"Dovri dein", se escucha en una de las 2.500 canchas de tenis que existen en Rusia. Cada día, centenares de niñas son recibidas de ese modo en las academias. Esas dos palabras significan "buenos días". Y vaya si son buenos días para el tenis ruso...
Sin embargo, el poderío no es histórico. Rusia, siempre repleta de brillantes atletas y gimnastas, nunca se había destacado en el tenis femenino. No había ganado Grand Slams ni Copas Federación (la versión de la Davis para mujeres), jamás había tenido una número 1 del ranking... La máxima hazaña la había conseguido Olga Morozova cuando alcanzó la final de Wimbledon 1974. A principios de 1994 no había rusas en el Top 100: la mejor era Elena Makarova (135ª).
El éxito del tenis ruso comenzó con una jugadora considerada, injustamente, como una de las menos exitosas: Anna Kournikova. Se había ido a los 10 años a Florida, Estados Unidos, para aprender en la Academia de Tenis de Nick Bollettieri (una de las más prestigiosas del mundo) y debutó en torneos WTA a los 14 años. A partir de entonces, la historia del tenis ruso cambió. Para siempre.
'Annita' combinó un estilo estético y lujoso con un cuerpo estético y lujoso. Y, aunque sobrevive en la memoria colectiva como “una jugadora hermosa que nunca ganó un torneo y terminó siendo modelo”, Kournikova era una tenista sensacional. A los 16 años fue semifinalista de Wimbledon; y, aunque es cierto que no ganó torneos de singles, llegó a ser Nº8 del ranking y la mejor del mundo en dobles.
El 'boom Kournikova' (con miles de niñas deseando ser como Annita) se sumó a una prioridad nacional: en 1988, el tenis se había incorporado a los Juegos Olímpicos, y desde ese momento el gobierno ruso pensó en impulsarlo en su país. ¿Por qué? Porque los Juegos eran el ámbito deportivo en el que se desarrollaba la Guerra Fría. Cualquier medalla que se le pudiera quitar a Estados Unidos era un triunfo comunista.
En 1998, 17 estadounidenses terminaron en el Top 100, contra 4 rusas. Pero las sucesoras de Kournikova fueron ganando espacio a fuerza de entusiasmo, talento y, también, belleza. Porque, claro, evolucionar en la alta competencia es más fácil con apoyo económico. Y los sponsors vieron en cada rusita hábil y hermosa a una Kournikova en potencia.
La bola de nieve iba creciendo. En 2003, Elena Dementieva fue campeona en Amelia Island, Dinara Safina (hermana del tenista Marat Safin) en Palermo y Vera Zvonareva en Bol, Croacia. Y, por primera vez, Rusia superó a Estados Unidos en jugadoras Top 100: 9 a 8. Actualmente la diferencia es grande: lo aventaja por 16 a 11.
La líder de la legión rusa es Maria Sharapova. Sus padres dejaron Belarús por el efecto Chernobyl y ella, como Kournikova, viajó a la Academia de Bollettieri a los 7 años. Para que su padre pudiera pagar las clases, Masha (así la llamaban) tuvo que trabajar de ayudante en esos campos de juego. A los 17 años ya era campeona de Wimbledon. Eso generó algunos problemas en sus colegas, ella lo reconoce: “A los 17 empecé a ganarle a tenistas que tenían 25 ó 26. Si dijera que no hay celos, mentiría. Es parte del tenis, que es un deporte individual. A los 8 años les ganaba a jugadoras de 16 y ellas también se enojaban”. En la actualidad es la número 1 del ranking mundial (suma 15 títulos, incluido el US Open 2006) y la deportista mejor paga del planeta. “El buen momento de las tenistas rusas se debe a que entrenamos mucho. Pero no sólo ha ocurrido en el tenis: se ha producido una revolución en todo el deporte ruso, que ha arrojado nuevos talentos”, explica. Las estadísticas demuestran que desarrolló su carrera en medio del auge ruso: de 68 torneos que disputó Maria, en 43 enfrentó al menos a una compatriota.
En aquel 2004 en que Sharapova ganó Wimbledon, Rusia arrasó. Myskina ya había conseguido el primer Grand Slam de la historia para el país en Roland Garros y luego Svetlana Kuznetsova festejaría en el US Open. Tres de los cuatro torneos grandes se vistieron de blanco, azul y rojo. Y dos finales fueron entre rusas, pues Elena Dementieva llegó a esa instancia en París y New York. No era todo: Sharapova se adjudicaría también el WTA Tour Championship (versión femenina del Masters) y el equipo ruso vencería en la Copa Federación.
