domingo, 25 de mayo de 2014

Tenis - El trabajo invisible

Paul Annacone y Roger Federer
Por Martín Estévez

Los entrenadores logran poco reconocimiento fuera del ambiente del tenis. ¿Son imprescindibles o apenas un detalle? ¿Cuál es su trabajo? ¿Quiénes entrenan a los mejores? Aquí, las respuestas.

Cuando alguien menciona a los entrenadores de tenis, lo primero que se nos ocurre es comparar su influencia con los del fútbol, los del básquet o los del handball. Y, como pocas veces sucede en el universo, la conclusión aparece concreta y casi unánime: su influencia es mucho menor. Quienes dirigen a un equipo pueden quitar y poner jugadores, armar el conjunto en relación a la formación rival, cambiar de nombres en medio del partido. El entrenador de tenis, en cambio, realiza un sutil trabajo de hormiga intentando mejorar a su único jugador con detalles mínimos, intentando acertar con la táctica para el partido siguiente; táctica que, si la diferencia de nivel entre uno y otro es grande, no influye en casi nada. Sin embargo, la gran mayoría de los tenistas sigue necesitando y eligiendo con mucho cuidado el nombre de su coach. Eso demuestra que el trabajo de los entrenadores, aunque poco visible, no es menor.

El trabajo del coach
Es necesario diferenciar las tareas del entrenador teniendo en cuenta las diferentes etapas en la vida de un tenista. En niveles infantiles y juveniles, su labor es vital para formar técnicamente al jugador. Existen movimientos, golpes y ejercicios que a un novato le llevaría meses descubrir y mejorar, mientras que, gracias a su experiencia acumulada, el coach puede acelerar notablemente ese aprendizaje. Cuando decimos que la influencia de los entrenadores es relativamente poca, nos referimos al nivel profesional, al momento en que un jugador ya ha alcanzado cierto equilibrio en su nivel.

Martín Jaite, capitán del equipo argentino de Copa Davis, ha sido entrenador de grandes jugadores. En la actualidad, debe conversar en los cambios de lado con tenistas de la talla de David Nalbandian, Juan Mónaco o Juan Martín Del Potro. Entrevistado por Access DirecTV, nos cuenta detalles de su trabajo: “Es difícil saber cuándo tenés que decirles algo y cuándo tenés que quedarte callado. De alguna manera tenés que descubrir si el jugador está permeable o no a tus palabras. Y a veces te equivocás, claro que te equivocás. Pensás que está permeable y está tan impermeable que ni te escucha. Tenés que ir midiéndolos, ser un poquito psicólogo”. 

Jaite, que como jugador llegó a ser Nº10 del ranking mundial, recuerda qué sentía cuando estaba del lado de adentro de los courts: “Había veces en las que necesitaba que el entrenador me dijera algo, y a veces no quería ni escucharle el tono de la voz. A los jugadores les debe pasar lo mismo conmigo. Pero cuando siento que tengo que decir algo puntual, se los digo. Les guste o no les guste, me escuchen o no me escuchen”.

Enseñar a los maestros
Roger Federer es el mejor tenista de la historia. Y muchos de sus años de gloria los vivió sin entrenador. Él decidía las tácticas en los partidos y qué tipo de entrenamiento realizar; apenas pedía ayuda a su preparador físico, Pierre Paganini. ¿Eso significa que los entrenadores son innecesarios? Claro que no. De hecho, el genial Roger ha tenido varios: Peter Carter (murió en un accidente), Peter Lindgren, José Higueras, Tony Roche y Darren Cahill. Y ahora trabaja con Paul Annacone, estadounidense de 50 años que fue Nº12 del ranking y se destacó como doblista. Antes, Annacone había entrenado a Pete Sampras y Tim Henman. ¿Qué se puede mejorar en un genio como Federer? “Pocas cosas, pero importantes. Trabajamos para que maneje cada vez mejor su game de saque y para que pueda leer estratégicamente cada partido”, explica.

Al español Rafael Nadal lo ha entrenado desde siempre su tío Toni, quien lejos estuvo de ser un gran tenista; de hecho, estudió historia en la universidad. De carácter fuerte, se anima a decirle a su sobrino muchas cosas que otros entrenadores, por una cuestión de distancia, no se animarían a decir. “Cuando él era pequeño –recuerda Toni Nadal- me buscaba con la mirada para saber si había hecho bien cada movimiento. Ahora me sigue mirando, pero es diferente. Cuando está en la pista se siente solo y le va bien que alguien le dé apoyo”. 

Toni cree que su trabajo debe centrarse en el aspecto mental: “No creo en los psicólogos. Sí para temas importantes, pero me parece exagerado que porque uno pierda un partido de tenis le busques un psicólogo. Está claro que la función del entrenador es dirigir mentalmente”.

¿Y Novak Djokovic? A Nole lo entrena desde hace mucho tiempo Marian Vajda, eslovaco y Nº34 del ranking en 1987. Durante un tiempo, Djokovic sumó otro entrenador, Todd Martin, pero volvió a trabajar únicamente con Vajda, quien revela el secreto de su pupilo para alcanzar el liderazgo del ranking: “Él necesitaba un golpe de derecha más rápido y potente para atacar con fuerza los reveses de Nadal, de Federer, de Murray. Novak intuye los golpes y alcanza casi todos los tiros, pero necesitaba más musculatura en las piernas y en el torso”.

Andy Murray, por su parte, trabajó con el español Alex Corretja para mejorar su adaptación a las superficies lentas, pero tiempo después lo reemplazó Ivan Lendl (ex Nº1 y ganador de ocho Grand Slams), con quien sus resultados mejoraron notablemente.

Algunos entrenadores prestigiosos están sueltos, como el estadounidense Larry Stefanki, que colaboró con estrellas como John McEnroe, Yevgeny Kafelnikov, Andy Roddick, Marcelo Ríos y Fernando González. Ellos están esperando una oferta seductora para volver a demostrar que su trabajo, aunque sea casi invisible, puede ser fundamental.

Tenis femenino - ¿Quién entrena a las mejores?
Lamentablemente, en un mundo que lucha por terminar con la injusta supremacía masculina en todos los ámbitos, los entrenadores de las principales tenistas son hombres. La lista es contundente. A Maria Sharapova la entrenan su papá Yuri y Thomas Hogstedt (N°38 en 1983). A Victoria Azarenka, Sam Sumyk. A Agnieszka Radwanska, Tomasz Wiktorowski. A Sara Errani, Pablo Lozano. A Caroline Wozniacki, su papá Piotr. Sin embargo, queda una esperanza para la lucha feminista: a Venus Williams la entrena Esther Lee, una preparadora física que poco a poco fue ganando espacio en el día a día de la mayor de las hermanas Williams.

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº56 (JULIO DE 2013)

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