martes, 2 de junio de 2009

Entrevista a Guillermo Vilas

"Los tenistas latinos son ganadores"

TREINTA AÑOS DESPUÉS DE SU CONSAGRACIÓN EN EL US OPEN, GUILLERMO VILAS LO RECUERDA COMO SU "GRAN SALTO" Y PRONOSTICA UN BUEN TORNEO PARA LOS LATINOAMERICANOS.

–Una leyenda dice que en 1977 no hablabas con nadie hasta que terminaban los torneos, que hasta el domingo era imposible saber de ti... 
–Es completamente cierta. Yo venía probando distintos sistemas durante mi carrera y ese año intenté con eso. Y me dio resultado. Siempre hice un trabajo muy estructurado y llegué a la conclusión de que me convenía estar solo. Que te llamen, aunque sean amigos o tu familia, rompe un poco la energía. Y hasta el día de hoy, cuando juego torneos de mayores, apago el teléfono para estar más concentrado.
Difícil encontrar una mejor presentación para Guillermo Vilas que su propia respuesta. Un perseguidor del éxito, un enamorado del triunfo y de la autosuperación. Un perfeccionista casi obsesivo y, especialmente, un tenista fenomenal.
Hace treinta años, el 11 de septiembre de 1977, el argentino ganaba el US Open, su segundo Grand Slam de esa temporada. “Yo venía con muchas victorias, venía de triunfar en Roland Garros, y era consciente de que era mi oportunidad de dar el gran salto. Sentí mucha presión, pero terminé siendo el mejor del año”.
–El camino a la final, viendo los resultados, pareció fácil. ¿Fue así?
–En ese momento yo venía jugando muy bien, pero los partidos tuvieron momentos muy complicados. En octavos de final jugué contra José Higueras, un español al que la gente todavía no conocía mucho pero que después alcanzó un nivel alto. Ese partido fue muy largo, pero lo resolví muy bien. Y en semifinales tuve que jugar con Harold Salomon, un rival que siempre me había frenado. En esos momentos tenía miedo de que algo pasara, como el desgarro que había sufrido en una semifinal ante Orantes. Pero nada de eso pasó. 
–¿La clave de la final contra Jimmy Connors fue lo técnico o lo mental? 
–Técnicamente yo podía hacer todo, no tenía límites. La táctica la decidió Ion Tiriac (mi entrenador) y era la misma que Orantes ya había usado ante Connors. He visto ese partido últimamente: fue muy técnico, una obra muy bien realizada. Teníamos cada punto, cada situación posible desmenuzada. De hecho, después le gané a Connors cinco o seis veces más. El partido fue una obra maestra de la lucha entre tácticas. Yo jugué siempre de contragolpe (algo que no me gustaba hacer) hasta el cuarto set, cuando lo definí (finalizó 2-6, 6-3, 7-6 y 6-0). Le jugaba pelotas bajas antes de mitad de cancha, algo difícil de hacer y que me salió perfecto. Tuve momentos de lucidez que quizá no tuve en otras finales. 
Vilas comenzó a generar admiración en el mundo tenístico “cuando los jugadores latinos estaban mal vistos”, como él mismo define. Pese a tener rivales como Jimmy Connors y Bjorn Borg, es aceptado históricamente como el mejor jugador de ese 1977 que lo vio festejar en dos Grand Slams (las matemáticas del ranking lo dejaron número 2). Y fue, durante más de diez años, el mejor tenista latinoamericano. 
–¿Cuál era el nivel del tenis latinoamericano en 1977?
–Había buenos jugadores. Raúl Ramírez, Víctor Pecci, Hans Gildemeister… Y lograban resultados positivos. Yo no iba a verlos mucho porque me interesaba más mi técnica. De analizar rivales se encargaba Tiriac.
–¿Y cómo ves ese nivel treinta años después? 
–No ha evolucionado de forma unida, no se han establecido escuelas de tenis, es todo muy amateur. En realidad, la única federación que tiene todo organizado es Francia. Y ahora comenzó a hacerlo Inglaterra. Siempre ha sido así en Latinoamérica. En ese sentido, todavía tiene espacio para mejorar.
–¿Algún tenista latino te agrada especialmente? 
–Varios. Juan Mónaco, por ejemplo, pudo despegarse del pelotón de abajo y acomodarse entre los que siguen a los mejores. Juan Martín Del Potro es un gran jugador, también. Y Fernando González, y David Nalbandian... Los latinoamericanos son distintos a todos los demás. Hoy son muy apreciados y muy seguidos porque traen nuevas ideas.
–¿Cuáles son sus posibilidades en este US Open?
–Creo que van a tener una muy buena actuación. Jugaron los torneos previos sobre cemento, eso es positivo. Nalbandian es un buen jugador sobre cemento, Del Potro también. Todos pueden jugar sobre cemento porque ahora está muy lento. Los tenistas latinos son ganadores, han estado en muchas finales. No tienen que ponerse un techo. El techo, en todo caso, deben marcarlo los rivales en determinado partido.
–¿Y Rafael Nadal? ¿Podrá con Federer? 
–Nadal es un jugador que sigue creciendo y tiene un equipo muy bueno alrededor. A veces mostraba un poco de cansancio, pero últimamente se lo ve mejor. Viene creciendo, así que va a estar durante mucho tiempo entre los mejores.
–¿Qué jugador se asemeja a ti en algún aspecto? 
–Todos han aprendido de tenistas anteriores, yo también lo hice alguna vez. Cuando ves algo bueno, intentás hacerlo. Muchos tenistas me dicen: vos me influenciaste en esto y en esto… Prefiero no decir quiénes lo hicieron, pero yo sé quiénes son, y ellos saben que yo sé.
–¿Cómo es tu relación con el público latino? 
–Me siento muy cómodo cuando estoy en América Latina. Tengo una gran relación con el público. Hablo de la gente de la calle, del público que trabaja, el público al que le gusta el tenis de alma. Por eso me gusta volver a Argentina, me gusta ir a México, me gusta ir a Guatemala, me gusta ir a Colombia… Yo siento el cariño de la gente. Comprenden que traté de hacer las cosas bien y que le metí mucha fuerza a lo que hice. Eso la gente lo reconoce. Ellos saben quién soy, y saben que los quiero mucho.

