Cuando Dikembe Mutombo debutó en la NBA, en 1991, Andrew Bynum tenía 3 años. Desde entonces, el africano se ha fabricado una trayectoria impactante en la liga de básquet más competitiva del mundo. Pero, a los 40 años, en un deporte donde el estado físico es determinante, es casi imposible mantenerse en el primer nivel. Casi.
El 10 de enero de 2007 se enfrentaron Houston Rockets y Los Angeles Lakers. Y también el jugador de más edad, Mutombo, contra el más joven, Bynum (19 años). Dikembe llegaba con un nivel apenas discreto; la promesa de los Lakers (2,13m), en cambio, en pleno crecimiento. Sin embargo, el encuentro terminaría siendo una oda a la experiencia.
Primero, Mutombo consiguió un tapón sensacional, que no fue un tapón más: sobre el atlético Bynum logró su bloqueo número 3.190 en la NBA. Superaba así la marca de Kareem Abdul-Jabbar y se ubicaba como el segundo jugador con más tapas en la historia.
Sin embargo, el africano no se conformó con ello. Quiso demostrar su vigencia y lo hizo: bajó nada menos que 19 rebotes durante el partido, claves para que Houston ganara 102-77. Fue una osadía contra el calendario, un insulto a la lógica. Fue la más clara demostración de que los límites los imponen las personas, no los números. Dikembe Mutombo es quien inspira a los más adultos de la NBA.
El orgullo congoleño
El nombre completo de Mutombo es Dikembe Mpolondo Mukamba Jean Jacque Mutombo y es uno de los jugadores más altos de la NBA (2,18m). Nació en Kinshasa, República Democrática del Congo, y –entre sus muchas obras de bien– creó una fundación para ayudar a su país. Su colaboración con eventos educativos y benéficos es permanente. Llegó a los Estados Unidos para estudiar medicina y se quedó para hacer historia. “Hace 16 años, cuando debuté en la NBA, sólo quería ser recordado por una cosa: ser uno de los mejores jugadores defensivos de la historia“, dice el pivote. Cumplió: fue elegido cuatro veces mejor defensor de la temporada. Jugó en seis equipos distintos y llegó a dos finales. Como basquetbolista, un ídolo. Como ser humano, un héroe.
Entre el éxito y las drogas
Su carácter decidido lo llevó al éxito. Su carácter agresivo, a los problemas. Clifford Robinson (40 años) se destacó desde la “High School” (22.3 puntos y 12 rebotes de promedio) y en la Universidad de Connecticut.
El ala pivote debutó en la NBA en la temporada 1989/1990 y se mantuvo en Portland durante ocho años. Fue el Mejor Sexto Hombre (se elige entre quienes no son titulares en sus equipos) en 1992/93, luego de promediar 19.1 puntos y 6.6 rebotes. Llegó dos veces a las finales con los Trail Blazers, pero equipos legendarios lo dejaron sin anillo: los “Bad Boys” de Detroit en 1990 y los Chicago Bulls de Michael Jordan en 1992. Lo contrató Phoenix en 1997/98 y tuvo gran protagonismo durante sus cuatro temporadas allí. Actualmente juega en New Jersey Nets. Durante la 2006/07 promedia solamente 4.5 puntos y 2.7 rebotes, pero su participación viene en ascenso.
Ocupa el 7º lugar entre los jugadores con más partidos en la historia de la NBA y está 23º en puntos anotados. En 17 temporadas jugadas, sus equipos llegaron a playoffs en 16.
La parte negativa de sus éxitos deportivos es su afición a las drogas. En febrero de 2005 recibió una suspensión de 5 partidos sin salario porque dio positivo un doping por tercera vez. La sustancia: marihuana. Y volvió a sufrir la misma sanción en mayo de 2006.
Basquetbolista inesperado
A diferencia de Robinson, Darrell Armstrong (38 años), de pequeño, no jugaba al básquet: su altura no lo acercaba a las canastas. En el colegio, practicaba football americano.
Casi por casualidad probó suerte en el último año del secundario; y luego, en la Universidad de Fayetteville, descubrieron que era un base sensacional. Sus 185 centímetros fueron suficientes. Sin embargo, el desembarco en la NBA se demoró. Primero tuvo que pasar por la interesantísima Liga Española (jugó en Coren Orense) y, al final de la temporada 1994/95, Orlando Magic lo contrató como agente libre. Allí creció mucho durante nueve temporadas: fue Mejor Sexto Hombre y Jugador de Mayor Progreso en 1998/99.
Promedia 9.7 puntos y 4.3 asistencias en su carrera, en la que también jugó para New Orleans, Dallas (llegó a las finales en 2006) y actualmente lo hace en Indiana Pacers. Es un excelente lanzador de tiros libres: en playoffs tiene el tercer mejor porcentaje de la historia (falló sólo 9 de 90). Además, creó una fundación benéfica para bebés prematuros.
El Dios de Seattle
Es el jugador de Seattle con más puntos, robos, partidos jugados, asistencias, minutos jugados, dobles y triples convertidos en la historia. En esa ciudad, hasta se declaró al 6 de junio de 2000 como su día. Es “el Guante”, un base dúctil y talentoso. Es Gary Payton (38 años).
