Por Martín Estévez
El nuevo proyecto de los
Novillo Astrada, La
Aguada-Las Monjitas , ganó la 48ª edición del Abierto del
Jockey Club.
La familia Novillo
Astrada se multiplica y un solo cuarteto ya quedaba chico para tantos polistas
de buen nivel. Por eso, durante esta temporada, al clásico equipo de La Aguada (campeón de la Triple Corona en
2003) se le sumó un hermano menor: La Aguada-Las Monjitas.
Su debut en el alto hándicap fue prometedor: se consagró campeón del Abierto
del Jockey Club.
La 48ª edición del torneo
contó con nuevo formato. En lugar de cuatro equipos, fueron siete los conjuntos
participantes. La acción comenzó el 12 de septiembre, con el triunfo 12-9 de
Indios Chapaleufú II sobre Las Praderas en cuartos de final. Un día después, se
jugaron los dos partidos restantes de esa fase inicial. Y hubo sorpresa: La Vanguardia , uno de los
dos equipos con más bajo hándicap, superó 14-13 a Magual, potente conjunto
de 30 goles que, finalmente, se destaparía en el Clasificatorio.
Sin embargo,
en el Jockey, las piezas no estaban del todo aceitadas, y La Vanguardia , con Diego
Araya como figura, logró un triunfo muy festejado. Inmediatamente después, se
enfrentaron el de más alto hándicap (Chapa Uno, 34 goles) con otro de los más
bajos, Sauveterre (28). Pero el equipo de Marcos y Bautista Heguy se tomó muy
en serio el partido y el único 10 goles del torneo, David Stirling, hizo la
diferencia. Chapa Uno se impuso 11-8 y Sauveterre se despidió rápidamente.
Cuatro por un título
La primera semifinal se
jugó el 15 de septiembre. Era el debut de La Aguada-Las Monjitas ,
que había accedido directamente a esta instancia, ante un Indios Chapaleufú II
entonado, a tal punto que se llevó el primer chukker. El equipo de los Novillo
Astrada lentamente revirtió la situación y trabajó el partido en los períodos
siguientes hasta quedar con un 11-9 tranquilizador antes del chukker final.
Pero Eduardo Heguy les dio tres cachetazos (hizo 6 en total) y puso a Chapa II
al frente. La
Aguada-Las Monjitas pasó su peor momento en el torneo. Cuando
se vio acorralado, reaccionó con firmeza, empatando y luego ganando sobre el
cierre. Triunfo 13-12 y digna despedida para Indios Chapaleufú II.
Un día después, el
domingo 16, se definió el otro finalista. Y Chapa Uno no le dio esperanzas a La Vanguardia desde el
inicio mismo, con un áspero 4-1 en el primer parcial. Bautista Heguy acertaba
desde todos los sectores de la cancha (terminó con 5 goles) y la ventaja se
estiró a 6-2. El mejor momento de La Vanguardia fue el cuarto chukker, en el que ganó
2-0 y achicó el global a 4-6, pero Chapa Uno volvió a tomar el control del
partido y cerró el resultado sin sufrimientos: 10-7.
El domingo 23, entonces,
no hubo invitados inesperados. En la final se cruzaron los dos equipos de mayor
valorización. 34 goles por un lado, 33 por el otro. La Aguada-Las Monjitas
tomó ventaja al principio, cuando el encuentro era cerrado y con pocos lujos.
Llegó al final del tercer parcial con el resultado 4-2 a su favor, siempre con
Eduardo Novillo en buen nivel, pero nunca consiguió despegarse del todo.
Ingresó al chukker final sosteniendo la misma diferencia (9-7) y, con Chapa Uno
lanzado al ataque en busca del empate, se sucedieron los goles. La Aguada-Las Monjitas
no perdió su efectividad y terminó imponiéndose 11-9. El premio Gonzalo Tanoira
para el mejor jugador de la final lo recibió Eduardo Novillo Astrada; mientras
que el premio Miguel Pando al jugador que se destacó por su juego limpio fue
para Marcos Heguy.
Primer gran festejo para La Aguada-Las Monjitas ,
que recién comenzaba una temporada alta llena de desafíos tan grandes como
Hurlingham y el Argentino Abierto. La familia Novillo Astrada se multiplicó, y
los triunfos, al menos en el Abierto del Jockey Club, también.
PUBLICADO EN EL GRÁFICO POLO Nº329 (NOVIEMBRE DE
2012)
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