miércoles, 23 de septiembre de 2009

El deporte blanc... ¡negro!

FALTAN DINERO, RAQUETAS Y PELOTAS, PERO SOBRA ALMA. EL DÉBIL TENIS AFRICANO SE FORTALECE CON UN PUÑADO DE INCANSABLES HÉROES QUE JUEGAN CON UN PERMANENTE MATCH POINT EN CONTRA.

Julio de 2002. Semifinales junior de Wimbledon. Un joven argelino de enorme futuro derrota a un joven español de enorme futuro. El joven argelino se llama Lamine Ouahab. El joven español... Rafael Nadal. Seis años después, Nadal es uno de los dos mejores del planeta y Ouahab pelea por su 326º puesto con las mismas ganas, pero con menos resultados. ¿Qué pasó para que se genere tanta diferencia entre uno y otro? “Empecé jugando con mi hermano Mohamed (1765º del Ranking ATP), pero en Argelia no se puede progresar –explica Lamine–. Las condiciones son difíciles: no hay jugadores, no hay clubes, no hay torneos... Se necesitan veinte años de trabajo serio. A los dirigentes sólo les importan el fútbol y el atletismo. Si llegué a ser profesional fue por el esfuerzo de mi padre”. Entrenado por un argentino, Martín Vilar, él es uno de los seis jugadores rankeados de su país.
La historia de Ouahab es la de Argelia, y también la de África, un continente que tenísticamente no puede competir en el primer nivel. Las estadísticas son contundentes. En 2007, allí se jugó sólo 1 de los 67 torneos más importantes de la ATP (en Marruecos) y 7 de los 174 challengers (torneos de segundo nivel). Sólo 3 africanos se ubican entre los mejores 200 del ranking mundial. Y, pese a que África representa al 16% de la población mundial, posee apenas 67 de los 1.839 tenistas rankeados (3,6%). ¿Problemas de cultura deportiva? No: pobreza y desesperación en todos los ámbitos, en cada rincón.
El tenis es un deporte costoso. A diferencia del fútbol, donde 22 deportistas necesitan una pelota, o el atletismo, que sólo precisa de calzado, jugar al tenis requiere gastos mayores: raquetas, pelotas, instalaciones... No es difícil entender que un continente con más de 300 millones de personas en la miseria, con una esperanza de vida de 46 años y al que pertenecen 34 de los 48 países con menor nivel de vida no pueda desarrollar un deporte de alto costo.

Los 'privilegiados'
El Magreb, la ‘parte árabe’ de África (Marruecos, Argelia, Túnez), vive una situación más ‘aliviada’. Y también Sudáfrica, donde las fuertes diferencias sociales del pasado (el monstruoso Apartheid, cruel dominio de los blancos sobre los negros) permitieron el buen posicionamiento económico de los opresores. Los descendientes de aquellos holandeses e ingleses conforman hoy la clase alta y de allí proviene la mayoría de los tenistas sudafricanos. Entonces, aunque Wesley Moodie (193º) e Izak Van Der Merwe (292º) nacieron en Sudáfrica, pudieron desarrollar su tenis en universidades de Estados Unidos. Lo mismo ocurrió con Kevin Anderson (101º), un grandote de dos metros desconocido hasta que en marzo llegó a la final en Las Vegas y derrotó a Novak Djokovic (3º) y a Agustín Calleri en el Masters Series de Miami. En tanto, el segundo africano mejor rankeado, Rik de Voest (129º), es italiano y nacionalizado sudafricano. O sea: africanos, pero hasta ahí.
El Africa subsahariana, la región con menos recursos y con más padecimientos, en cambio, necesita hechos casi fortuitos para evolucionar. El hambre, la crueldad y el dolor superan largamente al tenis.

