sábado, 26 de enero de 2013

Maldito promedio

Por Martín Estévez

Nació en 1957 y es acusado de favorecer a los equipos grandes. Pero, sin el sistema de promedios, Racing y River no hubieran descendido en 1983 y en 2011. ¿A quiénes benefició y a quiénes perjudicó? Repasamos la historia de la tabla que nadie quiere mirar.

Después del descenso de San Lorenzo en 1981, llegó el turno de River, que se fue a la B en 1983. San Martín de Tucumán, afianzado en Primera desde 1988, vio a Newell’s perder la categoría en 1993. Racing e Independiente, dos equipos que nunca bajaron, suman cuatro Promociones entre ambos. ¿En El Gráfico estamos todos locos? No, simplemente estamos imaginando un mundo sin promedios.

Antes que nada, una aclaración: no es éste un texto contra el sistema de promedios. No lo demonizamos. No creemos que es el culpable de todos los males del fútbol argentino. Se puede estar a favor o en contra. Se puede aceptar que impide que los equipos “jueguen por nada” y regalen puntos al final de una temporada tibia; o postular que es una cornisa permanente para los recién ascendidos. El adjetivo “maldito” del título no es un juicio valorativo, sino una expresión compartida por todos aquellos que vivieron durante semanas haciendo cuentas con una calculadora para saber si su club seguiría o no en Primera.

Primer intento
El promedio de puntos conseguidos se utilizó por primera vez para definir qué equipo bajaría de categoría en 1957. A los sumados ese año, se agregaron los de 1956. Ferro, último en la temporada (17 puntos en 30 fechas), también cerró la tabla de promedios (22 unidades por campeonato), medio punto debajo de Tigre. Nada para discutir: los de Caballito hubieran descendido de cualquier manera.

Al año siguiente se sumó un torneo más para calcular quién bajaría a la B, incluyendo las últimas tres temporadas. Aun así, el último de la tabla de posiciones y de la de promedios volvió a coincidir en 1958 (Tigre), 1959 (Central Córdoba de Rosario) y 1960 (Newell’s). El primer perjudicado fue Lanús, que en 1961 finalizó 12° entre 16 equipos pero, como descendían dos, debió acompañar a Los Andes a la Primera B. Comenzó entonces una lógica matemática que llamaremos “compensación”: Ferro, que en el 61 había sido anteúltimo y se benefició por los promedios, fue perjudicado en 1962, cuando terminó 12° entre 15, pero descendió junto a Quilmes.

El efecto San Lorenzo
La suspensión de los descensos a partir de 1963 salvó a Estudiantes, Newell’s (64), Chacarita (65) y Quilmes (66). Y los promedios se freezaron hasta 1983. ¿Por qué volvieron? Por el descenso de San Lorenzo en 1981. Era el primer grande que bajaba de categoría, y en la AFA lo consideraron una mala noticia. El 22 de diciembre de ese año se decidió el retorno de los promedios a partir de 1983.

Los de Racing pueden agarrarse la cabeza: se fueron a la B en el 83 pese a terminar arriba de Unión, Quilmes y Sarmiento en 1982; y de River y Racing de Córdoba un año después. La Academia no hubiera descendido nunca si no fuera por los numeritos con coma. Tampoco Nueva Chicago (15° en ambos torneos). Sin promedios, bajaba River. A los Millonarios los ayudaron el azar en el 83 y la AFA en el 84. Iban a empezar la temporada solo encima del Racing cordobés, pero el Comité Ejecutivo resolvió sumar tres temporadas en lugar de dos, y River subió su promedio de 29 a 31,5. Rosario Central y Atlanta bajaron ese año.

