Venció por penales a Liniers en una final infartante. Vuelve a la C después de 27 años de ausencia y varios intentos frustrados por conseguir su objetivo. Se impuso en los penales 4-3 y festejó.
Si un equipo merecía ascender en el fútbol argentino, era Fénix. Derrotó en una final infartante a Liniers y después de 27 años de ausencia, y de 8 temporadas de quedar a sólo un paso, vuelve a Primera C.
Si un equipo merecía ascender en el fútbol argentino, era Fénix. Derrotó en una final infartante a Liniers y después de 27 años de ausencia, y de 8 temporadas de quedar a sólo un paso, vuelve a Primera C.
Fundado el 26 de abril de 1948, en un bar de Palermo, el Club Atlético Fénix no vivió rodeado de gloria. No tiene cancha propia, por ejemplo. Pero su trayectoria está marcada por el tesón, por el sufrimiento, por el esfuerzo. Gracias a ello vivió ayer el día más feliz de su historia.
Su nombre fue puesto en honor al ave mitológica que resurge de sus cenizas. Nació y vive como un equipo de fútbol: los momentos más importantes de Fénix siempre rodaron junto a una pelota. Se afilió a la AFA en 1959 y en 1963, por una reestructuración, ascendió a Primera C (había sido 2º en el torneo). En 1965 perdió la final por el ascenso a la B ante Almirante Brown. Y, en 1978, descendió a la D.
Quedó desafiliado en las temporadas 91/92 y 97/98. Fue su peor momento. Entonces se produjeron dos sucesos clave: se creó un equipo competitivo mediante el polémico gerenciamiento y llegó Sebastián Neuspiller (suma 180 goles en el club y varios récords). Estuvo ocho temporadas al borde de ascender: perdió el Apertura 98 y el Clausura 2002 en la última fecha; fue eliminado en semifinales cuatro veces; ganó el Clausura 2000 (único título hasta ayer) y la primera final, pero perdió el ascenso; cayó en la definición de la temporada pasada con Barracas Bolívar: 4-3 en tiempo suplementario...
Parecía que la maldición seguiría ayer, tras jugar mejor, empatar 0-0 en los 120 minutos (la ida, 1-1) y definir por penales. Pero, al fin, el destino le sonrió y se llevó la serie por 4-3. Y el título. Y el ascenso. Y la alegría de un Fénix que, por constancia, por coraje y por garra, merecía este ascenso. Más que nadie.
Su nombre fue puesto en honor al ave mitológica que resurge de sus cenizas. Nació y vive como un equipo de fútbol: los momentos más importantes de Fénix siempre rodaron junto a una pelota. Se afilió a la AFA en 1959 y en 1963, por una reestructuración, ascendió a Primera C (había sido 2º en el torneo). En 1965 perdió la final por el ascenso a la B ante Almirante Brown. Y, en 1978, descendió a la D.
Quedó desafiliado en las temporadas 91/92 y 97/98. Fue su peor momento. Entonces se produjeron dos sucesos clave: se creó un equipo competitivo mediante el polémico gerenciamiento y llegó Sebastián Neuspiller (suma 180 goles en el club y varios récords). Estuvo ocho temporadas al borde de ascender: perdió el Apertura 98 y el Clausura 2002 en la última fecha; fue eliminado en semifinales cuatro veces; ganó el Clausura 2000 (único título hasta ayer) y la primera final, pero perdió el ascenso; cayó en la definición de la temporada pasada con Barracas Bolívar: 4-3 en tiempo suplementario...
Parecía que la maldición seguiría ayer, tras jugar mejor, empatar 0-0 en los 120 minutos (la ida, 1-1) y definir por penales. Pero, al fin, el destino le sonrió y se llevó la serie por 4-3. Y el título. Y el ascenso. Y la alegría de un Fénix que, por constancia, por coraje y por garra, merecía este ascenso. Más que nadie.
PUBLICADO EN CLARÍN, MAYO DE 2005
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