Pasado de glorias
¿Siempre fue así? ¿Siempre el continente negro ocupó el último escalón? Sí. África es históricamente una región muy débil en el tenis. Apenas pueden destacarse casos aislados, como Byron Black, de Zimbabwe, quien empezó a jugar descalzo y luego fue 1º en dobles y 22º en singles; Cliff Drysdale (Sudáfrica, 13º en 1974); Ismail El Shafei (Egipto, 34º en 1975); Nduka Odizor (Nigeria, 52º en 1984, un año antes había derrotado a Guillermo Vilas); Christo Van Rensburg (Sudáfrica, 19º en 1988); Marcos Ondruska (27º en 1993); o Wayne Ferreira (Sudáfrica, 6º en 1995). Distinto es el caso de Yannick Noah, francés que vivió su infancia en el país de su padre, Camerún, y al volver a Europa brilló hasta convertirse en Nº3 del planeta.
Marruecos vivió una era de esplendor a comienzos del siglo XXI, con Karim Alami (25º en 2000), Hicham Arazi (22º en 2001) y Younes El Aynaoui (14º en 2003). Pero no hubo continuidad y hoy su mejor representante es el ya veterano El Aynaoui. Es muy popular en Marruecos: recibió una medalla de oro (el mayor honor para un deportista) de manos del rey Mohammed IV y, en una encuesta realizada en 2003, fue elegido como el modelo a seguir por la sociedad. Ganó un Challenger en Buenos Aires en 1998 (derrotando en su camino a Cañas, Gumy y Squillari) y suma 5 títulos ATP.
Revalidó sus logros este año, convirtiéndose en una de las sorpresas. Jugó tres torneos: ganó un Future (torneos de menor nivel con puntos para el ranking) en España, un Challenger en Suiza y llegó a semifinales en el ATP de Munich, dejando eliminado, entre otros, a Juan Martín Del Potro.
Parece haber futuro: la nueva esperanza marroquí es Reda El Amrani, un talentoso de 19 años que ya se metió entre los mejores 400 aunque casi no puede salir de su país.

Presente de héroes
Pese al dolor social y a tantos obstáculos, los soñadores africanos insisten. Ghana, por ejemplo, no tiene tenistas entre los mil mejores: el último que lo logró fue Henry Adjei-Darko, quien había llegado a ser 275º en 2006. Sin embargo, en 2007 consiguió dinero para participar de apenas cinco campeonatos. Ganó uno: un Future en Nigeria. En 2008 dejó de lado su carrera para colaborar en la Academia de Tenis Winward, en Estados Unidos, donde trabaja su hermano Clement.
Aquella final que ganó Henry en Nigeria fue ante Komlavi Loglo, único tenista profesional de Togo. Campeón africano juvenil en 2002, Loglo había ingresado en el lote de los mejores 350 durante 2007, tras ganar tres Futures, todos en África. Acaba de ser elegido como uno de los cuatro invitados para participar en los Juegos Olímpicos (otra es Cara Black, de Zimbabwe, quien como su hermano Byron alcanzó el Nº1 en dobles). Loglo decidió establecerse en Valencia para estar cerca de los torneos importantes, pero este año quedó eliminado en primera ronda en los seis Futures que jugó.
Ése es otro problema: los viajes. Los torneos en el continente son muy pocos y es casi imposible cubrir los gastos para llegar a Europa. Intentarlo y retornar con tantas derrotas tempranas podría significar un golpe fatal para ellos.
Ese golpe no lo sufrió uno más de los ‘creados’ en Africa, el egipcio Mohamed Maamoun, quien en agosto de 2007 alcanzó semifinales de un challenger en Uzbekistán y logró ser así el único Top 500 de su país. Claro que desde noviembre no juega torneos que otorguen puntos para el ranking, por lo que pronto bajará muchos escalones. Durante su carrera, Mohamed ha enfrentado cinco veces a su hermano mayor, Karim (577º), en uno de los duelos familiares más repetidos de la historia del tenis. Otro egipcio destacado es Sherif Sabry (21 años), quien en mayo alcanzó el mejor puesto de su carrera: 479º. En septiembre de 2007 había comenzado su ascenso ganando un Future... en Egipto. Y derrotando en la semifinal y en la final a... los hermanos Maamoun. Evidentemente, el tenis africano es un pañuelo.
Más al sudoeste, Valentin Sanon es un ejemplo de perseverancia. El único tenista profesional de Costa de Marfil juega desde 1998: suma 155 triunfos y 127 derrotas en el circuito, más 46 partidos por la Copa Davis. Ha construido una carrera interesante ahorrando cada moneda: viaja a las ciudades donde se juegan más torneos consecutivos para revalorizar su inversión. Ha participado, por ejemplo, de 10 campeonatos seguidos en Estados Unidos y de 8 en Francia. Ganó tres Futures y su triunfo más resonante fue por Copa Davis, de visitante y en cinco sets ante el serbio Janko Tipsarevic.

