lunes, 29 de septiembre de 2014

Tenis (1919-1920)

Anderson, campeona argentina de dobles en 1919 y 1920
Campeonato argentino de tenis 1919
*Hombres: A. Hortal derrotó A. Zumelzú. 
*Dobles mixto: F.Elortondo-C. Mackenzie a J. Villegas-Ana Obarrio 6-3, 6-4, 9-11 y 6-3. 
*Dobles femenino: J. Ezcurra-Anderson a M. Obarrio-A. Obarrio 6-2, 4-6 y 6-3.

Wimbledon 1919
*Final masculina: Gerald Patterson (Australia) a Norman Brooks (Australia) 6-3, 7-5 y 6-2. 
*Final femenina: Suzanne Lenglen (Francia) a Lambert Chambers (Inglaterra) 10-8, 4-6 y 8-6.

Campeonatos Ciudad de Buenos Aires 1919
*Campeona: Julieta de Ezcurra. 
*Campeones dobles mixto: A. Villegas y Ana Obarrio. 
*Campeón: C. Caminos. 
*Campeones dobles masculino: L. Knight y C. Morea. 
*[Se juega otra final masculina, qué raro: Carlos Morea a Hortal 11-13, 6-3 y 6-2].

Campeón de Estados Unidos: William Johnston.

Campeonato del Río de la Plata 1919
*Campeona: Catalina Mackenzie. Venció en la final a Analía Obarrio.
*Campeón: Lionel Knight. Venció en la final a Arturo Hortal.

Copa Davis 1920
Inglaterra vence a Francia.

Campeonato mundial de Australia 1920
J. Patterson a Kingscote 6-1, 6-4 y 8-6.

Campeonato del Río de la Plata 1920, en Buenos Aires 
Final masculina: Lionel Knight derrotó a a Arturo Hortal.
Otros campeones: A.Villegas-C. Morea (dobles masculino), Analía Obarrio (mujeres) y Analía Obarrio-Julieta de Escurra (dobles femenino).

Campeonato argentino de tenis 1920
Final. Arturo Hortal a Carlos Morea 6-1, 6-2 y 6-3.

Dobles femenino: Julieta Ezcurra-Inés Anderson a Ana Obarrio y María Teresa Obarrio 6-2 y 6-2.  

Inglaterra. Miss E. Colyer la rompe en Inglaterra. Se destaca por su capacidad de salto.

US Open 1920. Final. Bill Tilden a William Johnston.


Armando Zumelzú, tenista argentino, en 1920

jueves, 25 de septiembre de 2014

Federico Delbonis - El líder del futuro

Por Martín Estévez

El tenis argentino atraviesa una etapa de recambio. Del Potro enlaza a la generación que se va, encabezada por Nalbandian, con la que viene, que promete ser impulsada por este zurdo nacido hace 23 años que en 2013 perdió con Nadal, le ganó a Federer y que ya empieza a merodear el Top 50.

El inicio de 2014 fue casi devastador para los seguidores de los tenistas argentinos. En el Abierto de Australia, ninguno superó la segunda ronda. En la Copa Davis, derrota de locales ante Italia y riesgo de abandonar el Grupo Mundial luego de trece años. Y en el ATP de Buenos Aires, por primera vez, ninguno alcanzó los cuartos de final. Se vive una etapa de fuerte recambio. Retirados los legionarios originales (Gaudio, Coria, Cañas, Calleri, Chela, Nalbandian), Berlocq (31 años) y Mónaco (cumple 30 en marzo) lideran al equipo de la Davis, mientras Zeballos (28) y Leo Mayer (26) pelean por sobrevivir en el Top 100. Así, Juan Martín Del Potro (25) funciona como bisagra entre los que se van y los que se vienen. Y entre los que se vienen está Federico Delbonis.

Nacido en Azul hace 23 años, es zurdo, altísimo (1,90 m) e hincha de Boca. “Me gusta mucho el fútbol. Mi viejo (Horacio) era arquero, jugó en varios clubes de Azul y, por lo que me cuentan, era bueno. Yo vi un video y parece que sí. Hay un canal de la ciudad que pasa siempre un programa sobre los cien años de Alumni de Azul, y mi viejo aparece, pero todavía no lo pude ver”.

-¿Vos también eras arquero, con esa altura?
-No. De chiquito jugaba en todos lados, pero no de arquero. Hoy juego de 3, soy zurdo también para patear. Me gusta correr, hacer pases, no me gustaría estar parado de 2.

-¿Conocés la Bombonera?
-A un partido fui una sola vez. En 2000, un miércoles contra Racing, empataron 1 a 1. Fui a platea y me encantó. Ahora paso muy seguido por el club, a veces voy a comer, pero no a los partidos. Me gusta ver la Bombonera y fantasear con lo que los jugadores sienten. Algunas personas fantasean con lo que siente un tenista jugando con diez mil personas, pero sesenta mil... Es un número más importante, ¿no?

-¿Por qué jugás al tenis y no al fútbol?
-Empecé a jugar al tenis a los 7 años en el club Bancario porque iba a ver a mi viejo, que en los veranos jugaba dobles. Como me quedaba a 5 o 6 cuadras empecé con un poquito de todo, tenis, fútbol. Me decidí por el tenis enseguida, a los 8 años, casi sin pensarlo. En un momento no me daban los horarios para las dos cosas y elegí el tenis. Además mi primer entrenador, Nacho, me insistía mucho para que no dejara.

-Ser zurdo, para un tenista, ¿es una bendición o un problema?
-Es una buena pregunta. Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Los derechos están acostumbrados a jugar contra derechos. Y los zurdos estamos acostumbrados a jugar contra derechos. Cuando jugás contra un zurdo te cambia el panorama. Por lo que leí, Rafa Nadal jugaba con las dos manos y su tío Toni le dijo que jugara con la zurda. Y mal no le fue, ¿no?

-Desde muy chico empezaste a entrenar en España. ¿Cómo surgió?
-Viajé por primera vez a los 15 años, por tres meses, cumplí los 16 allá. En España me esperaba un entrenador llamado Albert, al que sólo conocíamos por referencias, y resultó ser de diez, al punto que sigue siendo uno de mis entrenadores junto a Gustavo Tavernini. Viví en su casa, su familia me trató muy bien y también vivía con nosotros un chico suizo, que no hablaba castellano, y aunque yo tampoco hablaba inglés terminamos siendo amigos. Ahora, cuando voy a Suiza, siempre intento verlo. La verdad es que no me quería volver. No lloré nunca, pero la que sí lloraba era mi vieja.

