Comenzaron su primer año en la NBA siendo un
verdadero interrogante, pero terminaron destacándose. Les presentamos a los
mejores novatos de la temporada.
Para un basquetbolista,
el primer año en la NBA es un examen importantísimo. Aunque recién comience su
carrera profesional o tenga una larga trayectoria en otras ligas, atravesar una
temporada de 82 partidos contra los mejores del mundo evidencia su nivel, sus
aptitudes, su estado físico, su mentalidad. Es cierto que algunos jugadores se
han consolidado luego de varios años entre las estrellas, y otros han tenido un
gran debut y luego se diluyeron hasta caer en el olvido, pero en la gran
mayoría de los casos, la temporada como rookie (novato) ha sido un indicador
infalible. Los más talentosos son descubiertos rápidamente: Wilt Chamberlain
(1960), Kareem Abdul-Jabbar (1970), Larry Bird (1980), Michael Jordan (1985),
Shaquille O’Neal (1993), LeBron James (2004) y Kevin Durant (2008), por citar
algunos casos, ganaron en su primer año el premio al novato del año. ¿Quiénes
resultaron, entonces, las grandes apariciones de la temporada 2012/13?
Los bases
Damian Lillard fue uno de
los dos mejores rookies. Elegido Nº6 en el Draft (selección de menores de 23
años que hacen las franquicias antes del inicio de la liga), rápidamente se
puso al hombro a los Portland Trail-Blazers, un equipo por el que pocos
apostaban en la difícil Conferencia Oeste, pero que realizó una temporada
aceptable. Hábil y explosivo, Lillard es de los armadores que corren la cancha,
piensan rápido y tiran mucho: promedió casi 20 puntos por partido. Tal vez le
falte defensa ante bases agresivos como él, pero le sobra tiempo para mejorar.
Dion Waiters también cayó
en un equipo que necesitaba ayuda. Cleveland no es precisamente potencia en el
Este, y él no pudo hacer magia (quedaron lejos de los playoffs) pero aportó
mucho: cerca de 15 puntos por partido. Ahora, los Cavaliers deberán rodearlo
mejor para tener mayores chances el próximo año.
Un poco más le costó
lucirse a Bradley Beal (Nº3 en el Draft). En Washington, por momentos, tuvo que
jugar para él mismo. Inteligente tácticamente, la impotencia muchas veces lo
llevó a una mala selección de tiros. En un equipo más fuerte podría delegar
responsabilidades y potenciar sus virtudes.
Otros bases que, sin
brillar, cumplieron un buen papel en su primer año fueron el ruso Alexey Shved
(cerca de 10 puntos y 4 asistencias por juego en Minnesota), Kendal Marshall
(pocos pero rendidores minutos en Phoenix) y el argentino Pablo Prigioni, que
se convirtió en el jugador que debutó en la NBA con mayor edad (35 años) y
mostró la sobriedad con la que se había destacado en España.
Los quemarredes
Entre los aleros, Maurice
Harkless sobresalió por su doble función. Como tirador, cumplió: 7 puntos por
partido y alta efectividad en dobles (más del 45%). Pero además aprovechó su altura
(2,03m) para jugar más cerca del canasto cuando Orlando lo necesitó. Aunque los
Magic perdieron muy seguido, él ganó confianza para la próxima temporada.
A quien sí lo acompañó su
equipo fue a Harrison Barnes. New Jersey peleó arriba en el Oeste y a él le
otorgaron la titularidad desde el salto inicial de la liga. Promedió más de 25
minutos y pocas veces decepcionó. De personalidad fría, si consigue soltarse y
ganar intensidad será una estrella.
Con menos protagonismo,
Chris Copeland también estuvo entre los mejores. Llegó a un equipo armado y
decidido a pelear por el título de la Conferencia Este, los New York Knicks, y
tuvo que ganarse cada instante en cancha. Los hizo rendir al máximo: promedió
más de un punto cada dos minutos, y hasta mostró eficacia desde la línea de
tres.
Otros aleros rendidores
en su debut fueron Kyle Singler (titular en Detroit), Jae Crowder (aunque había
sido elegido por Dallas en la segunda ronda del Draft, dejó buena imagen) y
Michael Kidd-Gilchrist (las lesiones opacaron un poco su rendimiento en
Charlotte).
Los gigantes
Si Lillard fue una de las
dos grandes apariciones en la NBA, la otra fue Anthony Davis. De brillante paso
por el básquet universitario, había sido parte del plantel de Estados Unidos
que ganó la medalla de oro en Londres 2012. Además, fue elegido por New Orleans
en el primer lugar del Draft: tenía toda la presión sobre los 208 centímetros
de su cuerpo. La soportó con grandeza: luchó con coraje en la llave (8 rebotes
por juego) e intimidó por su agresividad ofensiva (promedió 13 puntos). Por
momentos le costó defender a los pivotes más dominantes, pero fue sólo un
detalle dentro de un año magistral.
Dos lituanos aterrizaron
con fuerza en la NBA. Donatas Motiejunas, con estadísticas humildes: poco más
de 10 minutos por juego en los fuertes Houston Rockets. Jonas Valanciunas, de
apenas 21 años, hizo más ruido. Sus 2,11 metros lo ayudaron a recolectar casi 8
puntos y 6 rebotes por partido en Toronto, que de todos modos no accedió a los
playoffs.
Otro con buenos minutos
en un equipo a la deriva fue Andre Drummond, que lidió con el bajo nivel de
Detroit. De físico imponente, le faltó rebeldía para intentar lo imposible
cuando las cosas no funcionaban, pero su primer paso en la principal liga del
mundo fue positivo. Otros ala pivotes y pivotes que probablemente tengan una
interesante estadía en la NBA son Andrew Nicholson (Orlando), Tyler Zeller
(Cleveland), Jared Sullinger (Boston) y Meyers Leonard (Portland).
La mayoría tuvo que
luchar en equipos de bajo poderío y ya están eliminados, pero algunos siguen su
marcha en los playoffs. ¿Logrará alguno alzarse con el título de la NBA en su
primera temporada?
PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº54 (MAYO DE 2013)
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