domingo, 28 de abril de 2013

El medallero (abril de 2012)

Por Martín Estévez

Oro: Juan Espil
A los 44 años, se retiró un símbolo del básquet argentino. Su final fue emotivo: batallando con Estudiantes de Bahía, su primer equipo, ante Peñarol. Tercer goleador histórico de la Liga Nacional, campeón con GEPU en 1993, oro panamericano con la Selección en 1995... Genio.

Plata: Juan Martín Del Potro
Perfecta serie de cuartos de final de Copa Davis ante Croacia. Ganó sus seis sets ante un Top 30 (Marin Cilic) y un top 60 (Ivo Karlovic), tres por 6-1 y dos por 6-2. Retornó al Top Ten y le esperan meses de desafíos: tres Grand Slams, los Juegos Olímpicos y las semi de la Davis.

Bronce: Juan Mónaco
Otro Juan en el medallero. Pico logró en el ATP 250 de Houston su quinto título, al vencer a John Isner en la final y, además, jugó con mucha seriedad el quinto punto de la Davis (6-1 y 6-1 a Veic). Igualó su mejor ranking, 14°, pero en el Masters 1000 de Montecarlo...

Plomo: Juan Mónaco
... Pero en el Masters 1000 de Montecarlo se lesionó el tobillo derecho y comenzó una recuperación que le demandará unas seis semanas. Así, su ascenso en el ranking se detuvo. Llegará físicamente exigido a Roland Garros, torneo vital para mantenerse entre los mejores.

Lata: Huracán
Luego del descenso al Nacional B en 2011, ¿qué más le podía pasar? Muchas cosas: el deseo de retornar rápido a Primera se esfumó en la primera ronda y una seguidilla de malos resultados lo dejó con 1,100 de promedio, al borde del descenso a la Primera B. Sus hinchas, desesperados.

Cartón: Teófilo Gutiérrez
Sólo un tipo tan irrespetuoso como él puede irse de Racing con un promedio de gol tan alto e insultado por los hinchas. El colombiano se cansó de sumar indisciplinas, declaraciones polémicas y expulsiones, la última en un momento clave del clásico ante Independiente. Imperdonable.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4422 (MAYO DE 2012)

sábado, 27 de abril de 2013

Entrevista a Martín Jaite

A dos pasos de la Copa Davis - Por Martín Estévez

Martín Jaite es el encargado de mantener la armonía en el equipo. “No es cuestión de que uno solo se lleve los laureles: hay que compartirlos”, propone.

“Cuando jugaba, yo organizaba todo. Los viajes, las reservas, hasta los campeonatos de truco con mis amigos. Siempre me gustó organizar”, recuerda Martín Jaite, capitán del equipo argentino de Copa Davis. ¿Entonces durante su carrera ya se imaginaba como director del torneo ATP de Buenos Aires, su otra función actual? “No, no. En el 91, 92, pensaba todo el tiempo en cuándo me iba a retirar, en qué momento, de qué manera. Al final resultó todo mucho más simple, porque son los resultados los que te van retirando. Igual, cuando pensaba qué iba a hacer con mi vida, suponía que arrancaría algo en la parte organizativa”. ¿También suponía que llegaría a capitán en la Davis? “No, eso era más un sueño. El trabajo de capitán cumple un ciclo, se termina en dos o tres años, no es un proyecto de vida”.

Cuando Jaite fue convocado para liderar al equipo, pidió conformar junto a Mariano Zabaleta una especie de dupla técnica, algo poco habitual en el tenis. “Yo tengo casi quince años más que Mariano. Nos somos amigos, pero tenemos mucha afinidad. Hace cuatro años, cuando casi me llaman para ser capitán, ya había pensado en él, con lo cual en los últimos tres años estuvimos trabajando juntos. A mí me parece que los proyectos es difícil realizarlos solo. No es cuestión de que uno solo se lleve los laureles: hay que compartirlos. Además, cuando las cosas te van mal, el sufrimiento es menor. Con Mariano compartimos casi todo. Nos buscamos, nos extrañamos. Hay momentos en los que cada uno está en una cancha y al encontrarnos decimos ‘Qué bueno volver a vernos’. ¡Y por ahí pasó muy poco tiempo! Y después, cuando termina la serie de la Davis, no nos vemos más”.