-Ella es trabajadora social. ¿Es tu mayor punto de contacto con la realidad?
-Sí, pero yo siempre trato de volver a la realidad. No soy el pibe que vive del éxito, soy el chico de Azul que juega bien al tenis. Mi mamá trabaja en la cárcel hace unos treinta años. Es algo fuerte, pero le gusta. Trabaja especialmente con mujeres y, por lo que me cuenta ella, son las más complicadas. Pero lo lleva bien, está contenta, tiene un buen grupo de trabajo.

-¿Y tus hermanos qué hacen?
-Antes de mudarme con mi novia, vivía con ellos. Son dos: Alfredo, que estudia administración agraria; y Felicitas, que se volvió a Azul para empezar abogacía. Me gusta que estudien, yo al menos pude terminar el secundario. Es fundamental porque nunca sabés lo que te puede pasar. Terminé 9° grado de noche, raspando, porque había estado dos o tres meses en Europa, así que tuve que rendir en diciembre. Y los tres últimos años los hice a distancia en un colegio de Buenos Aires.

-¿Cómo es Azul?
-Es una ciudad chiquita, tiene un arroyo bastante extenso. Ahora están trabajando mucho, porque hace un par de años sufrimos tres inundaciones seguidas. Tenemos un parque maravilloso, yo vivo a una cuadra. Tanto Bancario como el club de remo en el que entreno son magníficos. Es mi sitio dentro del mundo. Estar en Azul me baja los decibeles; tener los amigos de siempre, también. Hago cosas que hice siempre, no me voy a ir a una discoteca a decir “yo soy tal, dejame entrar a tal lado”.

De Picco a Federer
A lo 16 años, mientras hacía trabajos prácticos para aprobar 2° año del Polimodal, Delbonis jugó su primer partido profesional: triunfo 6-3 y 7-6 ante Agustín Picco, un cordobés dos años mayor. “El primer set lo jugué muy suelto, pero en el match point las piernas me temblaban. Agustín sacaba bien y se me vino todo junto a la cabeza, pero pude cerrarlo. El lunes fui desesperado a verme en el ranking por primera vez y no estaba, recién aparecí una semana después. Ahora lo pienso y digo “¿un punto para qué sirve?”. ¡Después tenés que ganar mil más para estar entre los mejores cincuenta! Pero el primer punto es muy lindo.

-En 2007 y 2008 jugaste 24 Futures (torneos de menor nivel entre los que dan puntos para el ranking). ¿Qué aprendiste?
-Que siempre es difícil un torneo, sea ATP o Future. Tanto en la Argentina como en España me costó, porque los españoles juegan muy bien en tierra. Un montón de tenistas, cuando son chicos, van a España porque ahí aprendés a jugar, agarrás nivel, todos los partidos son duros. Eso te va forzando a ser mejor en cada partido. A mí, España me sirvió mucho.

-¿Qué pasó antes de la temporada 2009? Ganaste el primer torneo que jugaste y diste un salto muy grande.
-Hice una buena pretemporada. Empecé el año por Centroamérica y me fui adaptando, se fue dando todo. La semi de ese Future en Guatemala fue contra un alemán (Holger Fischer, de 28 años) que tiró el primer set. Se lo gané 6-1 y pensé que iba a ser fácil, pero él arrancó con todo el segundo. Lo gané en el tie-break, pero casi me hace la dormilona.

-Se supone que pasar de los Futures a los Challengers es un proceso difícil, pero vos tuviste un gran debut.
-Fue increíble. Perdí en un Future en Roma y el árbitro le avisó al del Challenger de Napoli que yo iba a llegar tarde, pero que me anotaran. Viajé cuatro horas en tren y fui directo al club para ver con quién jugaba. El árbitro me mostró la planilla y yo no estaba: no me habían anotado. Al final hubo uno que no había firmado, o no le alcanzaban los puntos en el ranking, no sé, y se abrió un lugar. Me inscribieron a las once de la noche y al otro día, a las diez de la mañana, jugué contra el primer favorito de la clasificación. Le gané, pasé otros dos partidos y entré al cuadro principal, donde le gané a Pere Riba (143°) y a Ivo Minar (96°) en mi primera vez contra un Top 100. Perdí con Pablo Andújar en cuartos, pero estaba contento igual.

-Ese mismo año debutaste en torneos ATP, nada menos que ante Wawrinka en Suiza, y ganaste tu primer Challenger.
-¡Yo estaba re contento, que me pasara todo eso era increíble! En junio le gané a Mariano Puerta en Milan; en julio pasé la qualy (clasificación) en Gstaad y perdí ajustado contra Wawrinka; y en agosto, en el Challenger de Manerbio, llegué desde la qualy y gané el torneo. También Gaudio fue a verme a un partido. ¡Yo estaba como loco! Era el sueño del pibe.

-Te vio en 2009 y le ganaste en 2010...
-Sí, en un Challenger. Me hubiera gustado enfrentarlo en el mejor momento de Gastón, pero jugar con él siempre es difícil. Por más que llegue bien o mal, es Gastón.

-Entre 2010 y 2011 sumaste casi tantas derrotas (56) como triunfos (63). ¿Te costó aprender a perder?
-Lo bueno era que me mantenía entre los 200 mejores, por más que perdiera seguido. Yo sabía que estaba bien, porque veía a los jugadores de mi camada, que intentaban insertarse en las qualys de los Challengers, y yo perdía, pero en el cuadro principal. Estaba contento.

-En 2012 ganaste más (39 triunfos, 25 derrotas) pero tu nivel fue irregular, ¿no?
-Tal cual. Hacía buenos torneos ATP, pero en los Challengers no me iba bien. Trabajamos durante mucho tiempo para que fuera más parejo, porque tenía picos de rendimiento, como cuando le gané dos veces a Florian Mayer, y partidos malos. En 2013 fui mucho más regular.

-¿Cómo fue enfrentar el mismo año a dos de los mejores de la historia, Nadal y Federer?
-Contra Nadal fue raro. Era su reaparición, la cancha de Viña del Mar estaba súper llena, yo estaba nervioso. Empecé ganando 2-0 y en vez de tener la responsabilidad él, pasé a tenerla yo. Fue duro. Pasé de 2-0 a 3-6 enseguida, perdí rápido y no lo pude disfrutar. Me quedó un sabor amargo. Con Federer lo disfruté mucho más. No pensaba en ganar, pensaba en jugar cada punto. No quería perderlo yo, quería que en todo caso lo ganara él.

-¿Qué detalles los distinguen?
-Rafa tiene una velocidad de bola llamativa. Te hace laburar cada pelota, no quiere perder ni un solo punto. Con Federer lo que sentí es que el flaco juega muy fácil, hace lo que quiere con la raqueta. Hacía unos saques que parecía que iban en cámara lenta, pero los ponía donde quería. El no estaba en su mejor momento y yo estaba a tope, corrí como una bestia, y así y todo le gané 7-6 y 7-6.