Valentin Sanon

“Empecé a jugar tenis a los 7 años y a los 12 ya integraba la Selección de mi país”, cuenta Salif Kante, Nº1 de Senegal y Nº1480 del planeta hace pocos meses, en un video que puede verse en Internet. “Mi sueño es llegar a una universidad americana para mejorar mi nivel y conocer a tenistas de otros países”, dice con nervios, mirando hacia una cámara quizá por primera vez. En su carrera acumula 892 dólares en premios. Hoy no tiene ni un punto en el Ranking ATP.
La situación de Senegal, sin embargo, es menos compleja que la de otros países. En noviembre de 2007, Sudán organizó un Future, torneos en los que suelen ser invitados tenistas locales en ascenso. Así, participaron tres sudaneses. Todos perdieron en primera ronda: 6-0 y 6-0; 6-1 y 6-1; y 6-0 y 6-2. Sudán tampoco tiene jugadores en el ranking mundial.
¿El análisis es sólo masculino por arbitrariedad? De ningún modo: el tenis femenino africano está incluso varios escalones más abajo. Desde el retiro de la heroína de Madagascar, Dally Randriantefy (fue 44ª en 2005), no han aparecido jugadoras relevantes a nivel mundial. De 1.112 tenistas rankeadas, sólo 13 son africanas. Las mejores son Chanelle Scheepers (Sudáfrica, 168ª) y Selima Sfar, de Túnez. Ella fue, en 2001, la primera musulmana en jugar un Grand Slam. “Vengo de un país en el que no se respeta a las mujeres, pero tengo la suerte de poder elevar mi voz por ellas”, dice, y entonces sus méritos van muchísimo más allá de su puesto 180. Además de ellas, más cinco sudafricanas y tres marroquíes, recorren el circuito WTA Marinne Giraud (de Mauricio, 256ª en el Ranking WTA) y Samia Medjahdi (Argelia, 724ª).
Al grupo de africanas profesionales se hubiera sumado Suzelle Davin, la primera tenista de Namibia en jugar el Junior de Wimbledon, pero murió en 2006 a causa de un accidente automovilístico. Ahora, Namibia tiene sus poquitas esperanzas centradas en Jurgens Strydom, un joven de 20 años ubicado 1007º.
No habrá solución cercana. Los problemas sociales africanos son una responsabilidad universal que el Universo todavía no asumió. Pero el continente del dolor y el hambre, el continente olvidado de Dios, seguirá viendo en cada hijo la esperanza de ¿un futuro mejor? No: la esperanza de un futuro. Porque vencer a la imposibilidad es una hazaña más grande que ganar Roland Garros. “Soy mi propio ídolo, y espero que algún día me admire alguien más”, se ilusiona el argelino Lamine Ouahab. Una admiración que él y cada africano que soporta la tristeza del sufrimiento diario generan en el alma de cualquier persona noble.