¿Y los jugadores, Martín? ¿Es complicada la relación con ellos? “Ahí dividimos un poco más. Mariano tiene más llegada a Pico Mónaco porque lo entrenó, y conoce un poco más a Juan Martín (Del Potro). Yo entrené a David (Nalbandian) y estuve en algún momento con Edu Schwank, porque jugaba los mismos torneos que David. En eso, nos vamos dividiendo. De la parte de los horarios, los entrenamientos y la relación con la asociación me encargo más yo”.

En semifinales, la Argentina recibirá en septiembre a República Checa. ¿Quién decide sobre qué superficie se va a jugar? “Los jugadores. Los llamo, les pregunto y ellos eligen. Los que juegan son ellos y los que tienen que decidir son ellos”.

Desde que Del Potro es Del Potro, en la Davis siempre se piensa en los singles como terreno de Juan Martín y de Nalbandian. ¿El gran momento de Mónaco le generará dudas a Jaite? “Para mí no es un problema. Pico está haciendo un año muy bueno. Mariano ya me lo venía cantando, pero yo no pensaba que iba a pegar semejante salto. La diferencia en la serie contra Croacia fue que nosotros teníamos cuatro jugadores para elegir, y ellos solamente dos. De hecho, Pico habría jugado el domingo aunque la serie no hubiera estado definida”.

Hablemos de los dos anchos, Martín. ¿A Nalbandian le queda cuerda para pelear varias copas más o ésta puede ser la última? “David tiene dos objetivos muy fuertes este año: los Juegos Olímpicos y la Davis. Mientras tenga metas, lo vamos a tener con nosotros”. ¿Y Del Potro? ¿Qué nos podés contar que no sea lo que vemos desde afuera? “Me sorprendió mucho porque logra algo que sólo logran los grandes tenistas: hace simple algo que puede ser complicado. En el partido contra Marin Cilic vio que tenía que jugar de una manera que no era llamativa, pero era efectiva. Y lo hizo durante todo el partido. Eso habla de lo grande que es”. ¿Su ausencia contra Alemania quedó en el olvido? “En ese momento, él estaba peleando otras cosas, no hay que ser tan terminante. No es ‘si no jugó esa vez no juega más’, ‘qué choto que es’ o ‘qué vendepatria’. No es todo blanco o negro”.

Debe resultar raro ser capitán de Copa Davis. ¿Qué se les dice a Del Potro o Nalbandian, por ejemplo, en un cambio de lado tras perder el saque? Respondenos vos, Martín. “Uf, es difícil. De alguna manera tenés que darte cuenta si el jugador está permeable o no. Y a veces te equivocás; pensás que está permeable y ni te escucha”. ¿Y a vos, como jugador, qué te pasaba? “A veces necesitaba que me dijera algo y a veces no quería ni escucharle el tono de voz. A los jugadores les debe pasar lo mismo conmigo. Pero si les tengo que decir algo, se los digo. Les guste o no les guste, me escuchen o no”.

De su época como jugador, a Jaite siempre le recuerdan su heroico triunfo por Copa Davis contra el alemán Michael Stich, pero también derrotó a Boris Becker, Stefan Edberg, Mats Wilander y hasta a Guillermo Vilas. ¿Vos qué partido elegís, Martín? “No fue el más importante, pero elijo el que le gané a Shahar Perkiss en la última ronda de la clasificación de Roland Garros 84. Gracias a eso, debuté en Grand Slams. ¿Los sorprendí, no?”. Sí, Martín, nos sorprendiste.

Novato. En abril, Jaite fue convocado para dar una charla en el marco de la tercera edición de la TEDx Buenos Aires, una serie de conferencias diseñada para que comunidades y organizaciones compartan ideas. ¿Qué pensó cuando lo llamaron? “Me pregunté por qué a mí. Fue la primera vez que tuve que estar sobre un escenario y me sentí muy nervioso. Mientras estaba hablando, pensaba: ¿estaré diciendo algo importante?, porque me parecía todo una boludez”.

Experto. Durante su monólogo, contó algunas anécdotas sobre su trayectoria. ¿Qué trayectoria? Martín fue uno de los principales tenistas argentinos de la historia. Entre 1983 y 1993, jugó 480 partidos por torneos ATP, de los cuales ganó 301. Obtuvo 12 torneos y su mejor puesto fue 10°, en 1990. En la Copa Davis, tuvo un récord de 14 triunfos y 20 derrotas. Se retiró a los 29 años.

