Por Martín Estévez
Lejos del lujo y el glamour de los Mundiales, las Eliminatorias son verdaderas batallas futbolísticas jugadas en centenas de países cada cuatro años. Desde su creación, generaron anécdotas, historias y estadísticas sorprendentes. Un repaso a los más de cinco mil partidos jugados desde 1933.
Los Mundiales, tan glamorosos y llenos de lujo, tan perfectamente organizados, tienen una puerta de entrada muy distinta. Caótica, multitudinaria, con centenas de partidos en centenas de ciudades del planeta, miserias deportivas y económicas, héroes fugaces. Existe un Mundial antes del Mundial que dura más de dos años y en el que doscientos países batallan para no quedarse afuera de la fiesta. Bienvenidos a la historia de las Eliminatorias.
La osadía de viajar
Los trece países que disputaron el Mundial de 1930 fueron los únicos que aceptaron la invitación. Movilizarse hasta Uruguay era un esfuerzo enorme para los europeos, que debían financiar un largo viaje en barco para jugar un torneo sin historia. Para 1934, se amplió el número de participantes a 16, pero fueron 30 los que aceptaron la invitación. Como solución, nacieron las Eliminatorias. El 11 de junio de 1933, en Estocolmo, Suecia le ganó 6-2 a Estonia en el primero de los 5.719 partidos clasificatorios que se jugaron desde entonces. Comenzaron también renuncias, boicots y quejas que continúan hasta la actualidad. Rumbo al Mundial 34, por ejemplo, Grecia decidió no jugar un partido de local contra Italia; luego, se supo que Mussolini extorsionó a los griegos ofreciéndoles una sede para su federación. Eran años en los que la FIFA cancelaba los partidos que no definían nada para reducir costos.
En las Eliminatorias del 38, por las renuncias de nueve países (incluido Estados Unidos ¡por motivos económicos!), Indias Holandesas se clasificó directamente. En 1950 hubo una ausencia por orgullo. Escocia clasificó, pero decidió asistir sólo si ganaba el Campeonato Británico de Naciones. Terminó segundo y no jugó la Copa. También renunció la India, pero por motivos distintos: quería que sus futbolistas jugaran descalzos, pero la FIFA se lo negó.
Rumbo a Suiza 54 se jugaron 57 encuentros. Dos entre Egipto e Italia (que ganó ambos), en uno de los choques más excéntricos de las Eliminatorias, junto a Hungría-Bolivia (1977), Colombia-Israel (1989), Irán-Irlanda (2001), y Trinidad y Tobago-Bahrein (2005). Y otros cuatro partidos los jugó la selección de Sarre, una ciudad alemana que se había independizado en 1947. ¿Cómo les fue a los sarrenses? No tan mal: ganaron un partido, empataron uno y perdieron dos. Los dos ante Alemania Occidental, campeón del mundo un año después.
¿Cómo lo definimos?
En las Eliminatorias del 54 también se produjo el primer sorteo. España y Turquía habían ganado como locales y empataron 2-2 el tercer partido. Como no existían los penales, se apeló a la suerte: una moneda arrojada al aire decidió que Turquía juegue la Copa. En 1961 sucedió lo mismo entre Marruecos y Túnez, pero había un plan mejor: el tiempo suplementario. Jugaron treinta minutos extra... y siguió el empate. Otra vez hubo sorteo, y avanzaron los marroquíes.
En 1968, Zambia le ganó 4-2 a Sudán. En la revancha, se repitió el 4-2, pero para Sudán. ¿Sorteo? Nada de eso: clasificó Sudán por “más goles en el último partido”. Rarísimo.
Dos meses después, Senegal venció a Marruecos y emparejó la serie tras perder en la ida, pero el árbitro no sabía que debía jugarse tiempo suplementario. ¿Qué pasó? Hubo tercer partido un mes después y Marruecos ganó 2-0. Fue una Eliminatoria dura para los marroquíes, que en la fase siguiente empataron tres partidos con Túnez y avanzaron por sorteo. Tras tanto esfuerzo, jugaron su primer Mundial.
Los benditos y malditos penales debutaron el 9 de enero de 1977. En Túnez, el local venció 4-2 a Marruecos luego de dos empates 1-1.
