miércoles, 18 de junio de 2014

¡Una que pateemos todos!

Por Martín Estévez

La relación entre la música y el fútbol es tan antigua como inevitable. En estas páginas proponemos un enfoque particular: ¿qué dicen las letras de las canciones populares sobre el deporte más hermoso del mundo?

El vínculo entre la música y el fútbol es visible, aparece en todos lados, renace en cualquier rincón. Las muestras evidentes son las canciones de cancha, con ritmos nacidos de la música popular; los fanáticos de las bandas, que toman códigos de las hinchadas; o que los grandes recitales se hagan en estadios de fútbol. Una nota que detalle ese vínculo (socialmente complejo y sorprendente) ocuparía media revista, así que seremos menos pretenciosos y nos enfocaremos en un punto: de qué modo es mencionado el fútbol en las letras de la música popular.

Dos por cuatro es goleada 
En la década de 1920, el fútbol ya tenía lugar gracias al tango. ‘Patadura’, escrito por Enrique Carrera Sotelo y cantado por Carlos Gardel, tiene frases geniales: “De puro patadura estás siempre en orsai”, “no servís siquiera para patear un hands” o “de linesman hay un puesto si querés jugar”. Además menciona figuras de la época: Seoane, Tarascone, Monti y Ochoa. 

Otro conocido es ‘El sueño del pibe’ (Reinaldo Yiso): “Mamita querida, ganaré dinero, seré un Baldonedo, un Martino, un Boyé”. Y también ‘Cero a cero‘ (Juan Sarcione): “Si hasta con Lauri y con viento a favor estoy viendo que voy a perder”. 

‘Largue a esa Mujica (Juan Sarcione) nombra más de cuarenta futbolistas jugando con el significado de sus apellidos. ¿Más títulos para buscar en Internet? ‘Mi primer gol’; ‘Bernabé, la Fiera’; ‘Lemita’; ‘Sami’ (para el español Josep Samitier); ‘Tarasca solo’; ‘A José Manuel Moreno’; ‘Déjelo, señora’; ‘Pelota de cuero’… Y la lista podría seguir.

Letras intercontinentales
 La relación música-fútbol es internacional. Enumeremos ejemplos: Rod Stewart jugó en Brentford (Tercera División inglesa) y estuvo a prueba en el Barcelona. Julio Iglesias fue arquero del Real Madrid ‘B’, pero un accidente automovilístico lo sacó de las canchas. Cuando el Fortuna Dusseldorf de Alemania estaba cerca de la desaparición, la banda Die Toten Hosen invirtió dinero para poner su nombre en la camiseta y salvarlo. Elton John adquirió acciones del Watford en 1976. El equipo estaba en Cuarta División y con él vivió su edad de oro: subió a la Premier League y fue subcampeón inglés en 1983. John Lennon, sobre quien se discute si era de Liverpool o de Everton, declaró que deseaba que Racing le ganara a su odiado Celtic en 1967. El caso increíble es el de Bob Marley: su muerte se debió a una herida recibida mientras jugaba al fútbol, que se desarrolló hasta generar un cáncer.

Específicamente en sus letras, Joaquín Sabina incluyó al fútbol en ‘Tango del quinielista’: “Mientras Marlon Brando en la pantalla baila un tango en París, vuelve el recuerdo del árbitro traidor… ¿Cómo es posible que un penalti deshaga tantos sueños?”. También en ‘Dieguitos y Mafaldas’: “De González Catán, en colectivo, a la cancha de Boca, por laguna, va soñando ‘hoy ganamos el partido’ la niña de los ojos de la Luna”. 

Joan Manuel Serrat nombra a Ladislao Kubala, ídolo de Barcelona, en ‘Temps era Temps’. Ricardo Arjona le escribe a un viejo amor para contarle: “Ya no juego más al fútbol por mi rodilla”. Y en ‘Duele verte’ se queja porque otro ocupa su lugar “mientras yo caliento el banco de suplentes con la camiseta puesta pa’ incluirme en tu futuro”. Alejandro Sanz le dice a su papá que es más que “el silencio en el sofá viendo un partido en zapatillas.  

