domingo, 14 de julio de 2013

Montreal 1976 - Diez, diez, diez, diez, diez

Por Martín Estévez

Tal vez sea el caso más contundente de una deportista que supera a su deporte. Durante la década del 70, casi nadie sabía qué era exactamente la gimnasia artística, pero casi todos sabían quién era Nadia Comaneci. Su influencia fue tan intensa que, 36 años después, seguimos escribiendo sobre ella.

Nacida en Rumania, tenía 14 años cuando participó en los Juegos. Llegaba con un gran antecedente (tres medallas de oro en el Campeonato Europeo) pero el mundo no conoció sus movimientos hasta Montreal. Movimientos hipnotizantes, sensibles, punzantes. Cedieron todos ante su talento: diez, diez, diez decían los puntajes de los jurados, del planeta. Ganó más que tres medallas de oro, una de plata y una de bronce; ganó instantes de plena felicidad.

Volvió a competir en Moscú 1980 y sumó 2 oros y 2 platas, suficiente para retirarse y vivir una vida que siguió siendo intensa, entrenando promesas, huyendo a Estados Unidos pese a los deseos del gobierno rumano y retornando años después a su país para casarse.

Esto también sucedió

*África pidió que no compitiera Nueva Zelanda por mantener lazos con Sudáfrica, excluido por su política racista. Como no hubo respuesta, 29 países africanos no asistieron.

*Las mujeres ganaron terreno: participaron por primera vez en básquet, remo y handball. Y, además de Comaneci, brilló la polaca Irena Szewinska, en atletismo.

*Argentina no ganó medallas en Montreal. Venezuela (una de plata) y Brasil (dos de bronce) fueron los únicos países sudamericanos con lugar en el medallero.

PUBLICADO EN EL GRÁFICO ESPECIAL JUEGOS OLÍMPICOS (JULIO DE 2012)

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