-Gracias a ese Masters de Hamburgo subiste del puesto 114 al 65. ¿Te queda un recuerdo ambiguo por haber perdido la final?
-La final dolió, pero es cosa del pasado. Lo bailado no me lo quita nadie. En Hamburgo era la primera vez que mi viejo viajaba para verme. No me puse metas. Que Federer me haya halagado, que haya dicho que jugué mejor que él, es muy lindo. Después de la final, pensaba en todo lo que había hecho y no lo podía creer.

-¿Cuál es tu objetivo para este año?
-Mantenerme. Tengo muchos puntos que defender. Cuando vea que estoy fijo en un puesto, ahí sí miraré para arriba. Pero si te ponés objetivos altos, te cargás de presión. Ojalá algún día pueda ser Top Ten, pero no puedo pensarlo de acá a seis meses, sería muy tonto.

-¿Llegar a la segunda semana de un Grand Slam es un objetivo demasiado ambicioso?
-Por ahora estoy contento de jugarlos. Todavía ni debuté en el cuadro principal de Wimbledon y el US Open. A largo plazo, el sueño es ganar Wimbledon, pero en la realidad, me veo con más chances en Roland Garros.

-Formás parte del equipo de la Davis desde hace años, pero no debutaste. ¿Te sentís “copero” o todavía no?
-No, hasta que no la juegue no, pero ser parte del equipo ya es muy lindo. Es como los que van al Mundial y no pueden jugar, ¡pero están en un Mundial! Yo estuve en dos series, estuve en Suecia como quinto jugador, en Francia como sparring. Eso es lindo, pero desde adentro debe ser mucho mejor, especialmente de locales. La gente alienta como en un partido de fútbol, sacás fuerzas desde donde no tenés.

-¿Estás cansado de que se hable sobre el conflicto con Del Potro?
-No, si hay polémicas hay que hablarlas. Yo no tengo problemas con nadie, no estoy de un lado ni del otro: estoy del lado de Argentina. Lo que sí imagino es que, de acá hasta dentro de cinco años, Juan Martín va a ser el líder del equipo

La generación de Delbo
En agosto de 2011, El Gráfico publicó “La generación del ‘90”, nota en la que presentaba a tenistas nacidos en esa década. En la apertura convivían Milos Raonic, Bernard Tomic, Grigor Dimitrov, Ricardas Berankis y... Federico Delbonis. El mismo habla sobre la camada de la que forma parte. “El más fuerte es Raonic, tiene un saque muy bueno, pero el más completo es Dimitrov, aunque tampoco es que me encante su juego“. De los argentinos, además de Guido Pella y Marco Trungelliti, otro que nació en el 90 es Facundo Bagnis. “Me he quedado en su casa, jugamos dobles juntos, nos queremos mucho –cuenta Delbonis–. El tiene nivel de Top 100, pero tiene que dejar de pensar en eso y aprovechar su momento. Pella ya lo demostró haciendo semis de un ATP. Cuando Facu haga un buen torneo se va a soltar”.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4444 (MARZO DE 2014)

martes, 23 de septiembre de 2014

Raquetas del futuro

Kei Nishikori promete ser protagonista en 2014 y 2015
Por Martín Estévez

Detrás de Nadal, Djokovic, Murray y Federer se encolumna un grupo de tenistas que tiene condiciones para pelear los primeros lugares del ranking mundial.

El español Rafael Nadal (27 años), el serbio Novak Djokovic (26), el escocés Andy Murray (26) y el suizo Roger Federer (32) han dominado el circuito tenístico durante las últimas temporadas. Los tres primeros, ya maduros, seguramente reinarán en 2014 y también en 2015. El gran Federer debe revalidar en cada torneo su carnet de mejor jugador de la historia. Pero... ¿qué pasará más adelante? ¿Qué jóvenes tenistas amenazan con reemplazarlos en la cima a partir de 2016?

Categoría 1989
Kei Nishikori ya es una realidad. El mejor jugador japonés de la historia terminó la temporada pasada entre los veinte mejores y su gran desafío en 2014 es instalarse en el Top Ten. Comenzó a entrenar incentivado por un manga (historieta japonesa) llamado The Prince of Tennis, y a los 14 años se mudó a Florida para sumarse a la prestigiosa Academia de Nick Bolletieri. A los 16 ganó un Future en México y a los 17 llegó a cuartos de final en el ATP de Indianápolis. En 2013 fue campeón en Memphis, derrotó a Federer y llegó a ser 11º en el ranking.

Categoría 1990
“Soy perezoso e inteligente. Me dijeron que son dos cosas que nos caracterizan a los montenegrinos, ja”. Así se presenta Milos Raonic, nacido hace 23 años en Pogdorica, Montenegro. Los conflictos balcánicos obligaron a sus padres a mudarse a Canadá cuando él tenía 3 años. Mide 1,96 metro y es un fenomenal sacador. En 2011 llegó a octavos de final del Abierto de Australia después de haber atravesado la clasificación. Veinte días más tarde fue campeón en San Jose al ganarle a Verdasco (9º). Los canadienses lo adoptaron como propio y lo consideran el mejor tenista de la historia de su país. Terminó la temporada 2013 como Nº11 del ranking y su objetivo es finalizar 2014 entre los cinco primeros. “El cielo es su techo”, aseguró alguna vez Martina Navratilova.

De su misma generación es el lituano Richard Berankis, que prometía mucho en sus comienzos, decayó y tiene en esta temporada la posibilidad de reivindicarse. Proveniente de una familia de clase trabajadora sostenida por su papá, que era taxista, aprendió gracias a su hermana Lina. También se sumó a la Academia Bolletieri y en 2007 obtuvo dos importantes torneos juveniles, el Orange Bowl y el US Open. En su primer torneo ATP, San Jose 2010, avanzó desde la clasificación hasta los cuartos de final. En 2013 llegó a la tercera ronda en Australia, logro que lo impulsó a su mejor ranking: 67º.

Otro talento de 23 años es Jerzy Janowicz, un gigante de 2,03 metros nacido en Polonia. Finalista del US Open 2007 y de Roland Garros 2008 en juveniles, le ganó al francés Mahut (45º)... ¡en su cuarto partido profesional! El 2013 derrotó a Tsonga, Gasquet y Wawrinka, fue semifinalista en Wimbledon y terminó en el puesto 21.

