sábado, 23 de agosto de 2014

Polo – Los invencibles, parte III

Por Martín Estévez

En 1963, Coronel Suárez derrotó a Santa Ana y ganó el Campeonato Argentino por tercera vez consecutiva.

Hace exactamente  cincuenta años, en 1963, Coronel Suárez ganaba el Abierto Argentino por tercera vez consecutiva y estiraba un reinado que continuaría hasta 1970. Como es habitual en El Gráfico Polo, los invitamos a recorrer los momentos más importantes de esa temporada a través de los textos publicados en nuestra revista. Los títulos corresponden a los de las notas a las que hacemos mención. Bienvenidos a un viaje en el tiempo.

Por Inglaterra de la mano de Horacio Heguy
En la edición del 25 de septiembre se publicó una entrevista a Horacio Heguy. Durante las tres páginas, el periodista Félix Frascara puso el foco en la participación de Heguy en los torneos jugados en Inglaterra. Además, Horacio aceptó sacarse fotos con su pareja, Nora Amadeo y Videla. Un extracto del texto: “París, Inglaterra, Roma, marcan el itinerario de la luna de miel de un 8 de handicap y su compañera, también de rancia estirpe polística. Los Heguy, de La Pampa (Chapaleofú); los Amadeo y Videla, de Coronel Suárez, unieron sus caminos en estos dos jóvenes que iniciaron la aventura de su vida en común con los tacos al hombro y tres caballos viajeros que, por supuesto, quedaron en Inglaterra”.

Heguy, jugando para Sao Silvestre (junto a Juan José Díaz Alberdi, Alejandro Mihanovich y el brasileño Walter Simonsson), ganó el trofeo Midhurst Town, pero perdió la Copa de Oro, que quedó en poder de Vulci (Carlos de la Serna, Daniel González, José María Torres Zavaleta y el italiano Guglielmi).

El polo y yo (uno que no sabe nada)
El 30 de octubre, Frascara armó un artículo que definió así: “Preguntas que pueden molestar al conocedor, pero que sirven al que no está dentro de la salsa”. De los once interrogantes, elegimos uno para republicarlo. “¿Quiénes son los diez mejores jugadores argentinos? El polo está regido por una tabla de handicaps que determina los valores de cada jugador y eso facilita la respuesta. Puede ser –y es– que se discrepe con algunas valorizaciones, porque al fin y al cabo están otorgadas por hombres y todos somos falibles. De acuerdo con esa valorización, los mejores son Juan Carlos Harriott (h), Carlos Menditeguy, Francisco Dorignac, Horacio Heguy, Carlos de la Serna, Gastón Dorignac, Juan Carlos Harriott, Luis Lalor, José y Carlos Torres Zavaleta, Juan y Roberto Cavanagh, Julio Menditeguy, Teófilo Bordeu, Horacio Baibiene y Gabriel Capdepont. La clasificación de éstos, de 7 goles para arriba, indica que están entre muy bueno y excelente”.

¿Qué pasa con los Menditeguy? Habla Julio
 “Ya estamos en plena temporada polística y dos hombres que suman 17 goles de handicap y acumulan un glorioso historial siguen alejados del público”, explica la nota publicada el 6 de noviembre, escrita por Frascara. En esas tres páginas, Julio Menditeguy aclara por qué no competía en los principales torneos: “Todos los buenos jugadores están comprometidos. Además cada vez tenemos menos tiempo para entrenarnos. El trabajo es mucho y no nos deja lugar. Por supuesto, si no estamos preparados de acuerdo con nuestro handicap no podemos presentarnos. A nuestra edad no podemos cargar con el peso de un equipo completado, por ejemplo, con dos 6 de handicap”.