Carlos Vives homenajea a Carlos Valderrama en ‘Pa Mayte’: “Soy pacífico, soy caribe y en Santa Marta juego fútbol con el Pibe”. Nuestros Illya Kuryaki and the Valderramas lo incluyeron en su nombre. Shakira reconoce en ‘Inevitable’: “No sé preparar café y no entiendo de fútbol”. El mexicano Jáuregui se dedica al ‘fut-rock’: todas sus canciones tienen vínculo con la pelota. Y los españoles resultaron ácidos: Potato compuso ‘Dedícate a otra cosa’, apuntando al entonces delantero Julio Salinas; y la Habitación Roja cantó ‘Nunca ganaremos el Mundial’, vaticinio que tuvieron que archivar en 2010.

¡Vamos, vamos, Argentiiina!
Acá somos futboleros, pero las menciones en las letras no son multitudinarias. Lo más repetido son las canciones para Diego Maradona. Rodrigo (“De cebollita soñaba jugar el Mundial y consagrarse en Primera”), Andrés Calamaro (“En el alma llevo la camiseta de Boca que me regaló alguna vez”), Los Cafres (“Pelusa, no sé lo que quieren de vos, tus enemigos se muerden”), el francés Manu Chao (“¡Santa Maradona priez pour moi!”), Attaque 77 (“El pibe de Fiorito late en nuestro corazón”), La Guardia Hereje (“En la villa se juntaban los pendejos para verte gambetear") y Charly García (“Yo ya perdí el autobús como el Maradona blues”) son algunos de los que se inspiraron en Diego. ‘Maradó’, de Los Piojos, es un tema que Andrés Ciro Martínez cantaba con los botines que Diego le había regalado colgados en el micrófono: “Muerde la lengua de Joao Havelange” y “dicen que escapó de un sueño en casi su mejor gambeta” son sus frases memorables.

Hablando de Los Piojos, en ‘El balneario de los doctores crotos’ le cantan a un tipo que “escucha la lucha del Globo campeón” y que “se volvió loco y dice que es Baley”, arquero campeón mundial en 1978. Los Fabulosos Cadillacs homenajearon al fútbol en el título de un disco: “La marcha del golazo solitario”, igual que Divididos en “Gol de mujer”. La banda liderada por Ricardo Mollo, además, reveló en ‘Qué ves’: “El bien y el mal definen por penal”. 

Attaque 77 le cantaba a una chica que frecuentaba la Bombonera: “Siempre está sola en la cancha, apartada de los demás, mira el partido mientras canta, siempre es la misma canción. Dale Bo, dale Bo, dale Bo…”. También festejaba una separación porque había más tiempo “para ir a la cancha a ver al campeón”; e ilustraba así una situación desesperada: “Iba perdiendo 3 a 0 al metegol

El gran Luis Alberto Spinetta le hizo un guiño a Norberto Alonso en ‘El anillo del capitán Beto’; y Miguel Mateos imaginó como inimaginable “el día después de Racing campeón”, tema que habrá cantado feliz el 28 de diciembre de 2001.

Fito Páez parece poco futbolero, pero le encontramos cinco menciones: se describe como “el chico que jugaba a la pelota” en ‘Al lado del camino’; asegura “soy Canalla desde mi más tierna edad” en ‘Los buenos tiempos’; advierte que “la tribuna grita gol el lunes por la capital” en ‘Mariposa tecknicolor’; intuye que “en el Parque Independencia y en Arroyito también, las muchachas, los muchachos, hoy se van a enloquecer” en ‘Caminando por Rosario’; y describe: “El sábado a la tarde en la cancha se oye un solo grito: ¡Dock Sud ya tuvo un hijo y lo bautizaron Arsenal!”, en ‘El chico de la tapa’.

Andrés Calamaro recuerda: “Cuando era niño y conocí el estadio Azteca me quedé duro, me aplastó ver al gigante”. Y reflexiona: “Me parece que soy de la quinta que vio el Mundial 78”. Sobre aquella Copa del Mundo, la banda Fun People tiene una mirada más realista: “Una noche del 78, hombres al mando del General Camps acribillaron a mis padres; sus gritos fueron tapados por los gritos de gol”.