Sus inicios lo llevaron al Salón de la Fama de Oregon State, luego de quedarse con el record de puntos de esa Universidad y de ser el segundo jugador de la historia de la NCAA (básquet universitario) con más asistencias.
Sus inmensos logros continuaron en la NBA de inmediato: en su primera temporada fue titular en los 82 partidos. Representando a Seattle también fue dos veces el mejor base de la temporada y llegó a las finales en 1995/96, cuando también recibió el premio al Jugador Defensivo del Año. Después de once años brillantes con los Sonics (promedió 9 asistencias en su último año completo), pasó por Milwaukee, Los Angeles Lakers (perdió la final de 2003/04) y Boston. Desde 2005 representa a Miami, ciudad en la que por fin consiguió el anillo de campeón, derrotando a Dallas en 2006.
Su nombre no es venerado sólo en Seattle. En la historia de la NBA es el sexto jugador con más asistencias y el tercero con más robos de balón. Disputó nueve Juegos de las Estrellas, ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1996 y 2000 (las dos últimas de los Estados Unidos); y, de los jugadores en actividad, es el que suma más asistencias, robos y minutos jugados. Será una leyenda.
No es casual que la mayoría de los veteranos sean verdaderas estrellas, hombres destacados. Para que un basquetbolista sea considerado como un valor importante después de los 35 años necesita dos cosas: un gran estado físico y una gran trayectoria. Aquellos de nivel discreto o aceptable durante su carrera no superan la barrera temporal: no consiguen equipo en la NBA o se retiran antes de llegar a ese punto.
Dale Davis (38 años), aun sin ser un astro insuperable, no es la excepción. Es un pivote que durante 15 años ha peleado por cada rebote (promedia 8 por juego) con una intensidad admirable. Y la efectividad en dobles de su carrera (53%) es muy alta.
Su nombre real es Elliot Lydell Davis y mide 2,11m. Jugó diez años en Indiana, cuatro en Portland y, luego de un efímero paso por Golden State, llegó a Detroit en 2005. Sus números han caído ostensiblemente y en 2005/06 promedió apenas 0.9 puntos y 1.9 asistencias. Tras recibir varias críticas negativas, este año sus estadísticas han mejorado al menos un poco.
Collier Brown Jr. es mejor conocido como P. J. Brown (37 años). Al igual que Armstrong, quien comenzó su carrera profesional en España, Brown tuvo que mudarse en su primera temporada. El destino fue el básquetbol griego. Pero New Jersey lo seleccionó en el draft 1992 y desde entonces permanece en la NBA. Hasta esta temporada había jugado en cuatro equipos, y en 2006/07 llegó al quinto: Chicago Bulls.
Entre los logros de Brown, un pivote de 2,11m, está su buena actuación en Miami en 1996/97, cuando ayudó al equipo a alcanzar las finales de la Conferencia Este. En 2002/03, ya en New Orleans, terminó 4º en la NBA en porcentaje de dobles (53.1%). Es uno de los 26 jugadores de la historia que acumuló 8.000 puntos, 7.000 rebotes, 1.000 asistencias y 1.000 bloqueos. Promedia 9.2 puntos y 7.9 rebotes en su carrera. Su esposa, Dee, también es jugadora de básquet.
Sam Cassell (37 años, base) cierra la lista de los basquetbolistas de mayor edad de la temporada. Debutó en Houston en 1993/94 y ganó dos campeonatos en sus primeras dos participaciones. En total, jugó en siete equipos. Estuvo presente en el primer Juego de Novatos y en 1999/2000 (siendo jugador de Milwaukee) finalizó 2º en asistencias en la NBA (9 de promedio). Su vigencia es notable: en 2003/04, a los 34 años, disputó su primer Juego de las Estrellas y tuvo una temporada espléndida. En 2006/07 sus estadísticas son muy similares a las que tenía a los 25 años. Ejemplar.
Quizá alguno esté muy cerca del final de su carrera. Otros están más cerca de seguir superando records que del adiós. Pero de todos se puede aprender que, aunque el tiempo es invencible, se le puede ganar un round. La fórmula: voluntad, esfuerzo y talento.
El más joven de la historia
Andrew Bynum jugó su primer partido en la NBA cuando tenía 18 años y 6 días, convirtiéndose en el debutante más joven de la historia. Lo hizo con Los Angeles Lakers en 2005/2006. Actualmente tiene 19 y disputa su segunda temporada: promedia 8.3 puntos y 6.4 rebotes. Algunos ya lo comparan con Shaquille O’Neal, quien ganó tres títulos con los Lakers.
¿Qué edad tienen los jugadores de la NBA? El 19% de los 431 jugadores de esta temporada cuenta con 22 ó 23 años. El porcentaje se amplía a 76% si se extienden los límites entre 22 y 31 años. El 11% de los basquetbolista de la NBA, en tanto, suma entre 18 y 21 años. Y sólo el 6% supera los 35 años: 12 de los 431 jugadores pueden ser considerados veteranos.
43 años. La edad a la que se retiró Robert Parish. Nació en 1953 y mide 2,15m. Posee el record de temporadas jugadas (21) y obtuvo 4 títulos.
PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIÓN EL SALVADOR (Nº14) Y PUERTO RICO (Nº4), MARZO DE 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario