jueves, 11 de noviembre de 2010

Campeones del sur

2 PE, ganador del torneo Campeones del Sur

Entre agosto y diciembre de 2009 participé junto a Christian Datzira en la organización de torneos de fútbol de salón. Lejos de los palcos de prensa, el desafío era coordinar el trabajo de planillero, el de fotógrafo y el de periodista, porque después realizaba una breve crónica de cada partido. La mayoría de los textos pueden leerse en este enlace y también aquí. Elijo algunos como homenaje a aquellas tardes amateurs en la ciudad de Lanús.

Garra y Corazón 3 Neanderthales 2

Se quedaba afuera. El partido estaba 2-2 y Garra y Corazón perdía la chance de pelear por la clasificación. Se quedaba afuera porque estuvo nervioso, atado, perdido. Se quedaba afuera pese a que había jugado muy bien una semana antes. Y se quedaba afuera especialmente por el muy buen trabajo de Neanderthales: en su mejor partido de la temporada, con César Bogado como bastión, mereció llevarse los tres puntos. Iban 22 minutos del segundo tiempo y Garra y Corazón se quedaba afuera, pero Roque Montaldo, cual salvador de ilusiones, aprovechó que el arquero Zárate estaba adelantado y, desde mitad de cancha, metió el 3-2 inmerecido. Garra y Corazón se quedaba afuera… pero sigue con vida.

Syrita 18 La Furia Roja 2

Una fantástica triple tapada de Salonia inauguró un partido ideal para Syrita. A partir de entonces dominó a voluntad las acciones y jugó uno de sus mejores encuentros de la temporada. El primer tiempo terminó 7-0 con goles de todos sus jugadores de campo (Otero, Roca, Fuentes, Citarella, Oertlinger) menos de Díaz. Facundo se sacó las ganas en el complemento (marcó dos, llevando su cuenta a 24), Oertlinger se destacó en defensa y la rompió Salonia, que terminó con 19 pelotas atajadas. La Furia Roja no le encontró nunca la solución al partido, lo sufrió, pero sigue a sólo seis puntos de la zona de clasificación. Que no pierda la fe.

Syrita 10 CPJ Avellaneda 8

Pinto abrió el marcador con un gol de volea para CPJ Avellaneda. Un partido cambiante, con tintes dramáticos, lo seguiría. Syrita respondió con un aluvión: empató De Rose y Citarella se mandó un hat-trick de aquellos, incluyendo un golazo desde ángulo cerradísimo. Cuando Agnus se enchufó, CPJ pasó de 1-4 a 3-4, pero al inicio del segundo tiempo ya estaba 3-6. ¿Partido liquidado? Ja: Agnus descontó y luego del empate metió un gol enooorme para el 7-6, llegando a 26 en el campeonato. A Syrita se le complicaba la clasificación hasta que apareció otro que juega en serio: Citarella. Primero la colgó de un ángulo y después gritó otra vez para el 8-8. En el momento decisivo, Facundo Díaz secó la pólvora, metió sus únicos dos tantos del partido (también suma 26) y le dio a Syrita el triunfo que le faltaba para sentirse clasificado.

Federico Licata 12 Los Pibes de la Barra 6

¿Por qué Sassone deja de ser un correcaminos y se convierte en un jugador nervioso y agresivo? ¿Por qué Trachsler se pasa 46 minutos intentando e intentando y apenas mete un gol? ¿Por qué Landisi queda aislado en un extremo de la cancha? ¿Por qué Los Pibes de la Barra dejaron de ser cultores del tiki-tiki para pelear hasta perder la cabeza? Todas las respuestas las tiene Federico Licata, que jugó un partido de ensueño y le dio una lección de juego de equipo a su rival. Con Messina como figura (5 goles, inteligente para no entrar en calenturas innecesarias) y otro gran encuentro de Contardi, dominó el desarrollo, la concepción del juego de principio a fin. El 8-1 del primer tiempo deja pocas dudas: Licata es un firme candidato al título y gana adeptos con el correr de las fechas. ¿Los Pibes? Los Pibes son un interrogante.

Los Rústicos 11 Garra y Corazón 3

Un nene de no más de 11 años esconde una lágrima en la popular de Garra y Corazón. Sabe, presiente que el sueño se le escapa. Los Rústicos son una herramienta aceitada que no tiene piedad: van y van, meten los goles que tienen que meter y alguno más, no especulan. Corizzo, mirado de reojo por algunos integrantes del plantel, fabricó dos goles antológicos, con su fina estampa de crack, pero también otros cinco: suma 35 en el torneo. Kubicki es el cerebro, el ideólogo de un equipo con pocos puntos débiles. Y ante esos demonios camuflados bajo pecheras que les eran impropias chocó la ilusión de Garra y Corazón. Porque la garra de Jaime y Rossi para pelear todas en defensa nunca estuvo en duda. Porque el corazón de Roquecito Montaldo para aguantar la pelota, girar, tocar y pedirla, tampoco. Porque Los Rústicos ganan por sólida inercia y no sacan la vista de la pelota nunca. Si no, hubieran visto a ese nene de 11 años con la camiseta azul, llorando por el sueño que se escapa.

