y hacer un gran equipo. La idea es trabajar para poder ganar el Tour, sea este año, en dos o en tres. Ahora ya no paso desapercibido. Soy uno de los candidatos, por lo que debo prepararme más fuerte”.

Sin embargo, por decisión del equipo Movistar (prefirió al español Alejandro Valverde), no estará presente en esta edición 2014, generando una gran desazón en el ambiente ciclístico sudamericano. “No ir al Tour es una pena para mí, es difícil, porque es una carrera que me lo ha dado casi todo. Pero sé que no voy porque debo seguir preparándome para, algún día, llegar con más seguridad”.

De este modo, las expectativas colombianas estarán centradas en Carlos Alberto Betancur, que a los 24 años  debutará representando al equipo Ag2r. “Ya es hora de afrontar el Tour –explicó-. Llevo dos Giros de Italia y llegó el momento de mirar hacia una carrera tan importante como ésta”.

Últimos ganadores
2013   Chris Froome (Inglaterra)
2012   Bradley Wiggins (Inglaterra)
2011   Cadel Evans (Australia)
2010   Andy Schleck (Luxemburgo)
2009  Alberto Contador (España)
2008  Carlos Sastre (España)
2007  Alberto Contador (España)
2006  Óscar Pereiro (España)

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV N°68 (JULIO DE 2014)