Por Martín Estévez
Es el mejor representante argentino de la década en pruebas de atletismo. Esa fuerte presentación corresponde a Germán Lauro. Sólo Jennifer Dahlgren y (tomando en cuenta su edad) Braian Toledo entran en la misma escala de medición que el lanzador de Trenque Lauquen.
Lauro comenzó a brillar en 2006, cuando terminó primero en lanzamiento de bala en el Sudamericano, competencia en la que acumula cuatro medallas, más tres en el Iberoamericano. Su mayor logro lo consiguió en los Juegos Olímpicos de 2012, cuando terminó 6º en bala (también lanza disco). En 2013 sumó un 2º puesto en la Diamond League (principal competencia anual de atletismo) y fue 7º en el Mundial de Moscú.
En 2014 no generó sólo un impacto, sino tres. En febrero, batió el récord sudamericano bajo techo, lanzando 21,04 metros en Praga. En marzo, finalizó 6º en el Mundial, también bajo techo, de Sopot, Polonia. Y en julio volvió a terminar 6º, pero en la Diamond League.
A los 30 años, el gran mérito de Lauro es mantenerse desde hace tres años entre los diez mejores lanzadores de bala del planeta, cuando ningún otro atleta argentino, por cuestiones económicas y culturales, puede conseguirlo. ¿Cuánto hace que en carreras de velocidad, de resistencia o en saltos no disfrutamos de un argentino peleando mano a mano con los mejores? En lanzamiento de bala, en cambio, y desde hace un lustro, Germán Lauro mantiene en alto la bandera celeste y blanca.
Publicado en El Gráfico Nº4452 (diciembre de 2014)
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