martes, 19 de enero de 2010

Héroes & anónimos

ELECTRICISTAS NADANDO, MEDALLAS ABANDONADAS, EXCESO DE RECORDS, GARROCHAS PERDIDAS... LAS HISTORIAS ESCONDIDAS TRAS EL BRILLO DE BEIJING.

Si durante los Juegos Olímpicos alentaste a los deportistas de Botswana o Tonga sólo porque “te caían simpáticos”, te emocionaste con el esfuerzo de desconocidos y te interesaste más por las historias de vida de los otros 11.531 atletas que por el color de ojos de Phelps o Bolt, bienvenido al club. Empujemos a las estrellas del escenario y démosle un merecido lugar a las pequeñas grandes historias de Beijing 2008.
Del cole a Beijing. Ricky Rubio integró la Selección de Básquet de España con sólo 17 años. Juega en el Joventut de Badalona y hay que actualizar su altura (1,92m) todo el tiempo, porque está en ‘edad de crecimiento’. En la final del Mundial Juvenil 2006 había sumado 51 puntos, 24 rebotes y 12 asistencias, y en Beijing ganó la medalla de plata. Ya se especula con que sería elegido número 1 en el Draft 2010 de la NBA. Más chiquitos son el clavadista británico Tom Daley (terminó 7º en su especialidad) y la mexicana Mariana Avitia, que a los 14 años finalizó entre las ocho mejores en arquería, tras derrotar a una rival de 34. “Mi edad puede ser una ventaja porque no tengo presión”, dijo durante la competencia. Si mantienen su nivel, les quedan unos... ocho Juegos Olímpicos por delante. También se destacó Dwayne Didon, de Seychelles: nadó por invitación y superó a 12 competidores en los 50 metros. ¿Lo raro? Tiene 13 años.
Los enanos del básquet. 1,80m miden Mahdi Kamrany (Irán) y Pascal Roller (Alemania), 49 centímetros menos que Yao Ming. El iraní no tuvo complejos: metió 11 puntos ante Argentina y también 11 contra los gigantes rusos. Un grande, je.
No se ‘drogaron tanto’. Es un subtítulo un poco bestia, pero también una ironía. Demasiadas sospechas, exagerada evolución de algunos atletas y, sin embargo, sólo 6 de los 4.550 controles antidoping realizados por el Comité Olímpico dieron positivo: María Isabel Moreno (España, ciclismo), Do Thi Ngan Thuong (Vietnam, gimnasia), Fani Halkia (Grecia, atletismo), Igor Razonorov (Ucrania, pesas) y dos que tuvieron que devolver sus medallas: Kim Jong-Su (Corea del Norte, tiro) y Lyudmila Blonska (Ucrania, heptatlón). Además, Grecia realizó sus propios controles y separó a dos atletas que dieron positivo. Las delegaciones guardaron respetuoso silencio, excepto el presidente del Comité Griego, que destrozó a Halkia: “Esa señora humilló a Grecia, debería haberse quedado en su casa”. En 2004, los positivos habían sido 26. Hubo una novedad esta vez: en equitación, 4 caballos dieron positivo, todos de distintos equipos. Una vergüenza.
¡Seis por un peso, los records! Todo bien con los avances físicos y técnicos, pero lo que sucedió en la carrera de postas (4x100) de natación masculina fue demasiado. El record mundial era de 3’12’’46, logrado en 2006 por un cuarteto estadounidense. En la final de Beijing, de los ocho equipos participantes... ¡seis batieron ese record mundial! Estados Unidos clavó un 3’08’’24 anormal. Francia, Italia, Australia, Suecia y Canadá también mejoraron esa marca. Entre tanto record, corrieron teorías: que la profundidad del agua, que su baja densidad, que el doping... Desde acá, sólo se nos ocurre que revisen bien las piletas: por ahí medían menos de 50 metros.
Decime cuál, cuál, cuál es tu nombre. La pesista tailandesa Prapawdee Jaroenrattanatarakoonon ganó una medalla de oro. No se nos trabó el teclado: se llama así en serio. No fue la única con nombre curioso. En ciclismo brilló Armstrong, pero no Lance (se retiró en 2005) sino Kristin Armstrong, que no tiene más relación con el enorme Lance que el apellido y el talento en la bici: ganó la medalla de oro en contrarreloj. Brad Pitt también participó de los Juegos. ¿Cómo? Sí: ése es el nombre de un boxeador australiano que quedó eliminado en primera ronda.
Made in Taiwán. Yen-Hsun Lu, tenista discretito y de poca chapa, limpió de los Juegos a Andy Murray (6º del ranking) y a nuestro Agustín Calleri (“Nunca lo había visto jugar”, reconoció el cordobés). Lo frenó Jurgen Melzer en octavos, pero fue el ‘descubrimiento’ tenístico de los Juegos.
Moda religiosa. Aunque la indumentaria deportiva es cada vez más sofisticada en la búsqueda de mejorar centésimas, algunas reglas religiosas superan el deseo de triunfar: todas las atletas musulmanas cubrieron su cuerpo. La que le encontró la vuelta fue Roqaya Al-Gassra, la abanderada de Bahrein. Utilizó una ‘burka aerodinámica’ que respetó sus creencias y (se supone) no perjudicó su rendimiento. Fathia Ali Bourrala (Djibouti), Robina Muqimyar (Afganistán) y Dana Abdulrazak (Irak) corrieron cubiertas de modo más tradicional, atentando contra su desempeño. No es el único inconveniente: “En mi país, el entrenamiento es difícil con todas esas explosiones”, dijo la iraquí. Entre las que se pusieron un velo en otros deportes estuvieron Homa Hosseini (abanderada de Irán, en remo) y Shaimaa El Gammal (Egipto, en esgrima). “La gente nos ve así y piensa que montamos camellos, pero la mujer musulmana puede hacer todo lo que quiera”, explica El Gammal. Fue la primera vez que Emiratos Árabes Unidos y Omán permitieron la participación femenina, aunque Arabia Saudita sigue sin ‘dejarlas’. Vamos las chicas.


