martes, 22 de abril de 2008

Héctor Cattaruzza, el hombre de los mil deportes

Natación, taekwondo, saltos ornamentales, básquetbol, fútbol, atletismo, boxeo, golf, waterpolo. Por todos estos deportes pasó Héctor Américo Cattaruzza. Ganó un torneo de esgrima, representó a la selección de natación en Brasil y, aunque prefería el béisbol, se dedicó al tenis por su nivel y porque le encantaba viajar.
Comenzó a jugar en 1918 y, pese a su juventud, participó de los Juegos Olímpicos de París 1924. Dos años después, integró el equipo que consiguió la primera victoria en Copa Davis: 3-2 ante Hungría.
Simpático y charlatán, nunca dejó sus múltiples actividades, al punto que en 1928 participó de los Juegos Olímpicos de Amsterdam en tenis y del Sudamericano de waterpolo. Eran épocas en que animaba cada año el Abierto Ciudad de Buenos Aires y el de la República. "Hay que tener cuidado con los aduladores. Por lo general son exitistas y, además, no saben mucho de tenis", decía.
Dominó los torneos nacionales en 1937 y 1938, y compitió con el brasieño Alcides Procopio por la vanguardia de Sudamérica. Jugaron la final del Abierto de la República de 1937: Cattaruzza cayó 9-11, 0-6, 6-3, 6-1 y 6-3, pero terminaron festejando juntos. Era el mismo deporte, sí. Pero era otro tenis.
En la Davis, lo desafectaron del equipo que permanecía en Londres para enfrentar a Inglaterra: se escapó de la concentración para participar de un torneo de tango. Admirador del norteamericano Bill Tilden, jugaba con pantalones cortos (entonces se usaban largos) y poseía un tenis instintivo, de poca especulación y mucho espectáculo. Su huella puede encontrarse en el escenario... de cualquier deporte.
PUBLICADO EN 'EL GRAN TENIS ARGENTINO', SEPTIEMBRE DE 2005

miércoles, 16 de abril de 2008

San Antonio busca la final y Ginóbili, la gloria


¿Por qué resulta tan relevante la actuación de Ginóbili en la final del Oeste de la NBA? Aunque Manu ha jugado bien en muchos partidos, que muestre un gran nivel ante Phoenix tiene un valor especial. Anoche se jugaba el tercer partido de una serie que San Antonio gana 2-0 y en la que el argentino tiene mucho que ver.
Para tomar conciencia de esa relevancia, se debe comprender el contexto: la NBA se diferencia de los torneos que se definen por suma de puntos o partidos ganados. La fase regular tiene una extensión de 82 partidos y se utiliza para descartar a los equipos más débiles (clasifican 16 de los 30) y ordenar a los mejores para la siguiente fase, los playoffs.
“Empieza el verdadero torneo”, dicen los expertos ante el comienzo de esa fase. Entonces, todo se potencia. Errores y aciertos. Derrotas y triunfos. Los playoffs son la instancia en que se distingue a un jugador rendidor (que sirvió a su equipo para lograr una buena posición en la fase regular) de un gran jugador (el que aparece en partidos que definen clasificar o quedar eliminado).
Sin dudas, Ginóbili ha demostrado ser rendidor para San Antonio. Realizó una temporada excelente para un jugador de tercer año (16 puntos; 4,4 rebotes; y 4 asistencias por partido) y recibió elogios de propios y extraños. Pero en los playoffs debía revalidar el título de gran jugador que se ganó en la Selección y en Europa. Vaya si lo está haciendo…
Sus 21,8 puntos y 4,2 asistencias en 13 partidos demostraron la fortaleza que posee en los momentos clave. Y ante Phoenix (el equipo con mejor récord en la fase regular) su promedio de puntos trepó a 23. El entrenador de los Spurs, Gregg Popovich, le ha confiado en varias ocasiones la responsabilidad de tener en sus manos la pelota definitoria de un partido, aun con Tim Duncan (uno de los mejores jugadores del mundo) en la cancha.
Si a todos esos detalles se suma el prestigio del rival (Phoenix tuvo al jugador más valioso de la fase regular, Steve Nash) queda al descubierto por qué estos partidos valen más que cualquier otro. San Antonio y Phoenix, los dos candidatos, están jugando una final anticipada; y Ginóbili está siendo decisivo en ella.
Anoche, en el SBC Center, los Spurs intentaban quedar a un paso de la final (ganaron 121-114 y 111-108 en los dos primeros), aunque la ilusión de Phoenix se veía acrecentada por el retorno del escolta Joe Johnson tras una lesión. El cuarto partido se juega esta noche, nuevamente en San Antonio. En la Conferencia Este, Detroit recibe a Miami por el tercer partido de la final, que está empatada en uno. Al ganador quizá lo esperen Manu y compañía.


