miércoles, 29 de diciembre de 2010

Historia de los Mundiales: parte 2 (1974-2006)

Ya te habíamos contado sobre Mussolini, Sindelar y boicots. Ahora es el turno de más dictaduras, héroes anónimos y sobornos. Repasamos las últimas nueve Copas del Mundo al estilo [W].

Alemania 1974. Durante las Eliminatorias, la Unión Soviética y Chile disputan el repechaje para clasificar al Mundial. Los soviéticos se niegan a jugar en el Estadio Nacional chileno porque era un campo de concentración. Tenían razón: la dictadura de Pinochet torturaba y asesinaba seres humanos ahí. La FIFA envió una delegación a revisar el estadio, pero aunque los militares no alcanzaron a limpiar todas las manchas de sangre, el informe fue positivo. La Unión Soviética mantuvo la negación y Chile clasificó automática y tristemente. Encima, ya en el Mundial, el que quizás fue el mejor equipo de la historia, la Naranja Mecánica de Holanda, perdió la final con los locales. ¡Buuu!

Argentina 1978. Treinta mil argentinos no pueden contarnos cómo vivieron esa copa porque fueron secuestrados, torturados y asesinados por el Estado nacional. El verdadero orgullo lo generaron el plantel de Holanda y algunos futbolistas suecos, que acompañaron a las Madres de Plaza de Mayo en su dolor. ¿Mundial? ¿De qué Mundial hablan? Lo único que debemos recordar de 1978 es que los genocidas deben ir a prisión. Y exigirlo.


España 1982. Argelia estaba por lograr un histórico pasaje a segunda ronda para el fútbol africano. Sólo podía quedar eliminada si Alemania derrotaba a Austria por uno o dos goles. Los austríacos, con ese resultado, también clasificaban. ¿Conclusión? Alemania 1 Austria 0, y chau Argelia. Ah: otra vez el que mejor jugó (Brasil) se quedó con las manos vacías y festejó Italia. Ufa.

México 1986. Colombia fue elegida como sede, pero en una reunión secreta, la gerencia de Adidas, sponsor del Mundial, explicó que no le era rentable porque en Colombia “ocho de cada diez personas anda descalza”. La FIFA, permisiva con la Italia fascista y la Argentina genocida, impuso condiciones imposibles hasta obligar a Colombia a renunciar. La federación colombiana acusó a la FIFA de "multinacional del fútbol”. ¿Y el título de Argentina? Más allá del gol de Maradona con la mano, esta vez fue bastante limpito. Vale festejar…

Italia 1990. En la final, Alemania derrotó 1-0 a Argentina, pero el verdadero campeón fue Camerún: llegó hasta cuartos de final (ganaba 2-1 y a Inglaterra le dieron dos penales), hizo feliz a África y el plantel festejó el 7º puesto dando la vuelta olímpica en el Estadio San Paolo. En nuestro país casi nadie se acuerda del gol de Troglio a Unión Soviética, pero sí de la canción del Mundial: “Notti magicheee… inseguendo un goal… sotto il celo di un state italianaaa…”.


Estados Unidos 1994. En las Eliminatorias, Brasil le paga a la federación ecuatoriana para no jugar en la altura de Quito. El empate que consigue en Guayaquil termina siendo clave en su clasificación. El Mundial comienza, pero apenas uno de cada cuatro estadounidenses sabe que se está jugando. El colombiano Andrés Escobar mete un gol en contra que elimina a su equipo: al volver a Colombia es asesinado por la mafia. Y en la final se juegan 120 minutos pero nadie mete un gol. Brasil, el que compró favores ecuatorianos, se consagra campeón en los penales.

Francia 1998. Francia campeón ante su gente, ¡qué lindo! El plantel estaba formado en su mayoría por descendientes de nacidos en Argelia, Ghana, Guadalupe, Nueva Caledonia… Ah: una encuesta realizada ese año certificó que la mitad de los franceses deseaba expulsar a los inmigrantes. Pero, claro, si ganan la Copa del Mundo ya no sólo negros o inferiores: son negros o inferiores campeones.

Japón/Corea del Sur 2002. Argentina es eliminada en primera ronda después de un proceso brillante con Bielsa como entrenador. ¿Cómo sostener el interés en los países organizadores, débiles futbolísticamente? No costó tanto: Japón pasó de ronda por primera vez y Corea del Sur llegó a semifinales tras eliminar a Italia y España… con groseras ayudas arbitrales. El campeón, Brasil, recibió ayuditas mínimas, así que se lo damos por bueno.

Alemania 2006. Un Mundial políticamente correcto en el que incluso el local no fue beneficiado. Es cierto que el fútbol bastante amarrete de Italia derrotó en la final a Zidane y a otros franceses más agradables de ver, pero todo pareció bastante “legal”.

Ya llega Sudáfrica 2010 y promete taparnos las verdades más dolorosas con el gigantesco show del fútbol. Hay que disfrutar de los goles lujosos y las tácticas inteligentes, sí, pero también tomar conciencia de que muchas, demasiadas veces, lo más importante en los Mundiales no sucede dentro del campo de juego. 

PUBLICADO EN REVISTA [W] Nº12 (ABRIL DE 2010) 

martes, 28 de diciembre de 2010

Historia de los Mundiales: capítulo 1 (1930 a 1970)

Sabemos que en estos meses te vas a cansar de leer notas sobre Sudáfrica 2010, pero ninguna con el estilo [W]. Traiciones, amenazas, esperanza, guerras: te mostramos la otra cara de la Copa del Mundo.

Ya sabemos de memoria que Brasil ganó cinco Copas del Mundo, que Maradona la rompió en México ’86, que nunca se había disputado un Mundial en África. Esos datos, fáciles de encontrar hasta en la Paparazzi, no están en esta nota. En [W] queremos ofrecerte una mirada distinta. En esta primera parte, espiamos qué pasó entre 1930 y 1970.

Uruguay 1930. Uruguay era el mejor, pero aunque fue campeón no pudo demostrarlo. ¿Por qué? Porque había ganado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, pero al primer Mundial no asistieron las potencias de entonces (Inglaterra, Holanda, Suiza, Italia), un poco por los costos y mucho como represalia por la elección de la sede. No es culpa de los uruguayos (hasta ofrecieron pagar los traslados), pero el Mundial no fue tan mundial.



Italia 1934. En la Italia fascista del genocida Benito Mussolini, el local tenía que ser campeón para usar la copa como propaganda política. Si la renuncia de Uruguay, en respuesta al boicot de 1930, ya le había quitado méritos deportivos, la manipulación que significaba competir bajo un contexto que se asemejaba al Infierno le quitó casi todo prestigio a la conquista del campeón Italia. ¿Se festeja un título que festejó Mussolini?

Francia 1938. No es tan triste como el ’34, pero tampoco huele a fresias. Para empezar, se rompió el trato de realizar el torneo alternadamente en América y Europa porque Jules Rimet, presidente de la FIFA, quería ver un Mundial en su tierra. Uruguay y Argentina, disconformes, no participaron. Otro candidato, Austria, fue anexionado por la Alemania de Hitler, pero el mejor austríaco, Matthias Sindelar, se negó a jugar con la esvástica en el pecho y, tras ser perseguido porque su esposa era judía, se suicidó junto a ella. Como si no fuera suficiente, la copa quedó otra vez en manos de Mussolini. Todo mal.

Brasil 1950. Brasil participó en el ’38 pese a que Sudamérica había sido traicionada, y tuvo premio: la localía. Alemania fue excluida (como repudio a los hechos de la II Guerra Mundial) por la misma organización que permitió las amenazas de Mussolini en 1934 y los festejos de Videla en 1978. De los 16 clasificados, tres renunciaron (la India, porque no les permitían jugar descalzos). El campeón fue Uruguay, valiente para ganarle el juego decisivo (famoso Maracanazo) a los brasileños, injustamente tildados de fracasados luego de anotar 21 goles en los 5 partidos previos.