¿Una posible sorpresa? Uladzimir Ignatik, criado en la República de Belarús. Es uno de los jugadores más bajos del circuito (mide 1,65 metros) y jamás entró al Top 100. De hecho terminó el año 2013 fuera de los 300 mejores del ranking. ¿Por qué le tenemos fe, entonces? Porque le sobra técnica y depende de estabilizarse emocionalmente.

Argentina tiene dos promesas nacidas en 1990. Uno es Facundo Bagnis, que debutó en torneos ATP en 2011 y rápidamente se asentó. En 2013 obtuvo dos Challengers y alcanzó su mejor ranking: 123º. El otro es Federico Delbonis. Sus comienzos en el profesionalismo fueron difíciles: ganó sólo 8 de sus primeros 22 partidos. En enero de 2009 fue campeón de un torneo en Guatemala y eso le generó confianza. En 2013 cumplió un sueño: derrotó a Federer en Hamburgo y terminó en el puesto 55.

Otros buenos tenistas de esa generación son Evgeny Donskoy (Rusia), Cedrik-Marcel-Stebe (Alemania), David Goffin (Bélgica) y Vasek Pospisil (Canadá).

Categoría 1991
A los 22 años, Grigor Dimitrov ya es el mejor tenista búlgaro de la historia. Su padre, entrenador, lo apuntaló desde chico. A los 15 años debutó en un Future ante un rumano de 25 y le ganó un set. Campeón juvenil en Wimbledon y el US Open, llegó a Rotterdam 2009 siendo 478º del ranking, pero eliminó a Berdych (23º) y le robó un set a Nadal. Especialista en césped, en 2010 ganó tres Challengers consecutivos y en 2013 obtuvo su primer ATP, al derrotar a Ferrer en Estocolmo.

El ruso Andrey Kuznetsov aprendió tenis gracias a su papá. Ganó el Wimbledon junior en 2009 e irrumpió entre los mayores en 2010, al llegar a octavos de final en Eastbourne, su primer ATP. Su principal déficit es el traslado; a veces, sus movimientos son algo toscos. En 2013 ingresó entre los 70 mejores por primera vez.

Completan lo mejor de la camada ’91, Pablo Carreño Busta (España), Yong-Kyu Lim (Corea del Sur), Christian Lindell (Suecia) y Tsung-Hua Yang (Taiwán).

Categoría 1992
Bernard Tomic es una bomba de tiempo. Tiene apenas 21 años y ya supo lo que es estar entre los treinta primeros del ranking. Nacido en Alemania y nacionalizado australiano, su altura (1,93) genera respeto. En enero de 2010 se anotó en la clasificación del Challenger de Burnie y terminó ganando el torneo. En 2011 llegó a cuartos de final en Wimbledon. En 2012 y 2013 creció moderadamente, pero ya se prepara para invadir el Top Ten.

Una de las grandes esperanzas del tenis de Estados Unidos es Ryan Harrison. Debutó a los 15 años y en sus dos primeros partidos derrotó a jugadores de 23 y 24. En 2008, cuando ocupaba el puesto 1.277 del ranking, lo invitaron a la clasificación de Houston: llegó hasta octavos de final y avanzó más de 500 puestos en una semana. En 2011 alcanzó a semifinales en Atlanta y un año después logró su mejor ranking: 43º.

Otros buenos tenistas nacidos en 1992 son Javier Martí (España), Filip Krajinovic (Serbia), Denis Kudla (Estados Unidos) y los argentinos Facundo Argüello, Diego Schwartzman y Agustín Velotti.

Categoría 1993
El brasileño Tiago Fernandes, a los 21 años, parece atravesar un momento de transición. Debutó a los 14, ganó Australia 2010 en juniors y llegó al Top 400 en 2011, pero desde entonces ha entrado en una meseta y acumula más derrotas que triunfos. El que sí mantiene una evolución muy clara es el español Roberto Carballés Baena. Debutó en agosto de 2010 y sumó 14 triunfos seguidos entre los mayores mientras aún jugaba algunos torneos juveniles. En 2012 ganó tres Futures y en 2013 ya se ubicó entre los 300 mejores del planeta. Él, como todos ellos, tiene un gran futuro.

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº64 (MARZO DE 2014)

domingo, 21 de septiembre de 2014

Fútbol (1919)

Formación de Argentina ante Uruguay (1919)
Premio de Honor del Ministerio de Instrucción Pública del Uruguay
Uruguay 4 (Scarone, Villar, Pérez, Romano) Argentina 1 (E. Hayes). 
Formación de Argentina: Madero, Cilley, Magistretti, Uslenghi, P. Martínez, Alberti, Heissinger, Izaguirre, H. Hayes, E. Hayes y Francia.

Copa Competencia 1919. 
Tercera rueda. Porteño 0 Huracán 1 (C. Bertolini)
Cuarta rueda. Boca 0 Racing 1 (Vivaldo)Final. Sportivo de Almagro 1 Boca 0. Escaso público por el calor.

Copa Rosario 1919

Rosarinos 0 Porteños 1 (Ochandio)
Formación de los porteños: Marcovecchio, Castagnola, Ochandio, P. Martínez, Matozzi, Juan Perinetti, Alberto Ohaco, Recanatini, Natalio Perinetti, Olazar y Croce






Copa Competencia 1919, cuarta rueda
Boca 0 Racing 1 (Vivaldo, a centro de Perinetti)

Amistosos 1919
*Independiente 1 Canillitas 1.
*Newell’s 3 Marinos del crucero “Southampton” 1.
*Asociación Argentina 6 (Libonatti 3, Celli, Vivaldo, Chavín) Liga Uruguaya 1 (Fraga). 
Jugado en GEBA, en octubre.
*Boca 2 Nacional de Montevideo 0

Copa Lipton 1919
Argentina 1 (Badalini, a pase de Juan Perinetti) Uruguay 2 (Scarone 2)
*En el entretiempo, el árbitro Palma tiró el silbato a la tribuna y quiso dejar de dirigir. Lo convencieron de que no lo hiciera. Suspendido a los 42 minutos del segundo tiempo por invasión, reprimida a machetazos por la policía.

Copa Reina
Rosarinos 2 (Libonatti 2) Porteños 0. 
Espectadores: 7.000.

Copa Bacigaluppi
Federación Comercial 2 Federación Atlética de Empleados Nacionales 1

Asociación Argentina de Football
Sportivo de Almagro 2 Huracán 0

domingo, 14 de septiembre de 2014

Cayo Apuleyo Diocles - La estrella del siglo II

Por Martín Estévez

Cayo Apuleyo Diocles ganó 1462 carreras sobre caballos. Habría sido el deportista mejor pagado de la historia.

El deportista más rico de la historia. Más de mil triunfos en su haber. Adorado por distintos sectores de la sociedad. Veinticuatro años de carrera repletos de éxito. ¿Quién acumuló esos logros? Cayo Apuleyo Diocles.

