La fugacidad, capaz de despojarnos de las más dulces alegrías, también arrasa con los goleadores sudamericanos. La ecuación se repite cada vez más: el futbolista que se consagra goleador de su torneo local es vendido meses después a una liga más fuerte. Casi no hay excepciones. Los clubes no pueden mantener a su jugador estrella ante las numerosas ofertas que llegan. Los números lo avalan: cada año, una montonera de goles viaja en avión hacia el exterior.
La ruta de los gritos
Es un cálculo matemático, pero dice algo más. Considera a los goleadores de los últimos veinte torneos en Chile, Argentina, Uruguay y Colombia, y es determinante. El 62% de esos futbolistas fueron vendidos al exterior en los 18 meses siguientes a su consagración. Y el 80%, tarde o temprano, dejó su país. Por eso es extraño que el goleador se repita durante dos temporadas. Era común años atrás: Carlos Caszely lo fue entre 1979 y 1981 en Chile; Diego Maradona, en tres torneos seguidos en Argentina; Fernando Morena dominó Uruguay en 1973-1978… Siguiendo la lógica actual, si ellos hubieran jugado en el siglo XXI, se hubieran mantenido sólo un año en sus clubes. Los mejores de Chile y Colombia tienen un destino básico: México. Desde Argentina y Uruguay hay dos opciones: tierras aztecas o Europa. Consecuencias: la mayoría de los anotadores en México son extranjeros y los mejores atacantes sudamericanos juegan en Europa.
Vuelo Chile-México, sin escalas
Chile es el que consiguió retener a más goleadores: “sólo” el 61% viajó al exterior. Casi todos a México: Richart Báez (América), Sebastián González (Atlante), Manuel Neira, Salvador Cabañas y Alvaro Sarabia (los tres a Jaguares), Gustavo Biscayzacú (Veracruz), Patricio Galaz (Atlante), Héctor Mancilla (Veracruz)… Las excepciones fueron David Bisconti (Badajoz de España), Mario Núñez (Independiente de Argentina) y Héctor Tapia, de Colo Colo al Lille francés en 2002. El porcentaje de exportación se ampliará si Humberto Suazo, Gonzalo Fierro o Joel Estay, por ejemplo, son transferidos.
El éxito acompaña al Pato Galaz (24 goles en 57 juegos en México), al paraguayo Cabañas (68 en 121) y a Biscayzacú (47 en 96); pero le dio la espalda a Núñez (sólo jugó seis meses en Argentina). El título de goleador chileno no asegura triunfos en el exterior, pero sí abre puertas.
El 76% de los últimos top scorers de los torneos colombianos fue vendido al exterior, la mayoría apenas meses después de consagrarse. Como ocurre en Chile, es México quien se lleva a las joyas locales. Desde Iván Valenciano (a Veracruz en 1996), pasando por Carlos Castro (Necaxa), Leonardo Fabio Moreno (Lobos) y Hugo Rodallega (Monterrey). Pero Colombia también está en la mira asiática, un mercado que nació hace poco tiempo y ya se quedó con Milton Rodríguez (Chonbuk de Corea), Arnulfo Valentierra (Al Wahda de Emiratos Arabes), Leider Preciado (un puñado de juegos en Al Shabab), Sergio Herrera (Al Ittihad, también de Arabia Saudita) y Jorge Díaz (Khazar de Azerbaiján). Los que consiguieron el complicado salto directo hacia el primer nivel fueron Hamilton Ricard (Middlesbrough), Víctor Bonilla (Real Sociedad) y Jorge Serna (Como de Italia).
Los atacantes colombianos, sin embargo, comparten el estigma de no asentarse en ningún sitio. Se convierten en trotamundos. Ricard, por caso, pasó por Inglaterra, Bulgaria, Chipre, Ecuador, España y Uruguay. Bonilla estuvo en Salamanca, Toulouse, Nantes, Montpellier, México y Ecuador. Castro no se afirmó en México ni en Palmeiras de Brasil. ¿Valentierra? Emiratos Arabes, Arabia Saudita y Perú. Los que intentarán evitar ese destino son Herrera, en Paranaense de Brasil, y Rodallega, que recaló en Atlas y convirtió 5 goles en el Apertura 2006.