LOS NÚMEROS
3 equipos en la historia de la NBA ganaron una serie luego de perder los dos primeros partidos jugando de locales. El último, Dallas, lo consiguió este año ante Houston.

43 partidos ganó San Antonio como local en esta temporada. En el SBC Center, perdió sólo 4 de los 47 encuentros y posee la mayor eficacia (91% de victorias) en esa condición.

QUÉ SE DIJO
Gregg Popovich (entrenador de San Antonio): “Espero que a mis jugadores no los intimide la presión del público. Debemos jugar con la intensidad que tuvimos en Phoenix y hacer prevalecer nuestro juego”.

Joe Johnson (escolta de Phoenix): “Tony Parker nos lastimó seguido con lanzamientos en flotación desde la línea. Si lo marco bien, quizá no tome tantos tiros fáciles”.

Mike D’Antoni (entrenador de Phoenix): “Sabemos que estamos en un hoyo y dejaremos todo en el tercer partido. El retorno de Joe Johnson es importante para nosotros: puede quebrar la defensa de los Spurs”.

PUBLICADO EN CLARÍN, MAYO DE 2005

Nota de abril de 2008: San Antonio ganaría el tercer juego por 102-92 y luego se llevaría la serie por 4-1. Se consagró campeón tras derrotar a Detroit por 4-3 en la final. Emanuel Ginóbili promedió 20,8 puntos y 5,8 rebotes en sus 23 partidos de playoffs.

lunes, 7 de abril de 2008

Fénix cumplió su sueño de campeón y es de la C

Venció por penales a Liniers en una final infartante. Vuelve a la C después de 27 años de ausencia y varios intentos frustrados por conseguir su objetivo. Se impuso en los penales 4-3 y festejó.

Si un equipo merecía ascender en el fútbol argentino, era Fénix. Derrotó en una final infartante a Liniers y después de 27 años de ausencia, y de 8 temporadas de quedar a sólo un paso, vuelve a Primera C.
Fundado el 26 de abril de 1948, en un bar de Palermo, el Club Atlético Fénix no vivió rodeado de gloria. No tiene cancha propia, por ejemplo. Pero su trayectoria está marcada por el tesón, por el sufrimiento, por el esfuerzo. Gracias a ello vivió ayer el día más feliz de su historia.
Su nombre fue puesto en honor al ave mitológica que resurge de sus cenizas. Nació y vive como un equipo de fútbol: los momentos más importantes de Fénix siempre rodaron junto a una pelota. Se afilió a la AFA en 1959 y en 1963, por una reestructuración, ascendió a Primera C (había sido 2º en el torneo). En 1965 perdió la final por el ascenso a la B ante Almirante Brown. Y, en 1978, descendió a la D.
Quedó desafiliado en las temporadas 91/92 y 97/98. Fue su peor momento. Entonces se produjeron dos sucesos clave: se creó un equipo competitivo mediante el polémico gerenciamiento y llegó Sebastián Neuspiller (suma 180 goles en el club y varios récords). Estuvo ocho temporadas al borde de ascender: perdió el Apertura 98 y el Clausura 2002 en la última fecha; fue eliminado en semifinales cuatro veces; ganó el Clausura 2000 (único título hasta ayer) y la primera final, pero perdió el ascenso; cayó en la definición de la temporada pasada con Barracas Bolívar: 4-3 en tiempo suplementario...
Parecía que la maldición seguiría ayer, tras jugar mejor, empatar 0-0 en los 120 minutos (la ida, 1-1) y definir por penales. Pero, al fin, el destino le sonrió y se llevó la serie por 4-3. Y el título. Y el ascenso. Y la alegría de un Fénix que, por constancia, por coraje y por garra, merecía este ascenso. Más que nadie.