Los primeros registros sobre la existencia del deporte datan del año 776 antes de Cristo, cuando en Grecia comenzaron a disputarse los Juegos Olímpicos. Coroebus de Elis (primer ganador), Orsippos (perdió la ropa y siguió corriendo desnudo) y Cynisca (la mujer que derrotó a los hombres) fueron algunos nombres destacados. La segunda gran etapa del deporte se produce en el Imperio romano, con las carreras sobre carros impulsados por entre dos y siete caballos. El más destacado de los “aurigas“ (jinetes) fue Cayo Apuleyo Diocles. Todo lo que se sabe de él surge de dos documentos tallados: uno que financiaron sus admiradores y otro que le dedicaron sus dos hijos (Cayo Apuleyo Nimfidiano y Nimfidia) tras su muerte. El primero, que detalla su carrera deportiva, podría ser acusado de subjetivo, pero los gobernantes del Imperio ordenaban pena de muerte para quienes inscribieran mentiras, por lo que se supone que los datos son lo más certeros posible.

Diocles nació en Augusta Emerita (actual territorio español) en el año 104. Cuando empezó a destacarse, viajó a Roma para participar de las principales competencias, que se realizaban en el Circo de Nerón (actualmente, el Vaticano). Eran carreras salvajes: siete vueltas (unos 4 kilómetros) con muchísimo dinero en premio y varias muertes por competencia. Los aurigas se dividían en cuatro “equipos“ de distintos colores, que representaban a diferentes sectores de la sociedad. Diocles comenzó a los 18 años, en el equipo blanco, y ganó por primera vez en el año 124. A los 24 años se cambió al equipo verde y tres años después, se vistió de rojo, color que nunca abandonó. Se retiró a los 42 años, 7 meses y 23 días. Totalizó 4257 carreras y 1462 triunfos; y 2899 veces finalizó entre los tres mejores. En 502 de sus victorias había comenzado en el último lugar. Y llegó a ganar 103 veces seguidas. 

Murió en Praeneste (actual Roma) entre los años 146 y 160. “Con nobilísimo esplendor brilla Diocles“, relata la inscripción en latín. “Fue héroe de las muchedumbres más apasionadas, ídolo de un pueblo que cifraba su felicidad en estas dos solas palabras: panem et circenses (pan y circo)”, escribió el fallecido arqueólogo español Antonio García y Bellido. 

Dos investigaciones modernas alimentaron su leyenda. En 1790, el historiador español Juan Francisco Masdeu puso en duda que Diocles cambiara de equipos y propuso la teoría de que siempre compitió para los rojos, pero en carreras organizadas por distintas facciones. Y en 2010, Peter Struck, profesor en la Universidad de Pennsylvania, aseguró que Diocles es el deportista que más dinero ganó en la historia; sus 35.863.120 sestercios actualmente equivaldrían a 15 mil millones de dólares. En los últimos siglos, el más ganador fue Tiger Woods, que “apenas“ supera los mil millones. ¿Más? En 2004, el escritor Jesús Maeso de la Torre publicó El auriga de Hispania, novela histórica con Diocles como personaje central

El mundo hace 1800 años
El siglo II en el que brilló Cayo Apuleyo Diocles forma parte de la Edad Antigua, período que abarca desde la invención de la escritura (alrededor del 3600 a. C.) hasta la caída del Imperio romano (476 d. C.). En aquellos tiempos, el Imperio romano acumulaba cinco siglos como centro del poder gracias a sus sanguinarias políticas de conquista. En el año 106, por ejemplo, 500 mil dacios fueron asesinados o esclavizados por oponerse a su dominio. Fue la era de los “cinco buenos emperadores“ que fortificaron a Roma, entre ellos Adriano (imagen) y Marco Aurelio, quien escribió Meditaciones, texto en el que repasó los aprendizajes que acumuló en su vida, no tan lejanos a los nuestros. Fue el siglo en el que comenzó a producirse jabón masivamente y en el que los mayas ganaron territorio en América.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4444 (MARZO DE 2014)

jueves, 11 de septiembre de 2014

El medallero (febrero de 2014)

Por Martín Estévez

Oro: Ricardo Giles
Toto fue un símbolo de la Selección Argentina de rugby. Hizo una gran pareja de centros con Guillermo Ehrman durante la década de 1940. Fundador de Pucará, ganó dos torneos de la URBA con ese club y fue tapa de El Gráfico en 1949. Murió a los 93 años.

Plata: Lionel Messi
Se convirtió en el máximo goleador de clubes en España: 337 goles en el Barça. Quedó tercero entre los anotadores históricos de la liga, superó a Di Stéfano y alcanzó a Raúl. Y llegó a los 66 goles en Champions League y a la final de la Copa del Rey. ¿Qué más?

Bronce: Pablo Bertone
El escolta cordobés que juega en el básquet universitario de Estados Unidos (NCAA) clavó su récord de puntos: 34 para que Florida Atlantic derrote 82-71 a UAB (10/15 dobles, 3/5 triples y 5/6 libres). Además bajó 4 rebotes. A los 23 años, tiene futuro de Selección.

Plomo: Martín Morel
Hace cinco años, el volante ofensivo era figura de un Tigre que peleaba los primeros puestos y merodeaba el campeonato. En 2014, luego de pasos tibios por Universitario de Perú y All Boys, fue separado del plantel de Atlético Tucumán por indisciplina.

Lata: Juan Mónaco
Desde agosto de 2013 solamente ganó un partido y perdió 8. En la Copa Davis volvió a mostrar poco (cayó en sets corridos ante Fognini) y quedó fuera de los cuarenta mejores del ranking mundial. A los 29 años, su carrera atraviesa un bajón enorme. ¿Se recuperará?

Cartón: Blas Giunta
Su ciclo en Almirante Brown había sido sorprendentemente largo: dirigió al club en 296 partidos durante más de siete años. Su ciclo en Quilmes resultó sorprendentemente corto: dirigió apenas 9 partidos, de los que ganó 1, empató 4 y perdió 4. Mal paso en Primera División.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4444 (MARZO DE 2014)

domingo, 7 de septiembre de 2014

Los años mundiales

Por Martín Estévez 

Desde 1986, cinco de las Copas del Mundo más importantes (fútbol, básquet, vóley, hockey femenino y hockey masculino) se juegan con apenas meses de diferencia. En esta nota repasamos cómo le fue a nuestro país desde que en 1950 se juntaron las de fútbol y básquet, pasando por el triste 1970 y el ambiguo 2002.