>>Patrick Olobo (o un modo de gritar dignidad)
“Siempre me costaba mucho conseguir pelotas y una raqueta. ¿Zapatos? No me hacían falta: jugaba descalzo”, dice, y el alma le sonríe. Patrick Olobo nació el 6 de marzo de 1984 en Kalaki, Uganda. Desde hace veinte años su país vive en guerra civil: lo único que un ugandés conserva sin temor a que se lo quiten son los sueños y la dignidad.
Patrick Olobo quiere que lo quieran. Como casi todos. “Me gusta el tenis porque la gente te aprecia, es sólo uno el que juega”, admite. Para entrenar, corría cinco kilómetros hasta la cancha por temor a la guerrilla. Aprendió desde muy chico lo que es el horror: “Un día entraron a casa, eran muchos y tenían armas. Yo no sabía que pasaba, pero estaba muy asustado. Tenía sólo tres o cuatro años y salí corriendo. Mi tío me gritó, intentó detenerme. Cuando me alcanzó, nos escondimos atrás de un árbol y vimos cómo golpeaban a mi madre. Ella se salvó porque robaron nuestro ganado y se fueron”. Tiempo después, uno de sus siete hermanos murió por un disparo cuando estaba en brazos de su madre. “Me dolió mucho, él era quien más me seguía”, recuerda. Disputó 29 partidos por la Copa Davis (es el ugandés que más jugó), que le permitieron recibir una beca para entrenar en California, Estados Unidos. Desde entonces juega torneos universitarios representando a esa ciudad. Su sueño de participar de un torneo puntuable para el ranking fue una pelea larga, pero exitosa: el 3 de junio de 2007 enfrentó al australiano Brad Weston en la primera ronda de clasificación del Challenger de Yuba City, en Estados Unidos. Perdió 6-3 y 6-2, y ninguna metáfora puede explicar lo irrelevante del resultado. Un fotógrafo y director de cine, Rex Miller, lo conoció casualmente en un viaje a Uganda. Impactado por su historia, realizó una película basada en la vida de Olobo (‘A Uganda Tennis Story’), que ganó el premio al mejor documental del Festival de Cine de Malibú.

Patrick Olobo

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN ARGENTINA (Nº12) Y URUGUAY (Nº20), MAYO DE 2008.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Contrapunto: un Manso y un Bravo

Manso vs Bravo
Damián 'Piojo' Manso vs 'Omarcito' Bravo

*Manso es argentino y debutó en Newell's. Entre 1996 y 2001 tranquilizaba a los hinchas con su fútbol.
*Bravo es mexicano y debutó en Chivas de Guadalajara. Desde 2000 no hace más que gritar... goles.

*Manso jugó en Francia y en 2003 llegó a Independiente, pero hizo poco daño a los rivales: anotó sólo un gol.
*En 2007, Bravo rompió redes y gargantas: se consagró goleador de la Liga Mexicana.

*Su talento y paciencia llevaron a Manso a la Selección, pero nunca jugó. Igual, se lo tomó con calma.
*Bravo se destaca por su fiereza. Fue citado a la Selección y destrozó a Irán en el Mundial: metió dos goles.

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIONES ESTADOS UNIDOS (Nº24) Y URUGUAY (Nº24), ABRIL DE 2008.

viernes, 11 de septiembre de 2009

¡Mirá! (una sección desquiciada)

La sección ¡Mirá! de la revista Fox Sports tenía una parte polideportiva en la que Pablo Scoccia y yo (Martín Estévez) intentábamos un... "periodismo experimental", digamos. Verdadera libertad de prensa.

>>“Puedo ganar todos los torneos del año”
Tiger Woods amenaza con romper todos los records de la historia del golf

En una entrevista publicada por el diario inglés The Mirror, el número 1 del golf mundial no dudó en mostrar su confianza, tras alcanzar su sexto título consecutivo en el campeonato Match Play jugado en Arizona. “Ganarlo todo es mi intención, para eso juego”, declaró Tiger, que ya suma 63 festejos en el circuito americano (en total acumula 83), lo cual lo deja sólo por detrás de Sam Snead (82), Jack Nicklaus (73) y Ben Hogan (64), todos jugadores con más de 20 temporadas; Woods recién comenzó su décimosegunda. “Cada día entiendo mejor el juego y tengo más y mejores golpes”, concluyó.