Uno de los más grandes aficionados de la legión es Boris Yeltsin, primer presidente de Rusia (1991-1999). “Da su corazón por el tenis, lo ama. Es el mayor fan que he conocido y nos trae suerte –remarca Myskina–. Siempre que hacemos algo importante nos invita a tomar un té o a comer para celebrar. Quiere a todas las rusas por igual, no importa dónde vivan”. Toca un tema complejo, Anastasia: el hecho de que tenistas como Sharapova, Safina, Olga Poutchkova o Anastasia Radionova vivan lejos de Rusia. “No sé por qué muchas tenistas tuvimos que irnos del país para triunfar –dice Sharapova–, pero, cuando yo tenía 7 años, las facilidades no eran muchas y la única opción era irse a Estados Unidos. Me fui de Rusia por mi carrera, pero soy rusa y en el futuro me gustaría jugar la Copa Federación con mi país”. Incluso sin ella, el equipo es candidato a ser otra vez campeón.
La temporada 2006 reafirmó, potenció y revalidó el dominio hasta límites insospechados. Las rusas ganaron 19 títulos; el segundo país con más torneos fue Bélgica, con 9. Y 33 veces una jugadora rusa llegó a una final sobre los 58 torneos jugados.
Los primeros rankings de 2007 aportaron más datos: hay 6 rusas entre las primeras 13; 13 en el Top 70; 92 en el ranking... Y siguen surgiendo más y más futuras estrellas, como Alisa Kleybanova (17 años, venció a Jelena Kostanic en Indian Wells 2004 y está 239ª en el ranking) o Evgeniya Rodina (18 años). El tenis se ha masificado notablemente.
Es cierto: se hablará tanto de su belleza como de su tenis, incluso más. Los diseñadores eligen a las rusas para presentar sus nuevos modelos deportivos. “Si los hombres pudieran llevar falda y presumir de ser bellos, también lo harían. No veo nada malo en ello –explica Sharapova–. Pero yo no trabajo para ser modelo, sino para ser tenista. Cada mañana me pongo las zapatillas para eso”.
La relevancia de Kournikova en el inicio de esta revolución rusa, ignorada por muchos, resulta evidente para las protagonistas. “Entiendo que me comparen con Anna, pues respeto lo que hizo por nuestro tenis”, reconoce Sharapova. “Si el tenis ruso es popular es gracias a Kournikova –apunta Safina–. Muchas empezaron a jugar buscando ser como ella”.
En 2007, Chakvetadze ya ganó en Hobart, Safina en Gold Coast, Petrova en París y Sharapova fue finalista en Australia. Parecería imposible superar los logros del último lustro, pero mientras miles de niñas reciban un "dovri dein" cada día en academias repletas, los buenos días del tenis ruso estarán asegurados.
Pavlyuchenkova, con futuro de Top Ten.
¿La futura gran estrella?
“Empecé a practicar tenis en República Checa, porque hacía demasiado frío en mi país, pero ahora entreno un tiempo en cada lugar”, cuenta como si hubieran pasado años desde su infancia. Anastasia Pavlyuchenkova nació en la ciudad de Samara, tiene 15 años (3/7/91) y es la gran promesa del tenis ruso. “Me gusta Marat Safin, porque es divertido y ruso. Y Marcos Baghdatis es asombroso, me encanta su juego”, destaca. Debutó a los 14 años y suma 25 victorias y 8 derrotas. En 2006 ganó en Italia su primer torneo ITF (siguiente nivel tras los WTA), el Abierto de Australia y el US Open juniors. 299ª en el ranking, tiene frescura juvenil para explicar sus metas: “Sólo intento jugar bien, después veré...”.
63 títulos. Ganaron las tenistas rusas desde 2002: Sharapova (15), Myskina (9), Kuznetsova (8), Petrova (7), Dementieva (6), Safina, Zvonareva (5), Chakvetadze, Bovina (3), Kirilenko y Likhovtseva (1).
Invasión rusa en el Top 70
1ª Maria Sharapova (19/04/87)
4ª Svetlana Kuznetsova (27/06/85)
7ª Nadia Petrova (08/06/82)
8ª Elena Dementieva (15/10/81)
11ª Anna Chakvetadze (05/03/87)
12ª Dinara Safina (27/04/86)
20ª Vera Zvonareva (07/09/84)
28ª Anastasia Myskina (08/07/81)
33ª Maria Kirilenko (25/01/87)
37ª Olga Poutchkova (27/09/87)
54ª Elena Likhovtseva (08/09/75)
55ª Elena Vesnina (01/08/86)
62ª Vasilisa Bardina (30/11/85)
PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN URUGUAY (Nº11), COLOMBIA (Nº11), EL SALVADOR (Nº13) Y PUERTO RICO (Nº1), MARZO DE 2007.
Muy buen informe. Primera vez que paso y me encantó. Saludos!
ResponderEliminarno me sirve
ResponderEliminar¡Bwa-ha-ha!
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