PUBLICADO EN CLARÍN, MAYO DE 2005

miércoles, 2 de abril de 2008

Héroes por un día

Antonio Giosa, tapa de El Gráfico

Mientras realizábamos el libro en conmemoración del centenario de Estudiantes de La Plata que publicaría el diario Clarín, junto a Sebastián Fernández, Maximiliano Llorens y Fernando Guida, con Daniel Guiñazú como editor, noté que la historia de Estudiantes no sólo estaba conformada por sus más notables ídolos, sino también por aquellos tipos que (lo sabe cualquiera que sea hincha de un club) dejaron una buena imagen y se fueron aplaudidos alguna vez. Y que de alguna manera había que darles su lugar, un modo de representación. Entonces insistí con esta idea: además de las grandes entrevistas y artículos, generar un sitio, pequeño, moderado, para futbolistas que no aparecerían nunca en la tapa de un libro de Estudiantes, pero que seguramente muchos hinchas recuerdan con cariño. Un poco a las corridas, como se pudo, fuimos sumando entrevistas a aquellos que, alguna vez, en Estudiantes, fueron héroes por un día...

Este artículo incluye material inédito: las declaraciones de Antonio Giosa, Antonio Ruggeri, Aníbal Bogliotti, Abel Coria, Juan Carlos Cepeda, Enrique Figueroa y Fabricio Simone.


Antonio Giosa

“El día que más recuerdo es un clásico contra Gimnasia. Íbamos 0 a 0. Córner de Pellegrina y yo cabeceé al gol, al suelo, sobre la hora. Fue una cosa que superaba a todo, porque la gente de Gimnasia ya estaba festejando el empate. También recuerdo goles que le hice a Boca y a otros equipos. En los partidos importantes a uno empezaban a fallarle las piernas, pero se ponía más de lo habitual para equilibrar. Estaba orgulloso de formar parte de un equipo de figuras, como Pelegrina, Infante, Ogando, Violini, gente muy buena".

Antonio Ruggeri
"Son muchos mis recuerdos, porque estuve entre 1952 y 1960. Por ejemplo, el primer gol contra Boca, en el '53, cuando ganamos 1 a 0. Fue un foul que me cometieron. Llegó el centro, salta Musimessi, queda boyando y yo la empujo. Me guardo lo mejor de Estudiantes, en todo sentido. Los dirigentes eran muy buenos. Y también recuerdo el día que se vino abajo la tribuna de Gimnasia. No sabíamos qué pasaba, porque estaba de espaldas a nosotros y nos quedamos paralizados. A mí me preguntan de qué equipo soy, y digo de Estudiantes".

Perfecto Rodríguez
"Tengo grandes recuerdos de Estudiantes, especialmente un triunfo sobre Boca en La Plata, en 1957. Ganamos 3 a 1 e hice un lindo gol, el tercero. Fue luego de una gran jugada entre Antonio e Infante, me la tocaron y lo dejé parado a Musimessi con la definición. Durante los cuatro años que estuve hubo muy buenos equipos en el club, tuvimos muchas alegrías".

Juan Falcón
"En Estudiantes, hice un gol el día que debuté. Fue ante Boca, en el campeonato de 1957, por la 16a fecha. ¿La jugada? Un centro de Koroch para mí, que le pego con la punta del pie y la clavo contra un palo de Musimessi. Ganamos 3 a 1, en uno de mis pocos partidos en el club, porque después me fui al fútbol chileno".

Rubén Carriquiri
"El partido más recordado por mí se jugó en Rosario, contra Central. Si bien perdimos, en el diario 'El Día' de La Plata me calificaron con 10 puntos. Fue la primera vez que otorgaron el máximo puntaje. Otro encuentro que no olvido fue ante Racing, cuando quedamos con siete jugadores y el 'Beto' Infante tuvo que ir al arco. Jugamos bien, pero nos ganaron 2 a 1. Una gran alegría es que en mis 116 partidos en el club no me hayan expulsado ni una vez. El fútbol, y Estudiantes, me dieron amigos y muchas cosas más".

Rubén Bedogni
"Tuve la alegría de haber hecho el primer gol en la historia de los Torneos Metropolitanos. Fue en 1967, en la primera fecha ante Huracán, a los 12 minutos. Conigliaro lanzó un tiro de esquina y la peiné al segundo palo. Ese día ganamos 2-1 y también metí el segundo. El Banco Metropolitano me dio 50 mil pesos por haber hecho aquel primer gol. Hubo muchas alegrías más: haber formado parte de 'la Tercera que mata', el día que firmé mi primer contrato, el campeonato mundial... Me acuerdo que Bilardo y Pachamé eran nuestro ejemplo. Llegaban a los entrenamientos con los guardapolvos puestos y nos daban libros".

