Los nuevos metegoles de diseño no se conforman con divertir: combinan materiales nobles, sofisticación, practicidad y un deleite estético que los convierten en verdaderas obras de arte.
A veces, los sueños que tenemos desde pequeños los cumplimos siendo grandes. ¿Quién no ha soñado, acaso, con su propio estadio de fútbol, con disfrutar una maravilla arquitectónica en casa? Los nuevos y cada vez más sofisticados metegoles de diseño son la respuesta a tantas plegarias.
Llamado ‘futbolito’ en México y Uruguay, ‘taca-taca’ en Chile o ‘biliardino’ en Italia, el metegol ha sido en las últimas décadas objeto de diversión para los niños y de adoración para los no tan niños. En algunos países, como Ecuador, es casi un deporte nacional: es extraño encontrar hogares en los que no haya uno.
Aunque existieron versiones previas en Alemania y Francia, el metegol fue patentado en 1937 por el español Alexandre de Fisterra. Herido durante la Guerra Civil de su país, vio en el hospital a niños lastimados en sus piernas e imaginó un modo de mantenerlos conectados con el fútbol. La diferencia más notable entre aquel primer ‘futbolín’ y los actuales es que los futbolistas de los viejos prototipos tenían las piernas separadas.
Actualmente, el metegol ha trascendido la función de pasatiempos para convertirse en un juego inmensamente popular que cuenta con competencias oficiales a nivel internacional. Y no solamente ha avanzado su fama: el aspecto de los nuevos prototipos es impactante. Se multiplican las versiones lujosas, diseñadas para ser adoradas por los fanáticos.
El Offside Coffee Table, por ejemplo, posee una fisonomía absolutamente alejada de lo habitual. Fabricado con roble sólido, cristal y acero inoxidable, este metegol tiene como base una mesa ratona recubierta por una tapa de vidrio e incluye un kit de limpieza para verlo siempre reluciente. El brillo del acero lo equipara con el aspecto de los grandes estadios del planeta. Sin embargo, su tamaño cómodo (93 cm de largo y 63 de ancho) es ideal para exponerlo en cualquier parte de la casa.
The Opus, producido en Inglaterra, combina diseño innovador y artesanía clásica. El objetivo es convertir cada pieza en una obra de arte. Por ello, los metegoles se fabrican a pedido del cliente: el aspecto de cada jugador puede personalizarse para asimilarlos al equipo del que eres aficionado… ¡o a tus amigos!
En cambio, 11: the Beautiful Game sobresale por un especial sistema de iluminación y su acabado cromado, que impacta a primera vista. Desde Alemania, en tanto, seduce el metegol Hi-Tech Football Table y su diseño moderno y colorido, que entre sus cualidades más avanzadas presenta pantalla LCD, marcador electrónico y lanzador automático de pelota. Por su parte, Toto Treme Terra, obra del brasileño Chelpa Ferro, incluye gran iluminación, mesa alternativa para apoyar objetos y un detalle tomado de las auténticas vivencias en los estadios de fútbol: permite programar sonidos que se emitirán durante el juego.
El más refinado modelo de metegol pertenece a la firma Vip-Kicker: fabricado con 150 mil cristales de la prestigiosa marca Swarovski trabajados en detalle (y cuyo color elige el comprador), posee textura perfecta y la mágica sensación de jugar con un balón, obviamente, de cristal. Claro que es sólo para coleccionistas: vale 135 mil dólares.
Ya no sólo se trata de jugar y anotar goles. Los metegoles son expresión artística, pieza de colección y motivo de deleite.
PUBLICADO EN AUDI MAGAZINE, DICIEMBRE DE 2009
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