Al principio, cada cuatro años, lo que había era un año bisiesto. Desde 1930, lo que hay es un Mundial de fútbol. Y en las últimas décadas, lo que aparece en uno de cada cuatro años es una sucesión de Copas del Mundo de cuatro de los deportes que más apasionan a los argentinos: fútbol, básquet, vóley y hockey sobre césped. Ahora que estamos en uno de esos años especiales, el 2014, respondamos la siguiente pregunta: ¿cómo le fue a la Argentina en cada uno de los años mundiales?

Los años cincuenta y sesenta
En las primeras Copas del Mundo de fútbol, Argentina terminó subcampeona (1930), eliminada en primera ronda (1934) y no participó en 1938. Era el único Mundial que nos importaba, y ni siquiera tanto como ahora. El vóley vivió su primera Copa del Mundo en 1949, y los siguientes torneos tampoco coincidieron con el de fútbol: 1952, 1956 y 1960. Entonces, la primera vez que un año tuvo dos Mundiales atractivos para los argentinos fue 1950. Justamente en nuestro país se disputó la primera edición del Mundial de básquet; Argentina se impuso a cuatro selecciones sudamericanas, tres europeas, una africana y a Estados Unidos, al que derrotó en la final. Oscar Furlong y Ricardo González eran las figuras de aquel plantel que le dio al país su primer título en un deporte de equipo. El fútbol ni siquiera tuvo la posibilidad de igualar ese logro, ya que el gobierno de Juan Domingo Perón decidió que el equipo no se presentara. Lo mismo sucedió en 1954, tanto en fútbol como en básquet.

Argentina volvió a competir en 1958, pero sin alegrías: en fútbol fue humillada por Checoslovaquia, que la derrotó 6-1 y la dejó afuera en la primera ronda, en lo que se recuerda como “el desastre de Suecia“. Los siguientes Mundiales de básquet se jugaron en 1959, 1963 y 1967, sin coincidir con los futbolísticos.

En 1962 y 1966 hubo Mundiales de vóley, pero sin Argentina. La Selección de fútbol, en tanto, no pudo pasar la primera ronda en la Copa del Mundo de Chile 62 y alcanzó los cuartos de final en Inglaterra 66, cuando los locales ganaron 1-0 en el recordado día en que Rattín aplastó la bandera inglesa delante de la Reina.

Los años setenta
Seamos sinceros: hasta la década del setenta, esto de los años mundiales no existió. Lo usamos sólo como introducción, pero recién en 1974, por primera vez, dos selecciones argentinas jugaron un Mundial, porque 1970 fue lo peor de esta historia: no clasificamos ni en fútbol ni en básquet ni en vóley. En el 74, los futbolistas lograron superar la primera fase, pero un 0-4 contra el fútbol total de Holanda nos mostró la realidad. El básquet se clasificó, pero cayó en su grupo ante España y Estados Unidos y finalizó 11º entre 14. Y también compitieron las chicas de hockey, que en el primer torneo de la historia finalizaron en el segundo puesto.

La unificación total de los Mundiales llegó en 1978, cuando se sumó el hockey sobre césped masculino, cuyas primeras copas habían sido en 1971, 1973 y 1975. Desde entonces, los Mundiales de los principales cinco deportes de equipo en la Argentina, se juegan el mismo año (excepto 1982, porque el hockey femenino se jugó en el 81 y en el 83). ¿Qué pasó en el 78? El fútbol fue campeón jugando como local, en el terrible contexto de una dictadura militar sospechada de influir deportivamente. También se organizó en el país el Mundial de hockey masculino, en el que la Selección logró un gran 8º puesto. El hockey femenino llegó a semifinales en España; el vóley se clasificó por primera vez y terminó 22º entre 24; pero no hubo cartón lleno, porque el básquet se quedó afuera en el Sudamericano.

Los años ochenta
Hasta ese momento, la Argentina tenía dos Mundiales ganados (básquet 1950 y fútbol 1978) y nunca había jugado los cinco torneos el mismo año. En 1982, Diego Maradona disputó su primera Copa del Mundo, pero terminó expulsado, y el equipo, en el 11º puesto. La gran alegría la dio el vóley, que de local y con un grupo de jóvenes dirigidos por el coreano Young Wan Sohn, sorprendió al terminar 3º en el Mundial jugado en nuestro país. Pero hubo dos grandes decepciones: el básquet otra vez no se clasificó, y el hockey masculino hizo historia porque, por única vez, una Selección Argentina terminó última en un Mundial.

El tercer título llegó gracias al fútbol y a Maradona, con la victoria sobre Alemania en la final disputada en México 1986. Fue, hasta ese momento, el mejor año para el deporte argentino: el hockey masculino trepó al 6º puesto, el femenino y el vóley terminaron 7º, y el básquet volvió a los Mundiales: superó la primera ronda y concluyó 12º. Sí: por primera vez fuimos protagonistas de las cinco Copas del Mundo.

1990: Otra vez Maradona
Diego había sido esencial cuatro años antes, y volvió a serlo en Italia, cuando junto a Sergio Goycochea impulsaron a la Selección a eliminar a Brasil, Yugoslavia e Italia. La derrota 1-0 en la final ante Alemania determinó un subcampeonato con gusto a hazaña.

El básquet logró su mejor posición desde 1950: en la Copa jugada en la Argentina terminó 8º gracias a un triunfazo ante Canadá en primera fase. En aquel equipo brillaban Marcelo Milanesio y Héctor “Pichi“ Campana.

El vóley llegó invicto hasta los cuartos de final, pero le tocó un cruce cruel con Italia, que luego sería campeón. De todos modos, el 6º puesto mereció aplausos.

Las chicas del hockey hasta tuvieron que vender rifas para pagar el viaje al Mundial de Australia, y terminaron en el 9º lugar, al igual que los varones en Pakistán.

1994: Prehistoria leona
Lo mejor del 94 fue lo de las chicas del hockey, que con Sofía McKenzie como estrella terminaron subcampeonas en el Mundial disputado en Irlanda. Los otros que mejoraron su ubicación fueron justo los varones del hockey, que ascendieron a la 7º posición.

La Selección de básquet esta vez no pudo con Canadá, que fue local, y esa derrota la terminó condenando a luchar por el 9º puesto que finalmente logró. El vóley perdió todos sus partidos y sólo zafó del último puesto por diferencia de sets: terminó 14º entre 16.

La gran tristeza se vivió con el fútbol. Dirigido por Alfio Basile y con Maradona, Gabriel Batistuta, Claudio Caniggia y Diego Simeone, el equipo era candidato al título. Comenzó derrotando a Grecia y Nigeria, pero Diego dio positivo en un control antidoping, el ánimo se derrumbó, y Rumania terminó eliminándonos en octavos de final y dejándonos en un triste 10º puesto.