¿Hay más ejemplos? Muchos. Kevin Johansen juega a la enumeración en 'Guacamole':  “Samaranch, Havelange, Copa UEFA Mundo de la FIFA y “River Plate, Boca Juniors, Chacarita, Diego Maradona protagonizan la letra. El uruguayo Alfredo Zitarrosa contaba que Garrincha llevaba el balón “atado al pie, como una luna atada al flanco de un jinete. Unido al pie como un equilibrista unido va a la muerte. Las Pastillas del Abuelo mencionan a figuras más terrenales en 'Qué carajo es el amor': “Pura escuela de tablones, Avellaneda y Bajo Flores, tiros libres de Pipo y Rubén Paz. Pipo, para los despistados, es Néstor Gorosito. En 'Cancha', El Otro Yo hace una parodia: “No me voy a afeitar, no me voy a bañar ni me voy a comprar un auto nuevo; ¡fútbol, a la cancha!.

En ‘Ya no sos igual, Dos Minutos acusa a un tal Carlos porque “se olvidó de pelearse los domingos en la cancha. Y Yerba Brava no puede creer que un amigo se haya hecho policía: “Cuando ibas a la cancha, parabas con la hinchada y tomabas vino blanco; ahora patrullás la ciudad, si vas a la cancha, vas en celular.

Dos historias curiosas. La Todo Mal Orquesta, alquimista de ritmos balcánicos, enumera en ‘No siente motivos para estar triste. Entre ellos, ser hincha de Huracán. Hasta que un Quemero los conversó en un recital y la letra, misteriosamente, pasó a decir “de Arsenal.

Santi Aysine, de Salta la Banca, canta en ‘Ilusa ilusión: “Racing vuelve a hacerme mal y eso no va a hacer más que cooperar con tu recuerdo. Hace poco frenó de golpe un recital para decir: “Gol de Argentinos. Es que, con ese gol, Independiente quedaba al borde del descenso.

Más canciones con detalles futboleros para descubrir: ‘El Messi as(Coti), ‘Anda suelto un Tigre (para Radamel Falcao), ‘Su jugador favorito (La Granja), ‘La cumbia de los trapos(Yerba Brava), ‘Just want to meter mi gol (Molotov), ‘Arde la ciudad (La Mancha de Rolando), ‘Gol en el campo (La Polla Records), ‘Fútbol (Kapanga), ‘Distinto a los demás (Juana La Loca), ‘River Plate (Joaquín Levinton) y una decena de canciones de Ignacio Copani, fanático de River, al que hasta le dedicó un disco. Mención especial a ‘Abran cancha (Sebastián Monk), una hermosa oda a la derrota digna.  

El podio
En las letras de Zambayonny (ver texto aparte) sobran referencias futboleras. Bersuit Vergarabat, con o sin Gustavo Cordera, no tiene tanta cantidad, pero sí calidad. En ‘Toco y me voy hay un buen ejemplo: “En un picado cualquiera mi alma se echa a rodar, toda la vida es un baile y te pueden bailar aunque no quieras, lo verás en una cancha o en un bar”. Y termina con una comparación fuerte: “La camiseta es como un Dios”. Además confesaron admiración por Ricardo Bochini en 'El baile de la gambeta': “Soy de la escuela del Bocha, voy con la fantasía a la estrategia fría. Y, si no hay copa, que haya cope para la gente”.

Para el final, el ganador del campeonato: entre su etapa con los Caballeros de la Quema y su presente solista, Iván Noble acumuló veinte referencias futbolísticas, la mayoría geniales. Cuando narra un espantoso ‘Domingo muerto de la década del 90, describe: “Prendés la radio y Boca es un desastre, 2 a 2 con Mandiyú. En ‘No hay lamenta que “ya viste a tantos campeones besando remeras prestadas. En ‘Bienvenito le cuenta a su hijo: “Te trajimos a un lugar lleno de gente que salta a cabecear con los codos. Y dos de las mejores, como para cerrar esta revista e ir corriendo a escucharlas: “Siempre listos para cabecear y nunca nos cobran un puto córner (en ‘Malvenido) y “Partido chivo el que jugamos, todos atrás y Dios de 9, todos abajo y Dios de 9, todos atrás y nuestro Dios... siempre en orsai....