>>“Puedo perder todos los torneos de mi vida”
Por Albert Montañés, tenista español, 55º del ranking ATP

Leí las declaraciones de Tiger, y lo que desea es complejo. Pero tan difícil como ganar todos los torneos, es perder todos, como yo. Llevo 132 torneos ATP jugados, y no gané ninguno. ¿Creen que es fácil? Hasta perdí una final con El Aynaoui, un marroquí lleno de rastas. ¿Cuál es mi meta? Jugar varias temporadas más y retirarme tras perder mi torneo número 300. Sería la gloria (*).

(*) Es posible que las declaraciones de Albert Montañés no hayan sido debidamente chequeadas.

TE BANCAMOS

*Gastón Gaudio. Se cae, vuelve, pierde, grita, pierde de nuevo, rompe raquetas y amaga con el retiro. Pero el tipo es un crack y ganó Roland Garros. Ante eso, nuestra admiración. ¡Aguante, ‘Gato’!
*Marcelo Bielsa. El fútbol chileno parecía dormido hasta que llegó el ‘Loco’. Con el 3-3-1-3 en el bolsillo y el alma dedicada al fútbol, parece el único capaz de llevar a Chile a un Mundial. Un genio.

TODO MAL

*Las entradas del Clausura.¿Cuánto está la popular? ¿$24? ¿$28? ¡¿$50?! Si no nos maltratara la policía, no tuviéramos miedo de la barra y hubiera agua en los baños, quizá los valdrían.
*Eduardo López. Este año, Argentina celebra 25 años de democracia, pero los hinchas de Newell’s todavía esperan la posibilidad de elegir. ¿Por qué tanto autoritarismo?

>>Argentina y la pasión por el yachting
Esa extraña enfermedad que ataca a nuestro país cada cuatro años.

¿Qué fue de la vida de ‘Camau’ Espínola o Santiago Lange desde 2004? Nadie lo sabe, y nadie se preocupó por saberlo. Pero llegan los Juegos Olímpicos y a los taxistas, las empleadas domésticas, los boleteros del tren y (nobleza obliga) los periodistas nos nace un amor incondicional por ellos. Siempre y cuando ganen una medalla en Beijing, claro. Carlos Espínola se subió al podio en 1996, 2000 (plata en ambas) y 2004 (bronce, con Lange), pero la Copa Intertoto sigue teniendo más espacio que el yachting en nuestras vidas...

PUBLICADO EN FOX SPORTS (EDICIÓN ARGENTINA) Nº10, MARZO DE 2008

lunes, 7 de septiembre de 2009

Contrapunto: Guerrero vs Soldado

Fútbol Bélico: Guerrero vs Soldado
(Marcelo Guerrero vs Roberto Soldado)

*En Villa Española y Nacional, Guerrero aprendió a luchar contra la defensa. Tiene 24 años y es atacante.
*Alistado en las filas del Real Madrid, Soldado pasó por Osasuna y, a los 22 años, volvió a los Merengues.

*En Racing de Argentina, donde brilló su compatriota Rubén Paz, también quieren a un Guerrero: Marcelo peleó el título en 2005.
*Soldado tiene buen disparo y no les da tregua a Raúl y Van Nistelrooy: quiere ser titular.

*Marcelo es héroe de guerra en San Luis, de México: en 2006 hizo el gol con el que ganaron la batalla contra el descenso.
*Soldado fue llamado para defender a la patria: debutó con la Selección de España durante las Eliminatorias para la Eurocopa 2008.