El siguiente perjudicado fue Huracán en 1986; terminó 13° pero tuvo que pelear su permanencia contra siete equipos de la B. Perdió la final contra Deportivo Italiano por penales y descendió, mientras Racing de Córdoba, anteúltimo, volvía a salvarse por su coeficiente. Sin quejas posibles, Italiano y Temperley se fueron en el 87. El Celeste, luego de perder contra Platense un desempate que también se hubiera jugado tomando en cuenta la tabla general.

Lamento tucumano
El promedio siguió condenando y salvando equipos en 1988. Talleres de Córdoba, último, se quedó en Primera. Banfield y Unión, que sumaron un punto más, descendieron; el Tatengue tras perder un desempate con el Racing cordobés, que sufrió la ley de compensación: salvado por su promedio en el 83 y el 86, descendió en 1990 pese a terminar encima de Instituto y Deportivo Español. Los Gallegos volvieron a quedarse en la 90/91 pese a ser últimos en la general, hundiendo a Lanús.

El históricamente perjudicado por los promedios es San Martín de Tucumán. Llegó a Primera en la 88/89 y sumó 32 puntos, más que Ferro (30), Deportivo Armenio (25) e Instituto (23), pero su 0,842 lo condenó. Volvió en la 92/93, sumó 30 y superó a Platense (28) y Newell’s (25), que arrastraban campañas de más de 40. Conclusión: los tucumanos y Talleres (que así compensó su salvación del 88) al Nacional B.

Los últimos de dos puntos
Quilmes, Unión (en la 91/92), Talleres y Mandiyú (94/95) terminaron últimos en ambas tablas. En esos años, el único que podría haber zafado sin promedios es Estudiantes, que en la 93/94 consumaba un triple empate con Gimnasia y Tiro (también descendió) y Mandiyú. Igual no se salvó ninguno, porque a los correntinos esa campaña los condenó un año después.

A partir del Apertura 1995 comenzaron a otorgarse tres puntos por triunfo, pero en los promedios se mantuvieron las dos unidades durante dos años para no dar ventaja a los ascendidos. En la 95/96 se produjo uno de los mayores despojos. Belgrano descendió con 0,860 (cifra más alta en torneos de dos puntos) y se salvó Banfield, de espantosa temporada: 25 puntos. Argentinos Juniors acompañó al Pirata al Nacional B. El Taladro tuvo su merecido en la 96/97, temporada en la que Huracán Corrientes sumó 32 puntos y superó a Banfield (22), Español (29) y al Huracán porteño (30), pero el promedio lo empujó al Nacional.

La Promocióon, la Promocióon...
En la 97/98, Huracán ganó 6 partidos y perdió 26, pero descendieron Español (aunque sumó 3 puntos más) y Gimnasia y Tiro. Claro que esa campaña terminó siendo irremontable para el Globo, que bajó un año después.

Ningún cardiólogo hubiera recomendado implementar la Promoción, pero la AFA lo hizo a partir de la 99/2000. Si con dos descensos directos se sufría, que otros dos equipos jugaran repechajes le agregó tensión a la lucha de abajo. Los cálculos resultaron cada vez más complejos y mantenerse en Primera, muchas veces, dependió más de una serie de resultados en otros partidos que de una buena campaña propia. Con excepción de Boca y Vélez, todos han pisado zona de riesgo durante estas 13 temporadas.

De los últimos 24 equipos que descendieron, 16 lo hubieran hecho con o sin promedios: Ferro, Gimnasia de Jujuy (2000), Los Andes (01), Unión, Huracán (03), Chicago, Chacarita (04), Almagro, Huracán de Tres Arroyos (05), Tiro Federal, Instituto (06), Quilmes (07), San Martín de San Juan (08), Gimnasia de Jujuy (09), Chacarita (10) y Huracán (11). De los ocho restantes, tres hubieran jugado la Promoción: Almagro (en 2001, y descendía Belgrano), Atlético Tucumán (el promedio salvó a Tigre en 2010) y Quilmes, que sumó más que Gimnasia en la 2010/11. Este listado interminable sirve para comprender lo injustos que resultaron los promedios para cinco equipos que se hubieran salvado de todo. En la 2001/02, Belgrano sumó 44 puntos y Argentinos, 45. Pero descendieron. En el caso del Pirata funcionó la ley de la compensación, porque debió haberse ido un año antes, pero lo del Bicho fue una sorprendente suma de factores. Argentinos terminó 16° en la tabla general de la 99/2000, 14° en la 00/01 y 14° en la 01/02. Pero en la tabla de promedios que abarcó esas tres temporadas finalizó 19°. Una crueldad.