1998: Sin podios
Hace 16 años ocurrieron por última vez dos sucesos negativos: ningún seleccionado finalizó entre los tres primeros, y además uno de los equipos ni siquiera jugó el Mundial: el de hockey masculino. Desde entonces, los equipos argentinos tienen asistencia perfecta. Lo mejor fue lo de las chicas, con Karina Masotta y Vanina Oneto como estandartes, al terminar cuartas en el Mundial de Utrecht, Holanda.

El fútbol tuvo una alegría importante, al eliminar a Inglaterra en octavos de final, y enseguida una tristeza, al ser eliminado por Holanda en cuartos de final. Aquel equipo dirigido por Daniel Passarella, con Ariel Ortega en su esplendor y Gabriel Batistuta como romperredes, terminó 6º.

El último Mundial de Milanesio terminó con un buen 8º puesto para el básquet, con un memorable triunfo ante Australia incluido.

El vóley decepcionó: una gran camada de jugadores que incluía a Marcos Milinkovic, Javier Weber, Juan Carlos Cuminetti y Guillermo Quaini, dirigida por Daniel Castellani, perdió ante rivales teóricamente inferiores como Canadá y España, y finalizó en el 11º lugar.

2002: El contraste más grande
Si 1986 había sido el año más feliz hasta entonces, 2002 podría haberlo superado. La Selección de hockey femenino, que dos años antes había incorporado el seudónimo de Las Leonas gracias a una gran participación en los Juegos Olímpicos, ganó por primera vez el título mundial. Luciana Aymar, Soledad García y gran elenco protagonizaron el torneo jugado en Perth, Australia, en el que derrotaron a la siempre poderosa Holanda en la final.

Los varones no se quedaron demasiado atrás: lograron la mejor posición de su historia, un 6º puesto conseguido tras ganar seis partidos y perder sólo tres, basándose en los goles de córner corto de Jorge Lombi, máximo anotador del torneo.

Y hubo más: la Selección de básquet sorprendió al mundo y en Indianápolis superó al Dream Team de Estados Unidos, bestias NBA que jamás habían conocido la derrota, candidatos totales, superiores por decantación. Manu Ginóbili, Pepe Sánchez, Andrés Nocioni y Fabricio Oberto fueron líderes de los doce gigantes que llevaron al básquet argentino a una final mundial por primera vez en 52 años. Arañaron el título, pero perdieron ante Yugoslavia en una final que todavía duele, pero también enorgullece.

El vóley tenía la responsabilidad de ser local y arrancó con todo: seis victorias consecutivas, incluida una ante la gigante Italia. En cuartos de final era favorito, pero perdió ante Francia y terminó con un 6º puesto que pudo ser mejor, pero al que le sobró dignidad.

¿Por qué, entonces, dudamos de que haya sido el mejor año del deporte argentino? Porque en medio de una crisis económica y social gravísima que se vivía en el país, la Selección de fútbol dirigida por Marcelo Bielsa entusiasmaba y era candidata al título. Pero no. Comenzó con un sólido triunfo 1-0 ante Nigeria, cayó injustamente ante Inglaterra y tuvo que definir su clasifición ante Suecia. Todavía lo tenemos en la garganta a ese partido, en el que Zanetti y Ortega fueron por la derecha, Sorin y el Piojo López por izquierda, Verón y Ortega por el medio, y Batistuta esperó y esperó una chance que nunca llegó. Un 1 a 1 que nos arruinó un año deportivamente maravilloso y nos condenó a un sorpresivo 18º lugar.

2006: A un pasito de la gloria…
Los Mundiales de 2006 dejaron tres historias parecidas: las de tres equipos que estuvieron al borde, a muy poquito de lograr resultados históricos.

La Selección de fútbol casi consiguió llegar a semifinales por primera vez en 16 años. El equipo dirigido por José Pekerman comenzó con tres triunfos y un empate hasta que en cuartos de final se cruzó con el local, Alemania, empató 1-1 y perdió por penales. El 6º puesto pareció poco premio.

Los gigantes del básquet se habían transformado en la Generación Dorada dos años antes, al subirse a lo más alto del podio olímpico. En el Mundial estuvieron a un triple de ser finalistas, pero el tiro del Chapu Nocioni pegó en el aro, salió y terminamos cuartos. Fue un enorme torneo de Manu Ginóbili, elegido en el quinteto ideal.

También Las Leonas pudieron ser finalistas, pero por diferencia de gol quedaron debajo de Australia en su grupo y no pudieron evitar a Holanda, que las eliminó en semis. En el partido por el tercer puesto, se sacaron la bronca derrotando 5-0 a España.

Sin embargo, dos equipos estuvieron lejos de cualquier alegría. El hockey masculino finalizó 10º entre 12 equipos, en una triste campaña que incluyó una inesperada derrota ante Japón. El vóley también anduvo muy mal: sumó tres victorias y siete derrotas, y finalizó en el puesto 13. Hasta Puerto Rico nos ganó.

2010: ¡Bicampleonas!
No es un error, es un juego de palabras porque, en el Mundial de Rosario, la Selección de hockey femenino fue campeona mundial por segunda vez. Las chicas hicieron una campaña estupenda: siete triunfos en siete partidos, con 19 goles a favor (6 de Noel Barrionuevo) y apenas 4 en contra. Derrotaron 3-1 en la final a un ya clásico rival, Holanda. Segundo Mundial ganado para Aymar, que así se acomodó junto a Gabriela Sabatini como la deportista argentina más importante.

Por segunda vez en la historia, las cinco Selecciones terminaron en los primeros nueve puestos. En básquet, Lituania nos ganó en cuartos de final; pero gracias a un enorme Luis Alberto Scola, hubo triunfos ante Rusia y España para terminar en 5º lugar. El fútbol llegó con el impulso de tener a Maradona como entrenador y arrasó con tres triunfos en primera ronda. Pero mostró dudas ante México, y Alemania terminó goleándonos 4-0 y enviándonos por tercera vez en cuatro copas al 6º lugar. El hockey masculino repuntó luego del fracaso 2006 y ascendió al 7º puesto, destacándose un triunfo ante la India. Y también mejoraron los chicos del vóley, que treparon cuatro puestos y terminaron novenos, con victorias ante Francia y Japón incluidas. 