Suiza 1954. Suiza organizó un Mundial prolijito, pero otra vez el campeón no fue indiscutido: aunque Alemania levantó la copa, el mejor había sido Hungría, que metió 27 goles en 5 partidos, incluyendo un 8-3 a los alemanes en primera ronda. No es para tanto: mejor un campeón con suerte que jugar al lado de un campo de concentración, ¿no?

Suecia 1958. Aunque Hungría no tuvo a sus mejores futbolistas, que escaparon del país por la invasión soviética, en 1958 por fin se puede hablar de fútbol. El campeón, Brasil, comienza a construir su reino en base a un estilo aún inimitable. Y, lo más importante, gana sin ayudas políticas o antirreglamentarias. Era hora.

Chile 1962. Argentina era uno de los dos postulantes para organizar el Mundial, pero se lo quedó Chile (de nula tradición futbolística), que en 1960 soportó el terremoto de Valdivia y mantuvo la confianza de la FIFA. En lo futbolístico, Brasil fue otra vez campeón con justicia y el local (ayudado por el árbitro en un juego contra Italia) consiguió un brillante tercer puesto.

Inglaterra 1966. ¿Siempre tiene que pasar algo? Los países africanos renunciaron a la Eliminatoria porque no se les otorgó un cupo (debían dividirlo con Asia), pero no fue todo. En la final, cuando Inglaterra y Alemania empataban 2-2, le dieron un gol al local… ¡aunque la pelota no entró! Sí: Inglaterra campeón, pero a mano armada.

México 1970. Durante las Eliminatorias, un cruce entre Honduras y El Salvador extremó la tensión política entre ambos y provocó una guerra que generó más de 4 mil muertos. Pero terminemos este capítulo con algo más agradable: el Mundial fue el de mejor nivel hasta entonces y la rompió Brasil, que con Pelé y gran elenco revolucionó al fútbol.

PUBLICADO EN REVISTA [W] Nº11 (MARZO DE 2010)

lunes, 27 de diciembre de 2010

La guerra del golf

El deporte de los dieciocho hoyos pelea contra un planeta de exigencias y avances vertiginosos, y sobrevive respetando sus preceptos tradicionales: concentración, constancia… y etiqueta.

El golf se burla del vertiginoso mundo actual, del compre ya, del hágalo enseguida, del corra ahora o quede quieto para siempre. En el golf se piensa, se camina y se aprende con filosofía casi oriental. Requiere paciencia y tiempo. No hay talento natural que alcance. Lo comprobó Michael Jordan, el mejor basquetbolista de la historia: cuando se mudó al golf tuvo que centrarse en el esfuerzo más humilde, y ni así. Autocontrol, disciplina: por allí viaja el golf. Lo dijo Mark Twain: “El golf es un hermoso paseo arruinado por una minúscula pelotita blanca”. Amigarse con la pelotita significa embellecer ese recorrido. Veamos cuál es.

Tee de salida
El tee es el primer golpe, el que sirve como punto de partida. Se llama igual que el pequeño soporte (tee) sobre el que se coloca la pelota para realizarlo. Como el punto de partida del golf es su pasado, el tee de este artículo también lo será.

El origen del golf es tan difuso como el de la mayoría de los deportes. Aunque hay rastros anteriores (algunos historiadores afirman que golf proviene de kolf, que significa palo en holandés), la primera certeza podemos espiarla en la Escocia del siglo XV. ¿Cuál certeza? Es nombrado en dos actas del Parlamento que lo prohibían. El rey James II lo deleznaba porque no era útil para las futuras guerras como sí lo era la arquería. Las primeras asociaciones de golf se formarían siglos después: la Honourable Company of Edinburgh Golfers (1744) y la Saint Andrews Society of Golfers (1754).

¿Por qué dieciocho hoyos?
Aunque el mito supone que se debe a que el whisky tiene dieciocho medidas, el número de hoyos es en honor a la tradición. Antes, los campos de golf poseían cantidad indefinida. El más prestigioso, el de Saint Andrews, tenía once por capricho de la topografía y, para potenciar el espacio, se jugaba “de ida y de vuelta”: en total, 22 hoyos. En 1764 se redujo el número de hoyos a nueve. Ida y vuelta, por lo tanto, sumaban dieciocho. Poco a poco, el resto de los campos fue tomando los patrones del campo ideal, el de Saint Andrews, hasta que los dieciocho hoyos se impusieron por decantación.

Cada hoyo tiene un “par”: el número de golpes promedio con el que un profesional emboca la bola. El “par” va siempre de 3 a 5 golpes. De allí surge la terminología “cuatro bajo el par” o “cinco sobre el par”: es el número de golpes realizado por el golfista comparado con el par de la cancha. La jugada maestra por excelencia es el albatros (completar un hoyo tres golpes bajo el par). Los profesionales, en tanto, suelen agarrarse la cabeza cuando realizan un bogey, doble bogey o triple bogey (uno, dos o tres golpes sobre el par).

Fairway: el camino por recorrer
El fairway es el recorrido ideal entre el tee de salida y la zona cercana al hoyo. Cuando el camino se desvía, es probable que caiga en el rough (zona con pasto más alto y desprolijo). Si el fairway son los placeres de nuestra vida, el rough son nuestras pequeñas crisis. Para disfrutar el recorrido y no sufrirlo hay que practicar y practicar. Golpear una pelota de golf es sencillo; pero golpearla bien es una virtud. Quienes minimizan al golf por su escaso esfuerzo físico suelen ignorar la complejidad de su principal golpe: el swing. Para realizarlo correctamente hay que coordinar el movimiento de 124 músculos.

Approach: el tiro de aproximación
Aunque el approach es el golpe que se realiza para dejar la pelota lo más cerca posible del hoyo, en este artículo lo usaremos para acercarnos al presente. Desde aquellos primeros juegos (reglas inexistentes, elementos improvisados), el golf ha evolucionado gracias a la tecnología, aplicada especialmente en los palos. Originalmente de cualquier madera disponible, han aumentado su complejidad hasta límites asombrosos. En la década de 1980 se impuso el grafito para los mangos y se fabricaron los primeros palos completamente de metal. Hoy, cada jugador puede usar hasta 14 palos distintos, que poseen distintas denominaciones según sus características: maderas (aunque son de acero o titanio; se usan para golpes largos), híbridos (para media distancia), hierros (corta distancia) o putters (para el golpe decisivo).

La víctima de los palazos es una pelota de 4,26 centímetros. Originalmente era de cuero liso relleno con plumas. Al descubrir que a medida que se abollaba la pelota alcanzaba mayores distancias, se añadieron los tradicionales hoyos que se mantienen hasta la actualidad. Las pelotas oficiales tienen 336, que evitan que se genere presión delante y un gran vacío detrás durante el traslado aéreo.

¿Me animo o no me animo?
Los principiantes no deben asustarse viendo imágenes de ESPN con campos infinitos. Las primeras prácticas son en pequeños sectores repletos de pelotas; y los primeros juegos, en campos turísticos-ejecutivos que no sobrepasan los 6.000 metros de extensión. No es necesario enfrentar a nadie para practicar golf, pero los más competitivos pueden jugar contra cualquiera gracias al handicap. En criollo, se trata de restarle golpes al que peor juega (lo máximo que se descuenta es 36). Por caso, si juego contra alguien que tiene 10 puntos de handicap y yo tengo 20, él deberá realizar once golpes menos para ganarme.

La etiqueta
En el golf son tan importantes las reglas de juego como las de comportamiento. De hecho, las sanciones no son reglamentarias: se imponen amonestaciones morales por mal comportamiento. ¿Algunas reglas éticas? No golpear la bola si hay alguien en la dirección del golpe; no arrojar los palos por bronca o disgusto; no hablar cuando un jugador prepara un golpe; reparar cualquier daño que sufra el campo; no demorar más de cinco minutos buscando una pelota perdida; no usar jeans ni remeras sin cuello; las mujeres, ni jeans, ni escotes, ni tacos… ¿Tradición o exageración? El límite entre ambas.