Grandes en problemas
En 1957, Irlanda del Norte le ganó 2-1 al bicampeón mundial Italia y lo dejó fuera de la copa. Fue uno de los resultados más inesperados, junto a dos que sucedieron en 1993.
Bulgaria casi no tenía historia futbolística, excepto por haber forzado un desempate con Francia gracias a un gol en el minuto 89, ganarle y dejarlo fuera del Mundial 62. Décadas después, rumbo a Estados Unidos 94, los franceses eran un equipo de estrellas: Cantona, Papin, Desailly, Blanc. A dos partidos del final, les faltaba un pasito y lo estaban dando con comodidad: derrotaban 2-1 a Israel, sin triunfos y al que habían goleado 4-0 en Tel-Aviv. Un tal Berkovich empató a los 38’ del segundo tiempo y, segundos antes del final, Atar clavó el 3-2 para los israelíes. En Francia no se habló de otra cosa durante los 35 días que existieron entre ese partido y el que cerró el Grupo 6. Otra vez en el Parque de los Príncipes, Les Bleus necesitaban un empate ante Bulgaria. Cantona puso el 1-0, Emil Kostadinov empató y llegó el suspenso. Busquen el video en Youtube porque es increíble: Francia tenía la pelota en ataque cuando iban 44’43’’ del segundo tiempo. Quince segundos después, Kostadinov metió un zapatazo que rebotó en el travesaño y entró. Maracanazo en versión Eliminatorias. Bulgaria al Mundial, Francia afuera.
En 1993 también nos tocó a nosotros. Argentina llegó a las Eliminatorias como bicampeona de América. Perdió ante Colombia en Barranquilla, pero definía de local ante los colombianos y un triunfo la llevaba a la copa. Aquel 5 de septiembre aparece en la mente de los argentinos como una tarde rara, con defensores argentinos pasando de largo, golazos de Colombia llegando de a uno y la voz de la radio, o de Araujo, contando que si Paraguay le hacía un gol más a Perú nos quedábamos afuera. El partido terminó 5-0, Paraguay nunca hizo ese gol y Argentina terminó ganando el repechaje. El Mundial 94 sería otra historia.
Los perjudicados
Para estar en Chile 1962, la mejor selección africana y la mejor asiática debían jugar un repechaje contra los europeos. Claro: Marruecos y Corea del Sur no pudieron contra España y Yugoslavia. Cuatro años después, la FIFA se apiadó y les dio un lugar... que tenían que disputarse África, Asia y Oceanía. Los quince países africanos lo tomaron como una burla y se negaron a participar. Sólo compitieron Australia y Corea del Norte, que logró la clasificación.
Las Eliminatorias para Alemania 74 fueron las últimas en las que un árbitro dirigió un partido de su país: fue el keniata Ngaah en Kenia 2-Marruecos 2. También comenzaron a aparecer equipos que se quedaban afuera sin derrotas. Hungría (dos victorias y cuatro empates), Colombia (un triunfo y tres igualdades) y Bélgica (en seis partidos no le hicieron goles) fueron los pioneros. También les sucedió a Túnez, Siria (1994), Saint Kitts and Nevis (1998), Israel y Tahití (2006), pero el caso más injusto fue el de Kazakhstán, que en 2002 ganó cuatro partidos y empató dos, metió 20 tantos y recibió 2. Sin embargo, Irak lo superó en la diferencia de gol gracias a un 8-0 a Macao y un 9-1 a Nepal.
Milagros inesperados
En el ranking de las hazañas no debería figurar el 2-2 de Argentina ante Perú para llegar a México 86, porque era local, porque tenía a Maradona y porque los peruanos ya no eran los de los setenta. Sin embargo, al avance feroz de Passarella y al toque de Gareca todavía se les cantan odas en nuestro país. Lo que pocos recuerdan es que si Argentina perdía tenía una chance más: un repechaje contra Paraguay, Chile y Colombia.
Inglaterra sufrió todavía más rumbo a Corea-Japón 2002. Perdía 2-1 ante Grecia, pero un gol de Beckham a los 93 minutos le dio la clasificación.
