jueves, 3 de septiembre de 2009

Pablo Cuevas: "Ahora quiero ser Top 50"

EL CRECIMIENTO DE PABLO CUEVAS NO SE DETIENE, PERO ÉL TOMA SU INGRESO A LOS CIEN MEJORES CON NATURALIDAD. Y SE ILUSIONA CON HACER HISTORIA: "LA PRÓXIMA VEZ QUIERO SER NOTICIA POR LLEGAR A OCTAVOS DE FINAL DE UN GRAND SLAM".

"Lo que más duele es saber que era el primer ATP, que iba a despertarme cada día con la copa en la pieza... Era prender la computadora y saber que tenía un título…”. A Pablo Cuevas se le escapa un saludable retazo de fan de sí mismo, un aire de aquellos ‘Hombres Sensibles’ que enaltece Alejandro Dolina en sus libros. Pablo no quiere olvidar su pena: en Viña del Mar estuvo cerca, demasiado cerca del título. En una semifinal decisiva (el otro finalista se había lesionado) estuvo a una volea ganadora, a un revés exacto, a un puntito de sentir una de esas felicidades que, de tan reales, parecen imaginarias. Pero era verdad, y Pablo no quiere olvidar, quiere reivindicarse: “Necesito una revancha conmigo mismo, jugar otra semifinal así”.
–De todas maneras, desde que comenzó 2007 has crecido, y mucho...
–Sí, mejoré mucho en el ranking, en el juego y mentalmente también evolucioné.
–En 2007 ganaste tres Challengers. ¿Hubo alguno más especial que los demás?
–Tunica Resorts, por ser el primero, fue muy especial. Pero el más importante fue Scheveningen. Había nombres importantes, como Dominik Hrbaty o Raemon Sluiter, a quien le gané en semifinales, con los holandeses en contra. Y en Lima derroté a Carlos Berlocq y a Marcos Daniel, dos rivales con los que siempre había perdido.–Eso es notorio: te enfrentás con quienes te ganaban, y ahora ganás vos. ¿Ellos se estancaron o tu crecimiento se aceleró?–Creo que mi evolución es normal, nada del otro mundo. Voy bien, pero tampoco soy un fenómeno. Ojalá pudiera ir más rápido.
–Sos el único uruguayo que ha jugado un Grand Slam en este siglo. ¿Pensás en eso?
–Sí, no sé... Trato de no pensarlo. Lo siento cuando me llaman de Uruguay para hacerme notas, pero no le presto mucha atención porque puede jugarme en contra. Lo importante es mejorar. Quiero que no sea noticia sólo que jugué un Grand Slam, sino que pude llegar a octavos de final, o a cuartos...
Hace dos temporadas perseveraba en los Futures para ingresar entre los mejores 300 del ranking. Ahora, a los 22 años, habla de objetivos mucho mayores sin cambiar el tono de voz ni su expresión. “Quería terminar el 2007 entre los cien primeros, pero no pude. Además tuve una operación en diciembre que me impidió ir a la clasificación de Australia, pero en Viña del Mar alcancé el objetivo. Lo mejor fue que jugué toda la semana en gran nivel. El partido en el que me sentí más contento conmigo fue ante José Acasuso. Con Fernando González perdí por falta de experiencia, el público me hizo sentir la presión de enfrentar al local. Fueron cinco mil personas alentándolo. O, más que alentándolo, insultándome...".
–¿Eso te molesta o es parte del juego?–Molesta, sin dudas. González no era más difícil que los rivales a los que venía enfrentando. Tuve el partido en las manos y se me escapó por una pelota...
–¿Y la derrota por Copa Davis? ¿Fue una desilusión perder contra Colombia?–No era un rival fácil, pero la situación climática nos perjudicó. Por la suspensión del viernes, tuve que jugar diez sets el sábado. Y el domingo estaba muy cansado. Cuando yo jugaba el primer set del dobles, Alejandro Falla ya se había ido a dormir. Terminé de jugar una y cuarto de la madrugada y eso, el domingo, se notó muchísimo.