No todo es color verde
La instalación de campos de golf produjo muchas veces problemas ecológicos. No sólo por el gasto de agua para riego o la pérdida de biodiversidad, sino porque el uso de pesticidas y fertilizantes puede afectar aguas subterráneas. Actualmente, antes de construirlos suelen realizarse investigaciones para reducir estas problemáticas. Como contrapartida positiva, en muchas canchas se plantan especies de árboles que enriquecen a su entorno natural.

Los intocables
Aunque la lista podría extenderse con otros nombres, al elegir a los mejores golfistas de la historia hay un puñado que nunca falta. Entre 1962 y 1986, Jack Nicklaus ganó 18 Grand Slams (los cuatro torneos más importantes): seis veces el Master, cinco el PGA Championship, cuatro el US Open y tres veces el British Open. Ben Hogan (entre 1946 y 1959), Arnold Palmer (1955 a 1965) y el sudafricano Gary Player (1958 a 1978, único no estadounidense de la lista) también son genios unánimes. El dominador de los últimos años es conocido tanto por su juego como por cuestiones extragolfísticas: Tiger Woods no sólo es el rey negro de un deporte en el que a los negros les colocaban excremento en los hoyos para que no jugaran, sino que su reciente escándalo matrimonial puso en el rough, en la parte áspera, a su carrera. Justo a él, al deportista que más dinero ganó en la última década.

Golf argentino
El golf llegó a la Argentina en 1879, cuando Henry Smith arribó al puerto de Buenos Aires con una bolsa de palos de golf entre su equipaje. Sin embargo, quien jugó el primer partido fue otro escocés, Valentin Scroggie, en 1892. Pronto se fundó en el barrio de Belgrano el San Martín Golf Club, primer campo de golf de Sudamérica. En 1893 ya había canchas de golf en el Hurlingham Club y en el Lomas Athletic Club.

Argentina tuvo en su historia dos golfistas de brillo internacional: Roberto De Vicenzo y Ángel Cabrera. De Vicenzo ganó el prestigioso British Open en 1967; Cabrera obtuvo el US Open 2007 y el Master en 2009. ¿Logrará alguno más?

El green: la meta deseada
El green es el terreno circular que rodea al hoyo, prolijamente podado, pero peligrosamente rodeado. Sí: como los grandes objetivos de la vida, cerca de la meta están las mayores complicaciones, en este caso pozos de arena, de tierra y hasta pequeños espejos de agua. La última complicación del artículo, decidir el evento más importante de la historia del golf, es resuelto con un swing que mueve, en vez de músculos, 124 caracteres: en 1971, Alan Shepard jugó al golf en la superficie de la Luna, convirtiéndolo (hasta que haya fútbol en Marte) en el único deporte interplanetario.



PUBLICADO EN VARÚA Nº8 (MARZO DE 2010)

domingo, 26 de diciembre de 2010

La casa del fútbol sudamericano

Fútbol, fútbol, fútbol. Mirar hacia todos lados y ver fútbol. El Museo del Fútbol Sudamericano es ideal para cumplir el sueño de los fanáticos y satisfacer la curiosidad de los que no lo son. Y es también una obra arquitectónica que deja estupefactos a los más exigentes visitantes.

En Luque, Paraguay, cerquita del aeropuerto internacional Silvio Pettirossi y a sólo dos kilómetros de Asunción, se encuentran enfrentadas dos construcciones enormes, imponentes, lujosas. De un lado, la sede de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF). Del otro, el museo: inaugurado en enero de 2009, sus 9.450 metros cuadrados están envueltos con un estilo arquitectónico moderno e impactante. Más de 183 mil kilos de acero se utilizaron para construir las coberturas metálicas. El frente, de planos curvos, intensifica su belleza con fuentes, plazoletas y un inmenso balón blanco y negro apoyado sobre un espejo de agua. El blanco, predominante en la obra, contrasta con los espacios verdes que la rodean.

Financiado gracias al superávit generado por la CSF entre 2006 y 2008, dentro del museo se respiran goles, jugadas, el pasado y presente del ultra prestigioso fútbol sudamericano. Más de 2.200 personas caben en su centro de convenciones, que no tiene columnas y puede dividirse, en apenas minutos, en cuatro salas para eventos simultáneos.

“Ésta es una obra para la Historia”, dijo Joseph Blatter, presidente de la FIFA, al visitarlo. Y lo certifica el centro de exposiciones, magnánime obra circular repleta de imágenes, videos y estadísticas de fútbol. Dividido en dos niveles unidos por una rampa interactiva (sus muros modifican su contenido a voluntad de los visitantes), allí están los elementos más preciosos para los aficionados: camisetas como la que Diego Maradona utilizó durante el Mundial de 1986, una con el número 10 que vistió el mismísimo Pelé, la de Alfredo Di Stéfano en Real Madrid, los botines Puma con los que jugó Obdulio Varela en el Maracanazo, histórica final del mundo que Uruguay le ganó a Brasil en 1950... Todos los héroes sudamericanos tienen su espacio. Y el broche de oro es literalmente de oro: la FIFA cedió una réplica original de la Copa del Mundo, la única que no fue entregada a un país por ganar el torneo.

No importa la fecha: el museo está en actividad permanente. La CSF organiza allí ceremonias de sus principales torneos, seminarios, conferencias y múltiples actividades culturales y sociales. Además, su complejo cinematográfico cuenta con siete pantallas gigantes y es otro atractivo que genera que toda visita sea corta. El tour puede realizarse en grupos o en forma individual, entonces no hay excusas que valgan: para los locos por el fútbol y para los que quieren entender esa locura, el Museo del Fútbol Sudamericano es, sencillamente, el lugar que lo tiene todo.


PUBLICADO EN REVISTA PLUNA (FEBRERO DE 2010)

jueves, 2 de diciembre de 2010

Mucho más que ir de pesca

La pesca con mosca es el modo más artístico e intelectual de capturar peces. Requiere talento para fabricar señuelos, inteligencia para adaptarse a distintos ríos y lagos, y apertura mental para disfrutar los placeres que envuelven a la actividad.

“Si nunca has devuelto un pez vivo al agua… sólo prueba hacerlo”. Las palabras son de Mel Krieger, quien no por casualidad fue uno de los más brillantes exponentes de la pesca con mosca. Él comprendió como muy pocos el espíritu de la actividad: mucho más cercana al arte y al placer que al éxito y al beneficio. Mucho más cercana a abrazar a la naturaleza que a aprovecharse de ella.

La pesca con mosca es una variante de la pesca tradicional con diferencias simples pero trascendentales. En lugar de las carnadas tradicionales, se presenta al pescador el desafío de utilizar un señuelo artificial (la mosca) que imita a los insectos usados habitualmente.

Lo que importa es la mosca
La mosca representa el detalle artístico de la actividad: los pescadores más dedicados las fabrican artesanalmente utilizando plumas, hilos y pelos. Suena sencillo, pero no lo es. ¿Por qué? Porque el tipo de mosca depende de los peces que se desee capturar, de las aguas que se recorran, del tipo de caña que se utilice. Aunque las variantes son infinitas, se dividen en tres grupos primarios: las moscas secas, las húmedas (o ninfas) y las streamers.

La mosca seca es la que posee la cualidad de flotar. Por lo tanto debe asemejarse a un insecto que cayó al agua o que tiene alas (abejas, hormigas, avispas). Si el pescador utiliza una mosca seca pero prescinde de una línea flotante, su señuelo resultará ineficaz: los peces rápidamente advertirán que aquello que siempre flotó en la superficie se encuentra debajo del agua. ¿Puede un pez ser tan perceptivo? Créanlo: lo son.

La mosca húmeda, o ninfa, es aquella que incita bajo el agua el deseo de los peces. El objetivo, entonces, es diseñar señuelos parecidos a insectos acuáticos (stoneflies, mosquitos). Por último, las streamers también se sumergen, pero no imitan a insectos sino a pequeños peces o alevinos.

