Cuando el tenis amanecía en la Argentina, él fue un gran precursor. Julián Ganzábal, nacido el 25 de agosto de 1946, comenzó a jugar a los 9 años, cuando su padre compró una casa con cancha de tenis. A los 10, era 5° en el ranking nacional de juveniles. A los 20, el mejor del país.
Entre 1965 y 1970 nadie lo superó. Inamovible en la Davis, está entre los que más triunfos lograron (15, con 9 derrotas). “Una vez falté a una final para llegar entero a la Copa”, contó. Pero los números no describen a su prodigiosa derecha manejando la raqueta a voluntad; ni que jamás perdió su grandeza en la derrota. Porque Guillermo Vilas lo relegó al segundo lugar en el ranking argentino y en la consideración general en el ’71. Y, cuando se sumó Ricardo Cano en el ’75, Ganzábal empezó la curva descendente de una carrera destacada, que finalizó en 1981.
Su mejor ranking ATP fue 68°, en 1976. Claro que fue creado en 1972, junto al ATP Tour: allí, totalizó 112 partidos (ganó 48). Luego entrenó a su hermano Alejandro y jugó en Veteranos. Su día imborrable: el triunfo en Gstaad ’69 ante el australiano Fred Stolle, ganador de Roland Garros en 1965 y el US Open en 1966: 4-6, 6-3 y 6-1. Imborrable, como su temprana pasión por el tenis.
PUBLICADO EN ‘EL GRAN TENIS ARGENTINO’, SEPTIEMBRE DE 2005
Entre 1965 y 1970 nadie lo superó. Inamovible en la Davis, está entre los que más triunfos lograron (15, con 9 derrotas). “Una vez falté a una final para llegar entero a la Copa”, contó. Pero los números no describen a su prodigiosa derecha manejando la raqueta a voluntad; ni que jamás perdió su grandeza en la derrota. Porque Guillermo Vilas lo relegó al segundo lugar en el ranking argentino y en la consideración general en el ’71. Y, cuando se sumó Ricardo Cano en el ’75, Ganzábal empezó la curva descendente de una carrera destacada, que finalizó en 1981.
Su mejor ranking ATP fue 68°, en 1976. Claro que fue creado en 1972, junto al ATP Tour: allí, totalizó 112 partidos (ganó 48). Luego entrenó a su hermano Alejandro y jugó en Veteranos. Su día imborrable: el triunfo en Gstaad ’69 ante el australiano Fred Stolle, ganador de Roland Garros en 1965 y el US Open en 1966: 4-6, 6-3 y 6-1. Imborrable, como su temprana pasión por el tenis.
PUBLICADO EN ‘EL GRAN TENIS ARGENTINO’, SEPTIEMBRE DE 2005