Tras las huellas de Forlán
El máximo referente uruguayo es Diego Forlán, pese a que no jugó en esa liga. Su nombre, sin embargo, genera que los goleadores de su país sean tentadores. De los últimos 17 que lo consiguieron, sólo dos no fueron vendidos al exterior: Pablo Bengoechea y José Pedro Cardozo. Muchos viajaron a Europa: lo había hecho Darío Silva (Cagliari) y lo siguieron Juan González (Oviedo), Gabriel Álvez (Olympiakos), los brasileños Ederson Fofonka (Iraklis de Grecia) y Eliomar Marcon (Venezia), Javier Chevantón (Lecce), Germán Hornos (Sevilla), Alexander Medina (Cádiz) y Carlos Bueno (Paris Saint Germain). A equipos de menor nivel fueron transferidos Rubén Sosa (a Shanghai de China), el argentino Nicolás Nicolay (Huracán de Tres Arroyos, de su país), Miguel Ximénez (Comunicaciones de Guatemala) y Juan Manuel Olivera (Suwon de Corea). Los únicos absorbidos por el mercado de moda, México, fueron Álvaro González (Pumas de la UNAM) y Pablo Granoche (Toluca).
Su repercusión es mayor que la de colombianos y chilenos. Chevantón ganó prestigio en Europa: héroe en Lecce (44 goles en 88 partidos) y de buen paso por Mónaco (25 en 61), ahora juega en el Sevilla. Marcon sigue festejando en México: 42 tantos en 117 juegos. Medina se ha asentado en Cádiz. Y Carlos Bueno llegó a Portugal luego de un paso poco feliz por Francia. En Sporting Lisboa, al menos, cortó la racha sin goles. Álvez, Hornos y Nicolay, en tanto, retornaron a Uruguay.
Javier Chevantón, de Danubio al fútbol italiano.
El valor de los goles
¿Por qué todos los goleadores se van? Obviamente es lo que desean los clubes compradores, que suelen pagar una cifra alta con la certeza de que la inversión se multiplicará si el futbolista demuestra buen nivel. También es el deseo de los jugadores, quienes consiguen un mejor contrato, tranquilidad económica y, en ocasiones, vivir en un sitio hermoso. ¿Lo desean los clubes de origen? Esta respuesta no es tan clara. Pero, quieran o no vender a su estrella, simplemente no se pueden resistir. ¿Cómo Cobreloa podía decir “no” a la oferta de 1.600.000 dólares de Atlante? ¿O Deportivo Cali a los 2 millones que ofrecía Middlesbrough por Ricard? Y no es sólo eso: si el club se negara a vender, pronto comenzarían los reclamos del futbolista, exigiendo un mejor contrato en retribución por la transferencia perdida.
Aun haciendo el mayor esfuerzo, sería imposible rechazar los 9 millones de dólares que pagó Lecce por Chevantón o los 22 millones que le dio Barcelona a River a cambio de Javier Saviola. Por eso los pases siempre se realizan: beneficios para el jugador, poderío total del comprador y única alternativa del vendedor. Y la situación, evidentemente, no cambiará en los próximos años.
Argentina, con boleto de ida y vuelta
De los últimos 20 goleadores en Argentina, 19 fueron vendidos al exterior. La afirmación es contundente, y lo será más si Estudiantes de La Plata transfiere a Mariano Pavone (romperredes del Clausura 2005) en las próximas semanas (han llegado ofertas desde el exterior). 15 de esos 19 topscorers se mudaron a Europa.
Sin embargo, al torneo argentino lo protagonizan actualmente varios futbolistas que ya se han consagrado goleadores. ¿Cómo? Sencillo: los jugadores vuelven permanentemente. Martín Palermo, luego de una etapa poco productiva en España, retornó a Boca Juniors; José Luis Calderón estuvo entre 2000 y 2003 en Italia y México, y ahora juega en Estudiantes de La Plata, de donde se había ido en 1995; Esteban Fuertes pasó por Francia, Inglaterra y España, pero regresó a Colón de Santa Fe; Néstor Silvera se consagró goleador en Argentina, viajó a México -también lideró la tabla de anotadores- y volvió a Argentina, donde representa a San Lorenzo; el paso de Ernesto Farías por Italia duró menos de un año, y ahora sus tantos se gritan en River Plate…
En México, en cambio, están Rolando Zárate (Tigres) y Javier Cámpora (Cruz Azul). En el viejo continente permanecen Javier Saviola (Sevilla), Bernardo Romeo (Osasuna), Fernando Cavenaghi (Spartak Moscú), el uruguayo Gonzalo Vargas (Mónaco) y Lisandro López, quien ganó tres títulos en Porto de Portugal y es uno de los mejores jugadores de la temporada en Europa. El mejor ejemplo de cómo funciona el mercado de pases actual es el colombiano Juan Pablo Ángel. Marcó sus primeros tantos en Nacional de Medellín (1993-1997, sin ser goleador de ningún torneo), pasó por River Plate (cañonero del Apertura 2000) y llegó finalmente al fútbol europeo: lo adquirió el Aston Villa. El pez más grande siempre termina devorándose al más pequeño.