Además existen moscas que están por fuera de las imitadoras y que son el regusto de los pescadores más excétricos: las moscas impresionistas. Se trata de señuelos realizados con motivos artísticos, con estilos creativos y vistosos que, sin embargo, no resultan inútiles: sus colores generan tanta irritación que terminan siendo atacadas por las truchas. ¿Truchas? Sí, son los objetivos de la pesca con mosca y hay grupos predominantes: la trucha de arroyo (cambia de color según su alimentación), la trucha arco iris (puede superar los 10 kilos de peso) y la trucha marrón (la más deseada, pues es difícil capturarla), además de la perca (única especie que no fue introducida por el hombre) y el salmón encerrado (el más difícil de hallar en Argentina).

Origen submarino
Aunque existen escritos que testifican que la pesca con mosca se practicaba en Alemania en el siglo XIII, en la Argentina la semilla fue colocada a principios del siglo XX. El perito Francisco Pascasio Moreno (explorador de la Patagonia) sugirió entonces introducir peces de alto valor deportivo en las aguas sureñas. Desde Estados Unidos y Europa llegaron así las primeras crías de truchas arco iris y marrón, que se adaptaron y reprodujeron. Vaya si lo hicieron: en la actualidad casi no hay ríos patagónicos sin truchas.

Durante décadas se utilizaron cañas de bambú, hasta que la década de 1960 comenzaron a producirse cañas de fibra de vidrio, más livianas y menos costosas. Adoptadas casi unánimemente por los pescadores, mantuvieron su auge hasta mediados de los años ’70, cuando surgieron las cañas de carbono y grafito, que aún mantienen su vigencia.

Gesto de grandeza
Si la creación de la mosca enlaza a la pesca con el arte, otra acción la vincula con la sensibilidad: el catch and release (capturar y devolver). Aunque es una práctica que afortunadamente se ha extendido en distintas variantes de la pesca, la idea de devolver a los peces con vida a las aguas fue fuertemente impulsada por los pescadores con mosca.

“Debería existir un límite estricto en la cantidad de peces que se pueden matar. El concepto de pesca con devolución debería aplicarse en todas nuestras aguas. Sería ideal una filosofía que eleve la experiencia de la pesca a un nivel superior al de un instinto del hombre por buscar alimento”. Otra vez la cita pertenece a Mel Krieger (1928-2008), uno de los mejores pescadores con mosca de la Argentina.

¿Cómo hacerlo? Con cuidado, porque si el pez resulta demasiado herido no sobrevivirá. La gravedad de las heridas depende, por ejemplo, de la profundidad con la que el anzuelo se atora, el tipo de anzuelo que se usa, la duración de la captura y el tiempo en que se mantuvo al pez fuera del agua.

Kit del pescador principiante
Aunque la mosca es el alma de la actividad, no es lo único imprescindible. Una vestimenta apropiada, por caso, fomenta el éxito. Debe ser con tonos ocre, verde o marrón, para mimetizarse con el paisaje y no ahuyentar a los peces. Los pantalones tienen que ser cómodos y el sombrero no se usa sólo por tradición pescadora: protege del agua, del viento, del frío y de los rayos solares.

Con respecto a la caña, es recomendable comprar una de grafito o carbono de una marca reconocida, pues poseen garantía de por vida. Las cañas se numeran de 1 a 15 según su utilidad en distintos ambientes. Para un principiante es recomendable una número 6 ó 7, que se utilizan para pescar en ámbitos medianos y grandes. Los números más bajos corresponden a cañas para peces pequeños; y los más altos, para lugares ventosos y muy grandes.

Las líneas, fundamentales pues determinan la ubicación de la mosca en el agua, pueden ser de flote o hundimiento y terminan en un nylon cónico transparente denominado líder, que sujeta al señuelo.

¿Dónde practicar?
Aunque los ríos Paraná y Paraguay son un buen sitio, los especialistas apuntan hacia abajo. “La Patagonia norte es reconocida mundialmente por la productividad de sus aguas y la belleza de sus paisajes, donde pueden practicarse desde el vadeo y la pesca con mosca seca hasta flotar con guías profesionales y probar suerte con grandes streamers”, explica Francisco Pollizer, quien junto a su familia se ocupa personalmente de brindarles comodidad a quienes visitan Spring Creek Lodge.

Localizado sobre el río Chimehuín, a 11 kilómetros de Junín de Los Andes, el lodge posee un extenso predio de 60 hectáreas. “La temporada se extiende desde noviembre hasta mayo. Contamos con seis cabañas, clubhouse, quincho y muchas facilidades que permiten al pescador dedicarse a lo que consideramos un deporte y un arte –expresa Pollizer–. Su ubicación estratégica nos permite pescar en las aguas del río Chimehuin prácticamente desde nuestra cabañas, y tenemos acceso a más de diez ríos y diez lagos en un radio menor a 80 kilómetros”.

Si el Chimehuin representa por sí solo una gran tentación (pescadores de otros países visitan Argentina para disfrutarlo), el deseo se potencia por la variedad: los ríos Malleo, Aluminé y Quilquihue (entre otros) también forman parte de la propuesta de Spring Creek. “Y con el volcán Lanín dominando un paisaje repleto de aves –completa Pollizer–. Los pescadores tienen la oportunidad de pescar truchas salvajes cada día en distintos ambientes, asesorados en todo momento por guías bilingües. Y también les proponemos actividades complementarias como rafting, kayak y trekking”.

Experiencia completa
La pesca con mosca no se trata sólo del goce de pescar: vadear los ríos superando obstáculos, disfrutar del esplendor de la naturaleza, conocer verdaderamente la vida marina y vivir cada momento con total intensidad forman parte del cóctel que genera miles de aficionados en el planeta. 

PUBLICADO EN VARÚA Nº7 (DICIEMBRE DE 2009)

domingo, 28 de noviembre de 2010

Los dioses y tontos de 2009

Tranquilos, no es un aburrido balance más de fin de año, es una reflexión al estilo W: pensamos cómo giró la ruleta del fútbol argentino, cómo nos olvidamos de Paula Pareto y cómo extrañamos al Loco Bielsa durante 2009.

Maradona fue un Dios, un tonto y termina en medio del subibaja. Messi y Palermo, también. Ellos y muchos protagonistas del fútbol argentino versión 2009 quedaron enredados en la calesita del exitismo, cuya vuelta duró doce meses. Hagamos el recorrido espasmódico al que nos obliga el temor a aburrir lectores.

Diego Maradona pareció crear una selección ideal en el 2-0 contra Francia (Dios); y fue responsable de unas pésimas Eliminatorias en las que Argentina casi queda fuera del Mundial (tonto). Pero logró la clasificación y ahora su cartel dependerá de Sudáfrica 2010 (equilibrio).

Lionel Messi ganó cuatro títulos con Barcelona (Dios); y jugó mal y angustiado en la selección (tonto). Pero ganó el Balón de Oro europeo y ahora su cartel dependerá de Sudáfrica 2010 (equilibrio).

Martín Palermo fue citado a la selección y muchos se burlaron de esa decisión (tonto); y metió un gol de carambola ante Perú que evitó una guerra civil en Buenos Aires (Dios). Pero ahora no hace goles ni en Boca y volvió a su condición de mortal (equilibrio).

Ariel Ortega regresó a River con un gol antológico ante Chacarita (Dios); y sus problemas personales lo dejaron otra vez fuera del plantel (tonto). Pero sigue remándola y volvió a las canchas (equilibrio).

Ricardo Caruso Lombardi salvó a Racing del descenso a puro sorteo, show mediático y equipo aguerrido (Dios); y luego sumó 4 puntos en 8 partidos y renunció (tonto). Volvió a su consideración de técnico efectivo y no mucho más (equilibrio).

Ángel Cappa fue tratado de vendehumo, de charlatán, de filósofo barato por el 70% del periodismo (tonto); y luego realizó una campaña excelente dirigiendo a Huracán, basándose en un juego vistoso (Dios). Los malos resultados también lo llevaron a renunciar y perdió su oficio de alquimista en semanas (equilibrio).

Independiente fue una murga sin estadio, con muertos en el plantel (Mareque) y destino de Nacional B (tonto); y un carnaval en su nuevo estadio, con Bochinis en el plantel (Mareque) y destino de campeonato. Pero otra vez se quedó sin título y sin jugar la Libertadores (equilibrio).

