Por Martín Estévez
Ya pasaron años desde sus
dos logros históricos, ganar el US Open y el Masters de Augusta, pero el Pato
sigue recorriendo el circuito en busca de más títulos. Opina sobre el nivel de
los argentinos, la aparición de McIlroy y el futuro de Tiger Woods, y confiesa:
“El 2012 fue un año duro para mí”.
Ángel Cabrera es uno de
los dos principales golfistas argentinos de la historia, al menos desde las
estadísticas. Roberto De Vicenzo, el otro gigante, ganó su torneo más
importante (el Abierto Británico) en 1967. Cabrera suma dos Majors: el US Open
2007 y el Masters de Augusta 2009. Eso lo transforma en una especie de héroe
contemporáneo, de prócer vivo. Cuando ya no juegue, su figura se mantendrá
vigente. Mientras juega, es difícil pensar en él sin pensar en eso, en que es
uno de los dos mejores golfistas argentinos de la historia; al punto que nadie
se animaría a criticar su temporada 2012 pese a que aún no consiguió títulos.
“Tuve un año... La verdad es que no fue un año bueno –reconoce Ángel–. Sufrí
lesiones que me llevaron a tener problemas con el swing. Fue un año duro para
mí. Espero terminar de la mejor manera, todavía quedan algunos torneos en la Argentina ”.
-¿Sentís presión por
ganar un título o ya disfrutás sin depender de los resultados?
-No, presión no. A veces
siento la obligación de hacer las cosas bien, pero este año no pude por las
lesiones. Eso me llevó a modificar un poco el swing y a hacer cosas a las que no
estaba acostumbrado. Pero presión, no.
-¿En qué consiste el
trabajo con el estadounidense Charlie Epps, tu entrenador?
-Lo único que hace es
ayudarme a practicar y, por ahí, enseñarme algunos métodos de entrenamiento. Me
ayuda a mejorar lo que ya tengo, pero las decisiones las tomo yo.
-¿Cómo estás
viviendo las primeras temporadas en las que compartís el circuito con tus
hijos, Federico (23 años) y Ángel (21)?
-Normal. Ellos tienen que
hacer su camino, practicar, hacer sus cosas. Yo lo único que hago es
aconsejarlos como padre.
-Entre 2007 y 2009, la
exposición mediática te molestaba. ¿Eso cambió?
-Me molestó en un
momento, pero después lo entendí. Es lógico que pasen esas cosas después de
ganar semejantes torneos. Me acostumbré y ahora lo tomo como algo natural.
-Además de los dos
Majors, ¿cuál fue el tercer torneo más importante de tu carrera?
-Fue muy importante haber
ganado el Abierto del Centro, en Córdoba, en las canchas donde nací y crecí. Y
también mi primer Abierto de la República. Esos torneos me marcaron. Y,
obviamente, el US Open y Augusta.
-¿Del saco verde por
ganar el Masters de Augusta te dejaron una réplica, al menos?
-No, no. Lo tuve un año
y, cuando volví a competir en Augusta, lo tuve que dejar ahí. Lo que sí me
dieron es el trofeo, una casa muy linda hecha a mano y con los nombres de los
jugadores que participaron esa semana.
A los 43 años, Cabrera ya
no es solamente jugador. También ocupa el cargo de vicepresidente de la PGA (Asociación de
Profesionales de Golf de Argentina), que celebró recientemente su 80°
aniversario y organizó el 75° Campeonato Argentino de Profesionales. En ese
nuevo desafío, reconoce, recién está dando los primeros pasos. “Me pusieron ahí
para ayudar, pero he tenido poco tiempo para juntarme. No he podido colaborar
mucho todavía, por mis obligaciones y los viajes”.
-¿En qué nivel está el
golf argentino, si es que se puede medir colectivamente?
-Está demostrado: en los
últimos cinco o seis años hemos tenido triunfos importantes en todos lados. En
Europa, en Estados Unidos, en Sudamérica. El golf argentino está muy bien,
solamente nos está faltando que los chicos que vienen ahora exploten. Son por
lo menos diez que están ahí, que se han pasado al profesionalismo y demostraron
en poco tiempo que pueden hacer cosas grandes. No quiero dar nombres para no
olvidarme de ninguno.
-Se viene el Abierto de la República (10 al 16 de
diciembre). ¿Qué te genera el torneo?
-Es un gran torneo, uno
de los mejores de Sudamérica. Tiene cosas muy buenas y otras para mejorar, pero
seguramente los dirigentes y la gente que lo organiza las van a hacer.
Preguntarle sobre los
temas de moda del golf internacional a Cabrera no es original, pero ¿qué
argentino tiene más autoridad que él para opinar? “Estados Unidos no va a
perder su lugar de predominancia –asegura–. Europa siempre ha tenido grandes
jugadores: Faldo, Ballesteros, Olazábal, Montgomery... Y está pasando un muy
buen momento, pero Estados Unidos no va a dejar de ser potencia“.
-¿Y Rory McIlroy? ¿Es el
surgimiento de uno de los mejores golfistas de la historia?
-Está claro que las
condiciones las tiene: es número 1
a los 21 años. Pero hay que esperar, el golf te llena de
sorpresas. Es un deporte en el que uno puede estar arriba y caerse; o estar en
el piso, levantarse y hacer cosas grandes. Vamos a ver qué pasa, el tiempo dirá.
-¿Tiger Woods puede
volver a su mejor nivel o será terrenal hasta el final de su carrera?
-No creo que vuelva a ser
el que fue. Pero, como decía, el golf está lleno de sorpresas. El tiene buena
mente, buen físico. Ya está más grande, pasaron tres o cuatro años, pero puede
volver a ganar torneos importantes.
Cabrera no proviene de
una familia de clase alta. Empezó en el golf como caddie y llegó a ser
profesional gracias a su esfuerzo y al de sus amigos. De hecho, una de sus
frases más conocidas la dijo al ganar su primer Major: “Si yo pude, cualquiera
puede hacerlo”.
-El golf es visto como un
deporte de elite. ¿Puede masificarse en la Argentina ?
-De Vicenzo, el Gato
Romero, Vicente Fernández, José Cóceres... Todos han empezado de caddies. Los
que dicen que es elitista es porque lo quieren mirar así. El golf va a ser cada
vez más popular en la
Argentina , porque hay un gran nivel de jugadores que van a
explotar y crecer en algún momento.
-Si lo peor de ser un
golfista exitoso fue la exposición que sufriste, ¿qué es lo mejor?
-Disfruto todo. Nunca voy
a poder devolverle al golf lo que me ha dado. Aunque haga obras de beneficencia
y trate de ayudar, nunca voy a poder. Disfruto de cada momento, porque el golf
es lo mejor que me pasó en la vida
PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4429 (DICIEMBRE DE 2012)
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