¡Cuánto amor! Alguna vez, Jaite fue entrenador de Gastón Gaudio. ¿Se peleaban todo el tiempo? Nada de eso. “Gastón es supercariñoso -cuenta Martín-. Siempre estábamos abrazados, siempre estábamos de la mano en medio de los torneos. Él ya había ganado Roland Garros, entonces todos le pedían autógrafos. Gastón firmaba con una mano, porque con la otra me agarraba a mí”.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO N°4422 (MAYO DE 2012)

viernes, 19 de abril de 2013

Masters de Augusta 2012 - Verde esperanza

Charl Schwartzel, campeón de Augusta en 2011
Por Martín Estévez

Algunos golfistas quieren ratificar su favoritismo, otros intentarán sorprender, a todos los impulsa el mismo objetivo: llevarse el famoso saco del Masters de Augusta, primer Major de la temporada.

Aunque la temporada golfística siempre comienza muy temprano, durante los primeros días de enero, el Masters de Augusta anuncia el inicio de la parte más intensa del calendario, que se extiende durante cinco meses. El primero de los cuatro Majors, que se jugará del 5 al 8 de abril, representa un momento emocionante para los aficionados al golf y una gran posibilidad, para aquellos que nunca lo vieron, de sentarse frente a la tele y disfrutar de los mejores jugadores del planeta. ¿Cómo llegan los principales golfistas a la gran cita?

Los favoritos
Aunque el gran brillo que demostró en el pasado se haya opacado por escándalos personales y bajo rendimiento, el nombre de Tiger Woods volvió a sonar con fuerza en 2012. Ya fuera del Top Ten del ranking mundial, el tetracampeón en Augusta comenzó el año con un tercer puesto en Abu Dhabi y lidera el lote de candidatos. Otro estadounidense que se puso el saco verde al ganar este torneo y amenaza con volver a lograrlo es Phil Mickelson. Su título en Pebble Beach, logrado en febrero, demostró que está intacto y lo devolvió a los primeros planos.

Los dos mejores ingleses también partirán como potenciales ganadores. Luke Donald, número 1 del mundo, se debe a sí mismo una gran actuación en un Major que legitime su liderazgo. Lee Westwood tampoco ganó uno de los grandes durante su carrera, aunque estuvo cerca de obtener este torneo en 2010, cuando terminó segundo.

Cierra el listado el más joven y quizá, el principal candidato. Rory McIlroy, irlandés de 22 años, se está convirtiendo poco a poco en una superestrella. Dejó de lado la tristeza del Masters 2011, cuando estuvo cerca del título pero tuvo un cierre pésimo, ganando el US Open. Y ya le apunta a un objetivo altísimo: liderar el ranking. Sus expectativas a futuro son enormes.

Respeto a la historia
Aunque aparezcan inicialmente en segundo plano, existe un grupo de jugadores que, por sus antecedentes, deben ser tenidos en cuenta. El alemán Martin Kaymer, por ejemplo, ya sabe lo que es festejar bajo presión (ganó el PGA Championship 2010), aunque su comienzo de año lo mostró alejado de ese nivel. De todos modos, le esperan muchas chances aún: tiene sólo 27 años.

Aunque Estados Unidos contó con apenas un campeón en las últimas cuatro ediciones, le sobran grandes golfistas. Además de Woods y Mickelson, en Augusta estarán presentes el experimentado Steve Stricker y Webb Simpson, que este año estuvo cerca de quedarse con el Hyundai Tournament of Champions. Los dos únicos australianos entre los treinta mejores, Jason Day y Adam Scott (actual pareja de la tenista Ana Ivanovic), también generan respeto por sus credenciales.

Las sorpresas
Nos animamos a rescatar algunos nombres que podrían ser inesperados portadores del saco verde. El estadounidense Dustin Johnson ha comenzado muy activo la temporada 2012 y tiene pasta para dar el golpe, al igual que su compatriota Matt Kuchar, pese a que suele decepcionar en los Majors. Tranquilo, Matt: las malas rachas siempre terminan. El irlandés Graeme McDowell, campeón del US Open 2010, se destacó durante enero en Abu Dhabi. El jovencísimo Rickie Fowler (23 años) está fuera de los 35 mejores, pero explotará en algún momento; tal vez sea en Augusta. Por último, dos jugadores que llegarán en la cima de su rendimiento: el español Sergio García, quien avanzó sesenta puestos en el ranking en los últimos ocho meses; y el inglés Robert Rock, un desconocido de 35 años que sorprendió al ser campeón este año en Abu Dhabi y que jamás ha jugado en Augusta.