La otra mitad de esta historia, la del resto de los deportes, apuntó más al todo o nada. Juan Martín Del Potro fue el deportista del año, y ganándole en sets corridos a los otros candidatos. El flaquito desconocido dos años antes desayuna con Federer, almuerza con Nadal y (lástima) cena con Susana Giménez.

La otra inmaculada del deporte argentino es Luciana Aymar. Pocos se acuerdan de que ganó el Champions Trophy con Las Leonas: ella, por algún motivo que algún sociólogo debería estudiar, consiguió admiración y respeto sin depender de los resultados. Y está bueno que sea así.

¿Y los demás? Un Manu Ginóbili con lesiones detuvo la pasión nacional por la NBA, al punto que para el gran público pasó desapercibido el nivel superlativo de Luis Scola en Houston Rockets. Pechito López tuvo un año abigarrado de éxitos en TC, TC2000 y Top Race, pero hasta que no compita en Fórmula 1 ninguna de nuestras madres sabrá quién es. Y claro: en un año sin Juegos Olímpicos, a nadie le importó un cuerno cómo les fue a Paula Pareto, Carlos Espínola o Jennifer Dahlgren.

Sin estruendos internacionales, el podio planetario quedó para Roger Federer (gana adeptos su mención como el Mejor de la Historia), el Barcelona de España (jugó al fútbol a un nivel de verdad altísimo) y la selección de Chile de Marcelo Bielsa (jugadores del montón construyendo un equipo único).

Como siempre, desde W solicitamos inteligencia: no hay tantos dioses ni tantos tontos en el deporte argentino. Hay seres humanos conflictuados, talentosos, copados, engreídos. Hay hombres y mujeres que, en definitiva, escribieron no sólo esta página de W, sino también el recuerdo 2009 de nuestro deporte.

PUBLICADO EN REVISTA [W] Nº9 (DICIEMBRE DE 2009) 

sábado, 20 de noviembre de 2010

La furia contra el miedo

España llegará al Mundial como campeón de Europa, número 1 del Ranking FIFA y elogiado a rabiar en su país y en el planeta. Pero deberá rebelarse contra una historia que, en los Mundiales, siempre lo vio fracasar.

España, año 2009, recortes de prensa. "La Furia Roja da todo un espectáculo de fútbol, de situación y de control, de visión y de definición, de posesión de pelota y de sabiduría para hacer con ella lo mejor que se pueda imaginar". ¡Epa, tío! "España es un espectáculo, una gozada, una maravilla que debemos cuidar. Porque cuando España juega, sólo queda sentarse y disfrutar". ¿Es para tanto, chaval? "La Roja es una delicia. Los españoles sentimos y disfrutamos lo que antes sintieron brasileños, argentinos, italianos o alemanes". ¡Joder! ¿Qué os pasa? "Ver a España lucir entre la mediocridad general que exhiben muchas Selecciones punteras es un lujo. La hoja de ruta es clara, los jugones funcionan a las mil maravillas y los rivales ya saben que enfrentan a la mejor del mundo". ¡Hostia, estáis en llamas!

En España se enamoran, se relamen, se babean con esta Selección de Vicente Del Bosque. Ellos ya saben de sueños frustrados, de ilusiones mundialistas rotas. Pero esta vez, juran, es en serio. Parecen tener certezas, porque nunca una Selección española llegó así a un Mundial. ¿Así cómo? Lo dicho: en llamas.

No se trata sólo de haber ganado en 2008 la segunda Eurocopa de su historia en una final ante el gigante Alemania. No, no y no. Ocurre que desde noviembre de 2007, España ha jugado 34 partidos, ganó 33 y perdió 1. "Bue, a Liechtenstein yo también le gano", acusará alguien. No, no y no. La Furia se trompeó con Inglaterra, con Argentina, con Alemania, con Italia, con Francia. Y les ganó a todos. Con la Eurocopa en el bolsillo, ¿cómo no van a agitar banderas?

El problemita es que, desde el Mundial '90, España llega como candidata y patina mal. A veces en choque de titanes, sí: Italia, en el '94, y Francia '02 eran equipos musculosos. Pero hubo cachetazos inesperados: Yugoslavia en el '90, Paraguay en el '98, Corea del Sur en 2002... Mucha cicatriz profunda en el cuerpo español. Ah: la única vez que ganaron la Eurocopa, en el Mundial siguiente se volvieron en primera ronda. Gulp.

El presente lucha contra los fantasmas. Los últimos 8 partidos (8 triunfos) incluyeron cuatro goleadas (5-0 a Bélgica, 3-0 a Estonia, 5-2 a Bosnia y 5-1 a Austria), el 2-1 ante Argentina y una formación base que asoma y, la verdad, asusta un poquito: Casillas; Sergio Ramos, Puyol, Piqué, Capdevila; Busquets, Xavi o Xabi Alonso, Cesc Fábregas, Iniesta; David Silva o el Niño Torres y Villa. Y con un Del Bosque que se le anima al 4-3-3 para determinadas situaciones.

Parece que sí, que ahora estos tíos tienen con qué ilusionarse. ¿Alguien presupone fragilidad deefnsiva? En la Selección, Casillas terminó con valla invicta en 57 de 101 partidos (56%). Parece una estadística cualquiera, pero si comparamos... Post Bielsa, Argentina no recibió goles en 27 de 70 partidos (39%). Gulp otra vez.

Cuidado, de todos modos. Cuidado. Esta España líder del Ranking FIFA es la que tiene la presión. Eterna desamorada en los Mundiales (apenas arañó una semifinal en 1950), deberá desafiar a la historia con su Equipo de los Sueños, calmar su famoso temblor en las piernas y decirle a tanto elogio desmedido: "Tenéis razón, tíos, somos los mejores".

PUBLICADO EN ESPN ANUARIO 2009 (DICIEMBRE DE 2009). 

sábado, 13 de noviembre de 2010

Metegoles de lujo

Los nuevos metegoles de diseño no se conforman con divertir: combinan materiales nobles, sofisticación, practicidad y un deleite estético que los convierten en verdaderas obras de arte.

A veces, los sueños que tenemos desde pequeños los cumplimos siendo grandes. ¿Quién no ha soñado, acaso, con su propio estadio de fútbol, con disfrutar una maravilla arquitectónica en casa? Los nuevos y cada vez más sofisticados metegoles de diseño son la respuesta a tantas plegarias.

Llamado ‘futbolito’ en México y Uruguay, ‘taca-taca’ en Chile o ‘biliardino’ en Italia, el metegol ha sido en las últimas décadas objeto de diversión para los niños y de adoración para los no tan niños. En algunos países, como Ecuador, es casi un deporte nacional: es extraño encontrar hogares en los que no haya uno.

Aunque existieron versiones previas en Alemania y Francia, el metegol fue patentado en 1937 por el español Alexandre de Fisterra. Herido durante la Guerra Civil de su país, vio en el hospital a niños lastimados en sus piernas e imaginó un modo de mantenerlos conectados con el fútbol. La diferencia más notable entre aquel primer ‘futbolín’ y los actuales es que los futbolistas de los viejos prototipos tenían las piernas separadas.

Actualmente, el metegol ha trascendido la función de pasatiempos para convertirse en un juego inmensamente popular que cuenta con competencias oficiales a nivel internacional. Y no solamente ha avanzado su fama: el aspecto de los nuevos prototipos es impactante. Se multiplican las versiones lujosas, diseñadas para ser adoradas por los fanáticos.

El Offside Coffee Table, por ejemplo, posee una fisonomía absolutamente alejada de lo habitual. Fabricado con roble sólido, cristal y acero inoxidable, este metegol tiene como base una mesa ratona recubierta por una tapa de vidrio e incluye un kit de limpieza para verlo siempre reluciente. El brillo del acero lo equipara con el aspecto de los grandes estadios del planeta. Sin embargo, su tamaño cómodo (93 cm de largo y 63 de ancho) es ideal para exponerlo en cualquier parte de la casa.