A Belgrano volvió a sucederle en la 06/07, cuando sumó más que Quilmes, Newell’s, Banfield y Gimnasia La Plata. Los últimos casos son los de Olimpo (07/08), que superó a cinco equipos pero terminó anteúltimo en los promedios; y, claro, San Martín. Las tres veces que los tucumanos descendieron fue por culpa del promedio, ya que nunca quedaron en los últimos puestos. La última vez, en la 08/09, superaron a tres equipos e igualaron con Rosario Central, con el que a lo sumo habrían jugado un desempate para zafar de la Promoción.

En cuanto a los 24 equipos que jugaron la Promoción, hubo ocho que no solo no la hubieran disputado, sino que terminaron descendiendo. Instituto, en 2000, sacó 44 puntos y terminó 15° en la general, pero perdió la Promo ante Almagro y volvió al Nacional B. En 2004 les tocó a Atlético de Rafaela y Talleres. La Crema había sumado más que Chicago, Gimnasia, Chacarita, Olimpo y Lanús, pero Huracán de Tres Arroyos le ganó el repechaje. Peor fue lo de Talleres, que terminó 6° en la general, con ¡59 puntos! Es el equipo que descendió después de haber sumado más, porque Argentinos lo condenó en la Promoción.

Olimpo (05/06), Chicago y Godoy Cruz (06/07) tampoco hubieran perdido la categoría. Y dos de los descensos más fuertes de la historia no existirían sin promedios. Ambos compensaron: Rosario Central, porque en 2002 se había salvado de la Promo gracias a ellos, pero en 2010 la jugó (y la perdió) pese a haber sido 16° en la general. Y River pagó la salvación del 83 con 18 años de intereses: no solo sumó 57 puntos, terminó 5° en la temporada y perdió la Promoción cuando ni tendría que haberla jugado. También se convirtió en el equipo que descendió con mejor promedio en la historia del fútbol argentino. Maldito 1,236.

Problema grande
River y Racing, lo sabemos, no la pasaron nada bien con los promedios. Más allá del injusto descenso del 83, la Academia no puede quejarse de haber jugado la Promoción en 2008, e incluso la hubiera sufrido en 2001 por ser 17° en la general. ¿Qué pasó con Boca? Nunca miró demasiado la tabla maldita, apenas en 1985, luego de una sórdida temporada 84, pero perdió solo un partido de los primeros 12 y todo quedó en el olvido. Atentos con Independiente: sin promedios, hubiera jugado la Promoción en 2002 (terminó 17°) y en 2009 (18°).

Para el final dejamos a San Lorenzo y sus hinchas, que están haciendo un curso de matemáticas desde hace seis meses. La historia de los promedios permite ayudarlos. El equipo que jugó la Promoción con mejor coeficiente fue Lanús en la 2001/02: sumó 142 puntos en 114 partidos (1,245). Las probabilidades indican que con 25 puntos, el Ciclón llegaría a 143 (1,254) y se salvaría. Pero a veces, en las matemáticas y en el fútbol, sucede lo improbable.

Olimpo, Tigre, All Boys, Unión, Rafaela, San Martín de San Juan, San Lorenzo: bienvenidos a cinco meses de cuentas, cuentas y cuentas. A cinco meses mirando la tabla que nadie quiere mirar. La del maldito promedio.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4419 (FEBRERO DE 2012)

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