Aníbal Bogliotti
"Debuté en el Nacional 1971, en la 9ª fecha, por la huelga de jugadores que había entonces. Estudiantes no había conseguido victorias en los ocho primeros partidos y esa noche, ante Colón en Santa Fe, metí dos goles y ganamos 5 a 3. En el primero, me dieron un pase largo, gané con un pique veloz y definí por arriba del arquero. El segundo fue de cabeza, entre dos defensores, tras un buen centro. En total jugué apenas 3 partidos, uno como suplente, y metí 3 goles. Tuve un problema en los riñones que me dejó 45 días sin entrenar y se me hizo muy difícil volver. Pero haber jugado en Estudiantes es un recuerdo bárbaro".

Juan Carlos Cepeda y el gol que nunca fue
Cualquiera que revise los archivos periodísticos descubrirá que a Juan Carlos Cepeda se le atribuye su único gol en Estudiantes en el partido debut, ante Colón, en el Nacional 1971. Sin embargo, ante la consulta sobre cómo recordaba esa noche, sorprendió: "El gol no lo hice yo. Así estuvo consignado en los medios, pero en realidad lo hizo un compañero. Sin embargo, como no hice otro gol en el club, quedé como goleador aunque no tuve la suerte de meter un tanto aquella vez".

Enrique Figueroa
“Recuerdo el día de mí debut como el más especial: fue ante Independiente, ganamos 3 a 0 y yo convertí los dos primeros goles. No era titular, pero para ese partido a Carlos Bilardo le faltaba un nueve y me llevó a mí. Fue increíble y en el partido me salió todo bien. Me acuerdo de las felicitaciones que recibí de Pachamé y que enseguida fui a buscar a mi padre, que había ido a la cancha. Eso fue un jueves, y enseguida volvimos al country porque quedamos concentrados hasta el domingo siguiente. Bilardo fue el mejor técnico que tuve, un tipo muy obsesivo y cabulero. Tanto, que no nos dejaba cambiar nada de lugar. Es más, yo llegaba siempre a la concentración en el Fiat 128 del 'Tato' Medina y no dejaba que me trajera otro ni que me cambiara de asiento”.

Horacio Rodríguez

"Tengo grabado en la mente un partido ante Boca, en La Bombonera, en 1972. Perdimos 1-0 y yo era muy joven, pero cuando terminó el encuentro me aplaudieron las dos hinchadas. Entonces se acercó el árbitro, Roberto Goicoechea, y me dijo: 'Yo también lo felicito, pero sepa que un día esta gente lo va a insultar y tiene que estar preparado'. Esa frase no la olvidé nunca más. En Estudiantes jugué muchísimo e hice un gol, un viernes, ante Chacarita".

Abel Coria
"Como muchos jugadores, un día inolvidable para mí fue el debut, por la 12ª fecha del Nacional 1974, ante All Boys, de visitantes. Ganamos 2-1 y eso lo hizo más lindo. El otro gran partido me tocó ante Central Norte de Salta, cuando ganamos 4-2 por el Nacional 1974 e hice dos goles. Perdíamos 1-0 y metí el empate después de un centro de Galletti. También hice el 3-1. Sentí mucho orgullo por jugar con tantos grandes jugadores. El que más me impresionó fue Carlos Pachamé, un ganador".

Sergio Gurrieri
"El partido que más recuerdo fue por la Copa Libertadores 1983. Perdíamos 3-1 ante Gremio y estábamos con cuatro jugadores menos. Entonces apareció la garra y la mística histórica de Estudiantes y lo empatamos 3 a 3. La gente entró a la cancha, dio una vuelta olímpica, estaba como loca... Yo hice dos goles. El primero fue por un centro de Sabella, una jugada preparada. La bajaron de cabeza y la metí de volea. El segundo fue después de que la pelota quedara muy cerca del arco: trabé con el marcador de punta, me quedó a mí y la levanté por encima de su pierna, con el arquero ya vencido. Además participé del tercero. En Estudiantes viví muchas cosas lindas, incluso dos títulos".

Roberto Trotta

"Hay un día inolvidable para mí: el 14 de diciembre de 1986, cuando debuté en Estudiantes. Se dio todo lo bueno que puede pasar en un debut; jugué bien y le ganamos 3 a 0 a Platense. Ese día estaba mi viejo en la tribuna, pero él no supo que yo jugaba hasta que lo anunciaron por los altoparlantes. Y de mis goles en Estudiantes me gustó mucho uno que le hice a River, de chilena, en el Apertura 1991. Ellos ya eran campeones, pero nosotros les empatamos 2 a 2 en cancha de Independiente".

