sábado, 14 de julio de 2012

¿Por qué el tenis femenino está en crisis?

Por Martín Estévez

Mientras el duelo Novak Djokovic-Rafael Nadal-Roger Federer apasiona, entre las mujeres faltan líderes y emoción. Algunas razones de este fenómeno.

El circuito femenino está en crisis. La frase la hemos escuchado repetidamente en los últimos años. De hecho, la búsqueda “crisis tenis femenino” en Google arroja 338.000 resultados. Parece un suceso indiscutible. La pregunta es: ¿qué determina que un deporte está en crisis? Parece una pregunta sencilla, pero al intentar explicarla es evidente que no lo es. ¿Está en crisis porque lo dice el periodismo, porque tiene pocos espectadores, por conflictos reglamentarios, porque abuchean a sus protagonistas? Intentemos una respuesta.

Liderazgo
Para que exista una crisis debe existir un concepto opuesto, al que en el deporte se lo puede denominar auge: el momento de mayor esplendor y popularidad de una disciplina. En líneas generales, ¿qué tienen en común los mejores momentos de los deportes? El auge del golf fue durante el surgimiento y reinado de Tiger Woods. Cuando él cayó, se habló de crisis. El básquet ganó inmensa popularidad mientras Michael Jordan ganaba seis títulos de la NBA. La era de oro de la Fórmula 1 tuvo a Ayrton Senna como rey del volante. Y el fútbol mundial atraviesa un momento de gloria gracias a la existencia de un fenómeno natural llamado Barcelona. Incluso, el bajón que el tenis masculino vivió a principios de siglo se acabó cuando un tal Federer empezó a jugar al borde de la perfección.

¿Quién lidera el tenis femenino actual? ¿Caroline Wozniacki, una número 1 que no gana Grand Slams? ¿Las hermanas Williams, que juegan solo cuando tienen ganas? ¿Victoria Azarenka, Petra Kvitova, Marion Bartoli? ¿Alguna de ellas tiene el aura brillante de Martina Navratilova, de Steffi Graf, de Martina Hingis? No, al menos por ahora. Ya tenemos una certeza: el tenis femenino está en crisis porque le falta un liderazgo fuerte, una figura majestuosa.

Historias épicas
Al planeta tenis siempre le fascinaron. No hay que retroceder mucho en el tiempo. Al serio y eficaz Pete Sampras se le aparece un excéntrico y simpático Andre Agassi y disputan el número 1 con furia. Steffi Graf, toda una mujer, domina el circuito hasta que una adolescente llamada Monica Seles surge de pronto y le arrebata el trono. Dos tenistas que no solo son muy jóvenes, sino que son negras y hermanas, arrasan con sus rivales, al punto de disputar todas las finales entre ellas. ¿Es el guión de una película o la historia de Venus y Serena Williams? ¿Y quién no siguió con entusiasmo las millones de semanas en las que Rafa Nadal sumó puntito a puntito hasta superar al dios Federer? Segunda certeza: el tenis femenino está en crisis porque le faltan historias épicas.

Diferencias de género
Sí, en este mundo tan moderno y racional, aun se remarca una inexistente superioridad de hombres sobre mujeres. También en el deporte: el 95% de las disciplinas es más popular en su versión masculina. El tenis femenino dio un paso adelante cuando consiguió que los premios de los torneos no se diferencien por sexo, pero no fue una confirmación de igualdad sino un avance. Si en casi todos los deportes las mujeres tienen menos popularidad, el tenis no puede ser una excepción mágica. Forma parte de un submundo, el de los deportes femeninos, histórica y erróneamente catalogado como inferior. Tercera certeza: el tenis femenino está en crisis porque a las deportistas mujeres les es más difícil alcanzar la popularidad.

Cercanía geográfica
La sensación de crisis no existe en todo el planeta. ¿Alguien cree que en Rusia, que tiene 15 jugadoras en el Top 100, se habla de crisis? ¿O en China, después de que Na Li ganó Roland Garros? En Dinamarca, casi sin tradición tenística, se vive un auge gracias a que Caroline Wozniacki alcanzó el número 1. La crisis existe, sí, pero nos invade más porque es alimentada desde Estados Unidos (justo cuando no tiene jugadoras en el Top 20) y porque nuestra región tampoco muestra representantes fuertes (la mejor sudamericana es Gisela Dulko, debajo del puesto 50). Cuarta certeza: la crisis del tenis femenino depende de la región desde donde se mire.

El análisis podría extenderse comparando cientos de estadísticas, pero al menos hemos llegado a importantes conclusiones. ¿Cuáles? Que el tenis femenino está en crisis porque le falta un liderazgo fuerte, porque no vive ninguna historia épica y porque a las deportistas les cuesta más alcanzar la popularidad que a los hombres. Y, al no tener tenistas de elite en Sudamérica, esa crisis se acentúa.

PUBLICADO EN ACCESS DIRECTV Nº36 (OCTUBRE DE 2011)

2 comentarios:

  1. y Maía Sharapova???? mencionas a las williams, Azarenka y hasta a Gisela Dulko pero no haces ni mencón de una tal Sharapova que con su imagen (hablando friamente es más sexual que deportivo pero ha funcionado) sostiene en gran medida el circuito femenil desde hace ya varios años, de hecho creo que la moyor crisis del tenis femenino se vivió mientras Sharapova estuvo lesionada y su recuperación entre 2008 y 2010 más o menos. Y pues no creo que sea un a cuestión de genero hubo muchos años en los que la batuta la tuvieron las mujeres en el tenis con aquella epoca de Graff, Seles, Navratilova, Hebert etc.En realidad creo que la clave esta en la inconsistencia. cambios de numero 1 cada dos meses, numeros 1 que nunca ganan grand slams y y jugadoras que despiertan expectativas como las serbias ivannovic y Jankovic o hasta la misma Wosniaki. Y pues lo de la cuestión dominante no lo veo como un problema, dices que el futbol vive un momento de gloria por el Barcelona pero de ahí en fuera no hay nada, tanto así que podemos considerar al mundial de Sudáfrica 2010 como el peorcito desde USA 94 a la fecha.

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  2. Un número 1 masculino, no sé ni me importa cuántas semanas permanece. Entre las chicas, cada dos por tres, caundo parece que una jugadora se impone, lo pierde. Sin embargo, es fácil ver público abarrotando Wimbledon o Roland Garros en muchos partidos, luego es falso que no interesa.

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