The Opus, producido en Inglaterra, combina diseño innovador y artesanía clásica. El objetivo es convertir cada pieza en una obra de arte. Por ello, los metegoles se fabrican a pedido del cliente: el aspecto de cada jugador puede personalizarse para asimilarlos al equipo del que eres aficionado… ¡o a tus amigos!

En cambio, 11: the Beautiful Game sobresale por un especial sistema de iluminación y su acabado cromado, que impacta a primera vista. Desde Alemania, en tanto, seduce el metegol Hi-Tech Football Table y su diseño moderno y colorido, que entre sus cualidades más avanzadas presenta pantalla LCD, marcador electrónico y lanzador automático de pelota. Por su parte, Toto Treme Terra, obra del brasileño Chelpa Ferro, incluye gran iluminación, mesa alternativa para apoyar objetos y un detalle tomado de las auténticas vivencias en los estadios de fútbol: permite programar sonidos que se emitirán durante el juego.

El más refinado modelo de metegol pertenece a la firma Vip-Kicker: fabricado con 150 mil cristales de la prestigiosa marca Swarovski trabajados en detalle (y cuyo color elige el comprador), posee textura perfecta y la mágica sensación de jugar con un balón, obviamente, de cristal. Claro que es sólo para coleccionistas: vale 135 mil dólares.

Ya no sólo se trata de jugar y anotar goles. Los metegoles son expresión artística, pieza de colección y motivo de deleite.


PUBLICADO EN AUDI MAGAZINE, DICIEMBRE DE 2009 

jueves, 11 de noviembre de 2010

Campeones del sur

2 PE, ganador del torneo Campeones del Sur

Entre agosto y diciembre de 2009 participé junto a Christian Datzira en la organización de torneos de fútbol de salón. Lejos de los palcos de prensa, el desafío era coordinar el trabajo de planillero, el de fotógrafo y el de periodista, porque después realizaba una breve crónica de cada partido. La mayoría de los textos pueden leerse en este enlace y también aquí. Elijo algunos como homenaje a aquellas tardes amateurs en la ciudad de Lanús.

Garra y Corazón 3 Neanderthales 2

Se quedaba afuera. El partido estaba 2-2 y Garra y Corazón perdía la chance de pelear por la clasificación. Se quedaba afuera porque estuvo nervioso, atado, perdido. Se quedaba afuera pese a que había jugado muy bien una semana antes. Y se quedaba afuera especialmente por el muy buen trabajo de Neanderthales: en su mejor partido de la temporada, con César Bogado como bastión, mereció llevarse los tres puntos. Iban 22 minutos del segundo tiempo y Garra y Corazón se quedaba afuera, pero Roque Montaldo, cual salvador de ilusiones, aprovechó que el arquero Zárate estaba adelantado y, desde mitad de cancha, metió el 3-2 inmerecido. Garra y Corazón se quedaba afuera… pero sigue con vida.

Syrita 18 La Furia Roja 2

Una fantástica triple tapada de Salonia inauguró un partido ideal para Syrita. A partir de entonces dominó a voluntad las acciones y jugó uno de sus mejores encuentros de la temporada. El primer tiempo terminó 7-0 con goles de todos sus jugadores de campo (Otero, Roca, Fuentes, Citarella, Oertlinger) menos de Díaz. Facundo se sacó las ganas en el complemento (marcó dos, llevando su cuenta a 24), Oertlinger se destacó en defensa y la rompió Salonia, que terminó con 19 pelotas atajadas. La Furia Roja no le encontró nunca la solución al partido, lo sufrió, pero sigue a sólo seis puntos de la zona de clasificación. Que no pierda la fe.

Syrita 10 CPJ Avellaneda 8

Pinto abrió el marcador con un gol de volea para CPJ Avellaneda. Un partido cambiante, con tintes dramáticos, lo seguiría. Syrita respondió con un aluvión: empató De Rose y Citarella se mandó un hat-trick de aquellos, incluyendo un golazo desde ángulo cerradísimo. Cuando Agnus se enchufó, CPJ pasó de 1-4 a 3-4, pero al inicio del segundo tiempo ya estaba 3-6. ¿Partido liquidado? Ja: Agnus descontó y luego del empate metió un gol enooorme para el 7-6, llegando a 26 en el campeonato. A Syrita se le complicaba la clasificación hasta que apareció otro que juega en serio: Citarella. Primero la colgó de un ángulo y después gritó otra vez para el 8-8. En el momento decisivo, Facundo Díaz secó la pólvora, metió sus únicos dos tantos del partido (también suma 26) y le dio a Syrita el triunfo que le faltaba para sentirse clasificado.

Federico Licata 12 Los Pibes de la Barra 6

¿Por qué Sassone deja de ser un correcaminos y se convierte en un jugador nervioso y agresivo? ¿Por qué Trachsler se pasa 46 minutos intentando e intentando y apenas mete un gol? ¿Por qué Landisi queda aislado en un extremo de la cancha? ¿Por qué Los Pibes de la Barra dejaron de ser cultores del tiki-tiki para pelear hasta perder la cabeza? Todas las respuestas las tiene Federico Licata, que jugó un partido de ensueño y le dio una lección de juego de equipo a su rival. Con Messina como figura (5 goles, inteligente para no entrar en calenturas innecesarias) y otro gran encuentro de Contardi, dominó el desarrollo, la concepción del juego de principio a fin. El 8-1 del primer tiempo deja pocas dudas: Licata es un firme candidato al título y gana adeptos con el correr de las fechas. ¿Los Pibes? Los Pibes son un interrogante.

Los Rústicos 11 Garra y Corazón 3

Un nene de no más de 11 años esconde una lágrima en la popular de Garra y Corazón. Sabe, presiente que el sueño se le escapa. Los Rústicos son una herramienta aceitada que no tiene piedad: van y van, meten los goles que tienen que meter y alguno más, no especulan. Corizzo, mirado de reojo por algunos integrantes del plantel, fabricó dos goles antológicos, con su fina estampa de crack, pero también otros cinco: suma 35 en el torneo. Kubicki es el cerebro, el ideólogo de un equipo con pocos puntos débiles. Y ante esos demonios camuflados bajo pecheras que les eran impropias chocó la ilusión de Garra y Corazón. Porque la garra de Jaime y Rossi para pelear todas en defensa nunca estuvo en duda. Porque el corazón de Roquecito Montaldo para aguantar la pelota, girar, tocar y pedirla, tampoco. Porque Los Rústicos ganan por sólida inercia y no sacan la vista de la pelota nunca. Si no, hubieran visto a ese nene de 11 años con la camiseta azul, llorando por el sueño que se escapa.

Federico Licata 5 Garra y Corazón 5

Les estoy hablando del alma. No me vengan con resultados ni reglamentos. Hablo de dos verdaderos equipos: Licata y sus historias del pasado, de muñequitos de la suerte, de amistades. Garra y Corazón y su filosofía de jugar y jugar hasta el final. Licata devenido en esplendoroso: después del triunfazo sobre Los Pibes de la Barra, arrancó 3-0 arriba con Contardi siempre firme en el fondo, con Messina que mete hasta el límite de lo correcto, con concepto táctico. Licata es candidato y no por sus resultados: es candidato porque tiene ganas de serlo y lo demuestra. Garra y Corazón se iba silbando bajito, pero algo surgió dentro de cada uno de ellos. Rossi se vistió de arquero y rindió, Jaime jugó de defensor, de delantero y de organizador, Montaldo mostró sangre para bancarse a toda la defensa, Lotito aportó vértigo y Vidal jugó su mejor partido del torneo. Así, ese 0-3 pasó a 3-5 y ese 3-5 pasó a 5-5 con gol de (¿quién, si no?) el llanero Montaldo. El final fue épico. Licata, con espíritu ganador, soportó con grandeza que le arrebaten dos puntos y ya se prepara para el asalto rumbo al campeonato. Garra y Corazón murió luchando hasta el final, hasta que la camiseta azul, mojada por sudor y lágrimas, se supo afuera del torneo. No me vengan con resultados ni reglamentos: les estoy hablando del alma.