Vilas levanta el trofeo del US Open 1977.

62 TÍTULOS Son los que obtuvo Vilas entre 1973 y 1983. En singles, ganó 923 juegos y perdió 284.

Éxitos latinoamericanos en el US Open
Solamente cuatro tenistas latinoamericanos ganaron el Abierto de Estados Unidos en singles.
En 1937, lo logró la chilena Anita Lizana. Tenía sólo 21 años y no perdió ningún set en todo el torneo.
El mexicano Rafael Osuna se consagró en 1963. Murió en 1969, a los 30 años, cuando aún estaba en actividad. “Lo conocía muy bien, también a su mujer –recuerda Vilas–. Rafael fue uno de los tenistas que abrieron el camino para los latinos, nos ayudó a ganarnos un lugar”. 
Vilas fue el tercero en ganar (en 1977); y Gabriela Sabatini, también de Argentina, es la última latina campeona: venció a Steffi Graf en la final de 1990. Dos años antes, había perdido en la misma instancia. 
El quinto latino finalista en singles (perdió en 1959) fue Alex Olmedo, peruano que representó a Estados Unidos en la Copa Davis.

PUBLICADO EN FOX SPORTS EDICIONES DE ESTADOS UNIDOS (Nº17) Y PUERTO RICO (Nº6), SEPTIEMBRE DE 2007

2 comentarios:

  1. Grata lectura.
    Muy buen laburo!

    Un saludo de LPND.

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  2. Que enorme tenista ¡¡¡ y qué meticuloso analista, esforzado entrenando y afable persona. Un beso grande.
    Grace

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