Por Martín Estévez
Cuando no hacía goles, los hinchas lo querían. Cuando se le abrió el arco, lo adoraron. Campeón en 2001, la rompe en Europa desde 2004.
Dos goles en 44 partidos era la estadística de Diego Milito a mediados de 2001. ¿Por qué los hinchas de Racing ovacionaban a un delantero con tan poca eficacia? Porque era valiente. Porque en medio de campañas humillantes corría, pedía la pelota, dejaba el alma. Porque había llegado a Racing a los 10 años, le había hecho cuatro goles a San Lorenzo en Quinta y había sido campeón con la Cuarta. Porque se le salía el corazón por la Academia. “Yo amo a Racing. Muchísimo. Me encanta jugar acá por más problemas que tengamos”, decía en los días más tristes de la historia del club.
Su partido 45 fue clave: viajó a Santa Fe afiebrado, entró y sobre la hora metió el 1-1 ante Colón, decisivo para evitar la Promoción. Desde entonces, Milito entró en la mitología académica: campeón en el Apertura 2001, goleador en sus últimos cuatro torneos en el club, máximo anotador de Racing en el siglo XXI, ídolo en Genoa, estrella en Zaragoza, mundialista en 2010, héroe y cinco veces campeón en Inter, 217 goles entre oficiales y amistosos. En la popular, semana a semana, los hinchas lo homenajean con camisetas distintas (propias, del Inter, de la Selección) pero con el mismo apellido estampado en la espalda.
PUBLICADO EN EL GRÁFICO: CIEN ÍDOLOS DE RACING (FEBRERO DE 2011)
Groso Diego Milito, Idolo!!! Saludos desde México.
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