Los Rústicos 1 Malta Atlethic Club 9 (cuartos de final)

¿Y esto? Era el partido de vaticinio más fácil: Los Rústicos tenían que ganar con contundencia. ¿Y esto? Primero contra cuarto, con Los Rústicos completos, con Malta con seis jugadores y conforme con haber llegado a cuartos de final. ¿Y esto? Esto es fútbol en estado pleno, es comprobar otra vez que todo puede pasar. Cuando Aguirre metió el 1-0 para Malta hubo indiferencia. Cuando Giménez hizo el segundo, se escuchó el grito del siempre inteligente Kubicki: “¡Dale, no pasa nada!”. Cuando Yané dijo 3-0, los rostros de todos empezaron a endurecerse. Los de Los Rústicos, porque sabían que estaban viviendo una pesadilla pero no podían despertarse. Los de Malta, porque sabían que, si no regalaban nada, la sorpresa de la temporada estaba en sus pies. En los pies habilidosos de Yané, que desde su incorporación le cambió la cara al equipo. En los pies de Joni Aguirre, con desfachatez adolescente y personalidad de guapo. En los pies de Giménez, autor de cuatro goles. ¿Qué les pasó a Los Rústicos? Les pasó de todo, no hay otra explicación. Porque nadie va a dudar por una tarde negra que Kubicki fue uno de los cinco mejores jugadores del campeonato, que Corizzo tiene estampa de crack, que Miceli-Del Giorgio-Navarro eran un trío de lujo para rotar en defensa. Si hasta Nosach es uno de los tres mejores arqueros. ¿Qué falló? ¿Por qué sucedió en cuartos? ¿Por qué Los Rústicos están afuera antes de tiempo? Los playoffs son así, a matar o morir. Y Los Rústicos recibieron nueve balazos inesperados. Injusta condena para un gran equipo. Y premio para el trío histórico de Malta (Mantegazza-Germanier-Bertone), verdaderos héroes de una historia que empezó a los tumbos y que el domingo escribió su página más gloriosa.

2 PE 7 Malta 7 (penales: 3-0) (semifinal)

La historia de Malta era la del sueño del pibe, un guión de Hollywood. Un equipo derruido que padece durante todo el torneo hasta que pega el zarpazo en la última fecha para clasificar y, encima, se cruza con un candidatazo en cuartos. ¿Muerte? Nada de eso, Malta huele sangre y se lo come vivo.
La historia de 2 PE es como una canción sin los arreglos finales: suenan lindo, juegan como una orquesta, pero Laboratorio los hizo sonar en la fase de grupos y Los Pibes de la Barra les remontaron un 1-7 en cuartos hasta dejarlos con la guitarra en la garganta.
“Olvidate de Hollywood”, gritó Alarcón desde el comienzo. Cuatro goles suyos, uno de Delcantare y uno de Di Prisco llevaron el tanteador a 6-2 cuando apenas promediaba el primer tiempo. Gibezzi manejaba al equipo desde el fondo y la final era cantada. Malta volvía a su versión original, la mariposa era otra vez oruga, el conformismo le ganaba a la búsqueda de la hazaña. “¿Estos tipos golearon a Los Rústicos?”, preguntaban los neutrales en la tribuna mientras Mantegazza la iba a buscar al fondo de la red, Yané flotaba sin sentido por la cancha y Bertone charloteaba en el banco.
“¡Acción!”, gritó un director invisible y volvió la historia de Hollywood. Agüero definió por abajo del cuerpo de Ayala para el 3-6. Bertone entró como Caniggia contra Camerún en el ’90 y metió un latigazo larga distancia: 4-6. Leandro González, discontinuo, quiso despertar a 2 PE con un cabezazo que significó el 7-5, pero Malta ya se sentía protagonista y eso no iba a cambiar: Bertone dio el último toque en una serie de rebotes y, sobre la hora, Yané, ese pibito irreverente que se banca las patadas y juega al fútbol de verdad, metió el 7-7 tras pase de Agüero. Silbatazo. Empate. Penales. Uy uy uy.
Mantegazza tenía el milagro al alcance, pero el que se vistió de Goycochea fue Rodrigo Ayala, porque 2 PE metió sus tres penales y a él no le convirtieron ninguno. En algún momento, las cámaras cambiaron de protagonistas y enfocaron a 2 PE. Con vaivenes, con sufrimiento, con preguntas sin respuesta, la tropa azul dio el anteúltimo paso rumbo a la gloria máxima. Su única chance contra Laboratorio será jugar, jugar y jugar. Tocar, tocar y tocar. Que se enciendan Leandro González, Di Prisco, Alarcón. Que Delcantare despunté su vicio goleador. Gibezzi y Ayala, se sabe, rendirán. Del otro lado, en las dignas sombras de la eliminación heroica, los muchachotes de Malta pensaban en lo lindo que hubiera sido juntarse a ver en DVD esa peli que casi construyen al mejor estilo Hollywood: la de Malta campeón.

Malta AC 11 Federico Licata 7 (tercer puesto)

Ganó el menos ambicioso. Suena contradictorio, pero así funciona el Universo a veces. Porque Federico Licata siempre apuntó al título y entonces vio a este partido como un consuelo triste, un caramelo gastado, una extensión de la agonía. Malta, en cambio, se sintió eliminado en primera ronda, por lo tanto todo logro posterior fue premio sin castigo.
¿Quién hubiera dicho que estos monstruitos terminarían cuartos? Licata sigue siendo un equipazo pese a los dos últimos cachetazos. Lo demostró mientras tuvo ganas de jugar: se puso 4-2 con un Román Panaccio asesino, sagaz, letal que metió dos golazos.
El primer tiempo, un parejito 1-1, fue apenas el prólogo del verdadero match, esos 23 minutos finales electrizantes. Porque Malta reaccionó gracias a Yané, enanito lúcido que terminó levantando aplausos hasta de los más reacios a su estilo. El pibe, con la 10 en la espalda, no sólo había hecho el primero luego de un sombrerito delicado y el segundo luego de un rebote en el palo: esculpió el tercero, el cuarto y el quinto. 5-4 para Malta, 5-4 para Yané.
Licata, gastado por la frustración de la semifinal, se abandonó a la deriva. Dejó que Jiménez y Bertone manejaran los hilos mientras Germanier y el tremendo arquero que nació en Mantegazza les robaban sus situaciones de gol con descaro. Yané, a esta altura de los mejores pisapelotas del torneo, cerró el 11-7 con su séptimo gol. Licata dejó una linda huella en el torneo, con tipos como Contardi y Messina que por momentos alcanzaron un nivel altísimo. Malta se fue regado en gloria, ganador, haciendo brillar una historia que parecía morir apagada.