Juan Pablo Ángel, de River al fútbol inglés.
México, tierra de extranjeros
Los últimos quince jugadores que lideraron la tabla de anotadores en México son extranjeros: 6 argentinos, 4 uruguayos, 3 paraguayos, un brasileño y un colombiano. De los que lo hicieron en los últimos veinte torneos, sólo Borgetti (dos veces) y Jesús Olalde eran mexicanos. Es lógico: si el mayor mercado para Sudamérica es México, los goleadores en ese país son sudamericanos. ¿México es el techo o sólo el impulso para una transferencia a Europa? Se parece más a un techo, pero existen excepciones. Agustín Delgado pasó de Necaxa a Southampton; Jared Borgetti, goleador en Santos, saltó de Pachuca a Bolton; Jorge Rodríguez Alba, a Grecia; y Guillermo Franco, a Villarreal.
En 2002 y 2006, el goleador fue un uruguayo que nunca se queda quieto: Sebastián Abreu. Jugó en Defensor Sporting, San Lorenzo, Gremio, La Coruña, Tecos, otra vez San Lorenzo, Nacional, Cruz Azul, América, otra vez Nacional, otra vez Tecos, Nacional por tercera vez, Dorados de Culiacán, Monterrey… En él no se aplica la ley del mercado: va donde le gusta… Una sana excepción.
Habrá que estar preparados, entonces, para verlos irse cuando apenas están llegando, para observar sus gritos sólo por televisión. Habrá que entender que en este siglo XXI ser goleador de un torneo en Sudamérica es un pasaje de ida. Habrá que reconocer que, como la felicidad, los goles son fugaces. Quizá sea porque hablar de felicidad y de goles es hablar exactamente de lo mismo.
GOLES FOR EXPORT
CHILE 61% 11 de los últimos 18 goleadores (dos lo lograron dos veces) fueron vendidos al exterior. Los que se quedaron fueron Rubén “Camión” Vallejos (se retiró en 2003), Pedro González y Cristian Montecinos. Los que pueden irse: Joel Estay, Gonzalo Fierro, César Díaz y Humberto Suazo, quien quizá sea vendido en 2007.
COLOMBIA 76% 13 de los últimos 17 goleadores fueron vendidos al exterior (tres fueron líderes de goleo en dos ocasiones). Luis Zuleta, Orlando Ballesteros y Víctor Hugo Aristizábal no fueron vendidos. Y el argentino Sergio Galván Rey es el único que llegó a Estados Unidos, jugando para el Metro Stars.
URUGUAY 83% 15 de los últimos 18 goleadores dejaron el país (Juan González y Medina se consagraron dos veces). ¿Por qué no se fueron? Wilmar Cabrera se retiró en 1996; Pablo Bengoechea, porque había regresado de España; y José Pedro Cardozo porque dio un salto “interno”: de Rocha a Peñarol.
MEXICO 86% 12 de los últimos 14 goleadores de la Liga Mexicana son extranjeros. Los que repitieron fueron José Cardozo, Sebastián Abreu (lideraron 3 veces), Jared Borgetti y Matías Vuoso (dos).
ARGENTINA 95% 19 de los últimos 20 goleadores fueron vendidos al exterior. Algunos siguieron marcando, como Saviola, Cavenaghi y Lisandro López. Otros tuvieron pasos modestos: Gustavo Reggi (Reggina de Italia), el uruguayo Sergio Martínez (La Coruña) y Martín Cardetti (PSG), por ejemplo.
PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN URUGUAY (Nº8), CHILE (Nº7) Y EL SALVADOR (Nº12), DICIEMBRE DE 2006
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