En polo no hay sorpresas
El Campeonato Argentino de 1963 avanzaba y Coronel Suárez, el bicampeón, era gran favorito. Ese es uno de los puntos esenciales del texto publicado el 11 de diciembre. “Sabemos que en polo no hay sorpresas. Un jugador de 10 goles de handicap tiene que rendir mucho más que uno de 6, y un equipo que suma 31 goles tiene que vencer con relativa facilidad a uno de 22. Pero el triunfo de Coronel Suárez ante Los Pingüinos, en la semifinal del sábado, entra ya en el nivel de lo extraordinario. Y es que todo lo que está haciendo el campeón de 1961 y 62 toca con lo excepcional. Parte ello de la base de un jugador de gran clase: Juan Carlos Harriott (h), tiene su escalón inmediato en la figura vibrante de Horacio Heguy y se sostiene en los extremos con la veteranía segura de Harriott, padre, y con la juventud serena de Alberto Heguy (…) El sábado, 26 veces traspuso la línea de gol la bocha impulsada por los hombres de Suárez. Si tenemos en cuenta que el score de 26 a 5 se produjo en una semifinal del campeonato argentino, notaremos la diferencia entre este team y el resto, exceptuando a Santa Ana y Tortugas Aurora, que se midieron en la otra semifinal en un encuentro mucho más parejo y emotivo y que se definió en favor de la segunda potencia polística del momento, el team al que da vida la inspiración de los Dorignac: Santa Ana”.

“Lo que se vio es para la historia del polo…”
En la primera página de la revista publicada el 18 de diciembre aparece ese estridente título y un interesante texto: “Telefónicamente, desde Palermo, a poco de terminar el encuentro final entre Coronel Suárez y Santa Ana, llamó Ricardo Frascara, nuestro comentarista de polo, entusiasmado por lo que vio y preocupado por conocer el espacio que le habían reservado a esa final. Sus palabras están reproducidas en el título con que encabezamos estas líneas. El espacio no respondía al espectáculo. ‘No podemos dar en una tímida paginita toda la conmoción que se vivió en Palermo’. Por esa razón hacemos un compás de espera hasta el próximo número. En honor al encuentro histórico, con ribetes únicos, y para darlo con el vigor necesario”.

Victoria de la nueva generación
Finalmente, el 25 de diciembre se publicó la nota final sobre la temporada 1963, luego de que Coronel Suárez derrotara a Santa Ana (Francisco y Marcelo Dorignac, Luis Lalor y Teófilo Bordeu) y se consagrara campeón argentino por tercera vez consecutiva. Las palabras son de Ricardo Frascara. “‘¡Nunca visto! ¡Hace años que no se ve un partido así! ¡Así no se puede jugar al polo!’ (…) Fue, realmente, un partido para la historia. Coronel Suárez y Santa Ana quebraron la barrera de contención que resistía su avance: el recuerdo de El Trébol y Venado Tuerto. Ya se codean con ellos; ya los superan en el sentir de muchos. Ya son, con ellos, parte de nuestra historia polística (…) En esta puja constante, en esta lucha por un triunfo que se definió después del último segundo de juego, en este match en el que ganaron los dos al elevar su rendimiento hasta un grado superlativo, la victoria fue para el polo”

Una visita ¿ilustre?
En 1963, existía una sección llamada “El Gráfico en la calle”, con información sobre distintos deportes. El 27 de noviembre se publicó, bajo el título “El polo se pone pollera”, detalles sobre la visita a la Argentina de la inglesa Virginia Boles (foto), una de las mejores jugadoras de aquel momento. “La señorita Boles, impulsiva, que desde hace cuatro años practica polo ‘por sugerencia de mi padre’, se presentó la pasada semana en el campo del club Hurlingham… La noticia provocó asombro en los comentarios previos y la expectación se puso de manifiesto pese al mal tiempo. La Boles no brilló desde el punto de vista técnico, pero marcó un tanto perfecto con lanzamiento cruzado en veloz carrera. Basta. El interés había sido compensado. El cuarteto de Cirencester que integró la audaz amazona venció al de Los Ranchos por 9 a 3. ¿Por qué practica polo? Una sonrisa que pretende ser indiferente y la respuesta: ‘Para matar el tiempo de la mejor forma posible…’. Agreguemos que la blonda Virginia tiene 1 de handicap. La mujer sigue ganando puntos en el deporte”.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO POLO Nº338 (DICIEMBRE DE 2013)

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