Paul Annacone y Roger Federer |
Por Martín Estévez
Los
entrenadores logran poco reconocimiento fuera del ambiente del tenis. ¿Son
imprescindibles o apenas un detalle? ¿Cuál es su trabajo? ¿Quiénes entrenan a
los mejores? Aquí, las respuestas.
Cuando alguien menciona a los entrenadores de
tenis, lo primero que se nos ocurre es comparar su influencia con los del
fútbol, los del básquet o los del handball. Y, como pocas veces sucede en el
universo, la conclusión aparece concreta y casi unánime: su influencia es mucho
menor. Quienes dirigen a un equipo pueden quitar y poner jugadores, armar el
conjunto en relación a la formación rival, cambiar de nombres en medio del
partido. El entrenador de tenis, en cambio, realiza un sutil trabajo de hormiga
intentando mejorar a su único jugador con detalles mínimos, intentando acertar
con la táctica para el partido siguiente; táctica que, si la diferencia de
nivel entre uno y otro es grande, no influye en casi nada. Sin embargo, la gran
mayoría de los tenistas sigue necesitando y eligiendo con mucho cuidado el
nombre de su coach. Eso demuestra que el trabajo de los entrenadores, aunque
poco visible, no es menor.
El trabajo del coach
Es necesario diferenciar las tareas del entrenador
teniendo en cuenta las diferentes etapas en la vida de un tenista. En niveles
infantiles y juveniles, su labor es vital para formar técnicamente al jugador.
Existen movimientos, golpes y ejercicios que a un novato le llevaría meses
descubrir y mejorar, mientras que, gracias a su experiencia acumulada, el coach
puede acelerar notablemente ese aprendizaje. Cuando decimos que la influencia
de los entrenadores es relativamente poca, nos referimos al nivel profesional,
al momento en que un jugador ya ha alcanzado cierto equilibrio en su nivel.
Martín Jaite, capitán del equipo argentino de Copa
Davis, ha sido entrenador de grandes jugadores. En la actualidad, debe
conversar en los cambios de lado con tenistas de la talla de David Nalbandian,
Juan Mónaco o Juan Martín Del Potro. Entrevistado por Access DirecTV, nos
cuenta detalles de su trabajo: “Es difícil saber cuándo tenés que decirles algo
y cuándo tenés que quedarte callado. De alguna manera tenés que descubrir si el
jugador está permeable o no a tus palabras. Y a veces te equivocás, claro que
te equivocás. Pensás que está permeable y está tan impermeable que ni te
escucha. Tenés que ir midiéndolos, ser un poquito psicólogo”.
Jaite, que como
jugador llegó a ser Nº10 del ranking mundial, recuerda qué sentía cuando estaba
del lado de adentro de los courts: “Había veces en las que necesitaba que el
entrenador me dijera algo, y a veces no quería ni escucharle el tono de la voz.
A los jugadores les debe pasar lo mismo conmigo. Pero cuando siento que tengo
que decir algo puntual, se los digo. Les guste o no les guste, me escuchen o no me
escuchen”.
Enseñar a los maestros
Roger Federer es el mejor tenista de la historia. Y
muchos de sus años de gloria los vivió sin entrenador. Él decidía las tácticas
en los partidos y qué tipo de entrenamiento realizar; apenas pedía ayuda a su
preparador físico, Pierre Paganini. ¿Eso significa que los entrenadores son
innecesarios? Claro que no. De hecho, el genial Roger ha tenido varios: Peter
Carter (murió en un accidente), Peter Lindgren, José Higueras, Tony Roche y
Darren Cahill. Y ahora trabaja con Paul Annacone, estadounidense de 50 años que
fue Nº12 del ranking y se destacó como doblista. Antes, Annacone había
entrenado a Pete Sampras y Tim Henman. ¿Qué se puede mejorar en un genio como
Federer? “Pocas cosas, pero importantes. Trabajamos para que maneje cada vez
mejor su game de saque y para que pueda leer estratégicamente cada partido”,
explica.
Al español Rafael Nadal lo ha entrenado desde
siempre su tío Toni, quien lejos estuvo de ser un gran tenista; de hecho,
estudió historia en la universidad. De carácter fuerte, se anima a decirle a su
sobrino muchas cosas que otros entrenadores, por una cuestión de distancia, no
se animarían a decir. “Cuando él era pequeño –recuerda Toni Nadal- me buscaba
con la mirada para saber si había hecho bien cada movimiento. Ahora me sigue
mirando, pero es diferente. Cuando está en la pista se siente solo y le va bien
que alguien le dé apoyo”.
Toni cree que su trabajo debe centrarse en el aspecto
mental: “No creo en los psicólogos. Sí para temas importantes, pero me parece exagerado
que porque uno pierda un partido de tenis le busques un psicólogo. Está claro
que la función del entrenador es dirigir mentalmente”.
¿Y Novak Djokovic? A Nole lo entrena desde hace
mucho tiempo Marian Vajda, eslovaco y Nº34 del ranking en 1987. Durante un
tiempo, Djokovic sumó otro entrenador, Todd Martin, pero volvió a trabajar
únicamente con Vajda, quien revela el secreto de su pupilo para alcanzar el
liderazgo del ranking: “Él necesitaba un golpe de derecha más rápido y potente
para atacar con fuerza los reveses de Nadal, de Federer, de Murray. Novak intuye
los golpes y alcanza casi todos los tiros, pero necesitaba más musculatura en
las piernas y en el torso”.
Andy Murray, por su parte, trabajó con el español
Alex Corretja para mejorar su adaptación a las superficies lentas, pero tiempo
después lo reemplazó Ivan Lendl (ex Nº1 y ganador de ocho Grand Slams), con
quien sus resultados mejoraron notablemente.
Algunos entrenadores prestigiosos están sueltos,
como el estadounidense Larry Stefanki, que colaboró con estrellas como John
McEnroe, Yevgeny Kafelnikov, Andy Roddick, Marcelo Ríos y Fernando González.
Ellos están esperando una oferta seductora para volver a demostrar que su
trabajo, aunque sea casi invisible, puede ser fundamental.
Tenis femenino - ¿Quién entrena a las mejores?
Lamentablemente, en un mundo que lucha por terminar
con la injusta supremacía masculina en todos los ámbitos, los entrenadores de
las principales tenistas son hombres. La lista es contundente. A Maria
Sharapova la entrenan su papá Yuri y Thomas Hogstedt (N°38 en 1983). A Victoria
Azarenka, Sam Sumyk. A Agnieszka Radwanska, Tomasz Wiktorowski. A Sara Errani,
Pablo Lozano. A Caroline Wozniacki, su papá Piotr. Sin embargo, queda una
esperanza para la lucha feminista: a Venus Williams la entrena Esther Lee, una
preparadora física que poco a poco fue ganando espacio en el día a día de la
mayor de las hermanas Williams.
PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº56 (JULIO DE 2013)
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