La invitación está hecha. Prepare el mejor sillón, algo para tomar y póngase cómodo. A partir del 5 de abril, el mejor golf del mundo invadirá su pantalla.

Últimos campeones en Augusta
2004 Phil Mickelson (Estados Unidos)
2005 Tiger Woods (Estados Unidos)
2006 Phil Mickelson (Estados Unidos)
2007 Zach Johnson (Estados Unidos)
2008 Trevor Immelman (Sudáfrica)
2009 Ángel Cabrera (Argentina)
2010 Phil Mickelson (Estados Unidos)
2011 Charl Schwartzel (Sudáfrica)

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº42 (ABRIL DE 2012)

martes, 16 de abril de 2013

Rebelión en el tenis

Por Martín Estévez

El antiguo conflicto entre los jugadores y la ATP atraviesa un momento delicado. ¿Cuál es el principal reclamo? Un calendario con menos torneos y más vacaciones.

La situación se repite desde hace años. Los principales tenistas protestan por la exigencia del circuito, por la gran cantidad de partidos que deben jugar cada temporada, y generan posiciones opuestas entre quienes los critican y los que los apoyan.

Antes de detallar los motivos de la disputa, es necesario explicar por qué existen posiciones tan diferentes. Inicialmente, parece lógico oponerse a las quejas de los jugadores, teniendo en cuenta que ganan mucho dinero y cuentan con más tiempo de vacaciones que la mayoría de los trabajadores. Sin embargo, quienes apoyan sus reclamos tienen una justificación más compleja y comprometida. Consideran que el pedido de mejores condiciones laborales ante empresas millonarias deben realizarlo desde los trabajadores privilegiados (tenistas, por ejemplo) hasta los más oprimidos. Y consideran valioso que los jugadores que encabezan el reclamo sean los mejores, en representación de los 1.500 tenistas que sobreviven en el circuito.

La historia comienza en 1972, cuando se creó la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) para regular los torneos masculinos. Inicialmente todo pareció funcionar. Sin embargo, en la década del 90 el tenis comenzó a generar más dinero que nunca, y todos quisieron exprimir al máximo a la materia prima: los jugadores. La ATP, lentamente, fue quedando bajo control de especuladores financieros, que multiplicaron las ganancias pero también la cantidad de horas de juego.

En mayo de 2006, Roger Federer y Rafael Nadal, los mejores jugadores del planeta, no jugaron el Masters 1000 de Hamburgo por “agotamiento”. No hubo lesiones específicas, sino necesidad de descanso. “Estoy exhausto, no puedo más”, declaró Federer. “Esto no puede seguir así, la ATP tiene que estudiar cambios”, decía el español, desde entonces líder de la protesta. Ambos arrastraban una temporada 2005 desgastante: el suizo había jugado 85 partidos; Nadal, 89. Finalmente, el reclamo tuvo éxito, y a partir de 2007 los Masters 1000 dejaron de lado las finales a cinco sets, reduciéndolas a tres.

Quienes acusan a los tenistas de jugar todos los torneos para ganar más y más dinero desconocen el reglamento, que obliga a los treinta mejores del ranking a jugar los cuatro Grand Slams, ocho de los nueve Masters 1000 y al menos cuatro torneos ATP 500 por temporada. La única forma de evitar sanciones es que se les compruebe una lesión. En noviembre de 2008, el Masters y la Copa Davis volvieron a desatar el conflicto. En el Masters, que reúne a los ocho mejores de cada temporada, faltaron nada menos que nueve jugadores por lesión.

En la Davis, Nadal llegó averiado luego de una temporada de ¡93! partidos y no pudo jugar; David Ferrer se mostró físicamente demolido; y Juan Martín del Potro jugó luego de viajar desde China hasta Argentina y salir a la cancha sin nada de descanso. España terminó ganando la final gracias a un choque de suplentes: Fernando Verdasco contra José Acasuso. Nadal no moderó sus palabras: “Los jugadores ya no tenemos confianza en la ATP. Ellos acaban haciendo lo que les da la gana”. Roddick se sumó: “Es ridículo pensar en un deporte profesional que no tiene un legítimo descanso para los protagonistas”.