Darío Siviski

"Tuve un año bueno en Estudiantes. El partido que más recuerdo fue ante Flamengo, por la segunda fase de la Supercopa 1992. Habíamos eliminado a Boca y en Brasil perdimos 1-0. En La Plata hicimos un partidazo y yo metí un golazo de tijera, que muchos hinchas todavía me recuerdan. Pero Flamengo tenía un gran equipo, lo empató 1-1 y clasificó. Igual, la gente valoró el esfuerzo y nos despidió con una ovación. Mirá si será bueno el recuerdo del club, que uno de mis hijos es mitad de San Lorenzo y mitad de Estudiantes...".

José Percudani

"Jugué poquito en Estudiantes, pero tengo un gran recuerdo: le metí un gol a Gimnasia en el Apertura 1992, cuando empatamos 1 a 1 en el clásico. Fue un remate cruzado desde afuera del área, que entró abajo, al lado del palo. Es un recuerdo inolvidable, porque uno siempre quiere hacer un gol en el clásico".

Martín Mazzucco

"Mi mejor recuerdo es contra Vélez en el Apertura 1997, un jueves de Semana Santa. Peleábamos el campeonato con ellos, ganamos 2 a 1 y quedamos punteros. Uno de los tantos fue mío: tras un centro de Claudio París, entré por la izquierda y la metí. Fue hermoso darme vuelta y ver la cabecera de enfrente con la gente de Estudiantes festejando. Además, fue la jugada soñada porque le hice un gol a un monstruo como Chilavert. Hasta el día de hoy, la gente de Estudiantes se acuerda de eso y me saluda por la calle. Estuve mucho tiempo en el club y le tengo un gran cariño. ¿Anécdotas? Un montón. El 'Loco' Martín Palermo tenía contrato con una gaseosa, que le pagaba cada vez que metía un gol. Entonces siempre me decía: 'Vos tirame los centros que yo la empujo y vamos a medias'. Después, festejábamos los dos juntos".

Nicolás Tagliani
"En Estudiantes tuve dos días bárbaros. Uno fue en 1996, cuando firmé mi primer contrato. En mi categoría, de los veinte chicos que había no firmó ninguno. El único que tuvo la chance fue la 'Brujita' Verón, y eso que había buenos jugadores... Tenía miedo de quedarme sin jugar, pero por suerte firmé. El otro fue en el Torneo Apertura 1997, en el clásico contra Gimnasia. Perdíamos 1-0 y faltaba poco. Ese día estaban en la cancha mi mamá y un amigo mío, y había un viejo que empezó a insultarme. Mi vieja lo quería agarrar a piñas, jaja. A los cinco segundos, Leo Ramos mete un centro desde la derecha, cabeceé como venía y empaté. Se lo fui a gritar a ese tipo con una bronca... Terminamos 1 a 1 gracias a ese cabezazo, mi gol más importante en el Pincha".

Luis Alberto Carranza
"Mi paso por Estudiantes fue cortito pero me di el gusto de meter un lindo gol. Fue en un partido por la Supercopa 1997, en el Centenario, ante Peñarol (2-2). Yo venía de una lesión de rodilla y esa noche entré en el segundo tiempo. Me acuerdo que llegué al área y se la piqué al arquero por arriba. ¿Golazo? Algunos dijeron que sí. Es mi mejor recuerdo de Estudiantes, porque por las lesiones casi no pude jugar. También me acuerdo que el club era realmente muy lindo".

Fabricio Simone

“El día que debuté íbamos perdiendo 1 a 0 y todo venía mal. Pero entré y jugué bastante bien. Incluso hice un gol, pero me lo anularon mal. En ese momento miré a la platea y estaba mi familia. Pensé: ‘Me tengo que matar por ellos’. Tenía tantas ganas que al final terminé pegando un par de patadas de más, je…Otro partido que me recuerdan siempre es un 4 a 1 contra Unión, en Santa Fe, en el que metí dos goles. Con ese resultado rompimos una racha de derrotas como visitantes. El primer tanto fue un pelotazo de Cardozo, que aguanté en el punto del penal y definí al costado del arquero. El otro fue un centro de 'Pininito' Mas que pude empujar al gol. Yo soy hincha de Estudiantes. Por eso, siempre me quedé con ganas de jugar más tiempo en el club”.