Zamba de Bahía Blanca

Fanático del fútbol, Zambayonny cumplió el sueño del hincha: compuso el himno de su club, Olimpo. “Fue un honor”, se emociona.

¡Che, hay un monton, tenés razón!”, dice sobre las referencias futbolísticas en sus canciones. Ahí entiende por qué El Gráfico le pidió una entrevista. Se llama Diego Perdomo, pero todos le dicen Zambayonny. Muchos asocian su nombre con el que putea cuando canta”, pero está lejos de ser solamente eso. Cantautor metódico, fue nominado para los Premios Gardel por su disco Búfalos de Agua. 
Se suponía que la nota iba a durar 15 o 20 minutos, pero se extendió un poquito: hace dos horas que Zamba habla de fútbol y de sus canciones. Vos sos la gloria, yo soy un club que entró en convocatoria”, canta en 'El equilibrio del mundo'. Están pidiendo línea de cinco los que soñaban jugar distinto”, se indigna en 'Deja vu'. Desde aquel gol a los ingleses con la mano, estamos acostumbrados a mirar para otro lado”, hipotetiza en 'Un mundo perfecto'. Y un largo etcétera. Encontramos al menos 18 guiños futboleros. ¿El mejor? Cuando ya no sabe cómo hacer para que una chica deje de pasearse desnuda por su casa, le propone: Te puedo regalar hasta la 12 del Goyco contra Italia, ¡a ver si así te tapás!”. Igual que él, no vamos a explicar el chiste. “Yo hago guiños a un público dentro del público -admite-. Y los guiños futboleros son muy claros. Está bien que una parte del público se los pierda, porque le genera la curiosidad de entender”.
Hincha de Olimpo (vivió su infancia en Bahía Blanca), tuvo una gran responsabilidad. Hace unos años, Fútbol para Todos le pidió a un cantante de cada club que hiciera una versión del himno. Olimpo no tenía y tuve que componerlo. Fue un honor, jamás lo hubiera imaginado”.
¿Qué más dijo Zambayonny durante dos horas de charla futbolera? Acá, algunos extractos:
• “No sé por qué elegí a Olimpo, pero me adueñé de los colores, iba a ver básquet y jugué en Inferiores. Llegué hasta la Sexta. Era wing derecho, pero nada de tirar centros: le pegaba al arco, tenía el egoísmo del delantero.
• “Todos los hinchas son exactamente iguales. El del Manchester y el de Bella Vista de Bahía. Todos creen que su pasión es la única y la más grande, y que la AFA los quiere tirar al bombo.
• “Cuando alguien me pregunta por qué miro partidos absurdos, le explico que en el fútbol está latente todo el tiempo que pase algo histórico. Aunque estés mirando Platense-Atlanta. Un tipo puede hacer un taco desde mitad de cancha, puede haber una remontada de un 4-0 en los últimos veinte minutos, puede inventarse una jugada nueva. Y eso va a ser historia. Una historia que por ahí a vos no te interesa, pero a mí sí y a las estadísticas también.
• “Yo creo que las canciones tienen que resultar, pero también que ser bellas. Sería un tacticista de la música, pero no tanto. Si Bilardo fuera músico, hubiera ganado discos de platino, pero los premios Gardel se los darían a Bielsa”.
• “Pelé es el Paul McCartney del fútbol: no se pelea nunca con quien no tiene que pelearse y va a estar siempre a la sombra de Lennon-Maradona. Mauro Laspada, uno de mis ídolos de Olimpo, podría ser Pappo. Hay muchas comparaciones posibles. Por ejemplo, Nito Mestre y Crespo. Nito fue relegado por Charly García en Sui Generis; y Crespo tuvo la mala suerte de que Batistuta estuviera en su mejor momento. A Cristiano Ronaldo le está pasando con Messi. También son comparables productores y técnicos. Gustavo Santaolalla, que hace funcionar a cualquier banda, sería como el Tata Martino, que al equipo que agarra lo  hace jugar bien.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO Nº4437 (AGOSTO DE 2013

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