2 PE 5 Laboratorio 3

“¿Vos me estás mintiendo, no? ¿Vos no jugás a la pelota los fines de semana, te vas a cualquier lado, no?”, preguntaba con desconfianza la novia de Yamil Dip durante la semana. La previa del tremendo Laboratorio - 2 PE se vivía en todos los rincones, en cada casa. Mientras los candidatazos invictos rezaban por contar con el trascendental Leo Domínguez e intentaban pedir el artículo 225 por Ricardo Moreno, en 2 PE se preguntaban por qué diablos Yamil nunca aparecía en las crónicas de los partidos.
Mucha previa, mucho cambio de horario, mucha tensión. Laboratorio trajo a Zomoza, trajo a un tal Díaz, trajo a Herrera. Nombres desconocidos que no tapaban una realidad: no estaba Domínguez, no estaba Moreno, ni siquiera estaba el arquero Petelín y Dieguito Falcón rengueaba. Candidato averiado, pero candidato al fin. Falcón y Jonatan Aguirre contra el mundo, y los pronósticos decían que perdía el mundo.
2 PE completito, con el batacazo en un bolsito, con la timidez del que ya se había comido dos trompadas del enemigo. De golpe están los dos en la cancha y no hay nada más que decir. Horacio, árbitro que terminó ganándose un respeto casi sorprendente para un árbitro, metió el silbatazo en los oídos de todos. ¡Acción! Señores, Laboratorio y 2 PE se juegan el título.
Antes de que alguien se aburra, Aguirre demuestra que sigue con puntería de 'serial killer': bombazo cruzado y 1-0. 1-0 y Laboratorio ratificando su poder. Es el momento de quiebre. De demostrar si 2 PE tiene coraje para bancar semejante partido. Y entonces guapea Di Prisco, suplente habitual pese a su gambeta irreverente, y empata el partido. Vuelta a empezar.
El tema es que Martincho Di Prisco está enchufado a 220 y casi mete el segundo. Laboratorio duda por primera vez en el torneo. Y el guapo ahora es Alarcón, que la pelea hasta dejársela servida a esa versión sureña del Turu Flores que es Pablito Delcantare: 2-1. 2 PE en ventaja. A la perinola.
Algunos se cubren esperando el aluvión de Laboratorio, pero Di Prisco está en llamas. Sí: en llamas. Lindo pase para Alarcón y 3-1. Final del primer tiempo.
Pestañeamos y de nuevo están jugando. Delcantare la hace rebotar contra el palo y a todos les corre un escalofrío: ¿se escapó la única chance de liquidarlo? Al toque, Falcón se pone la capa, la capucha y mete un 2-3 de superhéroe. Laboratorio sólo se parece a Laboratorio por él. Hasta Aguirre ha congelado su cuenta en 56 goles. Sin embargo, está a tiro del empate, a tiro del triunfo, a tiro del campeonato. La tensión ahora sí se siente en serio y las piernas se agarrotan. 2 PE arriba por uno, con un rato por jugar y el título en disputa.
Estupor. Alarcón le pega sin convicción para cualquier lado, el arquero Gurrero está mal parado, la pelota pide permiso y llega a la red. Gol. Esto sí que no estaba en los planes: 4-2.
Di Prisco, rumbo a ser el jugador del partido, se lesiona. El momento dramático termina siendo exagerado: los ligamentos están a salvo. Laboratorio, arrinconado contra la derrota, arremete. Falcón sacude un poste. Ayala tapa una. Tapa dos. Tapa tres. Las miradas de aprobación para el mejor arquero del campeonato aparecen en las tribunas del Marplatense.
Gibezzi mete la bomba de larga distancia y ya es carnaval. El 5-2 tiene un gusto raro, el partido fue una nebulosa típica de una final. Tanto, que parece liquidado antes de tiempo, pero no: Falcón, siempre Falcón, la mete de cabeza y otra vez a mirar el reloj. 2 PE gana 5-3, y el secreto táctico no pasa desapercibido. Anoten, estudiosos del fútbol, la formación base de la final: Ayala al arco; Yamil Dip y Daniel Díaz en defensa; Alarcón y Di Prisco arriba. No les tembló el pulso: los dos goleadores, Delcantare y Leandro González, al banco. El capitán, Gibezzi, al banco. 2 PE apostó, jugó con tres suplentes y el otro (Alarcón) en un puesto que no es el suyo. 2 PE quiso ganar antes que nada, sin importar el formato del triunfo. Y lo hizo. Sacrificó a Leandro González, de los mejores del torneo, y le salió bien. Ayala le dio consistencia al equipo desde atrás y todos terminaron confiados en sí mismos. Si Yamil Dip no había hecho estruendos parece ser nombrado antes, en la final acumuló todos los méritos para ver su nombre. Daniel Díaz fue otro que dio el salto al umbral de los consagrados.
“... Desde Chingolo, desde Chingolo salió el nuevo campeón...”, gritaban aliviados después de tanta batalla. Porque 2 PE se bancó las dos trompadas de Laboratorio en primera fase, la remontada de Los Pibes de la Barra en cuartos, los penales contra Malta en semi. Y cuando tuvo que cambiar para no comerse la tercera piña, cambió. Jugó pensando en ser campeón, fueron ocho tipos persiguiendo una idea hasta abrazarla. 2 PE, los pibitos goleadores de azul, los del toque rápido y las risas quilomberas, los que empezaron acelerando y terminaron pensando, festejó. 2 PE, los valientes que se le animaron al cuco Laboratorio, es el Campeón del Sur.

Syrita obtuvo el premio Fair Play

sábado, 6 de noviembre de 2010

Viajar sobre una tabla

Si nunca supiste bien qué son el skate, el surf o el snowboard, pero cuando los escuchás nombrar pensás “estaría bueno probar algún día”, esta nota es para vos.

Tranquilo, lector de W: no hablaremos de competencias en Canadá ni de términos técnicos imposibles de recordar. Sabemos que el skate, el surf y el snowboard son minoritarios en Argentina y no queremos aburrirte sino que sepas, en palabras claras, qué es lo divertido de practicarlos y cómo hacer para empezar.

Comencemos con el skate, que al menos suena familiar. ¿Quién no vio una patineta alguna vez? Bueno, el skate es exactamente eso: el sencillo acto de andar en patineta llevado al extremo. ¿Qué hace un principiante? Lo primero, claro, es conseguir un skate (si decís patineta ante un skater es probable que se mate de risa). Aunque los más experimentados disfrutan armando sus propios skates (compuestos por la tabla, las ruedas y los nexos entre ambas cosas, llamados trucks), lo más recomendable y económico es que lo compres ya armado: por $300 se consiguen algunos ideales para aprender. ¿Cómo son los ideales? De madera y anchos, porque permiten mayor estabilidad. Los de aluminio y fibra de vidrio, por ahora, miralos desde lejos.

El skate tiene muchas ventajas: podés aprender solo (aunque es bueno que te aconseje alguien que sepa), no requiere más gastos que el de la tabla (eso sí: tarde o temprano vas a necesitar algún repuesto) y podés practicarlo cuando y donde quieras.

Una vez que controles los movimientos básicos (impulsarte, trasladarte sin tambalear, cambiar de dirección con los pies sobre la tabla), te conviene juntarte con otros skaters en sitios adornados especialmente con rampas; o en lugares públicos con ‘obstáculos’ (escaleras, bajadas pronunciadas). Si no conocés a nadie que ande en skate, el lugar de reunión por excelencia es el Parque Sarmiento: está lleno de principiantes y podés empezar sólo como observador.

El surf es la versión del skate sobre el mar. Los surfistas avanzados se enojarían ante la comparación: aseguran que el surf tiene una profunda relación con lo espiritual y no se trata sólo de moverse arriba de las olas el mayor tiempo posible. Obviamente, para hacer surf no alcanza con ir hasta una plaza cercana, pero tampoco es tan terrible: por el tipo de olas que reciben, Mar del Plata, Miramar y Necochea son lugares fantásticos para surfear.

En este caso sí vas a necesitar de especialistas para acelerar el aprendizaje. Lo más sencillo para empezar es alquilar la tabla (comprar una vale alrededor de $500) y tomar clases. Para que tengas una idea, el curso de diez lecciones sale unos $900. Si te da el presupuesto, es lo mejor.

Lo primero que es necesario aprender es el take off, movimiento en el que pasás de estar recostado en la tabla a estar parado sobre ella. Ésa es la puerta de entrada a todo lo demás. En el curso, de todos modos, se hacen ejercicios de relajación y equilibrio, para que sólo te tires al agua cuando ya estés preparado.

La opción más sofisticada es el snowboard, en el que los costos son mayores. Se trata de deslizarse en la nieve parado sobre una tabla de fibra de vidrio y plástico que va sujetada a los pies. En realidad, sujetada a las botas, que también son imprescindibles.

¿Cuánto dinero es necesario para empezar? Además del traslado a los centros donde se practica snowboard (en Neuquén, Chubut, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego) hay que pagar el alquiler de la tabla y las botas (unos $50 por día); y, claro, lecciones para incorporar las nociones básicas (una clase de dos horas ronda los $180).

La principal ventaja del snowboard es que no hay que hacer movimientos dificultosos para disfrutarlo al máximo: descender por la nieve a toda velocidad (una de las primeras acciones que se aprenden) es una sensación inigualablemente vertiginosa.

PUBLICADO EN [W] Nº6, SEPTIEMBRE DE 2009