Federico Licata 5 Garra y Corazón 5

Les estoy hablando del alma. No me vengan con resultados ni reglamentos. Hablo de dos verdaderos equipos: Licata y sus historias del pasado, de muñequitos de la suerte, de amistades. Garra y Corazón y su filosofía de jugar y jugar hasta el final. Licata devenido en esplendoroso: después del triunfazo sobre Los Pibes de la Barra, arrancó 3-0 arriba con Contardi siempre firme en el fondo, con Messina que mete hasta el límite de lo correcto, con concepto táctico. Licata es candidato y no por sus resultados: es candidato porque tiene ganas de serlo y lo demuestra. Garra y Corazón se iba silbando bajito, pero algo surgió dentro de cada uno de ellos. Rossi se vistió de arquero y rindió, Jaime jugó de defensor, de delantero y de organizador, Montaldo mostró sangre para bancarse a toda la defensa, Lotito aportó vértigo y Vidal jugó su mejor partido del torneo. Así, ese 0-3 pasó a 3-5 y ese 3-5 pasó a 5-5 con gol de (¿quién, si no?) el llanero Montaldo. El final fue épico. Licata, con espíritu ganador, soportó con grandeza que le arrebaten dos puntos y ya se prepara para el asalto rumbo al campeonato. Garra y Corazón murió luchando hasta el final, hasta que la camiseta azul, mojada por sudor y lágrimas, se supo afuera del torneo. No me vengan con resultados ni reglamentos: les estoy hablando del alma.

Los Rústicos 1 Malta Atlethic Club 9 (cuartos de final)

¿Y esto? Era el partido de vaticinio más fácil: Los Rústicos tenían que ganar con contundencia. ¿Y esto? Primero contra cuarto, con Los Rústicos completos, con Malta con seis jugadores y conforme con haber llegado a cuartos de final. ¿Y esto? Esto es fútbol en estado pleno, es comprobar otra vez que todo puede pasar. Cuando Aguirre metió el 1-0 para Malta hubo indiferencia. Cuando Giménez hizo el segundo, se escuchó el grito del siempre inteligente Kubicki: “¡Dale, no pasa nada!”. Cuando Yané dijo 3-0, los rostros de todos empezaron a endurecerse. Los de Los Rústicos, porque sabían que estaban viviendo una pesadilla pero no podían despertarse. Los de Malta, porque sabían que, si no regalaban nada, la sorpresa de la temporada estaba en sus pies. En los pies habilidosos de Yané, que desde su incorporación le cambió la cara al equipo. En los pies de Joni Aguirre, con desfachatez adolescente y personalidad de guapo. En los pies de Giménez, autor de cuatro goles. ¿Qué les pasó a Los Rústicos? Les pasó de todo, no hay otra explicación. Porque nadie va a dudar por una tarde negra que Kubicki fue uno de los cinco mejores jugadores del campeonato, que Corizzo tiene estampa de crack, que Miceli-Del Giorgio-Navarro eran un trío de lujo para rotar en defensa. Si hasta Nosach es uno de los tres mejores arqueros. ¿Qué falló? ¿Por qué sucedió en cuartos? ¿Por qué Los Rústicos están afuera antes de tiempo? Los playoffs son así, a matar o morir. Y Los Rústicos recibieron nueve balazos inesperados. Injusta condena para un gran equipo. Y premio para el trío histórico de Malta (Mantegazza-Germanier-Bertone), verdaderos héroes de una historia que empezó a los tumbos y que el domingo escribió su página más gloriosa.

