Por Martín Estévez
Ella tiene 29 años, mucha fortaleza física y brillaba en otra embarcación. El tiene 54, le extirparon un pulmón y volvió para ser olímpico al lado de sus hijos. Juntos, ganaron su primera medalla de oro.
Cecilia Carranza. La mencionamos primero para equilibrar la balanza porque, después del oro, los focos han iluminado más a Santiago Lange. ¿Por qué ya era un referente y tenía dos medallas? Claro que sí. ¿Por su impactante historia reciente, en la que le extirparon un pulmón? Por supuesto. Pero también porque vivimos en una sociedad machista, en la que los hombres ocupan posiciones de mayor poder, cobran más dinero por igual trabajo, etcétera. Así que empecemos por ella.
Cecilia Carranza, nacida en Rosario, 29 años. Perfil bajo, estatura baja (1,64), disciplinada, mucha fortaleza física. Comenzó a practicar yachting (o vela, como prefieran) en la clase Optimist. Pronto probó en Laser (barquito bajo, angosto, con una sola vela) y su primer gran logro fue ganar el Sudamericano 2004. Festejó también en 2006, 2008, 2009, 2010 y 2011. Además, ganó medalla de oro en los Juegos Odesur 2006, 2010 y 2014. ¿Vieron que ella también tenía méritos previos?
En sus anteriores experiencias olímpicas, había sido 12ª en 2008 y 21ª en 2012. Ese año se anunció que una nueva clase, Nacra 17, sería parte de Río 2016, para dúos mixtos. Santiago y Cecilia decidieron trabajar juntos.
Comenzaron la preparación en 2013, mientras ella seguía compitiendo en Laser. Santiago la pasó mal por sus problemas de salud, pero Cecilia también: sostuvo al equipo cuando él no podía y, para recuperar el tiempo perdido durante la evolución de Santiago, tuvo que hacer su sacrificio: largaron todo y, desde diciembre de 2015, vivieron más tiempo en Brasil que en la Argentina.
En la embarcación, la que hace el trabajo físico más difícil es Cecilia, que la noche después de ser campeona olímpica, se acostó y, con simpleza, pensó: “Listo, ya está. Mañana es otro día y empieza todo de nuevo”.
Ahora sí, hablemos sobre Santiago Lange, nacido en San Isidro, 54 años. Fue campeón sudamericano de la clase MiniTon cuando muchos lectores de esta revista no habían nacido… ¡en 1978! Luego, acumuló cinco títulos sudamericanos; medallas de plata en los Panamericanos de 1983 y 1987; y cinco participaciones olímpicas. Había sido 9° en Soling (1988), 9° en Laser (1996), 10° en Tornado (2000), y ganó dos veces el bronce, también en Tornado (2004 y 2008), ambas con Carlos Espínola.
En nuestra edición anterior, dos de sus hijos, Yago y Klaus, recordaron la medalla de 2008: veían a su papá en el velero, celebrando, con un teléfono en la mano, hasta que el teléfono sonó en su casa y de pronto lo vieron habládoles desde China. Los tres lloraban.
Santiago abandonó la alta competencia para dedicarse a la arquitectura naval (diseñó los exitosos veleros Optimist Lange), pero cuando supo que Yago y Klaus formarían equipo para intentar clasificarse a Río 2016, no pudo evitar la tentación: eligió la clase que le convenía (Nacra 17), llamó a Cecilia y comenzó el desafío.
Luego de un gran 2° puesto en el Mundial 2014, llegó una ola gigante: le detectaron cáncer de pulmón. Lo operarían en septiembre de 2015 y no sabía si sobreviviría, pero eso no importó: siguió la planificación. Habló con Cecilia y le propuso internarse en las aguas brasileñas apenas pudieran. Habló con Klaus y Yago y les pidió que no viajaran para su operación, que siguieran entrenándose.
El resto de la historia ya es conocida: con un pulmón menos y mucha voluntad, se subió otra vez a un barquito y acompañó a Cecilia en la búsqueda del oro. Juntos, se convirtieron en el primer equipo mixto en la historia argentina que gana una medalla olímpica
El dato. El yachting es el deporte que más medallas le dio a la Argentina desde 1996: 8. Y fue el primer podio nacional de un equipo mixto.
Publicado en El Gráfico N°4473 (septiembre de 2016)
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