Ya en 2010, Nadal mantuvo su reclamo (“Hay que acortar las temporadas o las lesiones se agravarán cada vez más”) y se sumó el escocés Andy Murray: “La cantidad de torneos que se juegan no es razonable. No tenemos miedo de hacer una huelga”.

Los reclamos de los jugadores tienen dos puntos débiles. El primero es que muchos dedican una o dos semanas por año a jugar exhibiciones, lo que es contradictorio con su pedido de mayor descanso. El otro es que, en enero de este año, mostraron diferencias entre ellos: fue cuando Nadal le reclamó públicamente a Federer una postura más agresiva contra la dirigencia. “Es muy fácil no decir nada y quedar como un gentleman. Él acaba su carrera como una rosa porque tiene un físico privilegiado, pero los demás no”, señaló Rafa.

Los pedidos actuales de los jugadores son tres: eliminar la obligatoriedad de jugar torneos ATP 500; suspender los partidos ante la mínima lluvia para evitar lesiones; y que la temporada finalice la primera semana de noviembre, para extender las vacaciones a un mínimo de siete semanas. El nuevo presidente de la ATP, Brad Drewett, prometió prestar atención a los reclamos. ¿Será un esfuerzo inútil de los jugadores? Es claro que no: este mismo año, la temporada finalizará el 18 de noviembre, ampliando las vacaciones de cinco a seis semanas. La rebelión avanza.

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº42 (ABRIL DE 2012)

sábado, 13 de abril de 2013

Goleadores de verdad

Por Martín Estévez

Que Pelé hizo mil goles, que Romario también, que esos se cuentan, que aquellos no... Desde hace largo tiempo existe una polémica sobre quiénes son los máximos goleadores de la historia. Después de una exhaustiva investigación, conseguimos la respuesta.

Esta investigacion la hicimos para nuestros lectores y también para nosotros. Como periodistas, y especialmente como amantes de esa genialidad llamada fútbol, llevábamos mucho tiempo preguntándonos cuántos goles había hecho realmente Pelé, cuántos Romario, o si algún crack escondido había festejado más que nadie. La explosión en cadena de los goles de Messi multiplicó las dudas, el deseo de saber. Y nos animamos: pusimos patas arriba nuestro archivo, recolectamos registros oficiales, recurrimos a los principales estadígrafos y, especialmente, armamos nuestras listitas y contamos uno por uno los gritos de los quinientos principales goleadores de la historia. De los goleadores de verdad.

¿Qué goles contamos?
No se hagan los distraídos. Sabemos que antes de empezar a leer esta nota ya miraron la inmensa tabla de la página derecha y vieron que el gran ganador de esta investigación es Romario. Y que Messi, sorpresivamente, todavía no figura entre los 162 primeros. Una vez develado el principal misterio, empecemos a explicar cómo hicimos esta investigación.

Lo principal es aclarar que no pretendimos que la tabla final fuera justa, sino que fuera imparcial. Para lograrlo, establecimos los criterios antes de contar el primer gol del primer jugador. Así, nuestros favoritismos no influyeron de ningún modo. La idea de contabilizar los goles oficiales de cada jugador no resultó simple. Porque... ¿qué es exactamente un gol “oficial”? ¿Los amistosos entre Selecciones son oficiales? ¿Los partidos de ascenso? ¿Las copas que se jugaron solo una vez? ¿Los Mundiales juveniles? Hubo que generar respuestas a todas esas preguntas. Veamos cuáles son.

A nivel clubes, consideramos los partidos oficiales de cualquier división, sea Primera, Segunda o Quinta; copas nacionales (Copa del Rey o Copa Italia, por ejemplo); copas continentales (Champions League, Libertadores); copas internacionales (Intercontinental, Mundial de Clubes); supercopas, recopas (enfrentan a los ganadores de distintos torneos); copas oficiales que ya no se disputan (Mercosur, Intertoto, Mitropa Cup) o que se jugaron solo una vez (nuestro Torneo Centenario); ligas de países que ya no existen (Yugoslavia, Unión Soviética), ligas oficiales amateurs (como la argentina antes de 1931) y torneos oficiales que no culminaron o no consagraron a ningún campeón.