¡Chinos de relleno! Es verdad: hay tantos chinos que alcanzarían para cualquier tarea. Pero el trabajo de algunos voluntarios rozó el ridículo. Cada vez que algún evento tenía partes de la tribuna vacías, la organización los enviaban a ocupar ese lugar. Ellos, identificables por su vestimenta amarilla, debían aplaudir y vivar fervientemente cualquier suceso. En serio... ¿daba para tanto?
Podio de la belleza. El bronce es para Stephanie Rice, nadadora australiana morocha y súper cautivante. ¿Segundo lugar? Para la tenista rusa Elena Dementieva, rubia de esas rubias que no dejan pensar. La medalla de oro, para Leryn Franco. La lanzadora de jabalina fue Miss Paraguay y llegó a Beijing “con antecedentes”, porque había realizado varias producciones de fotos. Incluso, se la vio caminar por la Villa Olímpica, de la mano, con el serbio Novak Djokovic. ¡Ah! Dejamos afuera a Yelena Isinbayeva, pero sólo porque ya había ganado demasiado.
El colmo de un electricista. El que nadó contra la corriente fue Stany Kempompo Ngangona. Vive en Congo, es electricista y participó de los Juegos Olímpicos. El COI lo invitó para promover la natación en África luego de que él enviara su currículum de aficionado. Participó en la prueba de 50 metros y tardó más de 35 segundos en completarla. Quedó último, aunque seguro ganará unos cuantos clientes nuevos en su país.
Renuncia olímpica. El sueco Ara Abrahamian se quitó la medalla de bronce durante la premiación y la dejó en el suelo. Disconforme con la actuación de los jueces durante su pelea por semifinales de la lucha grecorromana, dijo: “Esta medalla no me importa, para mí estos Juegos fueron un fracaso”, dio un portazo y se fue. Aunque su dueño no la quiso, la organización no se la entregó a ningún otro atleta.
Salto sin garrocha. Final de salto con garrocha, el mundo expectante, sus rivales logrando marcas y cuando le tocaba a ella... Fabiana Murer no encontraba su garrocha. ¿Se la olvidó, se la robaron, la usó alguien? La brasileña puso carita de “esto sólo me pasa a mí” y se paró en medio de la pista, interrumpiendo la competencia. Su entrenador la convenció de intentar una altura mayor (se usan distintas garrochas según la altura), pero no pasó la varilla y se quedó con bronca. Al final, la garrocha había quedado en la Villa Olímpica. Por el error organizativo, Fabiana prometió no competir más en China.
Gracias, Alemania. Oksana Chusovitina era una destacada gimnasta de Uzbekistán, pero su hijo sufrió una leucemia linfocítica aguda en 2002 y ella dejó su país en busca de una cura. En Alemania, su hijo recibió un tratamiento muy complejo y se recuperó. Oksana, en agradecimiento, decidió competir para ese país y, en Beijing, ganó la medalla de plata en salto de caballo.
Ni la muerte. En 2007, el pesista alemán Matthias Steiner sufrió la muerte de su mujer en un accidente. A ella le dedicó su medalla de oro: “No creo en poderes superiores... pero ojalá me haya visto”, dijo con su alma dorada.
Su desafío es ahora. Al nadador estadounidense Eric Shanteau le detectaron cáncer en los testículos pero retrasó su operación para competir en Beijing. “Valió la pena venir, ahora estoy listo para derrotar al cáncer”, se envalentonó.
Dominio total. Rusia se llevó oro, plata y bronce en tenis femenino. Jamaica logró la misma hazaña en los 100 metros femeninos y Estados Unidos lo hizo en los 400 metros con vallas de los hombres. En una competencia lograron más que, por ejemplo, Portugal, Bélgica y Venezuela durante todos los Juegos.
Extracapacitadas. La nadadora sudafricana Natalie Du Toit perdió parte de su pierna izquierda, pero aun así compitió en las exigentes pruebas de aguas abiertas. ‘Nuestra’ María Belén Dutto, en tanto, tiene su capacidad auditiva disminuida un 98 por ciento, pero poco le importó y llegó hasta las semifinales en BMX.
Grande igual. Georgina Bardach, heroína inmaculada en 2004, tuvo una muy mala actuación en Beijing. Se habló de problemas sentimentales y hubo algunas críticas contra ella, pero su expresión demostraba una tristeza que cualquiera que haya sufrido un ‘dolor del alma’ entiende. Georgina: te bancamos a muerte.
Con la misma piedra. Las postas de 4x100 en atletismo fueron un desastre para mujeres y varones de Estados Unidos: se les cayó el testimonio y quedaron descalificados. Lo grave fue lo de Lauryn Williams: ya se le había caído en Atenas 2004 y otra vez fue responsable en Beijing.
Pesadilla china. Liu Xiang (110 metros con vallas), héroe en China, era uno de los protagonistas más esperados. Pero se lesionó justo antes del inicio de la competencia y generó la desazón más grande de los Juegos, con decenas de miles de chinos lamentándose en silencio. Los sponsors de Xiang calcularon sus pérdidas en 440 millones de dólares.
La gran Tyson. El boxeador Dzhakhon Kurbanov, de Tajikistán, mordió en un hombro a Shynaliyev (Kazajistán) durante la pelea. Fue descalificado bajo la mirada de Evander Holyfield. Sí: justo el que había recibido la célebre mordida de Mike.
Casi casi. Churandy Martina había terminado 2º en los 200 metros y le daba a Antillas Holandesas su única medalla en los Juegos, pero Estados Unidos presentó una queja por “invasión de carril” y él fue descalificado. Todo mal.
Lenta despedida. Extrañísimo el caso de Tuvalu, que va transitando sus últimos Juegos Olímpicos. ¿Piensan renunciar al COI? Nada que ver: en las próximas décadas, el pequeño país de Oceanía quedará sumergido bajo las aguas del Océano Pacífico. Las tareas de evacuación avanzan lentamente, pero aun así Tuvalu tuvo 5 atletas representantes en Beijing.