–¿La repercusión que estás teniendo en Uruguay es demasiada, poca o justa?–Creo que es normal. Hasta ahora lo mío no fue algo increíble, algo que llame la atención. Pero hay mucha gente contenta, que está siguiendo más al tenis, que me está siguiendo más a mí, y eso me alegra.–Ser un Top 100 genera presiones. ¿Cómo te llevás con la exigencia, los viajes...?–La exigencia es mayor, pero no en cuanto a los viajes. Antes jugaba en Rumania, Holanda, Polonia... No sé cuánto más lejos podría ir, je. Además tenía que pensar en lo económico, porque son giras de seis semanas y no podía volver en cualquier momento. Ahora siento más tranquilidad. Desde el año pasado tengo sponsor, así que armo mi calendario según lo que crea conveniente. Quizás no tanto para sumar puntos, sino para hacer experiencia. A veces se aprende más en torneos en los que sumar es difícil.
De pronto se acerca su coach, Hernán Suárez. “¿Miento bien?”, le dice Cuevas con complicidad. “Voy a poner un grabador cuando armamos el calendario, así se me hace más fácil”, retruca Hernán. Y explica: “Pablo quiere seguir jugando Challengers, yo quiero que vaya a las clasificaciones. Es normal que le dé un poco de miedo, porque si vamos a un Masters Series y no sumamos puntos, él se va a ir abajo del Top 100, y una vez que entraste es feo salir. Pero tenés dos opciones: o pensás en grande y en aprender, o pensás en chico, en ser un 70º, 80º toda la vida”. Hernán se va y le deja la palabra a Cuevas. “Es una diferencia de opiniones. No tengo miedo, pero no quiero ir a ‘qualys’ de torneos sobre cemento. Mi idea es meterme entre los primeros 70 y después sí ir. Porque si juego la clasificación, siento que son dos torneos por semana”.
–¿Con quién consultás tus decisiones?
–Estuve trabajando con un psicólogo hasta hace muy poco. Ahora sólo decido con mi entrenador, ni mi familia ni mi novia se meten en el calendario. Ella y yo tenemos claro que mi prioridad es armarlo en base a mis mejoras, no para quedarme en casa mirando tele. Aunque cuando me voy más de tres o cuatro semanas quiera volver.
–Hablás con naturalidad de tus buenos resultados. ¿No te sorprende tu nivel?
–No, la verdad es que no. Son objetivos que hace tiempo vengo pensando y cumpliendo. Además, un ranking 90 no es una cosa anormal. Si estuviera entre los 30 mejores, por ahí diría que sí. Pero ahora quiero ser Top 50, y tampoco me sorprendería si dentro de cinco meses estoy ahí...

¡Catorce semanas en Rumania!
En mayo de 2005, cuando ocupaba el puesto 793º del ranking mundial, Cuevas decidió probar suerte en una extensa gira de torneos Futures que se extenderían hasta agosto a través de... Rumania. Los resultados fueron buenos (subió más de 200 puestos) y la experiencia, inolvidable. “Viví de todo, pasé 14 semanas en Rumania. La mayor parte del tiempo la compartí con ‘Sanso’ (Federico Sansonetti, actual 894º del ranking), y obviamente hay muchas historias. ¡Hasta nos quisieron robar! Salimos a dar una vuelta en auto con un rumano que se había hecho amigo nuestro y nos pusieron un revólver al lado. Nos salvamos justito. Y después nos trasladamos un montón: hicimos viajes larguísimos en tren, dormimos arriba de los trenes, también nos perdimos algún viaje... Cada vez que me encuentro con ‘Sanso’ en algún torneo nos acordamos de un montón de cosas, porque viajamos juntos desde los diez años. Y de esa gira por Rumania, que fue inolvidable”.
PUBLICADO EN FOX SPORTS (EDICIÓN URUGUAY) Nº23, MARZO DE 2008

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