A nivel selecciones, contabilizamos los partidos entre selecciones nacionales de mayores, tanto por competencias oficiales como amistosos. En cuanto a las selecciones juveniles, solo los goles convertidos en Mundiales, Juegos Olímpicos o torneos continentales (Sudamericanos, Europeos, Preolímpicos). Como los amistosos entre selecciones juveniles suelen estar organizados de modo informal y es casi imposible rastrear los resultados de los jugados en Africa o Asia, decidimos no incluirlos.

¿Qué goles no contamos?
No cuentan los amistosos entre clubes; torneos organizados por clubes (Copa Joan Gamper de Barcelona, Trofeo Naranja de Valencia); torneos de verano o invierno; partidos de pretemporada; partidos ante equipos de juveniles, de reserva o en los que participen equipos combinados (a principios del siglo XX era usual que jugaran, por ejemplo, Porteños contra Rosarinos); eventos a beneficio o de despedida. No computamos tampoco los partidos de selecciones ante selecciones juveniles, o selecciones contra equipos, ni los partidos de los denominados “combinados nacionales”, “continentales” o del “resto del mundo”.

Nuestros argumentos
Estos criterios pueden ser compartidos o no, pero apuntan a ser imparciales. Imaginamos los cuestionamientos porque nos los hicimos también. ¿Cómo pueden valer lo mismo un gol en la tercera división de Luxemburgo y uno en la Copa Libertadores? Lo dijimos: las estadísticas casi nunca son justas; solo son estadísticas. Además, establecer criterios sobre cuáles son torneos importantes, y cuáles no, rozaría un nivel de autoritarismo que detestamos. E incluso tomando como parámetro idénticos torneos se cometerían injusticias. ¿Acaso vale lo mismo el gol de Diego a Inglaterra en el Mundial 86 que el octavo grito en Hungría 10 El Salvador 1, por el Mundial 82? Pensémoslo así: esta tabla solo contiene información certera sobre los goles que hizo cada jugador. Los juicios valorativos son útiles y hasta deseables, pero cada persona tendrá uno distinto.

Las principales fuentes a las que recurrimos fueron la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol) y la RSSSF (Rec Sport Soccer Statistics Foundation). Utilizamos un solo requisito para ingresar en la tabla: el jugador tiene que haber convertido al menos 100 goles sumando Primera División, copas continentales y selecciones nacionales. Si alguno convirtió 400 goles en su carrera, pero todos en la cuarta división de Rumania, no ingresa en nuestra tabla. En cambio, si convirtió 300 goles en Primera y 400 en Cuarta, ingresa y se le cuentan los 700 goles.

Los goles perdidos
Que quede claro: esta lista no es definitiva. Aún existen miles de goles con autores desconocidos. Las ligas de Africa y Asia son claramente las más perjudicadas. Los torneos de ascenso y las copas nacionales también presentan muchas dificultades. No solo porque las federaciones no poseen los registros, sino porque tampoco los medios de comunicación o los clubes tienen esos datos. Debemos decirlo de una vez: hay goles de los que nunca sabremos el autor. Mientras los investigadores del mundo siguen (seguimos) rescatando, comparando y comprobando estadísticas que parecían perdidas, reconozcamos que esta no es una tabla con todos los goles del mundo, sino con “todos los goles conocidos del mundo”.

¿Y los 1284 goles de Pelé?
Lo primero que salta a la vista es que los más de mil goles de Pelé se reducen bastante. Y en este caso no se trata de goles perdidos: los del brasileño están todos localizados y registrados. Entonces, ¿por qué él dice que tiene 1284? No es verdad que cuente hasta los goles en la playa, pero más o menos. Tras una revisión exhaustiva, le computamos 757 (643 en Santos, 37 en Cosmos y 77 en la selección de Brasil). Entre los que él considera, le tachamos 446 (¡cuatrocientos cuarenta y seis!) en amistosos o entrenamientos con Santos, 26 en amistosos con el Cosmos, 9 en un seleccionado provincial de São Paulo, 6 en un equipo combinado entre Santos y Vasco da Gama, 18 en exhibiciones de la selección de Brasil, 3 para el Sindicato de Atletas de São Paulo, 5 en partidos a beneficio y (acá viene lo peor) ¡14 goles en el equipo del ejército de Brasil! Sí, en 1959 se jugó un torneo entre ejércitos sudamericanos, Pelé participó como estrella invitada para el ejército brasileño y cuenta esos goles.