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIONES URUGUAY (Nº23) Y ESTADOS UNIDOS (Nº23), MARZO DE 2008

jueves, 3 de septiembre de 2009

Pablo Cuevas: "Ahora quiero ser Top 50"

EL CRECIMIENTO DE PABLO CUEVAS NO SE DETIENE, PERO ÉL TOMA SU INGRESO A LOS CIEN MEJORES CON NATURALIDAD. Y SE ILUSIONA CON HACER HISTORIA: "LA PRÓXIMA VEZ QUIERO SER NOTICIA POR LLEGAR A OCTAVOS DE FINAL DE UN GRAND SLAM".

"Lo que más duele es saber que era el primer ATP, que iba a despertarme cada día con la copa en la pieza... Era prender la computadora y saber que tenía un título…”. A Pablo Cuevas se le escapa un saludable retazo de fan de sí mismo, un aire de aquellos ‘Hombres Sensibles’ que enaltece Alejandro Dolina en sus libros. Pablo no quiere olvidar su pena: en Viña del Mar estuvo cerca, demasiado cerca del título. En una semifinal decisiva (el otro finalista se había lesionado) estuvo a una volea ganadora, a un revés exacto, a un puntito de sentir una de esas felicidades que, de tan reales, parecen imaginarias. Pero era verdad, y Pablo no quiere olvidar, quiere reivindicarse: “Necesito una revancha conmigo mismo, jugar otra semifinal así”.
–De todas maneras, desde que comenzó 2007 has crecido, y mucho...
–Sí, mejoré mucho en el ranking, en el juego y mentalmente también evolucioné.
–En 2007 ganaste tres Challengers. ¿Hubo alguno más especial que los demás?
–Tunica Resorts, por ser el primero, fue muy especial. Pero el más importante fue Scheveningen. Había nombres importantes, como Dominik Hrbaty o Raemon Sluiter, a quien le gané en semifinales, con los holandeses en contra. Y en Lima derroté a Carlos Berlocq y a Marcos Daniel, dos rivales con los que siempre había perdido.–Eso es notorio: te enfrentás con quienes te ganaban, y ahora ganás vos. ¿Ellos se estancaron o tu crecimiento se aceleró?–Creo que mi evolución es normal, nada del otro mundo. Voy bien, pero tampoco soy un fenómeno. Ojalá pudiera ir más rápido.
–Sos el único uruguayo que ha jugado un Grand Slam en este siglo. ¿Pensás en eso?
–Sí, no sé... Trato de no pensarlo. Lo siento cuando me llaman de Uruguay para hacerme notas, pero no le presto mucha atención porque puede jugarme en contra. Lo importante es mejorar. Quiero que no sea noticia sólo que jugué un Grand Slam, sino que pude llegar a octavos de final, o a cuartos...
Hace dos temporadas perseveraba en los Futures para ingresar entre los mejores 300 del ranking. Ahora, a los 22 años, habla de objetivos mucho mayores sin cambiar el tono de voz ni su expresión. “Quería terminar el 2007 entre los cien primeros, pero no pude. Además tuve una operación en diciembre que me impidió ir a la clasificación de Australia, pero en Viña del Mar alcancé el objetivo. Lo mejor fue que jugué toda la semana en gran nivel. El partido en el que me sentí más contento conmigo fue ante José Acasuso. Con Fernando González perdí por falta de experiencia, el público me hizo sentir la presión de enfrentar al local. Fueron cinco mil personas alentándolo. O, más que alentándolo, insultándome...".
–¿Eso te molesta o es parte del juego?–Molesta, sin dudas. González no era más difícil que los rivales a los que venía enfrentando. Tuve el partido en las manos y se me escapó por una pelota...
–¿Y la derrota por Copa Davis? ¿Fue una desilusión perder contra Colombia?–No era un rival fácil, pero la situación climática nos perjudicó. Por la suspensión del viernes, tuve que jugar diez sets el sábado. Y el domingo estaba muy cansado. Cuando yo jugaba el primer set del dobles, Alejandro Falla ya se había ido a dormir. Terminé de jugar una y cuarto de la madrugada y eso, el domingo, se notó muchísimo.