2 PE 7 Malta 7 (penales: 3-0) (semifinal)

La historia de Malta era la del sueño del pibe, un guión de Hollywood. Un equipo derruido que padece durante todo el torneo hasta que pega el zarpazo en la última fecha para clasificar y, encima, se cruza con un candidatazo en cuartos. ¿Muerte? Nada de eso, Malta huele sangre y se lo come vivo.
La historia de 2 PE es como una canción sin los arreglos finales: suenan lindo, juegan como una orquesta, pero Laboratorio los hizo sonar en la fase de grupos y Los Pibes de la Barra les remontaron un 1-7 en cuartos hasta dejarlos con la guitarra en la garganta.
“Olvidate de Hollywood”, gritó Alarcón desde el comienzo. Cuatro goles suyos, uno de Delcantare y uno de Di Prisco llevaron el tanteador a 6-2 cuando apenas promediaba el primer tiempo. Gibezzi manejaba al equipo desde el fondo y la final era cantada. Malta volvía a su versión original, la mariposa era otra vez oruga, el conformismo le ganaba a la búsqueda de la hazaña. “¿Estos tipos golearon a Los Rústicos?”, preguntaban los neutrales en la tribuna mientras Mantegazza la iba a buscar al fondo de la red, Yané flotaba sin sentido por la cancha y Bertone charloteaba en el banco.
“¡Acción!”, gritó un director invisible y volvió la historia de Hollywood. Agüero definió por abajo del cuerpo de Ayala para el 3-6. Bertone entró como Caniggia contra Camerún en el ’90 y metió un latigazo larga distancia: 4-6. Leandro González, discontinuo, quiso despertar a 2 PE con un cabezazo que significó el 7-5, pero Malta ya se sentía protagonista y eso no iba a cambiar: Bertone dio el último toque en una serie de rebotes y, sobre la hora, Yané, ese pibito irreverente que se banca las patadas y juega al fútbol de verdad, metió el 7-7 tras pase de Agüero. Silbatazo. Empate. Penales. Uy uy uy.
Mantegazza tenía el milagro al alcance, pero el que se vistió de Goycochea fue Rodrigo Ayala, porque 2 PE metió sus tres penales y a él no le convirtieron ninguno. En algún momento, las cámaras cambiaron de protagonistas y enfocaron a 2 PE. Con vaivenes, con sufrimiento, con preguntas sin respuesta, la tropa azul dio el anteúltimo paso rumbo a la gloria máxima. Su única chance contra Laboratorio será jugar, jugar y jugar. Tocar, tocar y tocar. Que se enciendan Leandro González, Di Prisco, Alarcón. Que Delcantare despunté su vicio goleador. Gibezzi y Ayala, se sabe, rendirán. Del otro lado, en las dignas sombras de la eliminación heroica, los muchachotes de Malta pensaban en lo lindo que hubiera sido juntarse a ver en DVD esa peli que casi construyen al mejor estilo Hollywood: la de Malta campeón.

Malta AC 11 Federico Licata 7 (tercer puesto)

Ganó el menos ambicioso. Suena contradictorio, pero así funciona el Universo a veces. Porque Federico Licata siempre apuntó al título y entonces vio a este partido como un consuelo triste, un caramelo gastado, una extensión de la agonía. Malta, en cambio, se sintió eliminado en primera ronda, por lo tanto todo logro posterior fue premio sin castigo.
¿Quién hubiera dicho que estos monstruitos terminarían cuartos? Licata sigue siendo un equipazo pese a los dos últimos cachetazos. Lo demostró mientras tuvo ganas de jugar: se puso 4-2 con un Román Panaccio asesino, sagaz, letal que metió dos golazos.
El primer tiempo, un parejito 1-1, fue apenas el prólogo del verdadero match, esos 23 minutos finales electrizantes. Porque Malta reaccionó gracias a Yané, enanito lúcido que terminó levantando aplausos hasta de los más reacios a su estilo. El pibe, con la 10 en la espalda, no sólo había hecho el primero luego de un sombrerito delicado y el segundo luego de un rebote en el palo: esculpió el tercero, el cuarto y el quinto. 5-4 para Malta, 5-4 para Yané.
Licata, gastado por la frustración de la semifinal, se abandonó a la deriva. Dejó que Jiménez y Bertone manejaran los hilos mientras Germanier y el tremendo arquero que nació en Mantegazza les robaban sus situaciones de gol con descaro. Yané, a esta altura de los mejores pisapelotas del torneo, cerró el 11-7 con su séptimo gol. Licata dejó una linda huella en el torneo, con tipos como Contardi y Messina que por momentos alcanzaron un nivel altísimo. Malta se fue regado en gloria, ganador, haciendo brillar una historia que parecía morir apagada.