Sumando sus 757 goles oficiales y los 527 que no le contabilizamos, surgen los 1284 goles que le atribuyen a Pelé y que la FIFA le aceptó simbólicamente. Igual, en “goles atribuidos” tampoco está primero, porque al también brasileño Arthur Friedenreich, FIFA le reconoce 1329. Y de Joseph Bican existe un libro en el que él mismo da detalles de los 5000 goles que habría hecho en su carrera. Así que, sumemos los que sumemos, el gran Pelé no terminaría primero de ningún modo.

Algunos ejemplos
Para explicar, jugador por jugador, cómo llegamos a su número de goles, necesitaríamos 200 páginas. Sin embargo, se puede entender mejor esta investigación conociendo detalles de los que terminaron en los primeros lugares. Romario, por ejemplo, contaba los amistosos en su búsqueda de los mil goles. Además de esos 196 tantos, tampoco le contamos 3 que marcó para un combinado de Río de Janeiro.

Josef Bican, segundo en la tabla a 9 goles de Romario, podría saltar a la punta en cualquier momento. ¿Por qué? Porque en 1952 jugó para Skoda Hradec en la Segunda División de Checoslovaquia, y parte de esos datos son un misterio. Bican metió 11 goles en los únicos 8 partidos encontrados. Tranquilamente podría haber marcado una decena más en los que faltan, con los que superaría a Romario. Existen pocas posibilidades de que eso suceda, pero existen. Son varios los estadígrafos e historiadores que, con paciencia de paleontólogos, intentan hallar esa información. La regla compartida para legitimar un dato es que figure en un periódico o revista de tirada nacional, o en dos publicaciones regionales. Ojalá lo logren.

El máximo goleador en actividad está 9º en el listado, con 538 goles. Aunque no lo crean, es Túlio, el brasileño que le hizo un gol a Argentina en la Copa América de 1995 después de bajar la pelota groseramente con la mano. El también inició su persecución de los mil goles y ahora, a los 42 años, pasa de club en club en el ascenso brasileño intentando batir récords.

¿Y Messi?
Lio viene trepando a la velocidad de la luz, pero aún está lejos de la cima. Incluimos en sus estadísticas los 11 que anotó entre Barcelona B y Barcelona C porque cumplen perfectamente los requisitos de los goles oficiales. Algunos optan por no contarlos porque Barcelona usa jugadores juveniles en esos planteles, sin embargo ambos equipos juegan en categorías oficiales de ascenso. Si a Llorente se le suman sus goles pese a que el Bilbao solo usa jugadores vascos, no hay razón para no contarle los goles a Messi porque el Barcelona C solo use juveniles. Los 281 goles de Lio al cierre de esta edición lo ubican 186º en la historia y 21º entre los jugadores en actividad. Claro que tiene apenas 24 años. Su archienemigo Cristiano Ronaldo hace valer su experiencia (tiene 27) y aún le lleva 16 de ventaja. Si Messi mantuviera una media de 30 goles por temporada (promedia 50 en las últimas tres), en 2016 rondaría los 440 goles. ¿Puede alcanzar a Romario? La lógica indica que no, los antecedentes indican que no y la experiencia indica que no. Pero cuando hablamos de Messi, siempre hay que desconfiar de la palabra “imposible”.


500 Los goles que sumó Alfredo Di Stéfano, el argentino más goleador de la historia. Detrás de él aparecen Carlos Bianchi (425), Gabriel Batistuta (355), Diego Maradona (354), Oscar Mas (352), Mario Kempes (345), Hernán Crespo (318), Angel Labruna (313), Martín Palermo (305), Luis Artime (289), Alberto Acosta (285), Lionel Messi (281), Herminio Masantonio (280), José Sanfilippo (271) y Carlos Morete (269).

273 Son los jugadores que alcanzaron los 250 goles oficiales durante su carrera. 21 son argentinos; entre ellos, Maradona y Messi.

186º El puesto que ocupa Lionel Messi en la tabla histórica, con 281 goles. Si marca 20 más se ubicará entre los 150 mejores de la historia.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4421 (ABRIL DE 2012)