Por Martín Estévez
Por primera vez en 14 años, la Selección Argentina no terminó entre las cinco mejores de un torneo internacional. La Generación Dorada ya es sólo un recuerdo, pero no hay que tomarlo como una tragedia, sino como una invitación a construir un nuevo camino con las jóvenes promesas y los mismos valores.
Algún día iba a pasar. Podría haber sido algunos años antes, pero los integrantes y los discípulos de la Generación Dorada siempre rascaban la olla del talento y la voluntad, y terminaban ganando partidos complicadísimos. También podría haber sido algunos años después, si Emanuel Ginóbili hubiera estado entero físicamente y si Brasil no jugaba el que fue, sencillamente, uno de sus mejores partidos de este siglo. Algún día iba a pasar y fue el 7 de septiembre de 2014: la Selección Argentina de básquet fue eliminada de una competencia internacional en octavos de final, con una contundente derrota 85-65 en el clásico sudamericano, y finalizó 11ª en el Mundial de España.
Las estadísticas
¿Tan extraño resulta ver a la Argentina fuera de las diez mejores? Sí: muy extraño. La última vez había sucedido en España 1986, cuando terminó 12ª. Hacía 28 años (diez torneos internacionales) que la Selección era top ten. Lo más parecido que le sucedió fue no haberse clasificado para los Juegos Olímpicos de 2000, pero después de esa decepción comenzaron 14 años lujosos, en los que siempre terminó entre los cinco primeros. ¿Esto significa que actualmente el básquet argentino no es uno de los diez mejores del planeta? No necesariamente.
La posición en un campeonato internacional se define casi siempre por un partido, y en muchos casos por dos o tres detalles que suceden durante ese partido. Entonces, que Senegal le haya ganado a Croacia (como sucedió durante el Mundial) no significa que el básquet senegalés de pronto sea superior al croata. Claro que no es lo mismo ser campeón que undécimo, pero el puesto no determina la realidad del básquet en el país.
Sí será importante tomarlo como una señal de alerta, la confirmación de que, para seguir en la elite, no alcanzará sólo con que la Generación Dorada transmita sus nobles valores a los nuevos talentos; también habrá que sincerarse y comenzar a arreglar el desastre organizativo que sufre la Confederación Argentina (CABB) para que el gran semillero del básquet argentino, la Liga Nacional, salga de su estancamiento y retome el crecimiento que había logrado desde su creación en 1984. No es para nada casual que apenas dos años después de su surgimiento, la Selección haya comenzado esa magnífica seguidilla de 24 años entre las diez mejores.
Las despedidas
Aunque desde 2008 se repite la frase “fin de ciclo” y se vaticina una renovación total en la Selección, la realidad es que esa renovación está en marcha desde hace bastante tiempo. Del plantel que ganó la medalla de oro en Atenas 2004, por ejemplo, sólo quedaban Ginóbili, Scola, Leo Gutiérrez, Delfino, Nocioni y Herrmann. Los retiros de los símbolos (Sconochini, Montecchia, Pepe Sánchez, Oberto) se fueron sucediendo, pero encontraron reemplazos tan correctos que casi no se notó en el funcionamiento del equipo.
El caso más representativo se da en el puesto de base. Cuando Marcelo Milanesio dejó la Selección en 1998, los argentinos ni soñábamos con que apareciera un rápido reemplazante para él. Pero Alejandro Montecchia y, especialmente, Juan Ignacio Sánchez, no sólo alcanzaron, sino que, en algunos aspectos, superaron al gran Milanesio. Cuando Pepe se acercaba a su adiós, comenzó nuevamente la preocupación, pero surgió Prigioni para terminar con el problema. Hoy es Pablo el que se aleja, pero ya asoma Facundo Campazzo como el nuevo gran armador del equipo.
Además de Prigioni (37 años), Leo Gutiérrez (36) también anunció su retiro de la Selección. Emanuel Ginóbili (37) dijo que tiene sólo un 2% de chances de seguir, Andrés Nocioni (34) está en duda y Carlos Delfino (32) debe recuperarse de sus importantes problemas físicos. Como consecuencia, Luis Scola (34), Walter Herrmann (35) y Juan Gutiérrez (30) serán los experimentados que liderarán a la camada de jóvenes que ya convive con la idea de jugar en la Selección: Campazzo (23), Nicolás Laprovíttola (24), Marcos Mata (28), Martín Leiva (24) y Selem Safar (27). Ahí ya tenemos ocho nombres posibles para el plantel del Preolímpico 2015, al que es posible que se sume algún “retirado arrepentido”, y que podrían completar sin desentonar Pablo Bertone, Franco Giorgetti, Tayavek Gallizzi y Marcos Delía, todos menores de 25.
Objetivo: Río de Janeiro 2016
Pasó un Mundial que tuvo una sorpresa gigante (el triunfo de Francia sobre España en cuartos de final) que le dejó el camino libre a los NBA para darle a Estados Unidos su quinto título, alcanzando a Serbia (heredó los logros de la extinta Yugoslavia) como máximo ganador. Que transformó a Luis Scola en uno de los tres goleadores históricos del torneo. Y que confirmó la fortaleza de Brasil y Lituania, candidatos a pelear el podio de Río de Janeiro 2016 con Estados Unidos, Serbia, Francia y España.
Para estar presente en esos Juegos Olímpicos, la Selección deberá atravesar con éxito el preolímpico FIBA Américas 2015 que se disputará en Monterrey, México. Sin Brasil y los NBA, ya clasificados, habrá dos cupos en juego. El plan será reorganizar institucionalmente al básquet local, elegir con inteligencia al futuro director técnico (el ciclo de Julio Lamas está terminado) y trabajar con humildad e intensidad para pelear con Canadá, Puerto Rico, Venezuela y los locales. No se tratará de igualar los logros de una Generación Dorada que ya no existe, sino de comenzar a construir un nuevo camino con los mismos valores: esfuerzo, compañerismo y sentido de pertenencia.
Recuadro: Catorce años de gloria
En el futuro, la fecha de inicio de la Genación Dorada será discutida por los historiadores. Algunos mencionarán el Mundial Sub 22 de 1997, cuando Ginóbili, Pepe Sánchez, Oberto, Scola y Leo Gutiérrez terminaron en el 4º puesto. Otros apuntarán al Premundial 2001, cuando todos ellos se juntaron en la Selección Mayor y comenzaron una era brillante que acumuló los siguientes resultados: 1º en ese Premundial; 2º en el Mundial 2002; 2º en el Preolímpico 2003; 1º en los Juegos Olímpicos 2004; 2º en el Premundial 2005; 4º en el Mundial 2006; 2º en el Preolímpico 2007; 3º en los Juegos Olímpicos 2008; 3º en el Premundial 2009; 5º en el Mundial 2010; 1º en el Preolímpico 2011; 4º en los Juegos Olímpicos 2012; y 3º en el Premundial 2013.
Publicado en El Gráfico N°4450 (octubre de 2014)
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