2014: Dos grandes desafíos
A partir del 2 de junio, por cuarta vez consecutiva, habrá representación argentina en los cinco Mundiales. Sabemos que los seguidores del básquet y el vóley femeninos estarán enojados por su ausencia en esta nota, pero deben reconocer que la popularidad de esas disciplinas en la Argentina aún está un escalón abajo. Las Leonas y el fútbol son candidatos al título; el básquet apuntará a recuperar su lugar en las semifinales; mientras que el hockey masculino y el vóley saben que el objetivo es no bajar de los primeros ocho puestos. A nivel grupal, hay dos metas gigantes que nunca se lograron y no parecen imposibles. La primera, que las cinco selecciones terminen entre los ocho primeros lugares. La segunda, que dos equipos argentinos sean campeones del mundo el mismo año. Bienvenidos a un año mundial.

5 Los Mundiales ganados en los principales deportes de equipos. La Selección de básquet fue campeona como local en 1950; la de fútbol festejó en Argentina 1978 y México 1986; y Las Leonas, en Perth 2002 y Rosario 2010. Además, se consiguieron 5 subcampeonatos: dos en fútbol (1930 y 1990), dos en hockey femenino (1974 y 1994) y uno en básquet (2002) .

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4443 (FEBRERO DE 2014)

martes, 2 de septiembre de 2014

Super Bowl, súper números

Imagen del primer Super Bowl, disputado en 1957
Por Martín Estévez

Se juega una nueva edición del Super Bowl, el evento deportivo más importante de los Estados Unidos: un partido de fútbol americano que genera estadísticas sorprendentes.

El Super Bowl es el encuentro final de cada temporada de la National Football League (NFL), pero para los estadounidenses significa mucho más que definir cuál es el mejor equipo de fútbol americano; es también uno de los principales eventos sociales del país. Su historia y trascendencia pueden resumirse a través de las estadísticas.

48 Es el número de la edición que se disputará el 2 de febrero en el MetLife Stadium de East Rutherford, New Jersey. La sede se elige con tres años de anticipación. Será conocido como Super Bowl XLVIII, porque por tradición se utilizan números romanos para dar nombre a cada evento.

1967 Ese fue el año en el que se efectuó la primera edición del Super Bowl. Aquella vez lo jugaron el campeón de la NFL contra el de la American Football League, que luego se fusionarían. El 15 de enero, Green Bay Packers derrotó 35-10 a Kansas City Chiefs.

Las ocasiones en las que los Pittsburgh Steelers obtuvieron el Super Bowl; los convierte en los máximos ganadores. Lo consiguieron en 1975, 1976, 1979, 1980, 2006 y 2009. Muy cerca, con cinco conquistas, se encuentran Dallas Cowboys y San Francisco 49ers.

1970 Fue el año en el que murió Vince Lombardi, brillante entrenador nacido en Brooklyn en 1913. Dirigió a los Green Bay Packers y a Washington Redskins, y obtuvo dos veces el Super Bowl. Desde su muerte, el trofeo que se le otorga a los ganadores lleva su nombre.

Los puntos que anotaron los Miami Dolphins en 1972. Fue la marca más baja de un equipo durante el Super Bowl. Aquella vez, los Dallas Cowboys los trituraron con un resultado de 24-3 y festejaron por primera vez.

21 Ésa es la marca más baja de puntos anotados entre los dos finalistas. En 1973, Miami Dolphins derrotó a Washington Redskins por un cerrado 14-7. Era el debut en un Super Bowl para los Redskins.

La cantidad de derrotas que Miami sufrió durante toda aquella temporada 1973. Los Dolphins se convirtieron así en el único equipo que ganó el Super Bowl de manera invicta. En 1974 volvieron a ser campeones, pero ya con derrotas durante la fase regular.

Son los conjuntos que ganaron dos Super Bowls de manera consecutiva. Además de los Dolphins (1971-72), lo consiguieron Green Bay Packers (1967-68), Pittsburgh Steelers (1975-76 y 1979-80), San Francisco 49ers (1989-1990), Dallas Cowboys (1993-94), Denver Broncos (1998-99) y New England Patriots (2004-05). Nadie pudo consagrarse tres veces seguidas.

55 Los puntos que anotaron los San Francisco 49ers en la final de 1990, la marca más alta para un equipo en la historia. Su triunfo 55-10 sobre Denver Broncos resultó también el de mayor ventaja de un conjunto sobre otro (45 de diferencia) y el segundo título en cadena para San Francisco.

Los Super Bowls consecutivos que disputaron los Buffalo Bills entre 1991 y 1994, con la particularidad de que no ganaron ninguno. En la primera final, ante los New York Giants, perdieron por apenas un punto (20-19).

75 La final con más puntos en total fue la de 1995, cuando los San Francisco 49ers derrotaron 49-26 a San Diego Chargers en Miami. Steve Young fue elegido MVP (Jugador Más Valioso). Entre ambos equipos sumaron 75 tantos.

Las ocasiones en las que Joe Montana fue elegido MVP del Super Bowl. El mariscal de campo de San Francisco lo consiguió en 1982, 1985 y 1990.

Son las veces que Charles Hanley obtuvo el Super Bowl, record absoluto. Nacido en 1964, fue campeón en 1989, 1990 (con San Francisco 49ers), 1993, 1994 y 1996 (con Dallas Cowboys). Se retiró en 1999.

Solamente una derrota sufrieron los New England Patriots durante la temporada 2007/08: fue justo en el Super Bowl, 17-14 ante los New York Giants. La gran campaña terminó en gran tristeza.

De las 32 franquicias que compiten en la NFL, solamente cuatro nunca han jugado el Super Bowl: Cleveland Browns, Detroit Lions, Houston Texans y Jacksonville Jaguars.

17 Son los equipos que alguna vez obtuvieron el Super Bowl. Eso significa que 11 conjuntos de los que llegaron a la gran final nunca la ganaron.

900 Son los dólares que vale la entrada más económica para presenciar el Super Bowl. Claro que se agotan rápidamente y su valor crece a más del triple a través de la reventa ilegal.

5.000 Los dólares en los que están valuados cada uno de los anillos que reciben los campeones. No sólo los jugadores: a la franquicia ganadora se le otorgan 150 anillos para repartir a voluntad.

25.000 El trofeo Vince Lombardi tiene un gran valor deportivo y también monetario: fue valuado en 25.000 dólares. Mide 56 centímetros y pesa 3,2 kilos.

30 Son los minutos que dura el esperado “Half-Time Show”. Aunque en los partidos regulares es más breve, durante el Super Bowl la NFL autoriza un entretiempo de media hora que permite el despliegue de un gran show musical y la venta de publicidad.

90.000 Los dólares que vale ¡un segundo! de publicidad durante la transmisión televisiva del Super Bowl. Según el momento en que aparezca, su cotización puede aumentar.

115 Los millones de espectadores que tuvo la edición de 2012 del Super Bowl. Significó el evento más visto en la historia de los Estados Unidos.

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº63 (FEBRERO DE 2014)