Sin embargo, hay una historia mejor. En las Eliminatorias de 1982, Asia y Oceanía compitieron por dos cupos. Con Kuwait clasificado, el segundo lugar lo tenía China. Solo lo podía alcanzar Nueva Zelanda, que para forzar un desempate tenía que ganarle de visitante, por cinco goles, a Arabia Saudita. Lo logró, venció 2-1 en el repechaje y jugó el Mundial. Colombia casi lo iguala en 2001. Tenía que ganarle por cinco a Paraguay en Asunción. Marcó el 4-0 a siete minutos del final, pero el quinto no llegó y el beneficiado fue Uruguay.
Si algo genera fraternidad entre países, es una ayuda futbolística. En 1989, Colombia necesitaba que Ecuador (ya eliminado) superara a Paraguay. Los ecuatorianos ganaron 3-1 y, en el repechaje, Colombia venció a Israel y llegó al Mundial. Del mismo modo se clasificaron los Emiratos Árabes Unidos un mes después. China jugaba contra Qatar y, si ganaba, ingresaba en su primer Mundial. A cinco del final, los chinos iban 1-0, pero Qatar lo dio vuelta y le dio el pase a Emiratos Árabes.
Errores fatales
El 28 de octubre 1993, la fiesta estaba preparada en Doha. Japón le ganaba 2-1 a Irak y clasificaba para su primer Mundial. No quedaba tiempo para casi nada. Solo para un desborde iraquí y un cabezazo de Omran que se le metió en el segundo palo al arquero. Millones de japoneses lloraron frente a la televisión.
La clasificación de Camerún a Alemania 2006 dependía de un penal en el último minuto. El partido ante Egipto estaba 1-1 y, si Samuel Eto’o lo metía, Camerún volvería a los Mundiales. Pero Eto’o miró para otro lado y la responsabilidad cayó sobre Pierre Wome, que falló. Los cameruneses quedaron afuera y Wome recibió amenazas e insultos durante meses.
Los árbitros no sólo se equivocan, a veces lo hacen burdamente. En 2005, Uzbekistán le ganaba 1-0 a Bahrein. El japonés Toshimitsu Yoshida sancionó un penal para los uzbekos que fue convertido, pero enseguida marcó invasión del área. En lugar de volver a ejecutarlo, otorgó tiro libre indirecto a Bahrein, ante la incredulidad de los jugadores. La FIFA decidió que el partido se volviera a jugar y el perjudicado fue Uzbekistán, que había ganado 1-0 el partido original y empató 1-1 en la repetición.
Más famosa fue la alevosa mano de Thierry Henry en noviembre de 2009, durante el tiempo suplementario que definía si Francia o Irlanda jugaban el Mundial de Sudáfrica. Henry le sirvió a Gallas el gol que eliminó a los irlandeses. El sueco Martin Hansson fue el responsable.
El gran bochorno
El 3 de septiembre de 1989, Brasil recibió a Chile. Un empate le permitía clasificar una vez más al Mundial. Nada raro en la cancha: gol de Careca a los 15’ del segundo tiempo y cómodo triunfo local. Nueve minutos después, el arquero chileno Roberto Rojas vio caer una bengala cerca suyo y se tiró al suelo aparatosamente. Ingresaron los médicos chilenos, se llevaron a Rojas en camilla y aseguraron que no podía seguir jugando. Llegó la suspensión y la posterior investigación de la FIFA, que dictaminó que todo había sido una farsa y sancionó con dureza a Chile: le dio por perdido el partido y lo expulsó de la siguiente eliminatoria.
¿Y ahora?
El camino a Brasil 2014 están en marcha. Se llevan jugados 142 partidos y ya quedaron eliminadas 44 selecciones. Falta mucho, pero los resultados pueden ser un gran indicador de quién será campeón del mundo. ¿Es una exageración? Atentos a este dato: los únicos países que ganaron todos sus partidos en las Eliminatorias 2010 fueron España y Holanda. Sí: el campeón y el subcampeón en Sudáfrica. Porque en 2014 de las Eliminatorias, de las Eliminatorias saldrá el nuevo campeón.
PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4420 (MARZO DE 2012)
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