87 países fueron los que consiguieron alguna medalla en Beijing. En total, se repartieron 958.

15º puesto. Kenya fue el país africano mejor ubicado (3 oros). Luego: Etiopía (18º) y Zimbabwe (38º).

PAÍSES QUE TAMBIÉN FESTEJARON

VIETNAM. Hoang Ahn Tuan ganó la primera medalla de la historia de su país: plata en pesas, en la categoría 56 kilos. 87 millones de vietnamitas festejaron por el chiquitín.

TOGO. La primera medalla en la historia del país africano fue en canotaje: Benjamin Boukpeti (27 años) obtuvo el tercer puesto (bronce) en la especialidad K-1.

MAURICIO. Nadie lo esperaba, pero el boxeador Bruno Julie obtuvo la medalla de bronce en la categoría 54 kilos, primera para el joven país africano (se independizó en 1992).

AFGANISTÁN. A los 21 años, Rohullah Nikpai le dio la primera medalla de su historia: bronce en la categoría 58 kg de taekwondo. Pidió que “sirva de camino para la paz”.

MONGOLIA. En su novena participación, ganó oro por primera vez, y por partida doble: Naidan Tuvshinbayar (judo) y Badar-Uugan Enkhbat (boxeo). Terminó 31º.

PANAMÁ. Sólo había ganado dos bronces en Londres 1948, pero Irving Saladino saltó 8,34m en largo y conquistó la medalla de oro. “Y puedo saltar aún más”, desafió.

SUDÁN. Ahmed Ismail, en 800 metros llanos, logró la medalla de plata, primera para Sudán. Otros países que tuvieron su debut en el podio fueron Tayikistán y Bahrein.

ZIMBABWE. Kirsty Coventry nadó por 12 millones de habitantes. Ella solita obtuvo las cuatro medallas de su país (una de oro y tres de plata) y lo llevó al 38º puesto.

PUBLICADO EN FOX SPORTS (ARGENTINA) Nº15, SEPTIEMBRE DE 2008.

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