2 PE 5 Laboratorio 3

“¿Vos me estás mintiendo, no? ¿Vos no jugás a la pelota los fines de semana, te vas a cualquier lado, no?”, preguntaba con desconfianza la novia de Yamil Dip durante la semana. La previa del tremendo Laboratorio - 2 PE se vivía en todos los rincones, en cada casa. Mientras los candidatazos invictos rezaban por contar con el trascendental Leo Domínguez e intentaban pedir el artículo 225 por Ricardo Moreno, en 2 PE se preguntaban por qué diablos Yamil nunca aparecía en las crónicas de los partidos.
Mucha previa, mucho cambio de horario, mucha tensión. Laboratorio trajo a Zomoza, trajo a un tal Díaz, trajo a Herrera. Nombres desconocidos que no tapaban una realidad: no estaba Domínguez, no estaba Moreno, ni siquiera estaba el arquero Petelín y Dieguito Falcón rengueaba. Candidato averiado, pero candidato al fin. Falcón y Jonatan Aguirre contra el mundo, y los pronósticos decían que perdía el mundo.
2 PE completito, con el batacazo en un bolsito, con la timidez del que ya se había comido dos trompadas del enemigo. De golpe están los dos en la cancha y no hay nada más que decir. Horacio, árbitro que terminó ganándose un respeto casi sorprendente para un árbitro, metió el silbatazo en los oídos de todos. ¡Acción! Señores, Laboratorio y 2 PE se juegan el título.
Antes de que alguien se aburra, Aguirre demuestra que sigue con puntería de 'serial killer': bombazo cruzado y 1-0. 1-0 y Laboratorio ratificando su poder. Es el momento de quiebre. De demostrar si 2 PE tiene coraje para bancar semejante partido. Y entonces guapea Di Prisco, suplente habitual pese a su gambeta irreverente, y empata el partido. Vuelta a empezar.
El tema es que Martincho Di Prisco está enchufado a 220 y casi mete el segundo. Laboratorio duda por primera vez en el torneo. Y el guapo ahora es Alarcón, que la pelea hasta dejársela servida a esa versión sureña del Turu Flores que es Pablito Delcantare: 2-1. 2 PE en ventaja. A la perinola.
Algunos se cubren esperando el aluvión de Laboratorio, pero Di Prisco está en llamas. Sí: en llamas. Lindo pase para Alarcón y 3-1. Final del primer tiempo.
Pestañeamos y de nuevo están jugando. Delcantare la hace rebotar contra el palo y a todos les corre un escalofrío: ¿se escapó la única chance de liquidarlo? Al toque, Falcón se pone la capa, la capucha y mete un 2-3 de superhéroe. Laboratorio sólo se parece a Laboratorio por él. Hasta Aguirre ha congelado su cuenta en 56 goles. Sin embargo, está a tiro del empate, a tiro del triunfo, a tiro del campeonato. La tensión ahora sí se siente en serio y las piernas se agarrotan. 2 PE arriba por uno, con un rato por jugar y el título en disputa.
Estupor. Alarcón le pega sin convicción para cualquier lado, el arquero Gurrero está mal parado, la pelota pide permiso y llega a la red. Gol. Esto sí que no estaba en los planes: 4-2.
Di Prisco, rumbo a ser el jugador del partido, se lesiona. El momento dramático termina siendo exagerado: los ligamentos están a salvo. Laboratorio, arrinconado contra la derrota, arremete. Falcón sacude un poste. Ayala tapa una. Tapa dos. Tapa tres. Las miradas de aprobación para el mejor arquero del campeonato aparecen en las tribunas del Marplatense.
Gibezzi mete la bomba de larga distancia y ya es carnaval. El 5-2 tiene un gusto raro, el partido fue una nebulosa típica de una final. Tanto, que parece liquidado antes de tiempo, pero no: Falcón, siempre Falcón, la mete de cabeza y otra vez a mirar el reloj. 2 PE gana 5-3, y el secreto táctico no pasa desapercibido. Anoten, estudiosos del fútbol, la formación base de la final: Ayala al arco; Yamil Dip y Daniel Díaz en defensa; Alarcón y Di Prisco arriba. No les tembló el pulso: los dos goleadores, Delcantare y Leandro González, al banco. El capitán, Gibezzi, al banco. 2 PE apostó, jugó con tres suplentes y el otro (Alarcón) en un puesto que no es el suyo. 2 PE quiso ganar antes que nada, sin importar el formato del triunfo. Y lo hizo. Sacrificó a Leandro González, de los mejores del torneo, y le salió bien. Ayala le dio consistencia al equipo desde atrás y todos terminaron confiados en sí mismos. Si Yamil Dip no había hecho estruendos parece ser nombrado antes, en la final acumuló todos los méritos para ver su nombre. Daniel Díaz fue otro que dio el salto al umbral de los consagrados.
“... Desde Chingolo, desde Chingolo salió el nuevo campeón...”, gritaban aliviados después de tanta batalla. Porque 2 PE se bancó las dos trompadas de Laboratorio en primera fase, la remontada de Los Pibes de la Barra en cuartos, los penales contra Malta en semi. Y cuando tuvo que cambiar para no comerse la tercera piña, cambió. Jugó pensando en ser campeón, fueron ocho tipos persiguiendo una idea hasta abrazarla. 2 PE, los pibitos goleadores de azul, los del toque rápido y las risas quilomberas, los que empezaron acelerando y terminaron pensando, festejó. 2 PE, los valientes que se le animaron al cuco Laboratorio, es el Campeón del Sur.

Syrita obtuvo el premio Fair Play

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