Un campeonato, infinitas lágrimas
El título de 1908 desde una mirada muy particular. Banfield lo sabe: en el fútbol, como en la vida, las historias no siempre tienen final feliz.
Es el fin del mundo, al menos para Pablo. Cualquier hombre sensible lo entenderá: acaba de perder a la mujer de su vida. Pablo, ahogado y roto, siente gusto a muerte en los labios. Recién descubre que las lágrimas son infinitas. Si alguien se animase a ofrecerle el olvido, Pablo escupiría sobre esa posibilidad. Sólo le queda el recuerdo. Y toneladas de amor que no pudo dar.
Pablo tiene 22 años y hace ya ocho, en 1900, vivió una tarde feliz. Era un adolescente todavía. Amaba al fútbol. Amaba a ese Banfield que hacía ya ocho años había sido campeón. Después de aquel día memorable, su pasión creció. Banfield se convirtió realmente en parte de su vida. Esperaba cada match con ansias, sufría o disfrutaba cada resultado, pero siempre sentía esa maravillosa sensación de estar acompañado. Por Banfield, por sus goles, por sus amigos.
Pablo es calmo y silencioso. Siempre que le hablaron de la posibilidad de que “su” Banfield fuese otra vez campeón, dudaba. Ni siquiera se animaba a imaginar un momento tan contundente. No creía en que la felicidad plena fuese posible. A los 14 años había sido feliz, claro. Pero a los 22, después de ocho años en los que no hizo más que aumentar su cariño por Banfield, sería distinto. Sería tan consciente de ese momento que no sabría cómo soportarlo.
Los triunfos en el campeonato de Tercera División de 1908 llegaron con naturalidad. Fueron 17, más un empate, en los 18 matchs de la Sección A. Y una victoria por 1 a 0 sobre Independiente en semifinales, con tanto del gran Fernando Lavenas. La final, ante el segundo equipo de Independiente, parecía un trámite. Pero Pablo sabía que ese 29 de noviembre de 1908 tenía que estar allí para creerlo. Para ver realizado lo que soñó durante ocho años.
Sólo un día faltó para que Pablo se estrechara las manos con la felicidad plena. Maldito el 28 de noviembre en que la mujer más maravillosa del Universo le dijo adiós. Pablo fue incapaz de reproches: ante todo, la amaba. Pablo le regaló en la despedida las palabras más hermosas que había aprendido. Y segundos después de ese último beso en la mejilla, Pablo murió. Aunque quizás nunca lo sepa.
Sin embargo, Pablo está acá, presenciando la gran final. Aún aturdido, con un dinosaurio en la garganta, está acá. Cuando, a los 5 minutos, Julio Bertani anota el 1-0 para Banfield, todos festejan. Pablo, en silencio, agacha la cabeza y llora lágrimas de hombre. Lágrimas de quien comprende que la felicidad no es un momento, sino la búsqueda de una utopía junto a un ser amado. Claro: poco les importa eso a los 22 players que no paran de correr. Especialmente cuando, luego de 40 minutos de juego, el interminable Albert Burton cambia el resultado a 2 a 0. Pablo apenas puede ver el tanto a través de sus ojos empañados. Sabe que el campeonato, de algún modo, es también un logro suyo. Pero si la mujer que ama no comparte ese logro, no tiene valor.
No había mucho más para ver. Cerca del final del juego, el goleador Lavenas marca el 3 a 0 y, segundos después, Independiente se retira del campo de juego, indignado por los fallos arbitrales, pero más por la derrota. Banfield es campeón, sí. Pero nunca nada había sido tan distinto a como Pablo lo había imaginado. Está sentado y triste. No sabe qué hacer. Se para después de tres intentos, tratando de ocultar sus lágrimas. De pronto, Luis Molteni, back derecho de Banfield, lo abraza. Lo mira a los ojos y le dice: “Un hombre que llora solo es un hombre sinceramente enamorado. Créame que lo entiendo”. Sorprendido, Pablo ensaya una sonrisa que no llega a ningún puerto. Molteni sigue su camino, Banfield también. Incluso ella, la mujer más maravillosa del Universo. La sensación es rara, pero cualquier hombre sensible lo entendería: Banfield acaba de ser campeón, pero Pablo acaba de perder a la mujer de su vida.
Equipos y goleadores
Un repaso a las formaciones usuales de Banfield durante cada temporada.
En 1907: Giacomelli; Bottaro, N. Talliagory; Walker, Burton, G. Weiss; Fresson, E. Talliagory, Corera, A. García y Jack Strong. El que más jugó fue Amador García (13 partidos).
En 1908: Peterson; Molteni, Alberto Lavenas; Lean, Bertani, Jacobelli; Lloveras, A. García, Burton, Fernando Lavenas y Pedretti. Cuatro futbolistas jugaron los 19 partidos: Peterson, Alberto Lavenas, Bertani y Jacobelli. No se conocen los autores de todos los goles, pero tomando los datos existentes, el goleador del equipo campeón fue Fernando Lavenas, con 5 tantos.
Por último, en 1909: Peterson; Molteni, Burton; Lean, Bertani, Jacobelli; Fernando Lavenas, Lloveras, A. García, Carrera y Pedretti. Los que más jugaron fueron Peterson y Carrera. Y el propio Julio Carrera fue el máximo anotador, con 12 goles.
Paliza a River y más detalles
*Durante el período 1907-1909, Banfield anotó más de un equipo cada año (en distintas divisiones). Los datos que se reproducen son los del conjunto principal. En 1909, el segundo equipo de Banfield ganó la Copa Competencia El Diario.
*Los dos partidos ante Lanús de 1907 terminaron en empate: 1-1 y 0-0.
*El equipo campeón de 1908 se dio tres gustazos: goleó 9-0 a River, 10-0 a Racing y 3-0 al segundo equipo de Boca.
*En 1909, cuando la institución volvió a denominarse Banfield Athletic Club, jugó el primer partido en el exterior. Fue derrota 1-0 ante Libertad de Uruguay. Y le ganó a Lomas Athletic en el último enfrentamiento entre ambos: 4-0.
*El presidente durante estos tres años fue George Burton.
ESTADÍSTICAS DE BANFIELD 1907-1909 (1)
CAMPEONATO DE SEGUNDA DIVISIÓN 1907
Posición: 21º (de 30). PJ: 17. PG: 5. PE: 2. PP: 10. GF: 18. GC: 29. Puntos: 12.
CAMPEONATO DE TERCERA DIVISIÓN 1908
Posición: 1º (de 38). PJ: 20. PG: 19. PE: 1. PP: 0. GF: 85. GC: 7. Puntos: 39.
CAMPEONATO DE SEGUNDA DIVISIÓN 1909
Posición: 6º (de 37). PJ: 17. PG: 14. PE: 1. PP: 2. GF: 61. GC: 24. Puntos: 29.
Los datos: Sólo se toman en cuenta los partidos jugados por el primer equipo de Banfield. En 1907 ganó un partido y perdió dos por “no presentación”. En 1908 triunfó una vez por el mismo motivo.
(1) Fuente: “Un Pionero Llamado Banfield”, de Víctor Raffo y Alberto Yanés.
PUBLICADO EN SE JUEGA Nº10 (MARZO DE 2007)
No hay comentarios:
Publicar un comentario