–¿La repercusión que estás teniendo en Uruguay es demasiada, poca o justa?–Creo que es normal. Hasta ahora lo mío no fue algo increíble, algo que llame la atención. Pero hay mucha gente contenta, que está siguiendo más al tenis, que me está siguiendo más a mí, y eso me alegra.–Ser un Top 100 genera presiones. ¿Cómo te llevás con la exigencia, los viajes...?–La exigencia es mayor, pero no en cuanto a los viajes. Antes jugaba en Rumania, Holanda, Polonia... No sé cuánto más lejos podría ir, je. Además tenía que pensar en lo económico, porque son giras de seis semanas y no podía volver en cualquier momento. Ahora siento más tranquilidad. Desde el año pasado tengo sponsor, así que armo mi calendario según lo que crea conveniente. Quizás no tanto para sumar puntos, sino para hacer experiencia. A veces se aprende más en torneos en los que sumar es difícil.
De pronto se acerca su coach, Hernán Suárez. “¿Miento bien?”, le dice Cuevas con complicidad. “Voy a poner un grabador cuando armamos el calendario, así se me hace más fácil”, retruca Hernán. Y explica: “Pablo quiere seguir jugando Challengers, yo quiero que vaya a las clasificaciones. Es normal que le dé un poco de miedo, porque si vamos a un Masters Series y no sumamos puntos, él se va a ir abajo del Top 100, y una vez que entraste es feo salir. Pero tenés dos opciones: o pensás en grande y en aprender, o pensás en chico, en ser un 70º, 80º toda la vida”. Hernán se va y le deja la palabra a Cuevas. “Es una diferencia de opiniones. No tengo miedo, pero no quiero ir a ‘qualys’ de torneos sobre cemento. Mi idea es meterme entre los primeros 70 y después sí ir. Porque si juego la clasificación, siento que son dos torneos por semana”.
–¿Con quién consultás tus decisiones?
–Estuve trabajando con un psicólogo hasta hace muy poco. Ahora sólo decido con mi entrenador, ni mi familia ni mi novia se meten en el calendario. Ella y yo tenemos claro que mi prioridad es armarlo en base a mis mejoras, no para quedarme en casa mirando tele. Aunque cuando me voy más de tres o cuatro semanas quiera volver.
–Hablás con naturalidad de tus buenos resultados. ¿No te sorprende tu nivel?
–No, la verdad es que no. Son objetivos que hace tiempo vengo pensando y cumpliendo. Además, un ranking 90 no es una cosa anormal. Si estuviera entre los 30 mejores, por ahí diría que sí. Pero ahora quiero ser Top 50, y tampoco me sorprendería si dentro de cinco meses estoy ahí...

¡Catorce semanas en Rumania!
En mayo de 2005, cuando ocupaba el puesto 793º del ranking mundial, Cuevas decidió probar suerte en una extensa gira de torneos Futures que se extenderían hasta agosto a través de... Rumania. Los resultados fueron buenos (subió más de 200 puestos) y la experiencia, inolvidable. “Viví de todo, pasé 14 semanas en Rumania. La mayor parte del tiempo la compartí con ‘Sanso’ (Federico Sansonetti, actual 894º del ranking), y obviamente hay muchas historias. ¡Hasta nos quisieron robar! Salimos a dar una vuelta en auto con un rumano que se había hecho amigo nuestro y nos pusieron un revólver al lado. Nos salvamos justito. Y después nos trasladamos un montón: hicimos viajes larguísimos en tren, dormimos arriba de los trenes, también nos perdimos algún viaje... Cada vez que me encuentro con ‘Sanso’ en algún torneo nos acordamos de un montón de cosas, porque viajamos juntos desde los diez años. Y de esa gira por Rumania, que fue inolvidable”.
PUBLICADO EN FOX SPORTS (EDICIÓN URUGUAY) Nº23, MARZO DE 2008